❝ 𝐕𝐎𝐘 𝐀 𝐏𝐑𝐎𝐓𝐄𝐆𝐄𝐑𝐓𝐄 𝐀 𝐂𝐎𝐌𝐎
𝐃𝐄 𝐋𝐔𝐆𝐀𝐑 ❞

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〘 ✰.༄☼ 𝓹𝓻𝓸𝓵𝓸𝓰𝓸 ☼༄.✰ 〙

–— sacrificios –—

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MIRAR A TRAVÉS DE UN CRISTAL NO ERA CÓMODO, DORMIR EN UN viejo colchón tendido en el suelo támpoco ni permanecer en silencio durante todo el día. Sin embargo era algo a lo que la familia Everson se había acostumbrado durante los últimos seis meses luego de que los caminantes infestaran la ciudad.

Para una niña de trece años era lo
peor que podía existir. Vivir encerrada
toda su vida en un sotáno, como si fuera un animal enjaulado la sofocaba pero, salir afuera no era una opción ya que en tales casos se exponían a un ataque.

Aunque tenía a su hermano consigo
no siempre jugar algún juego de mesa bastaba para calmar las ansias que tenía de querer salir de aquellas cuatro viejas paredes que la rodeaban.

Aquel día Rylie junto a su hermano Rowan se encontraban tranquilamente haciendo sus hobbies, matando parte del tiempo. Mientras la menor leía varios comics que tenía por ahí guardados el mayor se entretenía resolviendo un par de juegos de destreza como sopa de letras o bien algún crucigrama.

No fue fácil pasar el hecho de que su padre se dirigía a la entrada de sotáno que ellos tenían estrictamente prohibido salir. Así que lo miraron asustados.

—Papá, ¿a donde vas?

El hombre de cabellera castaña se
giró de forma casi inmediata con una expresión de sorpresa en su rostro y
tomó aire antes de explicarle a su hija
menor a donde iría.

—Papi tiene que salir por comida, ¿sí? —respondió el mayor, señalando un poco la puerta —. Mientras no estoy no quiero quejas, ruidos ni peleas. Haganle caso a su madre, por favor. ¿Quedo claro?

—Sí, papá —respondieron al unísono ganandose una sonrisa por parte de su padre.

—Esos son mis niños. Volveré pronto.

Ambos vieron a su padre abrir la puerta y encaminarse a la salida con un par de mochilas a su espalda. Sin embargo lo que no sabían los hermanos Everson es que esa sería la última vez que verían a su padre completamente saludable.

——— ✮✧☾✧✮ ———

—¿Qué tanto lees?

—Un comic —respondió el rubio desde
el sillón sin despegar la mirada de su lectura —. ¿Acaso no lo vez?

—¿De que trata? ¿Romance? ¿Acción? ¿Fantasia?

—Rylie, ¿quieres dejar de ser tan molesta por cinco segundos?

—¡No es justo! —soltó la menor con
una mueca de clara molestia mientras iba a sentarse a un lado suyo —. Eres mi hermano y nunca me tratas bonito.

—Ni modo. Es eso porque no hay más.

—Al menos ponme atención —rebatió Rylie aún molesta girandose a ver hacia la pared aparemente indignada.

—Te estoy poniendo atención...

Rylie soltó un jadeo de indignación al ver que ni siquiera se giró a verla y seguía sumergido en su lectura como si ella no estuviera justo a un lado suyo.

—Juguemos a algo, por favor.

—¡Ay, Rylie!

—Anda, di que sí —insistió ella haciendo un puchero para convencerlo —. Voy a llorar si no lo haces, eh.

—Demonios, ¿si juego contigo a las escondidas un rato vas a dejarme en paz?

Instantaneamente el rostro de la menor se iluminó y empezó a dar saltitos de la emoción soltando chillidos emocionada.

Apesar de que solo se tenían el uno al otro ambos eran muy diferentes y no solo por el genero si no por la posible diferencia de edad, que eran dos años.

Rowan había madurado desde muy temprana edad. Posiblemente porque al enterarse que ser hermano mayor traía muchas responsabilidades se preparó para ello. Era algo duro con Rylie a veces pero, solo quería enseñarle a hacer lo correcto. Aún con eso la quería mucho
e intentaba mantenerla feliz aunque
eso significara correr como pequeñitos y dejarse maquillajar con cosas de chicas.

