CAPITULO 10

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Pov's Alex

Estaba en el desván leyendo de nuevo el capítulo del día anterior, pensando qué tanto se enojaría Sky si avanzara sólo un poco sin ella, podía fingir que no lo hice y jamás lo descubriría, entonces Jackie se encargó de detener mi dilema.

No me di cuenta en qué momento, pero subió hasta ahí y se plantó frente a mí.

—¿Es nuevo?

Su presencia me sobresaltó. Desde que regresó pasaba más tiempo aquí arriba que en casa. No pensé que se atreviera a venir, siendo honesto tampoco lo deseaba.

Se refería al libro, tardé en entender. Por alguna razón me incomodaba hablar al respecto con ella, así que opté por guardarlo debajo de uno de los cojines.

—¿En qué puedo ayudarte?

Aunque mi tono no fue grosero sí que reflejaba cuánto deseaba mantener las distancias. Estaba siendo educado, no amigable y lo notó.

¿Había venido aquí a pasar el rato? Finalmente yo fui quien le dijo que pertenecía, fui yo quien marcó su nombre en la columna de madera, así que no me sentía con derecho a echarla, incluso cuando en realidad quería hacerlo.

—Odio que las cosas sean así entre nosotros.

—No podrían ser de otra manera.

—¿Por qué?

La desfachatez de su pregunta me enfadó. ¿Lo decía en verdad?

Tomé el libro y me levanté decidido a pasarla por un lado, sin embargo apenas avancé dos pasos me detuve.

¿Por qué tenía que ser yo quien huía? Estaba cansado de correr avergonzado cuando no fui yo quien falló así que en un arranque de valentía regresé a enfrentarla.

—Porque me engañaste y no con cualquiera, lo hiciste con mi hermano mayor.—Aunque ese era motivo suficiente continúe: — Porque me lastimaste y fuiste tan egoísta que ni siquiera te quedaste a darme una explicación, causaste un desastre y lo dejaste arder sin mirar atrás una sola vez. ¿No crees que merecía un poco más que eso?

—Alex...

—No, Jackie. —Mi voz se endureció. — Seamos honestos y digamos las cosas tal cual son; iniciaste una relación conmigo incluso cuando no estabas segura de a cuál de los dos querías y cuando lo mencioné me aseguraste que yo era tu elección, aunque fue una mentira. Me traicionaste incluso antes del beso con Cole.

Su silencio fue la confirmación que en secreto necesitaba. Atrasaba esta charla porque no quería seguir lastimándome, pero tenía que ser así; Tenía que doler hasta que en algún momento ya no hubiese más partes de mi corazón que pudiese romper, entonces podría comenzar a reconstruir por mi cuenta.

—Yo sí sabía lo que quería. Hubiese hecho cualquier cosa por ti. ¿Por qué tuviste que hacer que te amara si no estabas segura de querer estar conmigo?

Le di tiempo. En el fondo necesitaba una explicación, una razón más fundamentada, algo más profundo que un "Perdón", pero nunca llegó. Sólo se quedó callada y fue lo que terminó de aplastar lo que sentía por ella.

—Creaste un entorno de seguridad y confianza para luego arrebatármelo usando, la que sabías, era mi mayor inseguridad: mi hermano. ¡Me traicionaste de todas las formas posibles Jackie!, así que es obvio; no esperes que sea como antes.

Ella había estado queriendo tener esta conversación pero ahora que por fin le decía a la cara todo lo que me hizo sentir parecía haberse quedado en blanco. Yo, por otro lado, sabía que esta era la última vez, aquí cerraba el ciclo, me obligaría a ello, así que retomé con una admisión que me daba miedo pero que, entendí, era momento de dejar ir:

—Te sigo queriendo pero ya no estoy enamorado de ti.

Llevaba semanas dando vueltas en lo mismo, intentando ordenar mis sentimientos. Ahora que mi declaración se asentaba entre nosotros más real me parecía; El tiempo se había encargado de borrar el sentimiento romántico, ahora sólo existía un cariño -porque me gustase o no ella se había vuelto parte de mi familia- y una herida que poco a poco comenzaría a sanar. Agregué:

—Dudo que algún día volvamos a ser amigos pero no tenemos que llevarnos mal, al final vivimos en la misma casa. Así que siento si fui grosero o te herí la última vez que hablamos. Para mí el tema queda cerrado a partir de ahora, no volveré a reclamarte nada, ni actuaré enojado al respecto. Tan solo seremos... conocidos.

Siempre me sentí orgulloso de conocer a Jackie, ahora deseaba no hacerlo, porque si no lo hiciera no sabría que mis palabras le habían dolido y que se estaba conteniendo para no llorar.

Tragó duro antes de tomar aire y hablar.

