🜼𓂃࣪˖ ִֶָ 35

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Ver a la persona que más te lastimó y humilló como hombre, esté frente a ti con esa maldita sonrisa arrogante, fue todo para  enfurecer a Jeon Jungkook.

Él había salido a comprar algunas cosas para su novio. Jimin tenía antojos demasiados extraños como, helado con gomitas, pan con coca, kimchi con arroz y demás cosas extrañas.

Se había vuelto demasiado mimado también, pero Jungkook no podía negarle nada a su rubio, él vivía para consentirlo por más que sus antojos estén de locos. Terminó pagando un helado napolitano con fresas con crema más algunos dulces picantes, Dios, eran demasiadas cosas, pero su madre le dijo que era muy importante cumplir con sus antojos.

La chica sonrojada le dio su tarjeta y Jungkook solo la tomó agradecido, salió de ahí caminando hasta su auto dando marcha a su apartamento. Cuando llega baja tomando su bolsa con los dulces de Jimin caminó hacía la entrada. Fue saludado por el guardia haciendo una reverencia ante él.

Siguió su camino yendo al elevador, sube tranquilamente hasta su piso mirando su móvil con mensajes de su madre y Tzuyu, la cual le dijo que mañana vendría para ver a Jimin. Su hermana quería demasiado a Jimin así que solamente respondió un "está bien" le vendría bien una mano, ya que tenía que trabajar y no quería que su novio estuviera solo. En cuanto se abrieron las puertas del elevador, su mirada se oscureció.

Sentido que todos esos recuerdos llegaban tan solo de mirar a esa mujer frente a él. Ella le sonrió con esos labios rojos que alguna vez besó, esos ojos que alguna vez sinceramente le miraron con amor. ¿Qué hacía ella aquí? ¿Por qué tenía que volver?

No creía lo que veía enfrente.

—Hola, Jungkook. Cuánto tiempo sin vernos.

—¿Qué haces aquí? Sabes que, no me importa, largo de mi piso o te mando sacar —amenaza, pero ella niega acercándose a él seductoramente.

Jeon retrocedió.

—¿Así me recibes después de tantos años Jungkook? es una pena que te volvieras tan frío conmigo —Se cruza de brazos.

—Aún tienes el descaro de venir después de lo que hiciste, que me hiciste —recalca con sumo enojo— Eres una descarada sinvergüenza.

—Pero cuánta agresividad. Me ofendes y hieres mis sentimientos. Tengo mucho de que hablar contigo, es algo importante que nos incumbe a los dos. —Ella toca su pecho.

Jungkook no tiene tiempo para esto, no quería ni verla y tenerla aquí le decía que le ocasionará problemas, toma su muñeca y la llevá a la fuerza dentro del ascensor. Ella lo mira sorprendida por lo que me hace, jamás en su vida Jeon fue tan agresivo con ella, acepción de aquella vez cuando la encontró follado con su tío.

—Lárgate de aquí y espero que no vuelvas a tocarme los cojones Ashia, lo nuestro terminó, se acabó, estás muerta para mí desde ese día que te burlastes de mi. Vete antes de que mandé sacar por las malas. No eres bienvenida en mi vida ni en este lugar.

Ella le miraba vacilante como si Jungkook le hubiera dicho la cosa más graciosa del mundo. Esto solo provocaba más la molestia de Jeon.

—No me iré, he vuelto por una razón Jungkook y esa razón eres tú —dijo con total descaro, Jungkook no podía creerlo.

—Pierdes el tiempo, yo tengo a alguien más y mejor. No te necesito más, así que lárgate o haré que te corran de aquí —estaba a su límite

Ella ríe deteniendo las puertas del elevador mirando desafiante a Jungkook.

—No puedes hacerlo querido. Se te olvida que yo compré mi propio apartamento debajo de este. ¿Se te olvidó cariño? qué tan rápido olvidas las cosas.