—Voy a contar hasta veinte y tienes
que esconderte bien, ¿okey? —informó Rowan mirando con firmeza a la menor, quien solo asintió —. En ese caso voy a empezar a contar.

Rylie asintió rápidamente y su hermano se dió la vuelta dispuesto a empezar a contar con su cabeza pegada a la pared y los ojos cerrados.

—Uno... dos...

La rubia intentando no hacer tanto ruido empezó a camimar rápido a las escaleras que daban a sus antiguas habitaciónes en la parte del segundo piso.

—¿Donde me escondo? —se preguntó a si misma buscando un escondite que la ocultara bien —. Lo tengo, Rowan ahora si no va a poder encontrarme.

Cerca de la ventana estaba un arbol. Uno bastante grande y con ramas anchas y largas que llegan casi al borde de la ventana. A la rubia se le hizó fácil quererlo trepar y esconderse en la casita del árbol que tenían en él.

—Un poco más y llego —decía Rylie parada con cuidado en el borde la ventana intentando subirse a la rama.

Sin embargo, apenas tenía doce años como para tener suficiente fuerza y al intentar agarrarse del otro extremo su pie resbaló dejandolo pescada del borde de la ventana. La casa era de dos pisos por ende si caía había probabilidades de que se fracturará algo en el impacto.

—Vámos, Ry. Tú puedes —susurró para si misma dandose animos e intentó seguir agarrada del borde de la ventana —. Vámos, yo puedo. Yo pue...

De pronto se resbaló y creyó que moriría en la caida pero, para su buena suerte su cuerpo cayó en varias bolsas de basura amortiguando la caida.

—Eso estuvó cerca —musitó la rubia
con alivio bajandose cuidadosamente de las bolsas —. ¿Ahora cómo subo?

Podría ser pequeña pero Rylie Everson tenía algo llamado ingenio y mucha astusia. Empezó a trepar por la escalera que tenía clavada el tronco del árbol por el que cayó pues creía que si se escondía en la casita del árbol Rowan no sabría donde estaba escondida y así ganaría.

Apenas llevaba el segundo escalón
con difícultad cuando sintió que algo frío tocaba su tobillo, al voltearse se encontró con un caminante intentando morderla. Su primer instinto fue darle una patada, aquello funcionó pues lo alejó unos metros de ella.

—Dios mio, no quiero morir —decía asustada para si misma intentando ir con más prisa para arriba.

El caminante lento no era así que
en unos minutos ya estaba de pie he intentaba trepar solo que las escaleras eran demasido pequeñas para que sus pies pudieran sostenerse de eso.

Rylie logró llegar sana y salva a la
casita del árbol, solo que acababa de obtener un nuevo trauma. Siempre recordaría ese día como el día en que casi era mordida por un caminante.

Se quedó en un rincón intentando no hacer tanto ruido pero, sus sollozos no ayudaban. Si volvia a cruzar la rama por la que había trepado había una enorme posibilidad de que esta se rompiera en el proceso y cayera de nuevo. Esta vez ese caminante si la morderia.

Se arrepintió de ser tan tonta y lamentó tener tan malas ideas.

Rowan, tú ganas. Ven por mí. Pensó la rubia escondiendo el rostro entre sus rodillas asustada.

——— ✮✧☾✧✮ ———

Ya llevaba un par de minutos buscando a su hermana y no había rastro de ella. Buscó en casi todas partes, incluso en la que era antes la oficina de su padre y no estaba ahí. De pronto le surgió una idea.

Su habitación.

Al entrar vió el lugar completamente echo un desastre y una silla cerca de la ventana, pensó lo peor.

Rápidamente corrió para la ventana
y se asomó para abajo donde estaban las bolsas desacomodadas y un caminante intentaba trepar el árbol sin exito.

—¡Rylie!

La niña al escuchar la voz de su hermano llamandola salió con cuidado para asomar la cabeza por la ventana y hacerle saber que estaba ahí subida.

—Rowan, ayudame —pidió entre sollozos asustada por no poder regresar —. Fue un error subir, ese caminante pudo morderme pero fui rápida. Ya no quiero estar más aquí, ayudame...

—Tranquila, voy a bajarte —prometió su hermano intentando calmarla mientras daba vueltas en el mismo lugar —. Solo necesito pensar exactamente como.

Unos minutos después se le ocurrió algo que tal vez podría funcionar y a la vez no.

—Trepa por la rama y cuando estes más cerca yo te atrapo.

