Lo único que se podía escuchar eran el sonido de las llamas arrasando contra un pueblo de una isla de West Blue, también se podían escuchar los gritos de desesperación de los lugareños, los niños llorando y algunos llamando a sus madres, se veían algunos adultos corriendo asustados, incluso había algunos que murieron.

Toda esa destrucción fue hecho por un solo hombre y sus subordinados, el era un hombre alto, rubio, que llevaba un característico abrigo de plumas de color rosa, con unos peculiares lentes de sol que cubrían sus ojos, al lado de él había otro hombre que sujetaba un bastón.

Aquel parecía estar buscando algo o alguien, cosa que se acerco a un hombre que era el alcalde de aquel pueblo ya en ruinas, quien se encontraba inmovilizado por unos misteriosos hilos que eran por una Akuma no Mi.

── ¿Dónde esta? ── Preguntó serio.

── ¿D-Donde esta quien?.

── No te hagas el que no sabe, tu sabes bien de lo estoy hablando ── Hablo con voz más amenazante ── ¿Dónde esta ella?

Aquel hombre hizo un extraño movimiento de su mano, y lo que causo que el alcalde gritara de dolor ya que los hilos empezaron a lastimar al hombre que antes se encargaba del aquel pueblo que ya estaba cerca de las ruinas.

── N-No tengo idea de donde esta ella ── Suplico el alcalde ── En serio, por favor.

Sin embargo, el hombre empezó a reírse mientras sonreía sabiendo que el alcalde estaba más que mintiendo, lo que causo más miedo en el alcalde.

── Solo hay una posibilidad para ver si estás mintiendo ── Hablo sonriendo ── Si tu no quieres confesar, entonces veamos cuanto puedes aguantar la tortura que te haré.

Luego se escucho el grito del alcalde a lo lejos.

Más alejado del aquel pueblo destruido por las llamas, en un bosque había una mujer que usaba un vestido blanco y una corona de flores, y que cargaba algo en sus brazos que estaba envuelto en una manta, ella parecía estar huyendo de algo o alguien.

── Esto no puede ser posible ── Maldijo ella en bajo mientras huía ── Se supone que el no seria capaz de debería, que no sabría donde estoy.

Es escucharon sonidos de caballos galopando que eran montados por varios hombres armados con espadas y pistolas. Aquella mujer apenas pudo esconderse de ellos para perderlos de vista e irse a otra dirección.

El como sabía "el" que ella se encontraba en esta isla era un misterio, ella no le había dicho a nadie mas que a sus padres antes que fallecieran por una extraña enfermedad incurable, ella pudo esconderse en una cueva cuando escuchó a alguien acercarse.

── La perdí ── Hablo frustrado por un Den den mushi.

── Sabes que el Joven Amo no estará muy contento con eso ── Hablo una voz masculina ── Que no se olvide que la quiere viva, así que ni se te ocurra matarla, me oíste Diamante.

── Tsk ── Chasqueo la lengua ── Ya lo se, carajo, no tienes que repetírmelo un montón de veces, me quitas la diversión.

Luego se escucha un sonido como si alguien empujara a la persona con la estaba hablando con Diamante.

── Cierra de una maldita vez la boca, Diamante, y haz lo que te ordenaron ── Exclamo la otra voz.

Tras eso colgaron la llamada, cosa que Diamante chasqueó la lengua en señal de molestia antes de seguir con su amigo para buscar aquella mujer. Una vez el que se fuera, ella siguió corriendo para ir a su destino, lejos de este lugar para que el no la encontrara.

── Ya queda muy poco, resiste, mi cielo ── Murmuro la mujer.

La mujer finalmente llego al lugar donde quería ir, pero justamente dio un paso más, escucho una voz familiar, cosa que la tenso y se volteó para verlo.

── Margaret, cuanto tiempo sin verte.

── Doffy.

Ambos se miraron entre si con intensidad, la mujer aun sujetaba aquella cosa envuelta en una manta de color rosa, cosa que Doflamingo noto.

── Margaret, ¿por que estás huyendo de mí? ── Pregunto serio.

── Tu sabes bien del porque lo estoy haciendo, Doffy ── Respondió Margaret mirándolo con desconfianza.

── ¿Que es lo que traes en tus brazos?, Margaret.

── Que te importa, Doflamingo ── Respondió Margaret 

── Quítenle lo que tiene en los brazos ── Ordeno.

