🎀 Mi reflejo

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Me mire al espejo. Mire mi cara pálida, mis labios en un tono rosa, mis mejillas algo sonrojadas. Siempre que me miraba en el espejo, me cuestionaba varias cosas sobre mí. Y siempre son malas.

Faltaban algunos minutos para mi presentación. Hoy sería la última y tomaría un descanso de mi gira Black Swan. Tenía que dar lo mejor de mi hoy, siempre me repetía lo mismo que tenía que ser más bello en baile, dar hasta la última gota de mi sudor, era siempre lo que hacía, incluso si estaba cansado, incluso si me dolía el cuerpo.

Pero a la vez sentía que no era suficiente.

─Cinco minutos, Park Jimin ─me dice el staff.

Tomó un último suspiro. Tomé un poco de agua y salí de allí. Camine por el pasillo hasta quedar en medio del escenario. Después de tantos años y de tantas presentaciones, seguía sintiendo miedo, seguía poniéndome nervioso y ese revoltijo en mí estómago lo era aún más.

Era como si fuera la primera vez que me presentaba, las mariposas azules revolotean en mi cuerpo, tal vez era otra cosa, o alguien reclamaba mi presencia.

Entonces el telón se abrió dejando ver a todas esas personas sentadas con sus trajes elegantes mirándome, algunas mujeres mirándome con envidia, era tan natural que sintieran envidia de mí.

Siempre fue así.

La música sonó y yo empecé a bailar.

Deje que la música me guíe, dejé que fluya en mí como todos estos años en que me dediqué a esto. La punta de mis dedos dolía un poco a cada paso que doy, me gustaba ese dolor, me hace sentir vivo.

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Dí lo mejor. Todos esos aplausos me dieron mucha satisfacción. Mire al público aplaudir de pie. Mis pies dolían y mi cuerpo también. Yo sonreí e hice una reverencia ante su agradecimiento por mi esfuerzo.

Algunos me aventaban rosas, regadas por todo el escenario, todas hermosas pero solo una destaca de todas, era un rosa blanca. La tomé entre mis manos, su olor era de un exquisito olor a dulce.

Mire entre el público, pero sólo una persona entre ellos tenía otra rosa blanca.

Entonces lo mire.

En cuanto pare de hacer la reverencia lo mire. El no encajaba ante todos los demás, era el único que no tenía traje elegante ni nada de esas cosas, solo tenía una chaqueta negra y pantalón negro roto como todo un bad boy o en su caso un motero. Era la primera vez que lo veía, es muy apuesto y me sonríe para luego darse la vuelta e irse.

Sentí como mi corazón latía con fuerza cuando lo miré, sentí mi cuerpo desfallecer allí mismo. Tal vez quisiera pensar que fue por lo agotado que estaba en ese instante y no por él. Agradecí una vez más y me retiré con mi mejor porte, otra vez, camine por ese pasillo hasta llegar a mi Camerino.

Por primera vez en esa noche sonreí ante el espejo frente a mí, ¿Quién era ese hombre? ¿Por qué me sonríe así? No lo sabía. Pero al verlo mi corazón latió, era absurdo y cliché, pero vamos ¿Qué no todo lo era?. Me cambié de ropa y me quité mi maquillaje para irme por fin. Para mi maldita suerte mi "prometido" estaba esperándome para ir a cenar. Realmente quería evitar verlo, quería que se fuera solo por hoy y me dejara en paz, él ya me esperaba en el auto.

Desde que pasó lo que pasó, tomé mi distancia de él, ya no quería que me tocase, lo odio y ese odio es poco por lo que puedo sentir por él. Ahora éramos como extraños, yo para él solo era su trofeo de exhibición, donde solo me presumía ante todos sus estúpidos amigos cada vez que tenía una reunión o fiestas.

Solo era eso para él y nada más. No había amor entre nosotros, al menos no de mi parte.

─Entra hay que celebrar que esta es tu última presentación ─Me dice. Subí a regañadientes, estaba tan cansado que solo quería dormir, pero sabía que con él no podría ir en contra, así que me puse el cinturón para sí dar marcha─ Tendremos más tiempo juntos ¿sabes?