—¿Y si se rompe la rama?

—Te atrapare, lo prometo. Solo sube.

La niña respiró profundo mentalizandose cosas positivas para ignorar el hecho de que debajo de ella estaba un caminante esperando que cayera para comersela. A pasos lentos y con fuerza se aferro a la rama y de poco a poco fue arrastrandose despacio al  otro extremo donde estaba Rowan.

—Vamos, Rylie. Sigue, tú puedes.

Todo iba de maravilla, un poco más y Rowan podría bajarla y hacer como que nada sucedió ese día pero, sin querer Rylie miró hacia abajo y su miedo solo incrementó y se detuvó asustada.

—No puedo, Rowan... me voy a caer...

—Ey, todo eso no va a pasar —empezó
a decirle con voz calmada animandola
a seguir —. Solo te falta un poco más y podre bajarte, ¿si? No te rindas aún.

—¿No caeré?

—No si yo estoy para atraparte —respondió Rowan sereno dandole una sonrisa tranquilizante —. Avanza.

De nuevo inhaló y exhaló con fuerza, estaba vez más tranquila por lo que le había dicho su hermano. De algun modo Rowan siempre sabía exactamente como calmarla e incitarla a no rendirse.

Poco a poco fue acercandose hasta
que la rama empezó a crujir y estaba a nada de romper. La mirada de la rubia decía lo asustada que estaba, el mayor no dudó en tomarla de las manos lo más rapido que pudiera y con esfuerzó la hizó entrar al marco de la ventana antes de que la rama se rompiera y cayera justo donde estaba el caminante.

Lo primero que hizó la niña fue abrazar a su hermano mayor con fuerza mientras empezaba a llorar del susto.

Rowan sintió que podía respirar con tranquilidad y entre llanto y risa por lo ocurrido correspondió al abrazo. No era muy común recibir abrazos de ella, por lo general bastaban palabras para que supieran el amor que se tenían como hermanos. Sin embargo, esta vez no se sintió de la misma manera.

El chico en realidad sintió que el corazón le latía más lento y que en cualquier momento se le cortaría el oxigeno al ver a su hermana en peligro. Él podía ser duro con ella, de igual forma no era muy cariñoso con ella pero verla en peligro hizó que se desatará
ese instinto de sobrevivencia.

Desde ese día se prometió que iba a cuidarla si eso implicaba ponerse en peligro para mantenerla con vida.

—Lamento que hayas pasado por todo eso...

—No, yo lamento haber sido tan imprudente —respondió Rylie entre sollozos aún sosteniendo a su hermano con fuerza —. No lo volvere a hacer. Te lo prometo, hermano. ¿Podrías no decir nada de esto? Ya sabes como se ponen mamá y papá.

—No les voy a decir nada de lo que
paso, pero eso no cambia el hecho de que ese caminante pudo hacerte daño
—comentó el mayor mirandola molesto, la niña hizo una mueca —. Tienes que ser mas cuidadosa y pensar antes de actuar. ¿Qué hubiera pasado si yo no estuviera aquí? Ya no habría nada de ti.

Rylie bajó la mirada avergonzada por
su imprudencia y no dijo más. Sería algo que nunca olvidaría.

——— ✮✧☾✧✮ ———

El resto del día para sorpresa suya
los hermanitos Everson estuvieron calmados y haciendo lo suyo en la sala. Rowan leía sus comics para matar el aburrimiento mientras su hermana jugaba en la alfombra con su casita de muñecas a la fiesta del té.

De pronto escucharon pasos y en la puerta apareció Vincent Everson, el padre de los niños. La primer en ir a abrazarlo fue su hija, quien lo amaba incondicionalmente apesar de todo.

—¡Papi, volviste!

—Hola, princesa —saludó Vincent
con una sonrisa dejando un beso en su mejilla —. ¿Te portaste bien? ¿Ayudaron a su madre?

Rylie asintió con una sonrisa pintada
en su rostro y aunque solía no decir mentiras ese día prefirió no decir lo
que había echo. La niña venía pegada a su papá como una garrapata cuando él se acercó a su esposa para saludarla.

—¿Cómo te fue? ¿Conseguiste algo?

—Me costo un poco pero encontré algunos suministros. Nos duraran por lo menos un mes —informó el hombre mientras dejaba unas bolsas en la mesa —. De todos modos creo que debemos racionarlos y los haremos durar más.

