Había llegado a mi departamento, era de esperarse que me fuera mal, estaba justamente en el piso tocando mi mejilla con mis lágrimas saliendo. Cómo no llorar si me dolía demasiado.

Estaba tan harto de todo y también de él. Estaba completamente derrotado en el piso mientras escuchaba como mi madre le decía a Kang Joon que si desobedecía otra vez, que le daba su permiso para golpear más fuerte.

¿Podrían creer eso?. Yo sí. Lo estaba escuchando.

─Levante, quiero que en la noche ahora si te arregles, iremos a una reunión muy importante, habrá un gran CEO en el lugar y quiero convencerlo de hacer negocios con la compañía Park ─Me dice mirándome como cualquier cosa, como si no me hubiera golpeado.

Era un maldito.

─Hazle casó a tu prometido Jimin. Cuando será el día que dejes de ser un malcriado y llegues a comportarte como un buen prometido. Nada te cuesta hacerle caso en todo.

Desearía que sus palabras no me dolieran, pero lo hicieron. Me levanté del piso de madera aún tocando mi mejilla que dolía demasiado, sabía que el golpe de ayer en la noche más este, se notará más hinchado.

Ellos me miraron con desdén como si solo fuera un pobre esclavo. Es verdad, lo soy.

No tengo cómo defenderme de ellos, me tienen en sus manos lo cual aborrezco eso de mi. Soy tan débil, me odio, me odio demasiado.

─Pasaré por ti a las ocho en punto. Te quiero bonito. No quiero que me hagas pasar vergüenza.

Mire a mi madre, quien me miraba desafiante y con dureza, realmente me cuestionaba que tuviera sentimientos. Ella debería ser alguien quien me debe apoyar, defenderme de personas como Kang, pero no, soy su cajita de oro por todo lo que Kang Joon nos ha dado.

─Hazle caso y compórtate Park Jimin, porque para la otra, él no responderá y tú te lo habrás ganado.

Salió de mi departamento junto con Kang Joon.

Caminé a mi habitación dejándome caer en la cama, parecía de esas princesas de Disney, que solo corrían y lloraban en su cama.

Tal vez era un príncipe lo que necesitaba o un caballero de armadura plateada, esperando ser rescatado de un gran castillo, el cual me rodeaba de dos serpientes venenosas. Creo que no estaban lejos de la realidad, tal vez lo eran.

Me acosté en mis sábanas blancas así esperando a que fueran las ocho para ir a mi tortura como trofeo principal, pues solo era eso para él.

Un trofeo.

……...

Cuando menos lo esperaba ya eran las seis. Había dormido mucho tiempo, escuché mi estómago rugir pues no comí nada desde ayer. Siempre era el mismo dilema conmigo, dejaba de comer para no subir de peso, pues era más bien por mi carrera de bailarín que lo hacía. Algunas veces solo comía ensaladas con un vaso de agua o solo masticaba hielo para calmar él hambre.

Pero ahora que estaría de vacaciones, tal vez comiera algo más.

Había tenido que ir al hospital como 6 veces por desorden alimenticio. El doctor me dijo que tenía que comer, pero nunca entendía y lograba entender. Fui gordito de más joven, el bullying fue una tortura en mi escuela, era el cerdo Jimin para ellos. De ahí que dejara de comer y me encontrara como estaba ahora.

Esas cosas duelen, te marcan y pueden afectar demasiado.

Suspire y tome una toalla para darme una ducha, me miré al espejo y aún tenía sus marcas de sus dedos, realmente no sé qué hago con mi vida aguantando todos estos malos tratos. Se preguntarán el por qué los aguanto, ¿Verdad?, fácil. Mi madre tiene mis documentos importantes con todo mi dinero que he ganado durante mis giras, cuando intente dejar a Kang Joon una vez, ella me amenazó con no darme nada de mi dinero porque según yo le firme como mi representante «no cual no hice»

Me dejaría en la calle y sin nada, y ahora mirar me, estoy aquí cambiándome, cepillando mis dientes, vistiendo formal, cubriendo mi golpe de mi mejilla: era tan patético.

Cuando estaba por abrochar mi camisa roja, mire el tatuaje, el que me hizo ese guapo pelinegro. Fui a mi gran espejo dejando ver lo hermoso que estaba aquella frase. Cerré mis ojos imaginando sus dedos tocar mi piel lastimada y pálida, realmente estaba loco pensar en alguien que no conocía, pero no podría cambiar para nada de esa noche.

Fue algo que jamás sentí, y quería que volviese a repetirse.

Termine de ponerme un traje azul marino con detalles blancos, mis botines negros y peine mi cabello azul, con mucho cuidado maquille mi mejilla. Había quedado mejor de lo que pensé, traté de darme ánimos en serio lo hacía, pero nada, por mi mente solo pensaba que está sería una noche horrible.

Suspire.

Ahora que recuerdo, tenía que aplicarme la pomada en mi tatuaje. Volví a desabrochar la camisa y la apliqué para volver a acomodarla.

Solo un toque sutil en mi piel fue suficiente para mí, no me lo podía sacar de la mente. ¿Qué demonios me hizo? Necesitaba hablar con mi mejor amigo pronto. «Es verdad, no tengo»No tengo ni eso, no tengo nada. El timbre sonó y supuse que era mi Verdugo, tomé mi teléfono y llaves y fui abrirle la puerta.

Mis ánimos decaen al verlo.

─¿Estás listo? ─Me pregunta, pero yo solo asentí y salí de mi departamento cerrando la puerta sin dirigirle la palabra.

─Vamos quieres quitar esa cara que tienes, vamos aún Evento super importante, no quiero que… ─Le interrumpí.