—Siento haberte lastimado. —Su voz salió más firme de lo que creí. —Nunca quise hacerlo. No es justificación, pero... creo que con la pérdida de mi familia estaba vulnerable a recibir atención sin ser consciente del daño que podía causar. Me fui porque sabía que lo que hice estuvo mal. Me sentía abrumada y no pensé con claridad. Tienes razón, Alex, te merecías más.

Mi madre nos lo advirtió en su momento. Lo olvidé entonces, quizá aferrado a conocer a Jackie.

—No fue mi intención aprovecharme de tu vulnerabilidad. Lo lamento si lo sentiste así, o incluso si lo hice sin darme cuenta.

—Lo sé.

Las cosas estaban dichas. Ya no quedaba nada más que hacer por nosotros. Quizás era resignación, no lo sé, pero lo que fuera ahora por fin me sentía capaz de dejar el pasado atrás. Claro que quedaba nostalgia por los recuerdos de lo que fuimos, sin embargo nada duraba para siempre, algún día el sentimiento se iría y poco a poco la olvidaría.

—Ya está, Jackie. Lo superaremos.

Comencé a bajar las escaleras ansioso por salir de ahí. Sin embargo, antes de tocar el suelo alcancé a escuchar su susurro.

—No quiero superarte.

***

Sky se movía enérgica desde que salió de la camioneta. Parloteaba sin tomarse un segundo para respirar mientras acomodaba la manta y los cojines que insistió en traer, ¿de qué? Por primera vez no tenía la menor idea.

—Es tu turno de leer hoy. Yo acabé el otro día...

Aunque intentaba seguir el hilo mi mente se desconectaba a los pocos segundos dejando su voz como un mero eco. La escena en el desván se repetía una y otra vez aunque me esforzara por hacerla a un lado dejándome un dolor agudo en las sienes.

La miré intentando descubrir de qué hablaba ahora, pero de nuevo mi pensamientos divagaron.

Sky era mi mejor amiga. Al inicio creí que aceptarlo me asustaría, porque cuanto más quieres a alguien más miedo te da perderla. Y sí, una parte de mí temía una realidad donde ella no estuviese en mi vida, pero la otra se sentía bendecida por tenerla ahora.

Con el tiempo que íbamos pasando juntos me di cuenta de que no le gustaba tener secretos, por lo que siempre se mostraba transparente. No exigía eso de mí, se manejaba sólo a sí misma bajo tal regla. Sin embargo, había algo que le costaba soltar; lo único que sabía era que esa historia tenía que ver con el chico del que se enamoró en el pasado, el que la traicionó. Pero incluso eso no era del todo un secreto, porque me habló de ello, aunque sin detalles. Yo en cambio, me seguía guardando lo que sucedió con Jackie. ¿Por qué?

En días como hoy sólo quería ser lo suficientemente valiente para poder hablar con ella de lo que sucedió en la mañana.

—¡Taran!

Para cuando presté atención la tenía frente a mí de pie con una cesta de cupcakes de betún azul y estrellas blancas que llovían sobre ellos. Su característica sonrisa me saludaba.

—De vainilla, tus favoritos.

—¿Me has hecho cupcakes?

Asintió. —Valóralo. Nunca pensé hacer otros que no fueran de chocolate.

Lo habíamos hablado antes, sus favoritos eran de chocolate, los míos de vainilla. Le encantaba la repostería pero me contó que hacía un tiempo que no la practicaba porque le recordaba mucho a casa, por ende a sus padres.

Mirándola ahí de pie con la sonrisa más grande que hubiese conocido mientras sostenía la canasta de pastelillos pensé en lo afortunado que era. Y así, como si fuera magia, los fantasmas que atormentaban mi mente se acallaron. Fue como si la niebla a mi alrededor se hubiese derrumbado. Mi pecho se calentó. ¿Eso era lo que hacía falta? ¿Unos cupcakes de vainilla?

—¿Estás bien, Alex?

Pude haber negado lo evidente. Pero me estaba preguntando no para saber la respuesta, porque ya la tenía, preguntaba para darme la oportunidad de escoger si quería o no hablar al respecto.

—No.

Que abriera la puerta le sorprendió, sin embargo no dio pasos atrás. Con cuidado se sentó frente a mí, sobre la manta y con los cupcakes asentados en sus piernas.

—¿Qué sucede?

Mi corazón tamborileo desenfrenado ante la expectación de sus ojos.

—Me ha dado miedo hablar de esto con alguien más. Nunca lo he hecho. Digo que es vergüenza, y en parte es verdad, pero la razón principal es que temo que me miren con lástima o que me crean insuficiente...

