❝ 𝐄𝐋𝐋𝐎𝐒 𝐄𝐒𝐓𝐀𝐍 𝐌𝐔𝐄𝐑𝐓𝐎𝐒 𝐘 𝐄𝐒 𝐂𝐔𝐋𝐏𝐀 𝐃𝐄 𝐋𝐎𝐒 𝐂𝐀𝐌𝐈𝐍𝐀𝐍𝐓𝐄𝐒 ❞

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〘 ✰.༄☼︎ 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟎𝟏☼︎༄.✰ 〙

–— apocalipsis —–

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DESDE QUE DIÓ INICIÓ LO QUE PODRÍA CONSIDERARSE APOCALIPSIS ZOMBIE DORMIR SE VOLVÍA una actividad algo peligrosa si no estabas refugiado en algún sitio que fuera seguro. Por suerte la casa en la que se encontraba Rylie era bastante segura según Morgan y muy espaciosa.

Las mañanas eran terribles o al menos para los hermanos Everson, la menor se despertaba por las madrugadas a causa de pesadillas que involucraban sangre y a sus padres muertos.

Rowan se encargaba de tranquilizar
a su hermana, pues gritar no era una opción a menos que quisieras atraer a cientos de esas criaturas o como solía llamarlos Morgan, caminantes.

Desde aquel día Rylie no podía dejar de imaginar los cuerpos sin vida de sus padres después de convertirse en esas cosas llamadas caminantes en su sotáno y el sonido de un disparo rompiendo el silencio.

Vivir con una carga tan grande como matar a tu esposo debió haber sido tan difícil para Emmeline Everson.

Ese día la rubia se despertó temprano, presa de las pesadillas que solían acecharla en sus sueños. Sin embargo supó como controlarlas y en lo que amanecía se dispusó a mirar sutilmente por las ventanas que eran cubiertas por cobijas y muchas tablas de madera.

—¿Otra pesadilla?

Rylie instantaneamente se alejó de las ventanas como si quenaran y buscó de donde provenía aquella voz adulta.

No tardó en descubrir que al igual que ella Morgan se había despertado por alguna razón. Con pasos lentos y suaves el adulto avanzó a el viejo sillón que tenían en la sala. Rylie solo pudó asentir en respuesta.

—Hoy pude controlarlas sin ayuda —comentó la menor en voz baja tomando asiento en el sofá a un lado del hombre.

—Me alegra que no necesitaras ayuda esta vez, pequeña rubiecita —respondió Morgan pasando un brazo por el cuello de la menor en forma de abrazo, que la rubia correspondió —. Estás mejorando.

Luego de que los hermanos Everson fueran rescatados y acogidos por aquel amigable hombre las cosas iban por
un buen camino para ellos. Estaban en un lugar seguro, acompañados, tenían comida suficiente y le habían tomado un cariño fraternal a Morgan, o al menos la pequeña rubia quien veía en el la figura paterna que acababa de perder.

—¿Quieres contarme que soñaste?

—A mis padres, siempre son ellos
los que aparecen en mis pesadillas —suaurró la menor recordando ciertas imagenes que aparecían en su cabeza
—. Rowan dice que no son reales, que
ellos ya están muertos y que es culpa
de los caminantes que lo estén.

Rowan Everson apenas tenía quince años recien cumplidos cuando inició el apocalipsis y luego de la muerte de su madre se vió obligado a tomar el rol de adulto pero, al fin de cuentas era solo un niño que no podía sobrellevar tener una responsabilidad tan grande y llevar esos crudos recuerdos de sus padres.

Y aunque no lo demostrará en el fondo le seguía doliendo que los caminantes de algún modo acabaran con sus padres.

—Los extraño y mucho...

Morgan solo actuó como cualquier
padre amoroso lo haría y abrazó a la niña con cariño, demostrandole que
no estaba sola apesar de lo ocurrido.

—Tranquila, todo mejorará —musitó el adulto acariciando la cabellera rubia de la niña, logrando que se calmará —. Te aseguro que eataremos bien, rubiecita.

