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La caras de fastidio que tenía Jimin en ese momento era muy obvia, un maldito vuelo tan largo y con una señora a lado con su hijo latoso, le daba migraña.

Su hermano le dijo que esperaba en el aeropuerto, de ahí irán a casa. Al menos su plan dio frutos, a ver cuánto le podía aguantar su carácter de mierda. Seguro que se rinde en un día o dos. Jimin colocó sus audífonos para escuchar música en su iPod viejo, era lo único que conservaba de su madre, se lo regaló por su cumpleaños 17, Jimin está amante de lo retro que ahora le dicen “Aesthetic”.Prefería dormir un rato ya que la mayoría de personas en el avión le miraban no han bien. 

No era sorpresa para él, siendo un omega con tatuajes y su forma de vestir daba mucho que hablar. Le decían de todo y lo más común era delincuente. Unas horas después ya había llegado, bajo con sus pocas cosas y como lo espero, ahí estaba su hermano esperando por él junto a su esposo.

Había cambiado un poco. Tal vez un poco más musculoso. Caminó hasta él con toda la flojera del mundo.

—Me alegro que llegarás. Me da gusto verte después de tanto tiempo —Namjoon se acercó a su hermano para abrazarlo, lo que a Jimin le sorprendió. El olor de su hermano le gustaba mucho, lo hacía sentir cálido.

—Lo mismo digo. —Se separó de él entonces Seokjin se presentó.

—Hola, Jimin. Bienvenido a Seúl.

—Gracias. —Le responde a secas. Jin lo notó y sonrió nervioso.

No era sorpresa, no ha logrado ganarselo.

—Vamos, seguro que tienes hambre. Fue un viaje largo ¿no? Podemos comer algo rico por ahí.

—Algo —le limitó a decir— No tengo hambre por ahora, solo quiero descansar.

—Ok entonces vámonos.

Namjoon entendía un poco su actitud pero ya estaba cansado de lo mismo cada vez que se topaban. Dejó las cosas así y subieron al auto del moreno. Seokjin no dijo nada, se limitó a solo escuchar la conversación que su esposo le decía sobre el trabajo, Jimin únicamente veía por la ventana. Al menos quería caerle bien, ni siquiera sabía que había hecho para caerle pésimo.

Al llegar, Jimin se quedó un poco sorprendido. El lugar donde su hermano se estacionó era de lujo, lo sabía porque trabajó temporalmente en un edificio como ese. Eran demasiado caros para rentar, solo los ricos tenían ese privilegio y que su hermano viva en un lugar así debía ganar mucho dinero.

Entraron al estacionamiento, Jimin bajó junto a su hermano, solo Seokjin se quedó dentro del auto.

—No sabía que vivías en un lugar así. Ganas bien.

—Gano bien, pero no vivo aquí.

Jimin lo miró confundido.

—¿Entonces qué hacemos aquí? —Le pregunta confundido.

Namjoon estaba nervioso, incluso su lobo interno. Hera ahora o nunca.

—Escucha, yo no vivo aquí, vive un amigo mío al que estimo mucho. El es dueño de las compañías de autopartes y autos de lujo del país y casi global. Lo que quiero decir es que… me pidió irme dos meses a Nueva York, estaré ahí ese tiempo.

—Espera, espera... ¿Me hiciste venir hasta aquí solo para decirme que nos vamos a regresar a Nueva York? ¡Qué mierda Nam! Soporte a una señora con su maldito cachorro llorón y un señor que se quitó los zapatos y dejó un olor horrible por todo el avión, no me jodas.

—No viniste en vano, Jimin. Tu te vas a quedar aquí, no irás conmigo.

—¿Qué? Debes estar jugando, Namjoon no puedo estar sin tu tutoría, no al menos hasta que me quiten la libertad condicional.

—Lo sé, es porque le pedí a mi mejor amigo que cuide de ti estos dos meses. Le informé todo a la jueza Jessica quien me otorgó el permiso. Te vas a quedar con mi amigo, vive en un gran apartamento y estarás bien. Solo por un tiempo.

El omega bufa sin poder creerlo.

—Joder, siempre es lo mismo contigo. Me echas a otro con tal de no estar ni cerca mío. ¿Aún te importa lo que diga la gente a pesar de que no tuve nada que ver con lo que pasó ese día? —Su voz sonó dolida, Namjoon rasco su nuca tratando de explicarse, aunque no lo hace del todo bien.

—No puedo llevarte conmigo, sabes la razón.

—Si, la se. Piensas que caeré otra vez ¿no es así?

—No te lo voy a negar, se que tratarás de escapar y drogarte otra vez mientras no esté. Le harás la vida imposible a mi esposo y eso es algo que no voy a permitir.

Jimin ríe negando con la rabia que le daba su hermano, no ha cambiado nada, era el mismo tipo frío que desde hace años.

—Nunca confiaste en mí ¿Verdad?

Namjoon suelta un suspiro cansado, su hermano le da una mirada llena de decepción.