>... Siempre admiré a Cole. Quería ser como él. Al inicio fue como correr detrás suyo, pero con el tiempo me fui sintiendo más y más pequeño en comparación. Hasta que comprendí que lo de él era algo natural que no estaba en mí. Y acepté eso. Estaba bien siendo solo "El hermano de Cole". Estaba orgulloso de ser su hermano. <

Recordar esos tiempos era melancólico. A veces deseaba volver a ser niños, sentir que éramos hermanos porque ahora parecíamos desconocidos.

Continúe:

—Mi primera novia se llamaba Paige. Cuando ella y yo comenzamos a salir Cole no estaba aquí. Hasta que volvió. En esos primeros días salimos de fiesta, nunca ha sido mi especialidad pero me esforzaba por hacer amigos y a ella le gustaba así. —Tomé un segundo, recordando que Sky no me juzgaría. No fui tan valiente así que bajé la mirada. —Cole y Paige se besaron en esa fiesta, frente a todos...

>... Me dolió, sí. Era la ilusión de ese primer amor rompiéndose. Mis hermanos creen que esa es la razón por la que él y yo nos distanciamos, pero la verdad es que solo fue el punto de quiebre; He vivido toda mi vida bajo su sombra, sintiendo que cada vez que me sucede algo bueno él llega y no necesita hacer nada, solo lo obtiene. Lo que sucedió con Paige fue la gota que derramó el vaso.

Estaba tan enojado. No quise fingir más que no me afectaba. Así que las cosas se volvieron tensas entre nosotros. Entonces Jackie llegó...<

Comencé a contarle cada detalle desde ese momento. Cómo sospecha al principio del interés de Cole, cómo lo descarté y al final Jackie y yo iniciamos una relación y todo lo que vino después. En ningún momento me interrumpió o hizo preguntas, sólo escuchaba hasta que por fin acabé.

—Tenía tantas inseguridades pero intenté mejorar por ella. Nunca le reclamé a pesar de que la encontraba en situaciones comprometedoras porque confiaba en ella.

Acobardado después de mostrarle a Sky esa parte vulnerable de mí opté por mirar a todos esos árboles que estaban al frente, deseando perderme en ellos. Su silencio no ayudaba mucho, pero cuando habló con voz suave sus palabras fueron justo lo que necesitaba.

—Confiar en la persona que amas no te vuelve un tonto, Alex.

—¿Segura? Porque me siento exactamente como uno.

Sentí una corriente eléctrica por mi cuerpo cuando colocó su palma sobre mi mano. Su piel estaba fría, como casi siempre, contrastaba con la mía. Mirarla a los ojos era peligroso, pero aún así lo hice.

—No tienes ni idea de lo especial que eres. Nos hemos acostumbrado a los amores a medias, a no darlo todo por si acaso al final sale mal. Tú eres del tipo de persona que no sabe querer poco, cuando quieres a alguien lo quieres con todo el corazón. De esos quedan pocos. No eres un tonto, es que el resto somos cobardes.

Sucede que las cosas buenas sobre ti, incluso cuando vienen de otra persona, son más difíciles de creer que los pensamientos negativos que tu mente tiene.

—Le hice un desayuno para pedirle perdón por decirle que la amaba.

—Que no hayan sabido apreciar tu forma de amar no quiere decir que haya algo malo en ti. Sé que piensas que es así, por Paige y luego Jackie, pero -aunque después de esto no son de mi agrado total- tampoco quiere decir que sean malas, es que no eran las personas correctas. Ten paciencia y no dejes de amar de la manera en que lo haces que ya llegará la indicada. Ya sé, estarás pensando que es fácil decirlo, se necesita de mucho valor para volver a arriesgar el corazón después de que lo han roto, pero si conozco a alguien tan valiente para eso eres tú: Alex Walter.

—Tienes mucha fe en mí.

—Te devuelvo un poco de la fe que tú tienes en las personas que amas, velo así.

Algo cruzó por su rostro e hizo que su sonrisa tambaleara hasta borrarse de a poquito, el brillo usual en sus ojos se atenuó. No sé explicar porqué mi corazón se apachurro en ese instante. Quizás porque reconocí ese dejo de vergüenza en sí misma cuando bajó la mirada.

—Digo que no quiero una relación porque prefiero estar sola pero la verdad es que me da miedo volver a amar porque siento demasiado y sería capaz de dar mi vida por otra persona y absolutamente nadie valora eso. No quiero que seas como yo, Alex. Así que si mi fe en ti ayuda a que creas en tu valor, siempre la tendrás.

Ella se creía una cobarde. Ponía su fe en mí cuando ni siquiera la ponía en ella. ¿Quién fue el imbécil que le rompió el corazón de esa manera? ¿Quién le hizo tanto daño como para que ahora tenga miedo a amar? En su lugar cuestioné otra cosa porque su nombre no era tan importante.

—¿Lo amaste de verdad?