—Ya buscaremos un modo, cariño —comentó Emmeline antes de empezar a servirles sus platos con comida —. Creo que es hora de cenar, ¿no creen?

—Uy, cena —exclamó Rylie bajandose
de los brazos de su padre para tomar asiento —. Vamos a comer y a comer...

La cena se pasó rápida entre anecdotas y risas. Aunque el resto de la noche Rowan estuvó más callado que de costumbre pues seguía asustado por lo que pasó hace rato además de que presentia que algo no andaba bien.

Ambos adultos no tardaron en mandar
a dormir a los niños en el viejo colchón que tenían en un rincón mientras ellos salían un momento a platicar y así los dos pudieran tener más privacidad.

—No quiero que haya secretos entre nosotros así que...

De pronto Vincent subió la manga
de su chaqueta dejando a la vista lo que parecía ser una ligera mordida. Fue instantanea la reacción de su esposa, se alejó asustada cubriendose la boca y algunas lagrimas se asomaban.

—¿Cómo paso esto?

—Fui a buscar suministros a una tienda abandonada y salió de la nada —relató el hombre —. Alcanzó a morderme pero no tan fuerte si no tal vez me hubiera arrancado el brazo.

—¿Qué vamos a hacer? —preguntó asustada sin apartar la vista de aquella mordida —. ¿Y si te conviertes en uno de ellos?

—En todo caso no dejes que sea un peligro para los niños, haz lo imposible por protegerlos.

Emmeline no quería pensar en que
un día tendría que hacerlo porque tan solo pensarlo hacia que una sensación de opresión inundará su pecho.

—Prometemelo, Em —pidió Vincent obligandola a que lo mirara a los ojos, ella solo sollozaba —. Debes cuidarlos. Sin importar lo que sea deben vivir.

—No se si podría —susurró la mujer al borde de las lagrimas aferrandose a su esposo —. ¿Cómo podria vivir con eso, eh? Soy demasido débil para cuidarlos. No se si funcionaría, no quiero que te pase nada. Vince, tienes que luchar.

—No hay cura y lo sabes, tenemos que aceptarlo.

——— ✮✧☾✧✮ ———

Las cosas no se veía bien. Para su desgracia Vincent habia sido mordido por un caminante y conforme pasaban los días enfermaba cada vez peor.

Su aspecto empeoraba con cada día que pasaba. Usualmente estaba hirviendo en fiebre, tosía sangre y sintía que todo el cuerpo le dolía de una manera extraña.

Rylie y Rowan hacian lo posible para mejorar su estado de animo, puesto que habia estado algo irritante y querían que se sintiera mejor o al menos olvidar por un rato sus dolores.

Los tres jugaron un juego de mesa
que tenían por ahí guardado entre unas cajas y se sintió como esas veces en las que Vincent llegaba del trabajo por las noches y jugaba y los abrazaba. Solo que esta vez aquel hombre fuerte que solían conocer se desvanecía poco a poco.

Ese día fue el último día que vieron a
su padre sonriente. Los días posteriores solo empeoro todo. Los rubios estaban en otra parte de la casa, en la planta alta jugando con una pista de carreras que solía usar Rowan cuando tenía casi la edad de su hermana menor.

Su madre le había pedido llorando al mayor que llevará a su hermana lejos y la distrayera con alguna cosa para que no escuchará el sonido del disparo en el sotáno. Rowan con los ojos llorosos solo pudó asentir y la llevó lejos de ahí.

Rylie no entendía muy bien lo que sucedía pero sabía bien que no era algo bueno por esa agitación en su pecho.

Ella jugaba tranquila con los carritos
en el suelo junto a su casa de muñecas cuando solo se escuchó resonar por las paredes el sonido de un disparo en la parte de abajo. Justo en ese momento lo entendió, no había salvación para él.

La rubia se resguardó en los brazos abiertos de su hermano, quien supó como reaccionaría la menor. Una vez estuvó ahí empezó a llorar sin siquiera pensarlo al entender lo que sucedió abaja en aquel sotáno.

Rowan la abrazó con fuerza y fue la primera vez que Rylie escuchó llorar a su hermano desconsolado. Déspues de tanto por fin estaba desahogandose, de ese modo no solo estaba deshaciendose de todo lo que lo preocupaba si no que támbien liberaba ese dolor por la muy reciente muerte de su padre.

—Él se ha ido, ¿no es así? —preguntó la rubia con preocupación aún abrazando a su hermano —. Él nos dejó...