—Solo quiero verte mejor que esto, llevándote a Nueva York será ponerte en bandeja de plata todo lo que has avanzado ¿Puedes entenderme? No quiero que todo lo que has pasado vuelva, eres fuerte y puedes solo, pero por el momento quiero que te quedes con mi amigo. Solo dos meses te pido. Cuando todo termine te daré el dinero de mamá.

Jimin bajo su rabia por lo que Namjoon le dijo, ¿escuchó bien?

—¿Hablas en serio?

—Lo digo enserio. Si te comportas esos dos meses, te daré el dinero y podrás irte donde tú quieras, pero solo si veo mejoría en ti.

Las cosas cambian con eso, al fin acabó a eso vino aquí.

—Bien, pero ¿porque con tu amigo? ¿Es alfa?

—Lo es. Pero confío en él. Es un hombre recto y estricto con el mismo, no estoy preocupado por que pase algo entre ustedes, son todo lo opuesto. Será él quien te vigile esos dos meses.

Dijo con total claridad. Jimin le resto importancia, de todos modos el amor no espada él, ya le trajo consecuencias y no pensaba repetirlas. Si era verdad lo que hermano le decía, tal vez ya no sonaba tan mal.

—Vamos debe estar esperándonos. Odia la impuntualidad.

—Ya que.

Jimin le torció los ojos para ir al elevador. Todo lo que pleno al final le salió al revés, no podrá irse con el dinero antes de lo anticipado, pero lo bueno era que dos meses no serán nada. Obvio no hará todo lo que se le dé la gana, más no será del todo un santo. Tenía planes y nada los iba a arruinar.

Al llegar al apartamento, Namjoon se giró ante su hermano.

—Escucha, hay algo que tengo que decirte sobre mi amigo.

—No me digas que es de esos raritos. —Se burla.

—Nada de eso, solo es algo... cómo explicarlo. No le gusta que lo toquen, odia el desorden, es muy fan de la limpieza así que ten cuidado con eso. Y por favor no le des problemas, estoy confiando en ti.

Le advierte.

—Ok...

—Puede que te moleste con sus reglas, pedo es parte de su ser, no lo puede evitar

—Si querías dejarme con alguien así la prisión es el mejor lugar eh.

—Ja, ja, bromista.

Namjoon se conforma con su respuesta. Toca el timbre en espera de su amigo, mientras Jimin no puede imaginar a alguien peor, parecía que le escribía a un robot. El alfa al fin se dignó abrir, en cuanto lo hizo el aroma a rosas y el aroma a menta hizo que ambos se miraran fijamente. Jimin abrió sus ojos de par en par al ver al alfa que lo vigilará.

Wao. Es todo un…

—Hola, Jungkook. Lamento la demora.

—No hay problema. —El alfa observa a Jimin de pies a cabeza, algo que no le gustó a Jimin. Siente que lo mira como todos los riquillos presumidos.

—Jungkook, te presento a mi hermano Park Jimin, Jimin él es Jeon Jungkook, mi jefe.

El omega estiró su mano, pero el alfa solo tomó su dedo con una mueca de asco. Joder esto será peor, un alfa Snoop era lo peor.

—Un placer. —Se limpia en cuanto lo suelta.

¿Qué rayos le pasa?

—Tengo que irme hoy, por favor te lo encargo.

—Estará bien bajo mi cuidado. Pasa.

Jimin entra al lugar y casi se le cae la mandíbula al ver el sitio. Todos el lugar olía a limpiador, parecía brillar. Era moderno, los muebles eran negros y las paredes grises, totalmente su gusto, únicamente que tenía vibras de aburrido.

—Jimin me voy. Por favor comportarte —le susurró lo último Namjoon. El omega lo ignoro— Me tengo que ir, suerte.

Se despide para después cerrar la puerta, parecía que tenía prisa por irse. Jungkook dejó salir el aire que tenía retenido, ve al omega tocar unas flores secas que tenía en su mesa.

Carraspeó llamando su atención.

—Hay que poner algunas reglas que tengo para ti, toma —le entrega a Jimin una perfecta hoja blanca.

—¿Qué es?

—Son horarios y reglas. Tienes que seguirlas porque a mí no me gusta el desorden y mucho menos que me interrumpan en horas que considero mi relajación. Quiero que aprendas todo.

Las lee, cada una de ellas, eran como cincuenta en total y todas ridículas.

—Aguarda, ¿tengo que hacer mis necesidades a esta hora?

Jungkook asiente.

—Cuando me levanté no quiero oír nada en el baño, tal vez coma un bocadillo nocturno y te escucho hacer popo.

Jimin tenía la boca abierta sin poder creerlo. Ese alfa estaba loco.

—No me jodas. Cómo carajo iré hacer popo a esa hora, eso no se controla.

—Nada de malas palabras, no me gustan.

—Joder eres increíble o más bien un psicópata.

—Tienes que seguirlas, tu hermano prometió que te comportarias. Confío en él y un poco en ti, solo un poco.

—Claro, pero no con estas estúpidas reglas… digo, con estas reglas todas son ridículas. ¿No crees que exageras?