─No importa igual solo descansaré una semana quiero evitar el tiempo contigo ─le dije, él me dió una mirada furtiva.

No debí decir eso.

─Jimin no quiero empezar a discutir contigo otra vez, superarlo maldita sea, pareces un maldito niño malcriado, no me obligues a... ─Lo interrumpí.

─¿Golpearme? ¿Eso querías decir? ─Lo mire hartó de la situación, siempre era lo mismo─. Pues es lo único que haces bien Kang Joon, golpearme. Es lo único que sabes hacer ─Me miró y frenó a un lado de la carretera ya sabía que venía.

─¡Maldita sea Jimin! ─golpeó mi mejilla tan fuerte que me golpeé contra la ventanilla ─. No quería hacerlo, pero me obligas! No sabes lo frustrante que es para mí todo esto y tu maldito comportamiento me enoja.

Mis lágrimas comenzaron a salir, toque un poco mi frente mirando que tenía un poco de sangre en ella. Mi mejilla ardía por el golpe, pero más me dolía tener que aguantar todo esto, ya no lo soportaba.

─¿Jimin, amor estás...?

─Llévame a mi departamento, ya no quiero cenar, llévame. ─le exigí enojado tratando de limpiar la poca sangre que salía.

─No, ya te dije que iremos a cenar y punto. Así límpiate esa mierda de la cara y ponte bonito, odio cuando lloras te miras horrible y tu maquillaje se derrama por toda tu cara, es asqueroso.

¿Cuánto más tenía que soportar? ¿Cuánto más tenía que verme de esta manera? Las humillaciones eran tantas que sentía que perdía la dignidad. Antes de que arrancara, salí del auto, le cerré la puerta en la cara. Escuché sus gritos por la ventana, tenía intención de salir por mí, pero afortunadamente corrí y pare el primer taxi que encontré, entre y di marcha a cualquier lugar de Seúl.

No sé si le llamaría coincidencia a todo esto, era tonto pensar en que fui a parar a una tienda de tatuajes en Itaewon. Baje del taxi y pague, a mi departamento no podría ir, ya que posiblemente él estaría esperándome allí, no muchos sabían que yo tenía un edificio a mi nombre, de hecho era un gran cuarto donde yo me podía despejar de todo lo que me abrumaba. Era mi pequeño mundo en cuatro paredes.

Limpie un poco mi rostro antes de entrar, entre sonando la campanilla de la puerta, mire el lugar y era completamente hermoso bueno era muy artístico tenía muchos cuadros con un arte urbano. Mire las paredes grafiteadas, era un arte muy minimalista pero me gustaba.

Escuché ruidos venir de donde parecía unas escaleras, entonces lo mire. Era el chico que miré en la presentación de hoy. Sus ojos conectaron con los míos o eso pensé. Realmente desde los asientos no pude ver con detalle todo su rostro, pero ahora que lo tenía aquí en frente era muy guapo.

¿En serio era una gran coincidencia?

Trague saliva cuando escuche su vos y yo ahí como tonto aún mirándolo «vamos, Jimin di algo»

─¿Se te ofrece algo? ─Su voz ¡dios!, su voz era gruesa demasiado que me dio escalofríos.

─Si-si bueno venía hacerme un tatuaje ─¿Pero qué Jimin? Solo entraste por curiosidad no por hacerte un tatuaje.

El chico me sonrió.

─¿Bien, que pretendes tatuarte? ─Me pregunto.

─No lo sé, estaba mirando tus cuadros pensando que hacerme ─No podrías ser más Idiota Jimin «¡Cállate!» me dije a mi mismo.

─Tengo algunos libros con mis dibujos, si quieres puedes echar un vistazo para ver que te puede gustar ─me propuso.

Asentí y me senté en uno de los sofás de su tienda. Me entregó los tres libros para verlos. Estuve un buen rato mirándolos, sentí su potente mirada en mí como si me atravesara el cuerpo.

