🜼𓂃࣪˖ ִֶָ 42

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Jimin tenía un enorme puchero mientras veía a su novio hablar con aquella mujer. Hace dos horas que la muy mustia llegó con su marido, los saludaron amables como todas las personas, pero llevaba dos horas con Jungkook hablando y la mujer esa parecía garrapata mientras el tonto de su marido de aquella mujer estaba desempacando en su habitación.

Esto tenía irritado al rubio porque Jungkook no le prestaba atención, Jimin nunca había sentido celos, pero justamente ahora mismo los tenía.

—Jungkook, que graciosos eres, porque no vamos a cenar esta noche, digo tú y yo....y nuestros esposos por supuesto.

Maldita zorra. Pensó Jimin.

—Gracias por tu invitación, pero tengo una cena pendiente con mi novio.

A Jimin le gustó escuchar como su novio la mandaba a la goma, pero ella seguía insistente.

—O vamos será divertido —tocó descaradamente el pecho de su novio, Jimin abrió su boquita indignado— Además me gustaría saber más de Corea, ya que pienso ir de vacaciones ahí un tiempo.

Jungkook apartó la mano de la mujer de su pecho algo incómodo, sabía que ella tenía otras intenciones con él y probablemente le traería problemas con su novio, quien lo miraba mal por cierto.

—En serio gracias, pero vine aquí a estar con mi novio y de hecho me está esperando para dar un paseo, será la próxima vez. «O tal vez nunca: dijo en voz baja»

Ella pareció algo disgustada por su respuesta, Jimin ya no quería ver más a su novio conversar con ella así que rápido fue hasta su novio y lo tomó del brazo para jalarlo hacía él.

—Kookie, tengo hambre, vamos por algo de comer, tienes que alimentarme a mí y tú ¡Hijo! —eso lo recalcó muy bien y en voz alta.

Jungkook sabía que su novio estaba celoso y la mujer solo miro su vientre ya grande, sonrió sin gracia alguna.

—Será en otra ocasión, espero verlos pronto —se retira contorneando sus caderas descaradamente.

—Siri in itra icasión. ¡Mis nalgas que!

Jeon soltó una carcajada.

—Amor no estés celoso, sabes que solo tengo ojos para ti.

—Lo sé Jungkookie, pero ella parece que los tiene sobre ti y si intenta tocarte otra vez le sacaré los ojos con un coco.

Le parecía divertido la forma en que Jimin se ponía celoso, sus mejillas se colocaron más rojas y sus orejas se movían ante sus expresiones molestas, era divertido ver a su novio así.

—¿Cómo es que le sacarías los ojos con un coco, amor?

—No querrás saberlo —esa mirada malévola hizo tragar grueso a Jungkook— Ya llévame a comer tengo hambre.

Bufó el pelinegro tomando la cintura ancha de su novio plantándole un beso en esos rojizos labios. Vaya dualidad tenía su rubio panzón.

—Andando amor.

Jimin se sonrojó ante el beso, pero le tomó de la mano y caminaron aún hermoso restaurante, bajó la vista de aquella mujer quien los miraba rencorosa.

Cuando fueron atendidos en aquel restaurante, Jimin no dejo de comer todo lo que pudo. Con su embarazo, los antojos y la comida deliciosa de este hermoso lugar no podía evitar comer demás, estaba subiendo de peso, pero no le importaba porque esto era para ponerse fuerte y sano para su bebe.

—Amor, casi te comes el plato. —Le dice jugando Jungkook a Jimin, quien le lanzó una uva ante su comentario.

—Ya sé que me estoy poniendo gordo kookie, cuando tenga siete meses parecerá globo.

Tomó su mano sobre la de su novio y la acarició con cariño.

—Amor, no importa lo gordito que te mires, seguirás mirándote hermoso. Te amo Jimin y no me importa cuánto peses, además llevas a mi hijo en tu vientre, es normal que subas de peso.