Así estuvieron un par de minutos
en silencio hasta que Rylie se quedo dormida entre los brazos de morgan.
No faltaba mucho para que el día comenzará pero era mejor si dormía
un poco más y recargaba fuerzas.

Con cuidado recostó a Rylie en el sofá
y la tapó con una de las mantas que tenían. Él por su parte solo se quedo sentado en una silla mirando a los tres niños dormir placidamente. Tenían
que protegerlos a como diera lugar.

——— ✮✧☾✧✮ ———

Una vez que la luz del sol empezó a asomarse por entre las rendijas de las ventanas supieron que amaneció.

Aunque no quisiera arriesgar a nadie, Morgan no tuvó otra opción más que dejar que Rowan y su hijo fueran con él en busca de proviciones a algunas de las casas de aquel vecindario, si es que así que le podía llamar a lo que quedaba.

Rylie simplemente se quedo dormida y Morgan no quisó despertarla, no cuando batallaba demasido para coinciliar el sueño luego de las horrendas pesadillas.

Tanto Rowan como Duane estuvieron vagando por gran parte de las casas  abandonadas buscando viveres y demás cuando observaron a un hombre en bata de hospital sentado en el porche de una de ellas, mirando desconcertado a un caminante en la calle.

Lo gracioso de todo fue que el loco en bata alzaba su mano intentando que el caminante le devolviera el saludo o algo por el estilo.

Rowan y Duane se miraron entre ellos decidiendo quien daría el paso y sin dudar demasido el moreno se acercó al hombre que se encontraba de espaldas con una pala en mano.

Solamente se oyó como la pala de
metal impactaba contra el rostro del desconocido, que por impulsó le dió por voltear. Ahora estaba en el suelo con una posible hemorragia de sangre en
su nariz, mirando a ambos niños.

—¡Papá, papá!

Los gritos de Duane no tardaron en alertar a Morgan, quien andaba no tan lejos de donde estaban los menores.

Rápidamente cruzó la calle asustado no sin antes dispararle al caminante que se acercaba a ellos y al que el desconocido se esmeraba en saludar.

El desconocido por otro lado solo
miraba atento a los niños desde el suelo susurrando un nombre especifico,
como si fuera su mantra. Su mirada estaba enfocada en el rubio.

—Carl, te encontre...

—¿Les dijo algo? —cuestionó Morgan apresurado mirando a los niños con algo de preocupación —. Me parecio haberlo escuchado hablar.

—Le dijo Carl a Rowan.

—Es imposible, sabes que ellos no hablan —respondió el adulto luego de oír la respuesta de su hijo, luego miró al hombre en el suelo —. Señor, ¿para que son esas vendas?

Pero no recibió nada más que un par de inútiles balbuceos por parte del hombre pues él parecía estar en shock o algo así.

—Dímelo o tendré que matarte —sentenció el moreno cargando su arma de fuego para después apuntarle en la cabeza.

Justo en ese momento el desconocido en bata echo la cabeza hacia el suelo y cayó desmayado. Dejando tanto al mayor con tantas dudas como a los menores.

Ahora tenían un problema nuevo.

——— ✮✧☾✧✮ ———

El rostro de sorpresa de Rylie no
pasaba por desapercibido. Cuando vió llegar a Morgan junto a Duane y Rowan cargando con gran esfuerzo a un hombre con una bata de hospital no dudó en comenzar a hacer un interrogatorio por ello. Pero no hubó tantas respuestas como esperaba.

Ahora solo veía desde una esquina de la silenciosa habitación como el adulto se encargaba de retirarle las vendas sucias al desconocido y revisar sus heridas.

Duane sostenía un bate de beisbol en
sus manos a la espera de que el hombre quisiera hacer algo y Rowan solamente miraba espectante desde la otra esquina de la habitación pensativo.

A los pocos minutos el hombre empezó
a abrir los ojos lentamente asimilando el lugar en que se encontraba retenido. Lo primero que notó, aparte de los rostros alarmados de tres pequeños, fueron sus manos esposadas al respaldo de la cama.