Seguí mirando los dibujos hasta que mire el correcto, era una frase muy hermosa que iba conmigo "Nevermind"
Supe en ese instante que lo quería, la letra también ayudaba.

─Quiero esto ─señalé.

─Muy buena elección, pequeño cisne.

¿Pequeño cisne? Bueno no me molestó su comentario hacia mí, lo dejé pasar, de seguro sabe quién soy por eso fue a verme.

─¿Dónde lo quieres? ─Me preguntó y yo lo pensé un poco hasta que me decidí.

─En mi costilla, me gustaría ahí mismo.

─Que valiente cisne, es uno de los lugares más sensibles de la piel, puede dolerte mucho, pero descuida seré cuidadoso.

Muy bien, lo de la sensible piel me erizó la piel, mi piel era demasiado sensible, si él me lo haría con cuidado no me importaba.

─Está bien, confío en ti, además eres un profesional ¿No?

─Confía en mi pequeño cisne, no te dolerá nada lo prometo.

Asentí seguro, me levanté del sofá para sí acostarme en la silla, la cual él recostó para más comodidad. Verme tan pequeño desde esa altura, hizo que mi aliento saliera helado, me puse tan nervioso mirándolo desde esa altura, ¡Dios que guapo hombre!

─Si sientes que no puedes me dices y paró, espero que confíes en mí puedes platicarme un poco de ti, así pasará más rápido el tiempo.

─Claro ─fue lo único que respondí.

Levantó un poco mi camisa blanca, dejando ver piel pálida, juré que mis mejillas se pusieron muy rojas cuando sentí su tacto de sus dedos tocar sutilmente mi piel, a pesar de que traía guantes, mi corazón latió con fuerza como si hubiera corrido un maratón sin parar. Me miró con esos bonitos ojos negros y después me sonrió.

─Tranquilo cisne, no te haré daño, yo no podría ─Me susurró delicadamente.

Jure que ahí mismo me desmayaría cuando esas palabras salieron de su boca. ¿Me lo dijo por el tatuaje o por otra cosa? No lo supe. Sentí una calidez en mi pecho al oír sus palabras. Después él limpió la zona donde me haría el tatuaje para proseguir con encender la máquina.

Era un zumbido como el de las abejas o montones de ellas, sentí el primer pinchazo que me movió un poco.

─Tranquilo, solo platícame algo o pregúntame lo que quieras ¿Si? No querrás que lo haga mal ¿Cierto? ─Negué.

Volvió a pincharme con la máquina, pero hice caso a sus palabras, respire profundo aguantando el dolor.

─¿Cómo te llamas? ─Fue lo primero que se me ocurrió.

─Jungkook, solo dime Jungkook ─siguió tatuándome. Estaba muy concentrado.

─Bonito nombre, Jungkook.

─Gracias.

─Yo me llamó Park Jimin.

─También es muy lindo, más bien hermoso ─paró un poco para limpiar la tinta hasta volver a tocar mi piel.

─¿Desde cuándo te dedicas a esto? ─Le pregunté curioso, ya no me dolía tanto como al principio.

─Desde los 15 años, amo tatuar, es una parte de mí que amo mucho, no me vería sin hacer lo que más amo ─Me respondió con una gran sonrisa, que solo vi poco pues él estaba tatuándome.

Sonreí por sus palabras, realmente era muy amable y encantador, ni siquiera sentía ya el dolor en mi costilla.

─Me gustan tus pinturas, mucho a decir verdad.

─Cuando quieras puedo pintarte Jimin, me gusta pintar personas hermosas ─Me dice sonriéndome con esos labios tan delgados y carnosos a la vez, tenía bonitos dientes de conejo.

No sé cuánto tiempo pasó exactamente, pero él terminó de tatuarme, limpio la zona tatuada, colocó un poco de pomada la cual estaba un poco fría. Sentía esa zona de mi piel arder, joder, sólo a mí se me ocurre tatuarme.

─Listo ya puedes mirar.