Con esas palabras Jimin se sintió reconfortado, amaba demasiado a Jungkook, de eso no tenía dudas. Minutos después se fueron a dar su paseo, el atardecer se hacía presente y pronto la noche caería. Jimin suspiraba mientras estaba tomado de la mano de su novio, fue un día estupendo a excepción de aquella mujer que le molestaba demasiado a Jimin.

No llevan aquí ni una semana y ya no quería verlos, lo peor de todo es que el esposo era un tonto que se dejaba mangonear de esa manera por ella.

Le era increíble al rubio que fuera tan tonto, esperaba no tener más que verla, porque hoy justamente había una manifiesta de parejas en motel cercano a su casa de la playa, todos fueron invitados y Jimin quería ir.

Llegaron a su mansión, llamó Jimin por lo grande que era. Para ducharse y cambiarse para el evento, Jimin usó una camisa de seda transparente blanca, unos pantalones chándal igual blancos, ya que sus pantalones no le quedaban más por su enorme pancita, así que tenía que usar esos.

Jungkook vistió una camisa amarilla tipo hawaiana, unos pantalones blancos medio ajustados, se miraba todo un galán aún más por su brazo todo tatuado.

—Wao... señor Jeon, se mira totalmente sexy.

Dijo Jimin con las mejillas rojas y lamiendo sus labios. Jungkook sonrió ante los halagos de su novio.

—Gracias amor, también te miras hermoso y más con esa pancita grande donde tienes a mi pequeño hijo —suspira— eres perfecto cariño.

Jimin se acercó y tomó el mentón de su novio plantándole un beso.

—Te amo, Jungkook.

—También te amo nene, ahora hay que irnos llegaremos tarde.

—Muy bien vámonos quiero ver qué comida habrá.

Jeon negó con la cabeza en una sonrisa, su novio era un glotón, pero amaba verlo más gordito cada día. Salieron de su casa para dirigirse a dónde era la festividad.

Cuando llegaron, Jimin miro más que sorprendido la zona donde es la fiesta, foquitos en forma de piña sobre las palmeras, hombres con máscaras extrañas un poco terroríficas, el sonido de los bongos resonando en la fiesta con un ritmo alucinante, había hombres escupiendo fuego por la boca y otros hacían malabares con fuego también.

—Jungkookie esto es increíble, mira esos hombres con el fuego y las mesas bien decoradas con cocos de palmeras, y mira eso... faldas hawaianas.

—Lo sé es increíble, en Hawaii hay cosas más sorprendente que estás, algún día podemos ir.

—¿En serio?

—Por supuesto amor.

Jimin asintió y ambos fueron guiados hacía una mesa casi al frente de las demás, el mesero llegó con unas piñas coladas para ambos y algunas botanas en lo que la comida llegaba.

—Me encanta este lugar amor, cada día me siento mejor y creo que volveremos antes de lo pensado.

—¿Te quieres ir ya? —pregunta.

—No me malentiendas kookie, me encanta este lugar, es maravilloso. Pero también extraño a mi mejor amigo y a tu familia, extraño Corea.

—Volveremos amor, quiero asegurarme que estés completamente bien, que nuestro pequeño o pequeña esté más fuerte que nunca, aún me preocupa que volvamos y que después algo malo te pase.

—No me pasará nada, aunque aún tengo algo que resolver cuando volvamos.

—¿Hablas sobre tu familia o sea los Min?

El rubio asintió bebiendo su piña.

—Si, tengo dudas sobre aquello que es... mi hermano y que tengo familia después de todo.

Jungkook toma su mano para besar su dorso.

—¿Aún no piensas leer la carta que te escribió Jaemin? Sé que es tu decisión amor, pero él hecho de que tengas dudas y preguntas te puede poner mal y no quiero que eso pase cuando los enfrentes.

—Tal vez consideraré leerla, tal vez así no sienta mal cuándo ellos me den sus explicaciones. Además soy maduro, sé que podré enfrentar lo que sea, tengo una familia y es algo que no dejaré ir Jungkook, siempre creí estar solo, pero mira nada más.