─¿Qué te haga pasar vergüenza? Pues déjame decirte que me importa poco ─Dije con fastidio.

El pareció molestarse, de verdad que tengo ese don de fastidiarlo, pero lo odió.

─¿Hasta cuándo dejarás de tratarme así? Soy tu prometido deberías amarme Jimin, pero solo te comportas como un bastardo conmigo.

¿En serio este idiota me estaba preguntando esto? Me di la vuelta para dejarle en claro esto:

─Grabate esto bien en tu cabeza Kang Joon, no te amo y no lo haré jamás. Y mucho menos esperes que te deje tocarme otra vez, no después de lo que me hiciste ─Camine por el pasillo dejándolo atrás.

Por un momento creí que me diría algo más, pero no lo hizo. Todo el camino hubo un gran silenció incómodo. Cuando llegamos al evento o más bien fiesta de empresarios viejos. Baje y rodeo mi cintura, pero me alejé y caminé más adelante y entramos al lugar.

Había todo tipo de personas por el gran salón, no reconocí casi a nadie. Sentí como me jalo Kang Joon hasta llevarme a presumir con los demás CEOS. Era una puta rutina de mierda.

Unos viejos asquerosos que me miraban con morbosidad, me daban asco.

─Que gusto verte Seo Kang Joon, espero que puedas convencer al Italiano para nuestra empresa, dicen que es hueso duro.

Menciona uno de los socios de Kang, yo únicamente escucho.

─Lo voy a convencer o trataré de hacerlo, yo puedo con él y todos lo saben ─presumió─. Viene a Corea a negociar por lo cual tiene que saber de mi y de mi empresa, no lo dejaré escapar.

─Espero que eso sea posible, no quiero retirar mi dinero.

─No se preocupe, yo lo voy a lograr.

Yo me mantenía al margen de su estúpida conversación, hasta que algo que dijeron ellos me dio curiosidad, y presté más atención.

─Supe que el dueño de Jeon’s Empire estaría aquí ─le menciona bebiendo su copa.

─¿Por fin dará la cara?

El viejo se encogió de hombros

─Supongo que sí. Pero nunca nadie le avistó el rostro. Sabes que es el dueño de casi todas las empresas de Seúl. Todos los que trabajan con él son los mejores internacionalmente ─Tomó su hombro, acercándose para susurrarle algo─. Él viene por el Italiano. Sabes que tenemos competencia con él, y si Jeon lo convence, estaremos fritos.

Se aleja y yo caigo en cuenta que tienen miedo.

─Eso no pasará, de eso me encargo yo. Me extraña que lo quiera en su empresa.

─Negocios mi querido amigo, la ambición de querer más. Todos aquí queremos más.

Realmente fue extraño. Claro que sabía que era Jeon’s Empire, «Bueno las empresas porque nadie lo conocía en persona» prácticamente es dueño de todo Corea, bueno la mitad. Y eso enloquecía a mi padre, siempre le quitaba sus negocios o tratos. Ahora estaría aquí y eso mataba mi curiosidad de saber quién es él.

Toda la noche mi “prometido” me presumió como siempre, yo ahora me había apartado un poco para comer algunos bocadillos, tomar una copa de vino francés mientras miraba las personas pasar, hablando con mucho porte como si fueran los dueños del mundo.

Mire a Kang Joon venir por mí, mire que estaba con un señor, no tan mayor con una hermosa mujer, supuse que eran extranjeros.

─Jimin, quiero presentarte con el Italiano vamos ─Tomó mi mano llevándome con él.

Al llegar con ellos hice una leve reverencia ante ellos, ambos me miraron con asombro y no sé por qué.

─Cariño, él es el señor Alessandro Lombardi y su esposa Beatrice Costa.

¿Cariño? Jajaja tu abuela ¡qué! Pensé.

─Mucho gusto soy, Park Jimin ─El hombre me miró de una manera amable, su esposa de igual manera. Espero que no hagan trato con este diablo, háganme ese milagro dios.

─Mucho gusto, Park Jimin.

Kang Joon sonríe ante él.

─Él es mi prometido, pronto nos casaremos esperamos verlo en nuestra boda ─Menciona de repente y yo bufo, claro, sin que se diera cuenta.

─Claro aceptamos la invitación, es un hombre muy hermoso ─Me alaga y me sonrojó un poco.

─Tengo la fortuna de tenerlo conmigo, lo amo y lo a mi.

Me mira y yo sólo sonrió levemente, tan incómodo que de seguro ellos se dieron cuenta.

Kang Joon iba a decir algo más, pero un enmascarado de traje elegante se acercó. Llamó la atención de todos incluyendo al Italiano. Yo me quedé estático mirando su máscara, la cual dejaba ver solo su boca descubierta, era como esas películas antiguas de vampiros. Se acercó a donde nosotros y pude notar lo tenso que estaba Kang Joon.

─Buenas noches, señor Alessandro Lombardi; señora Beatrice Costa ─besó el dorso de la mujer, ella se sonrojaba un poco.

El Señor Alessandro lo miro curioso, es más, todos.

─¿Quién es usted? ─cuestiona dudoso.

Por dios ¿enserio dirá eso cuando prácticamente todo el mundo sabe sobre él?

─Soy el dueño de Jeons' Empire. Un placer.

Y fue ahí cuando todos se sorprendieron al oír decirlo, ¿Que les sorprendió? Si es el único con máscara. ¿Este enmascarado era el dueño de las más grandes empresas de Seúl?

Juro que quería morir de risa al ver la cara de pocos amigos que tenía Kang Joon.

Y entonces ahí comenzó el juego para.

El enmascarado.