—Te cambie el vendaje, apestaba —anunció Morgan lavando las vendas y trapos dandole la espalda, al percatarse de que estaba despierto —. ¿Qué pasó? ¿Cómo te lastimaste?

—Me dispararon.

—¿Te dispararon? ¿Qué más? ¿Algo más?

—¿No te basta con un disparo?

—Yo pregunto, tú respondes —informó el moreno acercandose al borde la cama con algo de molestia —. Es lo que se acostumbra hacer, ¿cierto?

De pronto el rostro de Morgan se endureció completamente y se acercó un poco más al rostro del ojiazul que solo permanecía postrado en la cama.

—¿Tú recibiste una mordida?

Ante aquella pregunta el desconocido
se quedó pensativo sin saber que poder responder. Estaba más que claro que aquel lunático no estaba al tanto de la situación tan delicada de la que pendía toda su existencia.

—¿Mordida?

—Sí. ¿Una mordida, rasguño o algo por el estilo?

—No, me dispararon —respondió el hombre con seriedad y una expresión
de confusión en su rostro —. Solo me dispararon. Es todo.

Después de eso solo hubó silencio al menos por unos segundos antes de que Morgan intentará tocar la frente del desconocido y este por impulso quisiera apartarse algo alarmado.

—Oye, solo dejame —pidió el mayor antes de girarse hacia los menores y anunciar su descubrimiento —. No tiene fiebre. A estas alturas habría muerto de fiebre.

—Creo que no tengo friebre.

Luego de eso Morgan sacó del bolsillo
de su pantalón una pequeña navaja y
al verla tan de cerca el desconocido imaginó posiblemente que le haría daño o algo por el estilo pero, solamente la usó para cortar las cuerdas de sus manos y pies que lo ataban a la cama.

Una vez libre el hombre de brillantes ojos azulados empezó a relajar su cuerpo rigido y delicamente tocó sus manos, sintiendo todavia las cuerdas que probablemente lo ataban antes.

—Cuando puedas levantate —fue todo
lo que dijo antes de caminar a la salida y dirigirse a los menores —. Vamos, niños.

Rylie se quedó quieta observando un poco más al hombre pero su hermano mayor la dió un ligero empujoncito y la obligó a salir de la habitación. De cierta forma le intrigaba saber de él, pues si
él sobrevivió afuera desarmado tal vez había gente viva fuera de esas paredes.

Sin embargo que hubieran personas vivas fuera de aquel vecindario no les daba la certeza de que sobrevivir fuera algo tan sencillo. Al final de cuentas era el inocente pensamiento de una niña de trece años de edad.

——— ✮✧☾✧✮ ———

Cuando menos lo esperaban la noche había cubierto por completo el cielo, que aunque no pudieran verlo como solían hacerlo antes de todo sabían que seguía siendo el mismo apesar de todo.

Como era costumbre todos ayudaban a servir la cena. Morgan cocinaba lo poco que tenían, mientras los menores eran los encargados de arreglar la mesa y por ende poner los cubiertos y demás.

—¿Cómo sobreviviría ese hombre? —soltó Rylie rompiendo el silencio y así llamando la atención de los presentes —. Ni siquiera tiene con que defenderse de los caminantes y no sabe ni que son.

—No podemos saberlo, rubiecita —respondió Morgan ayudando a servir los platos ya con las debidas porciones en cada uno —. Solo él sabrá como lo hizo.

—Si llegaramos a irnos de esta casa, ¿crees que sobrevivíriamos, Morgan? —cusstionó la rubia de nueva cuenta mientras jugueteaba con una cuchara, tomando por sorpresa al moreno.

—¿Qué tal si en lugar de hablar como
un loro parlanchín me ayudas con los vasos?

No hizó falta que lo repitiera dos veces y Rylie ya había saltado de su sitio para ir por los vasos de vidrio de la alacena. Por muy bobo que sonará la parte favorita de Rylie a la hora de comer era servir las bebidas o en sí cualquier cosa que fuera útil para evitarle una carga más.

—Disculpa su impertinencia, Morgan —intervinó Rowan con cansancio viendo a su hermana sacar los vasos de un cajón —. Rylie no sabe cuando callarse.