Jeon beso su mejilla.

—Y me tienes a mí.

Tenía razón, también lo tenía a él.

Se encoge de hombros mirando hacia el frente donde un señor comenzó hablar sobre el espectáculo que habría.

—Cuando decidas leerla, estaría ahí para ti amor de eso no tengas dudas.

Jimin se inclinó un poco para besar sus labios y Jeon le correspondió. Pero su beso fue interrumpido por aquella mujer.

En serio que Jimin estaba por ir por un coco y darle en la cabeza a aquella mujer.

—¡Hola... Yuju!!

Ambos voltean a ver a mujer que venía con su esposo hacia ellos, todo buen humor se esfumó por parte de Jimin, Jungkook los saludo incómodo, esa mujer le está colmado la paciencia.

—Hola que bueno que llegaron, nosotros estábamos perdidos, así que los mire y dije, que bueno que están ahí y nos sentamos juntos a ver el show.

—Es una mesa solo para dos, es una fiesta de parejas y ahí hay muchas mesas solas donde se puedan sentar.

Les señala Jimin con obviedad, la mujer lo mira mal, pero igual le regala una sonrisa, falsa por supuesto.

—No creó que a tu novio le moleste que nos sentemos juntos ¿verdad Jungkook?

¡Jungkook, Jungkook! Maldición esa mujer no tenía pudor, llamar a su novio por su nombre, le hirvió la sangre a Jimin.

—No me molesta pero...

Lo interrumpió la mujer y Jimin le dio una mirada furtiva a su novio.

—Vez, no hay problema, y tú —mira a su esposo— ve por unas sillas rápido —le tronó los dedos y aquel tipo fue por las sillas como todo un sumiso.

Cuando las trajo ella se sentó al lado de Jungkook, Jimin clavó sus uñas en sus palmitas de sus manos, en serio está mujer era una descarada, pero que ni piense que Park Jimin se dejaría de una tipa como ella.

Tenía que hacer algo rápido.

—Jungkookie —hizo su voz tierna y Jeon lo miró.

—¿Qué pasa nene?

—Me...me duele un poco el vientre... podemos irnos.

Jungkook al oír aquello se levantó rápidamente.

—¡¿Dónde te duele amor?! Vamos al hospital rápido.

Jimin se levanta fingiendo que le duele, pero la verdad todo fue tramado por él, la tipa esa lo miro con mala cara, claro que ella no se había tragado ese cuánto.

—Mi esposo puede llevarlo Jungkook, no te preocupes, esperemos aquí.

Jimin en serio quería aventar algo a tipa esa, pero Jungkook entonces enfureció.

—Es mi novio y mi hijo, no me quedaré contigo mientras mi novio sufre, así que con permiso.

Jeon ayuda a su novio a caminar un poco hacia fuera mientras sonreía triunfante. Jungkook se miraba preocupado, Jimin detuvo su andar cuando llegaron a la playa un poco oscura.

—Amor necesitas ser atendido, vamos cariño.

—Estoy bien amor, solo fingí que me dolía para zafarnos de aquella tipa.

—¿O sea fingiste que te dolía únicamente porque ella se sentó con nosotros? —le dice con voz molesta— Por dios santo Jimin, no sabes lo preocupado que me sentí cuando dijiste eso yo...

—Lo siento amor, pero ya no lo soporto. Esa mujer se te resbala hasta por los suelos y no te das cuenta, además eso de "No me molesta" o sea Jeon, dejaste que se sentara con nosotros y no lo soporte, lo siento.

Suspiro pesado el pelinegro mirando a su novio con un enorme puchero y de brazos cruzados, estaba más que molesto.

—No quería eso Jimin, pero no me dejó terminar lo que quería decir, aun así no tiene nada de malo que ella se sentara con nosotros ¿Acaso no confías en mí?

—En ti si, pero en ella no. Y si fuera al revés estarías peor que yo.