── Como usted diga, Joven amo ── Respondió uno.

── Alto ── Margaret exclamo ── Aléjate de mi, no te me acerques 

Margaret retrocede queriendo escapar de los subordinados de Doflamingo aunque este último usó su Ito Ito no Mi para así inmovilizar a Margaret sujetándola de las manos y uno en el cuello asfixiándola un poco.

── A-Agh ── Pronunció con dolor.

Los subordinados dejaron de moverse cuando este Doflamingo alzo una mano en señal de detenerse, mientras se acercaba su ex pareja.

── Y ahora si me permites, Margaret.

Doflamingo le quita lo que le tenia en sus brazos sorprendiéndose al darse cuenta de que era una bebé lo que tenían Margaret.

── Así que esto es lo qué tenías, Margaret ── Dijo Doflamingo mirando a su ex pareja ── Queriendo esconder a mi propia descendencia, a mi hija ── Exclamo con cierto enfado.

── J-Jamás dejare que le haga algo a mi hija ── Se quejo ── Tu nunca te preocuparías por ella.

── Es una lástima Margaret ── Dijo Doflamingo desilusionado ── En verdad te amaba, ahora solo me das más lástima ahora te daré una muerte piadosa.

Y tras decir eso Doflamingo mata a Margaret asfixiándola con sus propios hilos, antes de mirar a la bebé, una hermosa niña de cabellos rubios y ojos cafés, quien miraba a Doflamingo con cierta curiosidad.

── Behehehehe

Se escuchó la característica risa de Trebol

── Ne, ¿Que piensas hacer con la bebé?, eh Doffy-Sama ── Pregunto Trebol mientras se acercaba a su joven amo.

── Que no es obvio, Trébol ── Comento ── Mi hija será parte de la familia, entendieron todo ustedes.

── Pikyapikyararara

Esta vez se escuchó la risa aguda de Pica

── Por su puesto que entendemos, Joven Amo ── Hablo Pica.

── Lo que usted diga, Joven Amo ── Hablo Giolla aparentemente feliz de que haya una niña en la "familia"

Por otra parte Rosinante asintió ante lo que dijo su hermano mayor, y por unos segundos miró a la bebé que era su sobrina.

━━ Ne, y como se va a llamar la nueva miembro de la familia Donquixote

━━ Se llamará Donquixote Dulcinea... ━━ Dijo Doflamingo mirando a su hija ━━ Y Giolla, te ordenó de que cuides de ella o hagas lo que sea que haga una figura materna.

── Ne  ── Pronuncio Trébol ── ¿Y como se va a llamar la niña? ── Pregunto con cierta curiosidad.

── Buena pregunta, Trébol ── Doflamingo miro a su hija que le miraba con esos ojos tan curiosos ── Mi hija se llamara Donquixote Dulcinea, y Giolla ── Llamo su atención ── Podrías cuidar a mi hija.

── Oh, por supuesto que si ── Respondió Giolla con una sonrisa ── Cuidare de esta linda niña.

── Daisha

── Si joven amo

Hablo una chica de cabello entre blanco y roso, tenia ojos rojos y llevaba un vestido blanco

── Ya saquearon todo el lugar 

── Si ── Afirmo.

── Y encontraste esa flor mágica.

── Temo decir joven amo que no encontramos esa flor mágica de la hablaba ── Respondió Geisha ── Buscamos en todos los lugares de esta isla, y nadqa

── Tsk ── Chasqueo la lengua ── Bien entonces vámonos de aquí ── Ordeno Doflamingo a sus subordinados.

Todos los de la tripulación se fueron, llevándose los tesoros y todo lo de valor que pudieran ellos encontrar, aunque Donquixote Rosinante se quedó mirando el cuerpo de Margaret sintiendo un poco de pena por ella y más por que años atrás ella fue la amante de su hermano. 

Por lo que Rosinante le hizo una tumba improvisada a Margaret cuando los demás se fueron a guardar las cosas que saquearon antes de ponerle unas flores en la tumba.

── (Te enamoraste del hombre equivocado y así termino tu destino) ── Pensé Rosinante antes de poner un cigarro en su boca ── (Así que no te preocupes, protegeré a tu hija de mi hermano, así podrás descansarás en paz).

Sin nada más que pensar Donquixote Rosinante se fue cuando su hermano le llamó a lo lejos, el solo asintió caminando antes de ver los por unos segundos la tumba de Margaret antes de irse.