—Joseph Rowan Everson, te escuché —exclamó Rylie intentando que su tono de voz no se oyera demasido fuerte —. No estoy tan lejos tuyo.

Rowan solo se encogió de hombros e hizó oidos sordos a sus reclamos para así poder terminar de acomodar todo donde debería de ir.

Minutos después se oyeron pasos bajar las escaleras que daban a la habitación del segundo puso y dedujeron que solo se trataba del hombre de la bata.

Él solo bajó las escaleras envuelto en una manta y comenzó a dirigirse a lo que llamaban sala, la cual les servía como dormitorio a los sobrevivientes.

—Esta casa es de Fred y Cindy Drake.

—No sé quienes sean...

—Yo estuve aquí, esta es su casa —recalcó el ojiazul moviendose por toda la sala observando cada rincón.

—No había nadie cuando llegamos —anunció Morgan terminando de ayudar a acomodar los platos y demás.

El hombre solo ignoró el comentario y siguió metido de lleno en lo suyo yendo hacia las ventanas, las cuales estaban cerradas con dura manera y tenían por encima un par de sabanas oscuras.

—No hagas eso. Verán la luz. Hay más
de ellos que de costumbre —fue todo lo que dijo el moreno antes de seguir en lo suyo —. No debí disparar esa pistola. El sonido los atrae. Ahora están en toda la calle. Que estúpido, ¿para que disparé?
Pero todo fue tan rápido de pensar.

—¿Le disparaste a ese hombre?

—¿Hombre?

—Le disparaste en la calle frente a otro hombre —rebatió el desconocido con un tono de voz molesto e indignado.

—Necesitas anteojos, era un zombie —respondió Morgan incredulo con un tono más calmado, sirviendole un poco de comida en unos de los platos —. Vámos, sientate antes de que te caigas.

El ojiazul solo tomó asiento como le sugerieron y empezó a comer sin más. Después de todo no recordaba cuando
fue la última vez que probó bocado.

—¿Tienes alguna idea de lo que está sucediendo?

—Desperté hoy en el hospital. Vine a casa y eso es todo —respondió sincero para después volver a su comida.

Los niños se echaron miradas entre sí confusos por lo poco que conocía el tema aquel hombre y probablemente seguían creyendo que era una locura allá afuera.

—Pero sabes sobre la gente muerta, ¿no?

—Sí, ví a muchos de ellos. En el muelle de carga apilados en camiones.

—No, no hablo de los que mataron si no de los vivos, los caminantes. Como el que maté hoy —comenzó a decirle el moreno intentando sacarle información sobre lo que sabía, pero en su lugar solo recibía silencio y una mueca de confusión —. Porque te habría atacado o comido o se habría llevado algo de tu carne. Supongo que es la primera vez que oyes algo de ellos. Se como esto te debe sonar.

—¿Están allá afuera en la calle?

—Sí, algunas veces es de noche cuando más aparecen. Quizás sea el aire fresco que hoy disparé esa pistola —continuó explicandole, lamentandose un poco por sus actos inconcientes —. Estaremos bien siempre que no hagamos ruido. Probablemente se vayan por la mañana.

—Pero escucha, de algo estoy seguro.
No deben morderte —susurró Morgan sumido en sus palabras, llamando la atención del ojiazul frente a él —. Ví tus vendajes por eso estabamos asustados. Las mordidas te matan, la fiebre te hace arder pero despues de un rato vuelves.

—Yo lo ví —soltó Rowan perdido en
los recuerdos sin poder controlar sus palabras ganandose la mirada curiosa del hombre a su lado.

—Ey, tranquilo —musitó Morgan con una calida sonrisa apretando su hombro con suavidad y cariño.

El desconocido no podía estar más extrañado y confuso depués de toda esa información por parte del moreno. No sabía nada de lo que estaba ocurriendo solo quería encontrar a su familia y el mundo de estaba yendo a la mierda.

——— ✮✧☾✧✮ ———

—Carl, es tu hijo...

En cuanto aquellas palabras salieron de la boca de Morgan, el hombre de la bata se giró lentamente a verlo.