Formuló otro puchero tierno. Jeon tomó su cintura para besar sus labios, su novio era todo un celoso, pero así lo amaba.

—Nos perderemos la fiesta.

Jimin abrazo su cuerpo fornido dejando su cabeza recostar en su pecho.

—No me importa, tú eres lo único que quiero ver el resto de mi vida.

—Vayamos a la casa entonces amor.

Jimin asintió sin dejar de abrazarlo y juntos se fueron dando camino hacia su mansión cabaña. Ya ahí, Jeon tomó una copa de vino y una copa de jugo para su novio, camino hasta la piscina donde Jimin lo esperaba.

—La noche es muy hermosa ¿No crees?

—Si, es muy hermoso por la noche, es mejor esto que la fiesta.

Se sienta a su lado para dejar caer sus pies al agua cristalina, mirando ambos la luna en su más grande esplendor, se sentía bien de esta manera aunque su noche de fiesta lo haya arruinado aquella mujer.

Tomo de su copa Jimin suspirando, Jungkook lo mira y entrelaza sus manos.

—¿En qué piensas amor?

—En nada en particular, solo que por primera vez me siento tranquilo.

—Ya veo —murmura Jeon bebiendo de su vino— ¿Jimin?

—Sí.

—¿Te puedo hacer una pregunta que me tiene muy intrigado?

El menor asiente.

—Claro.

—¿Cómo fue tu padre contigo? Digo, sé que no tuviste buena infancia con él, pero quiero saber esa parte de tu vida.

Jimin lo mira y se acerca más a su novio, apoyando su cabeza en su pecho mientras movía sus pies en el agua.

Contar sobre su vida con su padre no era fácil, había tanto daño en él por culpa de su padre, pero también había buenos momentos.

—Bueno pues... Papá nunca fue el mejor padre del mundo —empieza a decir— él desde que recuerdo me trató de una manera demasiado mal, me golpeaba a veces y me decía que me parecía mucha mamá, nunca la conocí o supe algo de ella, pero realmente estaba agusto así, ya que papá me decía que ella nos abandonó por otro hombre y eso me destrozó mi corazón.

Jeon lo abrazó más a su cuerpo escuchando la historia.

—Cuando tenía 12 años él me mandaba a pedir dinero en los camiones o en cualquier sitio para que él lo tomara todo en cerveza. Papá era un alcohólico y me trataba mal, pero era lo único que tenía, no podía alejarme de él. Un día llegando de la escuela trajo a sus amigos ebrios a ver el partido de fútbol, y uno de ellos intentó abusar de mí.

—¡¿Qué?! ¿Y el que hizo amor? —Jeon estaba indignado, más bien furioso.

—No pasó nada, gracias, adiós. Le golpeé con un bat de béisbol y salí corriendo, pensé que papá se molestaría, pero los corrió a todos y me abrazo pidiendo perdón. Yo sé que mi papá me quería, aunque por lo visto no era su hijo, aún no sé cómo pasó todo, pero quiero que ellos me lo cuenten cuando vuelva —suspiro tomando su jugo— Desde mi infancia y adolescencia fue así, trabaje para darle para su vicio, iba a la escuela y trabajaba hasta que él pidió una gran cantidad de dinero, yo no sabía, pero le pidió mucho dinero al banco y nos endeudamos. El un día se sintió mal y lo lleve al hospital. Me dijeron que no sobreviviría porque tenía cirrosis, y murió poco después.

—Lo siento tanto amor —beso su cabellera rubia dándole confort.

—Me tuve que endeudar con la funeraria, ya debía mucho y los del banco me cobraron el préstamo de papá.

—Pero amor, cuando una persona pide prestado y muere después, se supone que la deuda queda cancelada. No tenías por qué pagar aquello.

—Lo sé, pero papá me puso como testigo o algo así para yo pagarla. Fue lo que más me perjudicó. Dejé mis clases de danza en mí academia, trabajé en un invernadero de fresas y luego en un restaurante con Taehyung. Mi vida fue de esa manera para pagar las deudas. Un turno en la mañana y un turno en la noche, así viví hasta que Jaemin apareció en el restaurante y me propuso... ya sabes que.