—No me llames así, no me importa que tengas un maldito departamento aquí mismo, te vas a las buenas o a las malas. Estás advertida Ashia.

Ella no pensaba rendirse con el pelinegro, así que por hoy haría la paz con él. Se miraba alterado y una discusión así haría un escándalo, pero si Jeon pensaba que se rendiría estaba muy equivocado.

—Bien, me voy, pero que te quede claro que no me voy a rendir Jeon Jungkook. Vine a recuperar lo que es mío y no dejaré que ese mocoso al que tienes por novio me impida tenerte o la menos lo que me corresponde.

Jungkook no entendía lo que quería decirle, pero no sé dejaría.

—Alejate de él, le advierto Ashia.

Ashia solo ríe recargada en la pared del ascensor agitando sus manos es despedida.

—Adiós, Jungkook.

Estas se cierran y Jungkook quedó totalmente irritado, enojado y confundido. Joder su vida mejoraba para bien y luego llegan las malas personas a su vida, ¡Mierda! Estaba completamente seguro que esto le traería problemas con Jimin.

Necesitaba sacar a Jimin de aquí a otro lugar, no es que le tuviera miedo a su ex, pero su novio estaba delicado con su embarazo y si ella intentaba hacerle algún coraje a Jimin y eso hacía que perdiera al bebé no podría con la culpa.

Se adentró al apartamento dejando sus cosas en la cocina, sacó su móvil marcando el número de su hermano Namjoon. Camino hasta su habitación con el móvil en su oído esperando que contestará, abrió la puerta con cuidado mirando que su lindo novio estaba completamente dormido aún.

—Hey ¿Qué pasa Kook?

—Nam necesito que me hagas un mega favor y si es pronto mejor.

Se pasó las manos a la cabeza con frustración.

—Ok ¿Dime qué pasa? Te escuchas molesto.

—Es que lo estoy ¡Carajo! La maldita de Ashia regresó.

—Espera ¿Tu ex?

—Si ella.

—Mierda Jungkook ¿qué quiere? para qué pregunto, de seguro nada bueno.

—Quiere volver conmigo, me lo dejó en claro la muy sinvergüenza.

—Esa tipa no tiene vergüenza. No se conforma de haberte lastimado, sino también que quiere regresar. ¿La echaste no?

—Claro que lo hice, pero ella insistió. Lo que realmente me preocupa es Jimin, él está delicado con lo del embarazo y si ella le hace pasar un coraje no quiero imaginar que pasaría. —dice angustiado, a Jungkook le preocupa su Jimin.

—Tranquilo, no pasará. Mira dime qué es lo quieres que haga por ti, porque estoy seguro de que tienes algo en mente.

—Si de hecho quiero que me consigas una casa.

—¿Una casa?

—Sin una casa. Quiero que me consigas lo más pronto posible una para este fin de semana, una grande y hermosa, tener aquí a Jimin con ella rondando por aquí es muy peligroso hermano. Sé lo que es capaz de hacer y en serio temo más por Jimin y mi hijo.

—Entiendo tu preocupación kook, haré lo que me pides. Mientras espero que tengas a Jimin bien vigilado con alguien, tal vez Tzuyu o su mejor amigo para que lo cuiden. Ella puede subir a tu piso y ver a Jimin.

—Mandaré a poner una aviso a todo el edificio que nadie puede subir hasta acá por orden mía. Si es posible mandar a unos guardas vigilar a escondidas no lo sé.

—Tranquilo hermano, has eso. Por lo tanto, yo buscaré ahorita mismo una residencia cómoda para ambos y mi sobrino. Mañana nos vemos en mi oficina ¿De acuerdo?

—Gracias, Namjoon.

—No hay de qué. Tengo que ir por Seokjin, estamos en contacto para cualquier cosa.

—Vale adiós.

Cuelga...

Soltó un suspiro cerrado la puerta detrás de él caminaba a su gran cama donde su rubio dormía plácidamente. Tomó asiento acariciando su vientre semi abultado inclinándose un poco besado esa zona. Jimin se removió abriendo sus ojitos mirando que su novio besaba su vientre, sonrió por lo lindo que fue ese gesto tan cariñoso.