—Hoy pronunciaste su nombre.

—Es un poco más joven que tus hijos,
tal vez de la edad de tu pequeña —soltó el ojiazul con tranquilidad señalando el colchón en el que dormía la rubia.

Morgan solo sonrió por la pequeña confusión del hombre, quien pensaba que los tres niños eran sus hijos sin saber que solo uno de ellos era suyo.

Aunque después de pasar ya varios meses con los hermanitos Everson les tenía un cariño especial, tal vez ese tipo de cariño que tiene a un padre a sus hijos.

—¿Y está con su madre?

—Eso espero —respondió el hombre con la mirada puesta en la nada y un tono de voz esperanzador.

—Papá, ¿le preguntaste?

En cuanto Morgan escuchó aquella pregunta por parte de su hijo no dudó en soltar una risa por sus ocurrencias y tal como prometió empezó a hablarle.

—Es por tu disparo, los niños y yo hicimos una apuesta —empezó a explicar entre risas, mirando a su hijo juguetón —. Mi hijo dice que eres ladrón de bancos y Rylie me asegura que tu nombre podría ser James o Jack.

—Sí, ese soy yo. James el bandido más peligroso de todos —respondió él con una sonrisa cubriendose con la manta —. Tal vez tu hija se equivocó, me llamó Rick y solía ser ayudante de sheriff.

Después de eso no hubó más solo unos instantes de silencio hasta que de pronto se escucharon alarmas de automóviles bastante cerca que alarmaron a Duane y de cierto modo despertaron a Rylie.

—Todo está bien, papá está aquí —comenzó a decirle Morgan a su hijo quien parecia realmente aterrado —. No es nada. Uno de ellos habra golpeado con un auto.

—¿Estás seguro?

—Ya sucedió antes, duró algunos minutos.

Sin embargo eso no terminó de convencer a Rick, quien decidido a saber lo que estaba ocurriendo afuera se pusó de pie y caminó en dirección a las ventanas aseguradas por tablas siendo seguido por Morgan.

Pronto las luces fueron apagadas por el menor para disimular su presencia.

—Rowan, ¿qué es ese ruido?

—Solo solo autómoviles, duermete —pidió su hermano tomando entre sus brazos a la rubia medio adormilada que solo asintió sin saber como.

—Hermano, tengo miedo...

—Tranquila, Morgan y Rick se haran cargo de esto —continuó diciendole con voz calmada, acariciando su cabello en un intentó de calmarla —. Solo debes de dormir, ¿sí? Todo estará bien ya verás.

Por estas cosas era que Rowan Everson tendría el título al mejor hermano mayor y tutor. Y lo que era admirable es que él le aseguraba que todo estaría bien y no habría de que temer cuando sabía mejor que nadie que todo el miedo que tenía estaba por sobrepasarlo.

—Es el de azul, ahí en la calle —
informó Morgan en susurros a su acompañante mirando por las rendijas de las tablas —. El mismo de la otra
vez, no creo que haya problemas.

—El ruido, ¿no atraerá más de ellos?

—Ahora no podemos hacer nada solo esperar al amanecer.

—Está aquí —susurró Duane luego de ver a cierto zombie entre la calle por las rendijas.

—Alejate de las ventanas. Vámos.

Acatando dicha orden el niño no tuvó más remedio que obedecer asustado y rompió en llanto rápidamente pero tuvó que obligarse a callar y llorar en silencio junto a una de las almohadas.

Morgan sabiendo que no era la primera vez que ocurría esto se acercó a su hijo y empezó a susurrarle palabras de aliento que lo tranquilizaran de cierto modo.

Por otro lado Rick se acercó a la puerta curioso por ver un poco más a esas cosas que amenazaban con lastimarlos afuera. Al hacerlo escuchó pasos en el porche y lo que vió lo asustó. Una mujer con bata en estado zombie se acercaba a la puerta como buscando algo o a alguien.

De pronto el pomo comenzó a girar sin poder darle acceso a abrir la puerta ya que esta estaba bloqueada. Rick se alejó de ella con mucho cuidado y sigiloso.