—Asi es, Ry. Papá murió...

Mientras tanto en el sótano estaba Emmeline tirada en el suelo de rodillas llorando desconsoladamente sobre el cuerpo de su marido con una arma de fuego en sus manos.

Ella no quería hacerlo pero se lo prometió a su esposo. Iba a protegerlos pero como viviría con aquel horrible pensamiento. Mató a su marido, de cualquier forma la mató y ahora solo tenía a sus hijos. No dudó demasido y tomó el arma, la cargo y la pusó justo en su cabeza dudando si jalar el gatillo.

Realmente no podía con el remordimiento.

La niña se aferró con más fuerza al cuerpo de su hermano cuando otro disparo rompió el silencio e incluso hizó sobresaltar al mayor. Ahora de verdad estaba empezando a preocuparse. ¿Qué demonios fue eso? ¿Qué sucedió allá abajo? ¿Por qué su madre tardaba?

De pronto sintió que el mundo se
le venía abajo cuando pensó en una posible respuesta a sus teorías. ¿Es que acaso ella había acabado con su vida?

Era lo más lógico.

Se aferró a su hermana y empezó a llorar con fuerza, sorprendiendo a la menor. Algo debió de haber pasado muy malo para que Rowan rompiera en llanto de aquella manera tan dolorosa.

——— ✮✧☾✧✮ ———

A

quella noche Rowan no quisó bajar
al sotáno a dormir, lugar que era donde estaban los Everson refugiados por cualquier imprevisto. Sabía bien lo que encontraría allí abajo y no estaba listo para dejar que su hermana lo viera.

Perder a un padre era doloroso,
¿perder a ambos en un mismo día?
Eso ya era crueldad del universo.

Durmieron abrazos el uno al otro, Rowan no dejó a su hermana por nada del mundo. La consoló y la escuchó desahogarse de todo mientras veía al techo con la mirada perdida pensando en sus padres muertos. Estuvó con ella despierto hasta que la menor se durmió entre sollozos e hipidos por estos.

Por eso de la madrugada mientras
la niña dormida completamente como un tronco tomó una de las armas que tenían guardadas y bajó lentamente al sotáno. Una vez estuvó ahí soltó un par de lagrimas y se lamento por lo que iba
a hacer a continuación pero no quería dejar ni un cabo suelto que en un no muy lejano futuro les afectará a ellos.

Le sió otro tiró en la cabeza al cadaver de su madre, rematandola por si las dudas. Después de eso regresó a la cama con su hermana e intentó dormir pero la imagen de sus padres muertos cerca de su viejo colchón lo atomentó horrible.

¿Qué haría? ¿Cómo iba hacerse cargo
de una niña de doce años? Muy a duras penas podía cuidarse a si mismo, no iba a ser sencillo cuidar de su inquierta hermana menor. ¿Cómo le explicaría lo que hizó? ¿Con que cara le hablaría?

Solo la miró con melancolia recordando los buenos tiempos en los que su misión solo era ir a la escuela todos los días, hacer sus tareas y como sucedia en todas las familias tenían que odiarse si o si.

Ahora su dolor de cabeza seria un
doble dolor de cabeza si eso involucraba mantenerse ambos a salvo.

Con sumo cuidado retiró un mechón rubio algo rebelde que se escapaba de su melena y lo acomodó destrás de su oreja con ternura. Rylie Everson era una niña esplendida, pura y buena que pronto el mundo arruinaría de alguna manera y no había forma de evitar que sucediera.

—Voy a protegerte a como de lugar.

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PRÓLOGO PUBLICADO

Volvimos, yupiiii. ¿Cómo andan? Espero que todo vaya bien. Hace tiempo que queria publicar esto pero pues no tenía mucha imaginación para el prólogo. Gracias al cielo lo termine, aunque algo me dice que necesita una editadita porque se siente bastante aburrido

De todos modos ya me quite el pendiente del prólogo. Al menos ya tienen una idea de lo que paso antes de que nuestros niños conocieran a Rick y a Morgan.

Les dejo de tarea votar y comentar,
ya saben es opcional si quieren agregar el fic a sus listas de lectura asi sabran cada que hay actualizacion (seguida por cierto hasta Agosto).

Mis redes sociales por si quieren seguir ya sea aquí en Wattpad o en las demás las encuentran en mi bio. Gracias por leer, besos. Nos leemos pronto <3