El tiempo había pasado, ahora el pequeño alfa acababa de cumplir doce años y había estado intentando pensar que regalarle a su bonito omega para su cumpleaños. Luego de pensarlo mucho y escuchar consejos de sus padres —ignorando a su padre y prestándole más atención a su appa—, logró pensar en el regalo perfecto.
Su bonito omega amaba las cosas suaves y bonitas, ¿y qué mejor que regalarle un bonito muñeco de peluche?
Esa mañana SuNoo se sintió mal al ser ignorado por Niki, haciendo que se sintiera bastante triste a lo largo del día, incluso cuando el día de su cumpleaños era un momento feliz para él, algo había dolido y continuaba doliendo en su corazón.
El alfa estaba dando vueltas por una regalaría junto a sus padres, quienes simplemente esperaban que su hijo encontrara algo que creyera era lo suficientemente lindo para SuNoo.
— Riki... ¿No crees que este es bonito? —Preguntó Felix, su appa, haciendo que el menor se acercara y negara lentamente
— No es tan bonito para Sunito.
HyunJin rió levemente y tomó la mano de su esposo, murmurándole que dejara que buscara por su cuenta. Y aunque Felix quería ayudar a su hijo, su esposo tenía razón, debía dejarlo solo.
Finalmente y luego de una hora el alfa encontró un muñeco de peluche que hacía que recordara a su bonito omega, haciendo que inmediatamente le dijera a sus padres que ya podían irse.
HongJoong miraba a su hijo con algo de preocupación, para éste su día de cumpleaños era pura felicidad, pero ahora no veía más que una mirada triste.
— ¿Sabes por qué está así? —Preguntó HongJoong a MinGi, su esposo.
— Mencionó que no había visto a Niki en todo el día, es por eso que está así. —Respondió el alfa, haciendo que el omega hiciera un pequeño puchero.
El timbre sonó y MinGi se acercó a la puerta, abriendo y viendo al alfita que hacía que su hijo estuviera triste.
— Ojalá y no hayamos llegado tarde, Niki buscaba el regalo perfecto —Mencionó Felix, haciendo que MinGi sonriera levemente.
Niki se adentró a la casa y buscó al omega con la mirada, cuando finalmente logró verlo se acercó para abrazarlo, pero el mayor no correspondió el abrazo como siempre hacía.
— ¿Qué sucede Ddeonu? —Preguntó el más alto.
— ¿Por qué me ignoraste todo el día? Me duele el corazón por tu culpa y eso es triste —Respondió, mirándo al alfa.
— Lo siento mucho, es que estuve pensando todo el día en que regalarte y no quería que pensaras que no iba a darte nada, entonces el día se me pasó muy rápido —Admitió, tomando la mano del omega— Pero te compré algo muy bonito, así de bonito como tú.
SuNoo sonrió y tomó la bolsa de colores que el alfa le extendió, haciendo que metiera su mano y lograra sacar el muñeco de peluche que el menor había elegido para él. El omega sonrió nuevamente, dando pequeños saltitos en su lugar, para luego abrazar al más alto.
— Me encanta.
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