Con Paige y Jackie entendí la diferencia entre ese primer amor del que crees saber lo que es amar y de lo que de verdad es. Tenía que saber en qué punto estaba Sky con este chico, quizás así podría darle un buen consejo.

Ambos sabíamos que estábamos hablando de la misma persona que la traicionó, ambos comprendíamos el peso de esa historia. Este era el momento en el que ella decidía si dejarme entrar o no.

Dejó la bandeja a un lado, sus nervios traicionándola mientras jugueteaba con sus manos, sin embargo al final me miró y respondió.

—Lo ame incluso cuando no me eligió a mí, lo ame cuando me hacía llorar por las noches, lo ame cuando se ponía raro conmigo sin yo saber por qué, lo amé cuando me hacía sobre pensar todo, lo ame sabiendo que era complicado estar con él, lo ame sabiendo de su interés de a ratos, lo ame con sus mil defectos, lo ame cuando me causó millones de inseguridades, lo ame todas las veces que me rompió el corazón para después siempre volver a hablarme como si nada, lo ame incluso cuando me ignoraba. Así que si me preguntas si lo ame de verdad, te diría que sí, porque lo amé sabiendo que me hacía daño.

¿Es posible amar lo que nos destruye? Yo pienso que sí y es el tipo de amor más peligroso; porque le das todo a otro sin importar que te quedas sin nada, porque estás ahí y soportas cada golpe, justificas cada acción segado por lo que tu corazón siente. Dejas de tener amor propio para entregárselo a alguien más. Es enfermizo y tóxico. Comienza a dejar de ser solo amor y se ve manchado por la dependencia, el miedo, la manipulación, hasta que no sabes reconocer la diferencia entre lo que era antes y en lo que se convirtió.

Los ojos de Sky se cristalizaron pero ni una gota salió de ellos.

—No digas que no era amor de verdad, por favor, tú no. —La súplica en su voz me rompió.

—¿Por qué?

—Me lo han repetido una y otra vez." No es amor de verdad. El amor no duele." Es mentira. El amor es un riesgo; si tienes suerte es hermoso, es todo lo que te da paz, bienestar, felicidad, pero si amas a la persona incorrecta puedes ser destrozado y ese amor puede ser usado en tu contra.

El corazón se me partió al imaginar a una Sky vulnerable entregando un amor honesto y puro a la persona equivocada. Hubiese querido estar ahí para evitarle el sufrimiento que vendría.

—Amar lo que nos hace daño es posible, sí, pero no significa que esté bien. Pienso que amar ha sido romantizado; no todo lo que amamos es bueno para nosotros.

Como si mis palabras fueran lo que había estado esperando, se desarmó. Vino a mí escondiendo su rostro en mi pecho, dejando que los sollozos rompieran su alma y yo estuve ahí; sosteniéndola, porque el dolor tenía que parar en algún momento.

—¿Por qué elegimos tan mal en el amor?

Su pequeña voz gangosa murmurando me dibujó una pequeña sonrisa. Su llanto se había calmado después de unos minutos pero aún así seguía abrazada a mí.

Recordé en ese momento una de las frases que había leído en el libro de Sky cuando lo hojee la primera vez, me llamó la atención porque estaba a marcado con una etiqueta de un color diferente al resto; amarillo.

>"Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que algún día cada uno pueda encontrar la suya."<

Encontré la mía cuando la conocí, y quizás era egoísta, pero creo que fue cosa de ambos. Nos encontramos mutuamente en el momento indicado, justo cuando éramos lo que el otro necesitaba.

—Tenemos eso en común; tomamos decisiones de mierda.

Pude ver la sonrisa en su rostro, cosa que tomé como una pequeña victoria.

Finalmente ella se separó haciéndome extrañar el calor de su abrazo. Limpió su rostro enrojecido y me dio una mirada avergonzada.

—Esto se trataba de ti y mira como acabó. Lo siento.

—Suena mal, pero que no sea el único con el corazón roto me hace sentir menos solo.

Volteó los ojos divertida. —Me alegra que algo bueno salga de todo esto.

Tomando un tono más serio hablé de nuevo.

—No soy el único valiente aquí, Sky. Y te lo voy a demostrar, mientras viva siempre tendrás a alguien que crea en tu valentía.

Sonrió, esta vez resplandeciente, y no había manera de que supiera que ese pequeño acto cambió el color de mi día de gris a dorado. Pero la cosa es que no lo hacía solo hoy, era lo mismo con mi vida en general desde que entró a ella.

Tomó uno de los cupcakes y me lo entregó, después se quedó con uno para ella y lo levantó como si de un brindis se tratara.

—Por amar como si los corazones no se rompieran.

Sonreí e hice lo mismo chocando los pastelillos.

—Por amar como si los corazones no se rompieran.

Entendí entonces que no eran los cupcakes lo que necesitaba para arreglar el día, era Sky.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro