chapter 36.

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El dolor es el sentimiento más real que puedes tener, el único que no te abandonará.

D E E P  W E B.
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Catástrofe. Todo es una catástrofe en la mente de Yoongi, ese sentimiento de rabia combinado con dolor es la peor mezcla que podría suceder en aquellos sádicos pensamientos. Se repite en su cabeza constantemente y le atraviesa casi como una bala en el pecho, ¿Qué tan jodido puede estar si se dejó manipular por un simple niño? Debió de asesinarlo desde el primer momento, pudo haberle hecho cosas terribles y después asesinarlo para uno de sus próximos vídeos en la red oscura.

Pero no lo hizo.

Yoongi arremete en contra de la pequeña lámpara que se posa en la mesa, nada evita que él la destroce en cuestión de segundos con violencia. Nada puede calmarlo y joder, deberían agradecer que nadie estuviera cerca probablemente ya estaría muerto de la manera más inhumana posible.

Jimin lo dejó, no lo pensó tanto antes de largarse con Jacob. Pero la maldita culpa al igual que la rabia están en su cuerpo, la frecuente pregunta se instala a cada segundo en su ser. ¿Por qué lo dejó ir? ¿Por qué lo permitió? Pudo asesinar a Jacob con facilidad pero no hizo nada, incluso le rogó. ¿Había algo malo en él?

Yoongi se desmorona dos minutos después en el suelo, está en la esquina de la oscura casa de Hoseok. No se ha animado a encender las luces después de lo ocurrido, la casa está hecha un desastre. Un montón de vidrios rotos, madera en pedazos y sangre en su camiseta a consecuencia de haberse cortado por error al golpear los cristales.

— Park Jimin. — Susurra entre el crudo silencio como un niño pequeño rogando por tener un dulce, abraza sus piernas con fuerza luciendo tan vulnerable, llevándolo al recuerdo de las muertes que tuvo la desgracia de observar en su corta edad. Le duele pero le da rabia, lo ama pero también lo odia hasta el punto de querer terminar con su vida. — Vuelve, Jimin.

Y el silencio como respuesta a su petición termina con la poca capacidad para pensar que le quedaba, se permite desahogarse entre lágrimas amargas y de desesperación. Sabe que lo necesita, sabe que depende de Jimin de una manera tan escalofriante hasta para él mismo.

Sus manos arden porque no puede tocarlo, la imagen de su sonrisa se desvanece. Jimin es suyo, sólo suyo. Y no importa pero quiere tenerlo consigo, lo tendrá a su lado de cualquier forma.

Yoonie hyung.

No es necesario, Yoongi.

Gracias por protegerme, Yoonie.

¡Déjame sola! ¿No lo entiendes?

Yoongi se pone de pie bruscamente con los recuerdos llegando dolorosamente, los recuerdos de ella se mezclan de alguna forma con los de Jimin.

Ella de nuevo.

FLASHBACK.

Los quejidos de Seokjin eran tan placenteros para él, la sangre escurriendo de su boca como los ríos de Babilonia.

— Espero que te duela tanto, hermano. Tanto como a mí que la tocaras.

Seokjin soltó una carcajada dejando que el líquido rojizo cayera de una manera bizarra alrededor de su barbilla y ropa.

— Nada va a compararse a tus llantos de nena cuando la asesiné, ¿tanto la amabas o sólo era otro de tus caprichos? Supéralo, ya han pasado cinco años, deberías estar buscándote a otra y no intentando matarme. Ella se cansó de rechazarte, ¿Qué mierda te importa si cogió conmigo? ¡Deberías agradecerme! Después de que ella accediera a tener sexo conmigo, la maté. ¿Notas que pensé en ti?

Yoongi le sonrió con ironía antes de impactar el bate en su cráneo con fuerza, sin arrepentimientos.

— Era mía, no importa si no quería.

Seokjin se tocó la zona afectada de su cráneo con urgencia, si le volvía a pegar probablemente estaría muerto por pérdida de sangre.

— ¿Por eso estás tan molesto? Eres un enfermo.

— Oh, Jin. — Susurra con cautela poniéndose de cuclillas para visualizar mejor a su hermanastro en el suelo, sostuvo el bate con tanta fuerza que el pálido creyó que lo quebraría. — Nadie se mete con mis cosas y no somos diferentes, ¿No lo crees? Estás tan enfermo como yo.

Y lo siguiente fue el bate estrellándose repetitivamente sobre su cráneo recordando las mismas palabras que alguna vez le dijo a su hermano menor, Seokjin si terminó por arrepentirse pero por desatar a aquél mounstro peor que él.

FIN DEL FLASHBACK.

— Al carajo con esa perra. Jamás va a compararse a lo que me hizo sentir Jimin únicamente con su estúpida sonrisa y sus ojitos llenos de inocencia, él es mío.

El mercenario apretó su mandíbula ignorando las palabras de ella en su cabeza, no más. Por fin dejaría esa porquería, soltaría de una vez por todas el recuerdo de aquella chica que solía creer que amaba. Jimin era el dueño de su oscuro corazón en una bizarra forma de amor según él, una forma que sólo ambos sabían y que sentían mutuamente.

El sonido de la laptop que Yoongi traía consigo en su mochila lo alertó, con extrañeza se dirigió para tomarla y lo que vió no le gustó para nada.

Era él, era su muñequito.

Jimin y Jacob en vivo, ambos en aquella casa ajenos a que estaban siendo grabados.

El título del vídeo era escalofriante y miles de espectadores estaban viendo el vídeo como su próximo entretenimiento.

" Dos pequeños pájaros de un tiro. "

Desconocido: ¿Podrás salvar al inocente Jiminie? ¿Realmente podrás? La muerte lo está observando justo ahora, Min Yoongi.

Yoongi lanzó la laptop contra la pared con furia, tomó sus cosas y salió desesperado de la casa.

Nadie tocaría a Jimin, nadie le haría daño a su muñequito.

— No puedo creer lo lejos que ha llegado, oficial Chungha.

La rubia le dedica una sonrisa satisfactoria antes de responderle.

— Cálmate, Jongho. Le hice un favor a sus padres al deshacerse de él, no cargarán más con el loquito. — Respondió encogiéndose de hombros mientras observaba fijamente como Hoseok era amarrado con una camiseta de fuerza pesar de que se encontraba tranquilo.

— Está loca.

— Como no tienes idea.

— Usted es quien debería estar en el lugar de Hoseok. — Le dice el castaño con enojo negándose a observar la cruel imagen, los señores Jung entre lágrimas también veían como subían a su hijo a la camioneta en donde lo llevarían al sanatorio.

— Lo que digas, Jongho. Déjame disfrutar de mi momento, ¿De acuerdo?

Jongho se retiró del lugar pasando a un lado de Namjoon quien también veía la escena con culpabilidad.

¿No había hecho mal al callarse, cierto? Hoseok se lo merecía por acosar a su mejor amigo y por negarse a dar la ubicación, era lo menos que merecía.

Chungha soltó una carcajada inconscientemente cuando la camioneta se fue dejando devastados a los señores Jung, la rubia se llevó las manos a la boca riendo en silencio.

— ¿Qué pasará con él? — Le cuestionó Namjoon inquieto, rascaba con nervios sus brazos.

— Si tenemos suerte jamás saldrá de ahí, la esquizofrenia es algo complicado y Hoseok ahora tiene antecedentes de ser cómplice de un asesino. Dudo que salga.

— ¿Por eso está tan feliz?

— Estoy tan feliz porque finalmente metí uno a la cárcel, no exactamente al que quiero pero Jimin estaría feliz de ver a uno de esos asquerosos enfermos tras las rejas. — Le contestó con tranquilidad mirándolo a los ojos, Namjoon le sonrió ante la mención de su pequeño.

Ambos dejaron la charla cuando notaron que los padres de Hoseok se dirigían hacia a ellos.

— Oficial, tengo algo importante que decirle.

— ¿Qué sucede?

El hombre miró a Namjoon dudando en hablar frente a él.

— ...No se preocupe, señor Jung. ¿Quiere contarme en otra parte?

— No, no. — Negó rápidamente pidiéndole con la mirada al universitario para que se quedara. — Creo que es importante que tú también lo sepas, muchacho.

— Hable por favor, ¿Qué sucede?

— Mi hijo me ha dicho algo.

Chungha abrió sus ojos con sorpresa, Namjoon sintió sus ojos cristalinos ante sus palabras. Había esperanza de encontrarlo, ¿Se trataba sobre su Jimin? Rogaba a los cielos porque así fuera.

— ¿Qué le dijo exactamente, señor Jung?

— Dijo que Jimin se encuentra en nuestra cabaña para vacacionar, me lo dijo antes de irse.

Jimin volvería a casa.

Finalmente lo haría.

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