Hice lo que me pidió y me paré en uno de los grandes espejos que él tenía, era tan hermoso el tatuaje. Mi piel estaba rojiza por lo reciente que estaba, pero en serio era muy hermoso, no tenía palabras para describirlo.

Él se acercó al espejo y no sé porqué lo hizo. Me tomó de la cintura desde atrás, yo me quede estático en ese momento, mirando cómo tomó mi cintura con su mano libre y la otra, con la yema de sus dedos, recorrió mi piel rojiza hasta que sentí el frío de sus dedos, me estaba aplicando más pomada por todo el tatuaje.

¿Joder por qué lo hacía?

Por primera vez no quería que se detuviera, no lo conocía y él hecho que me estuviera coqueteando todo el rato ya se me hacía raro. Así que cuando le iba a decir que se apartara, él lo hizo sin que yo se lo dijera.

─Estás listo cisne, te pondrás esta pomada cada cuánto te termines de bañar, así no se infectara ─Me dio una bolsita y yo la tomé.

─Gracias, está muy hermoso, queda perfecto conmigo eres... muy talentoso Jungkook ─Elogie su trabajo bien hecho.

─Lo sé, te miras más hermoso con él en tu piel.

En serio odiaba mi tono de piel, porque des del espejo mire mis mejillas más rojas que nunca en la vida.

─Gracias y toma ─le entregué mi tarjeta de crédito, pero él no la tomó.

─Descuida, es gratis.

Lo miré confundido.

─¿Por qué gratis? Déjame pagarte yo...

─No le cobró a los chicos tan hermosos como tú.

Fruncí mis cejas algo molesto y ni siquiera sabía el porqué, claro que tenía que preguntarle.

─Ya, ¿Y a cuántos les has dicho eso eh? De seguro son muchos, por favor cóbrame.

Se soltó a reír, a lo que yo me crucé de brazos Inflando mis mejillas.

─Cisne, eres el primero, no miento yo odio las mentiras y creerme ─Se acercó a mí hasta que nuestras respiraciones se podrían sentir una con la otra.

No sé porque no me quitaba o le daba una bofetada por su atrevimiento, pero no, ahí estaba yo cerca de sus dulces labios.

─Mentiroso.

Susurré.

─No cisne, nada de eso, yo no miento. Es gratis ese tatuaje y no pienses que quiero algo de ti porque no es de ese modo.

─¿Entonces? ─Me atreví a preguntar.

Juro por todos los cisnes que me moría tenerle tan cerca, mi cuerpo ni siquiera lo apartaba, era como estar hipnotizado por su mirada, su aliento incluso huele a menta fresca.

─Es porque un cisne como tú, solo puede sentir dolor con sus bailes tan hermosos, y no por otra cosas que lo hacen sufrir ─de seguro miró mi mejilla aún roja por el golpe, tal vez por eso lo decía.

─¿Cómo es que tú?.

─Shhh... tranquilo ─Se alejó de mí dejándome muy confundido y con el corazón a mil ─Cuando quieras puedes venir, ya estoy a punto de cerrar así que...

Salí de mis pensamientos, cómo es que actuaba muy coqueto y ahora prácticamente me corre.

─Bien, gracias. Me voy.

Hice una leve reverencia y salí de ahí, ya era la una de la mañana y con razón cerraría ya. Tomé un taxi para ir a mi edificio privado, obviamente al mío ni de coña.

Cuando llegué a él, me acosté en mi gran cama, solo pensando en aquel chico. Sonreí como bobo al recordar sus dulces palabras, él como estaba tan cerca de mí que juré que moriría de un paro cardiaco al tenerlo tan cerca.

Me despoje de mi ropa por un pijama de seda, pensado en el guapo pelinegro llamado, Jungkook.

Entonces supe que ahí empezaría mi historia.




Creo que ya se dieron cuenta que cambie algunas cosas, no muchas pero algunas palabras y agregue otras.

No olviden comentar y darle estrellita.

Nota: si me equivoqué en una palabra háganmelo saber, porque a pesar que releo no me doy cuenta. Ya estoy miope.

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