—Ninguna es ridícula. Son las reglas que tienes que seguir en mi hogar. Cada una es importante, también la regla seis, que consiste en cada que salgas meterás tu ropa a este lugar —le muestra un tipo armario futurista— pondrás tu ropa a qué se desinfecte. Es fácil, rápido y sencillo.

Jimin jamás había conocido a un alfa como él. Todo en él era raro. No dijo nada y el alfa continuó.

—Ahora que está claro todo eso, te mostraré tu habitación, sígueme.

El alfa camino al otro extremo del gran apartamento, Jimin aún seguía sin poder creer lo que ese lunático le está haciendo, si pensó que su hermano se la puso fácil, creyó mal.

¡El tipo está loco de remate!

Le sigue, paran en la habitación la cual para Jimin no estaba del todo mal. Era grande, tenía su propia TV, un baño para él más su armario, esperen ¿un baño?

—Oye tengo una pregunta.

—Claro dime.

—Me.

Jungkook arqueó una ceja sin entender.

—Te hace falta barrio amigo. Pero bueno. ¿Por qué me diste la regla de baño si yo tengo uno aquí?

—Aplica cuando tengas una emergencia, es decir, que no tengas opción de llegar a tu habitación.

Jimin flipo con lo que ha dicho Jungkook.

—Cómo es posible que… sabes que, olvídalo.

—Puedes acomodarte si gustas. Tengo que salir un momento a hacer algo de trabajo, si tienes hambre sigue las reglas.

—¿También para comer tengo reglas?

—Todo tiene reglas aquí.

—Comes, lavas lo que ensucias y te duermes. No hay problema con eso ¿verdad?

Jimin bufo, ese hombre seguro jamás ha tenido pareja en su vida, entiende el porqué.

—Me iré, en la hoja está mi número de teléfono.

—Gracias genio, pero no tengo móvil.

Jungkook se cruzó de brazos, se ajustó los anteojos.

—Hay un teléfono en la cocina y en la sala por si pasa algo o necesitas saber algo más. Me tengo que ir porque se me hace tarde. Cuando regrese espero que todo siga igual ¿Quedó claro?

—Aja, lo que digas.

El alfa se marcha y Jimin se deja caer en la cama mirando el techo.

—Para ser tan guapo parece un robot. Pero si crees que más vas a poner reglas estás muy equivocado robotin.

Se levanta para desempacar lo poco que tenía, al terminar salió para echar un vistazo. El robotin se había ido, por lo que busco en la nevera algo para refrescarse, tal vez una soda, pero se encontró con solo agua embotellada y comida empacada. Jimin no lo podía creer.

—Ese tipo es un lunático, quien vive de esas mierdas.

No había más amas que eso.

Busco en la alacena algo más encontrando solo un cereal el cual era de fibra y esos eran asquerosos. En la mesa había fruta, no encontró nada bueno que comer. Jimin estaba flipando, en serio ese alfa come cosas sanas y empacadas.

—Bueno, me voy a morir de hambre.

Camino a la salida entonces recordó que tenía un poco de dinero en su mochila, sonrió porque con esos le alcanza para comida de verdad. Fue y sacó dinero, sale para irse no sin antes recordar que le había anotado la contraseña de su apartamento, así no se queda afuera.

Salió para ir a alguna tienda cercana, ahora sí disfrutará de una rica comida.

Más tarde cuando Jungkook llegó a su edificio, quería relajarse un poco, había sido un día duro ya que la reunión con uno de sus abogados y accionistas fue bastante agotador. Llegó a su piso pero para en seco al escuchar música en alto volumen y de muy mal gusto.

Puso su contraseña, entró viendo varias bolsas en el piso que eran de frituras, latas de soda y un olor que no le desagradó para nada pues el omega estaba cocinando algo. Quitó sus zapatos, apagó el ruido infernal de ese rock y corrió a la cocina, ahí vio a ese chiquillo menear el cuerpo y la sartén. Ni siquiera se percató de que había llegado y apagado la música.

—¿Qué es lo que estás haciendo?

Le pregunta, atónito ante lo que veía.

Jimin le sonrió.

—Preparo la cena, ¿quieres?

Jungkook ve los trastes sucios, su cocina, joder no.

—Te dije específicamente que esto no era parte de...

Jimin le metió una cucharada de arroz con pollo que cocino a la boca al alfa, antes de que le dé un sermón.

—¿Está rico no? Por qué en vez de gruñirme te vas a cambiar por ropa cómoda y yo te sirvo de comer.

Jungkook fue empujado por el omega a su habitación, ni siquiera le dio tiempo a hablar.

—Anda, no tardes.

Lo mete a la habitación con una sonrisa triunfadora.

—Nadie le pone reglas a Park Jimin.

Se mofa mientras el pobre de Jungkook casi le da una crisis nerviosa.

Y entonces supo que ese chiquillo si sería un problema.

Perdón la tardanza es que casi me olvida subirlo. Disfrútenlo mucho.

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