Dice con sus mejillas sonrojadas y su corazón chiquito por recordar cómo empezó todo su historia de amor con el pelinegro.

—Ahora entiendo por qué aceptaste, no lo hiciste con mala intención, solo quería salir de la deuda.

Jimin asintió.

—Ajam… anque si no pagaba me iría a la cárcel, por eso acepte el trato de Jaemin y ya vez como termino todo —Eleva su mirada hacía su novio quien le acaricio la mejilla— Fui a Canadá, conviví con una buena familia, di mi primer beso en un accidente cayendo de un árbol y tengo la dicha de tener al hombre más increíble del mundo conmigo.

Jeon sonrió como tonto ante las palabras de su novio, acercó su rostro y beso sus esponjocitos labios.

—Y yo caí enamorado de un impostor, que me entregó lo más especial para él y ahora me dará un hijo. No sabe lo mucho que te amo Jimin y agradezco que aceptaras el trato por qué que estoy seguro de que me hubiese casado con tu hermano.

—Que bueno que no fue así, y yo estoy contigo, ahora que seremos una familia, espero ser lo suficiente para ti.

—Créeme amor, lo eres, eres eso y más para mí.

Jeon se levantó del piso de madera mirando con amor a Jimin, este imito su acto para quedar frente a frente con su novio.

Jeon tomó su cintura y le dio un beso, un beso que le robó más de un suspiro a Jimin. Él rodeó con sus brazos el cuello de Jeon para profundizar aquel beso. Los chasquidos, el sonido que emitían en sus corazones era tan hermoso y placentero.

Se separaron juntando sus frentes y rozando sus narices.

—Y si solo por hoy me dejas hacerte el amor nene.

—Con mi pancita así de grande.

—Tienes tres meses, aún es pequeño así que no creo que nada malo pase.

El rubio tiño sus mejillas, él también quería y lo deseaba, así que asintió dejándose llevar por su lujuria.

—Hazme el amor kookie, hazme tuyo como solo tú sabes hacerlo.

Jeon sin pensarlo cargo su cuerpo para llevarlo hacia la cama, donde le haría el amor.

Estaba un poco nervioso el menor hace tiempo que no lo hacía con su novio desde aquella primera vez en Canadá, donde le entregó lo más importante para él y dónde salió su pequeño cacahuate.

Tomo la mejilla de Jungkook con amor y no esperaron mucho tiempo para quitar sus ropas y besarse con desespero. Jeon acariciaba cada parte del cuerpo de su novio saboreando esa piel lechosa que tiene, beso su cuello bajando poco a poco hasta sus clavículas, Jimin sentía demasiadas sensaciones recorrer su cuerpo

Ser tocado de esa manera por su novio era todo una exquisitez, lo amaba demasiado y creo que eso era poco para él.

El mayor lamía sus tetillas, el rubio gemía arqueando su espalda, en un dos por tres Jeon se introdujo dentro de Jimin haciendo que Jimin abriera su boquita soltando los mejores jadeos para su novio.

Las estocadas fueron con cuidado para no lastimarlo y ser brusco, la cama rechinaba la luz de la luna atravesaba el cuarto siendo lo único que los iluminaba. Besos, jadeos, respiraciones erráticas; Jimin se abrazaba de Jeon mientras lo seguía embistiendo con delicadeza, sentía que no podía con tanto placer, estaba tan profundo en el que no pudo evitar venirse manchando el pecho de su novio.

Este le siguió después de varias estocadas, dejó que el orgasmo le hiciera a su cuerpo sentir ese magnífico placer. Ambos se miraron con amor y juntaron sus bocas una vez más para besarse con amor, como solo ellos sabían hacerlo.

En su maravillosa noche en las Maldivas.

Hay que amor. Quiero algo así con un coreano jeje.

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