—Ella... murió en la otra habitación de a lado —explicó Morgan con voz quebrada sosteniendo en sus brazos a su hijo que sollozaba en silencio —. No pude... hacer nada. Esa fiebre.... Tenía la piel caliente como un horno. Debí haberle disparado. Debí hacerlo lo sé, es solo que no pude hacerlo. Es la madre de mi hijo...

Rick no dijo nada, solo se mantuvó tranquilo escuchando apesar de que el pomo de la puerta no paraba de sonar y la esposa muerta del otro hombre seguía insistiendo en que quería entrar.

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—¿Estás seguro de que están muertos?

—Están muertos, salvo por algo en el cerebro —contestó Morgan seguro de sus palabras comenzando a bajar las escaleras junto a los niños y rick —. Por eso hay que dispararles en la cabeza.

Se fueron acercando con cuidado a la cerca del jardin, o lo que quedaba de ella donde se encontraba un zombie sentado en el piso. En la misma pocisión en la que encontrarías a un borracho.

Si esto era lo que Rick Grimes necesitaba para comenzar a creer que lo que estaba ocurriendo era real lo haría.

Un poco más cerca de él, el zombie
al escuchar los pasos cada vez mas cercanos de Rick, quien llevaba una mascará de plastico en el rostro y un
bate de beisbol, comenzó a gruñirle
mientras se levantaba e iba por él.

Rick fue mucho más rápido en cuanto esté se aproximó hacía él no dudó en darle fuertemente con el bate de beisbol hasta romperle el craneo.

Una asustada pero perturbada Rylie
no tuvó otra opción que girar la cabeza para no ver aquello mientras se escondía a un costado de su hermano.

Después de eso no cabía duda que lo que ocurría era de lo más real posible.

No tuvieron más remedio que volver al interior de la casa, después de todo estar mucho tiempo afuera era un suicidio. En este caso optaron por ir a la abandonada casa de la familia Grimes, la casa que se encontraba a un lado de donde estaban.

—Están vivos, mi mujer y mi hijo —soltó Rick entrando a la casa mientras soltaba con desanimo la mascara —. Al menos lo estaban cuando se fueron.

—¿Cómo puedes saberlo? Por como se ve este lugar...

—Encontré cajones vacios en el dormitorio. Se llevaron algo de ropa, no mucha. La suficiente para viajar.

—Cualaquiera pudó haber entrado aquí y robarse esa ropa, ¿cierto?

—¿Ves alguna foto colgada en la pared? Yo támpoco —cuestionó el hombre, señalando las blancas paredes de la sala —. ¿Támbien crees que se las llevó un ladrón cualquiera?

Rápidamente Rick abrió un cajón que estaba a lado y buscó la nada.

—Nuestros albumes de fotos, las fotos familiares no están...

—Albumes de fotos  —soltó Morgan acompañado de una risa que pronto se tornó en un llanto —. Mi esposa hizó lo mismo. Yo estaba empacando cosas y ella albumes de fotos.

—Deben estar en Atlanta —informó Rowan ganandose la atención de todos, mientras se acercaba lentamente.

—Tienes razón...

—¿Por qué ahí?

—Hay un centro de refugiados, decían que era grande antes de que se cortará la transmisión —comenzó a explicarle
a detalle, moviendo las manos con algo de nerviosismo mientras sollozaba —. Protección militar, comida, refugio. Le pidieron a la gente que fuera allá porque sería más seguro...

—Y además tienen un lugar para enfermos.

—Un centro de control de enfermedades. Dijeron que ahí resolverían este problema...

No hubó más palabras solo silencio y sollozos por parte de Morgan, quien aún lamentaba la muerte de su esposa.

Entonces Rick Grimes supó que tenía que hacer algo para evitar un desastre peor que él que se les venía encima, y sin decir más se pusó de pie y rebuscó entre los cajones unas llaves.

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Gracias a Rick, todo el mundo pudó darse una refrescante y necesaria ducha en su casa. Para fortuna de todos el agua seguía saliendo caliente. Las risas en las duchas separadas no faltaron, era casi un milagro que les alegró la mañana.