—¿No hay uno para mí? —susurro con su voz ronca por el reciente sueño.

—Creí que dormías —dice elevando su rostro besando sus labios con amor.

—Dormía, pero sentí unos besitos en mi vientre y una revoltura, ¿Puedes llevarme al baño, creo que vomitaré?

Jungkook hace una mueca de desagrado.

—Nene pudiste decirme eso primero, te besé de lengüita.

El rubio se ríe siendo alzado por su novio hasta el baño, donde no tardó en vomitar todo lo que comió en la tarde. Jungkook lo ayudó a lavarse la boca dándole su medicamento.

—¿Estás bien cariño?

—Sí, ayúdame a ir a la cocina, tengo antojos ¿Me compraste mis cosas?

Jungkook ayuda a Jimin a ir hasta la cocina para darle lo que compró.

—Si todo está ahí, pero no comas mucho amor podría hacerte daño.

—Solo serán unas cuantas golosinas, tu hijo me las reclama, no es mi culpa. —infló sus mofletes tiernamente.

—Bien, pero solo algunas, tengo que preparar la cena bonito —besa su frente con amor.

Jimin asintió como niño bueno, Jungkook empezó a colocarse el mandil y comenzar a cocinar. En su cabeza solo estaba rondando el hecho que esa maldita mujer volvió para regresar con él, lo cual le parece una estupidez a Jungkook al decir que lo quiere de vuelta, no después de lo que hizo.

También estaba el hecho que sabía de Jimin y era lo que más le preocupaba. Tenía que mudarse lo más pronto de ahí para evitar que algo pase entre ella y su novio, claro que también por su pequeño hijo.

El solo pensar que sería padre le sacaba una gran sonrisa, quería que ya naciera y tenerlo entre sus brazos para llenarlo de besos y abrazos, comprarle todo lo que él quisiese, mirarlo, ver sus primeros pasitos, era una locura que ahora sería padre por primera vez, después de perder aquel bebé que Ashia aborto solo por rencor.

Dejó de lado esos pensamientos y se concentró en la cena. Mientras tanto Jimin comían mirado a su novio cocinarle. Se sentía tan afortunado de tener un hombre como él a su lado, ahora con su hijo en camino, ¿Se imaginó alguna vez así? No. En realidad él quería seguir en la danza contemporánea, pero las deudas de su padre se lo impidieron, tal vez si hablaba con Jungkook después de que el bebé nazca, podría retomar aquellas clases.

Terminó de comer cuando su novio le dejó el plato de comida y ambos se dispusieron a comer, platicando de su día a día entre risas y robándose besos. Se sentían felices de estar donde siempre debieron estar.

Mientras tanto Ashia se mordía la uña del dedo mirando su móvil con el sin fin de llamadas de la niñera, sabía que esa maldita mocosa no estaría en paz con ella lejos.

Dio vueltas por todo su apartamento tomando una copa de vino pensando cómo recuperar a Jungkook y claro su fortuna, por qué únicamente para eso quería al pelinegro de vuelta. La idea la tenía, por qué ella por avaricia hace lo que sea.

Dejó la copa tomando su móvil marcando a la niñera.

—Ani ¿Qué pasa?

—Lo siento señorita Ashia, pero su hija no deja de preguntar por usted, no deja de llorar, la extraña mucho.

—No entiendo cómo me puede extrañar esa mocosa, pero bien te quiero aquí a primera hora mañana, tomarás un vuelo a Corea y tráela bien.

—Sí señora.

La mujer bufa.

—Cuántas veces te he dicho que no me digas señora.

—Pero…

Le colgó…

Ya sabía cómo enredar a Jungkook de nuevo con ella, y la clave era su hermosa hija. Al fin serviría de algo la maldita mocosa.

Esto se pone bueno.

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