Rylie no recordaba la última vez
que había tomado un baño con agua caliente, mayormente el agua estaba algo sucia y helada. Cuando estuvó aseada tuvó que ponerse un par de prendas que su hermano mayor consiguió para ella.

Para su mala suerte los Grimes no tenían ninguna hija y la ropa de la esposa de Rick iba a quedarle muy grande así que el hombre rebuscó varias prendas de su hijo que quizás le iban
a quedar no tan holgadas.

—Ahora si pareces el hermanito
que siempre quise y nunca tuvé —
soltó Rowan con una risilla, ganandose la mirada de furia de su hermana —.
Pero estoy conforme con mi hermana menor, claro.

—Oye, Rowan. ¿Crees que podríamos ir a Atlanta?

—Podría ser si tuvieramos la fuerza e ingenio para dirigirnos allá lo haríamos —respondió el rubio, peinando con algo de sutileza la melena corta de la menor —. ¿A que se debe esta pregunta?

—Es solo que... pensé en lo que dijo Morgan y... mamá y papá querían ir antes de que ya sabes... murieran —explicó Rylie, con voz madura jugando con las sabanas azules de la cama —.
Tal vez allá estaríamos más seguros. Quedarnos con Morgan no nos asegura nada más que aprender a escondernos.

—¿Quieres ir con un hombre que apenas conocemos porqué crees que seguirlo es más seguro que quedarse? —exclamó su hermano como si fuera una broma a la vez que soltaba el cepillo incredulo.

—Suena algo apresurado y tal vez impulsivo pero presiento que tal vez ir con él nos asegura algo mejor que esto.

Rowan miró a su hermana como si se hubiera vuelto loca. Aunque en parte tenía algo de razón si lo pensaba de otra manera. Tarde o temprano los zombies iban a entrar a esa casa o invadir todo el lugar por completo, refugiarse en aquel sitio no les aseguraba nada bueno. Pero, ir con Rick támpoco les aseguraba que el camino sería fácil aunque al menos irían a un lugar más resguardado y a salvo.

—Quiero ir, R. Si él se va yo támbien. No quiero quedarme a esperar como esos zombies acaban conmigo como le pasó a nuestros padres...

Nunca había escuchado hablar a Rylie con tanta firmeza y determinación
como esa mañana. Apenas tenía trece años, que por cierto no los aparentaba, y ya estaba hablando como lo haría un adulto apuntó de tomar una decisión.

—Sí Rick decide irse pronto iremos con él —respondió Rowan con una seriedad profunda, finalizando la conversación.

Si tenía que correr riesgos mayores
con tal de mantener a su única familia
a salvo lo haría. Haría lo imposible si eso significaba mantener viva a Rylie.

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PRIMER CAPÍTULO PUBLICADO

Holiwis a todos. ¿Cómo están? Yo estresada pero emocionada, nada mejor que públicar el primer cap de este nuevo fic con Carl Grimes.

Empeze a ver la serie hace un par
de meses ya y me fascino demasido. Desde el peincipio supé que haría un fic y el ganador fue Carl (alch, no te hagas fer que fue por él que viste la serie). Solo diré que tantos edits de Carl me tentaron a ver la serie.

Fue el capítulo que más se me hizo rápido pero algo largo, but espero que les gusté pq yo soy de escribir mucho. Las actualizaciones serán lentas por el momento (tengo examenes toda esta semana y la próxima) pero en cuanto me desocupe abrá más seguido cápitulos.

But, ¿qué tal quedó el cap? ¿Les
gustó, algo le falto? ¿Qué opinan de los hermanitos Everson? Ellos tan bonitos cuidandose el uno al otro.

Eso sería todo por esta ocasión, cuidense y mandenme buenas vibras para mis examenes. No se olviden de VOTAR Y COMENTAR así como de agregar el fic a sus listas de lectura para saber cada que actualizó y si lo desean seguirme en wattpad y en mis otras redes. Por tiktok siempre subó cositas así que les pasó mi usuario
@.twilxght_ Adiosito vvs