❜ ⌗ 03

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


❜ ⌗ . . . . . . . . . ⌗ ❜


Y antes de que Jake pudiera levantarse del sofá, sintió cómo la presencia de Heeseung lo consumía. Estaba de pie, con la espalda apoyada contra el marco de la puerta de la cocina. Tenía los brazos cruzados y su expresión era astuta; sus ojos brillaban mientras humedecía los labios, observando a su novio con tanto deseo. Jake apartó la mirada, tembloroso, y se levantó del sofá sintiendo un escalofrío recorrerle todo el cuerpo gracias a la intensa mirada de Heeseung.

—Ya regreso... —susurró el rubio hacia Sunoo.

Avanzó lentamente hacia las escaleras del segundo piso, esquivando a sus demás amigos mientras miraba por encima del hombro, observando cómo Heeseung lo seguía en silencio. Jake tragó saliva y maldijo en su interior al saber que su broma le había salido algo cara, o tal vez no.

Una vez que llegó al segundo piso, buscó dónde esconderse para relajar sus latidos, pero su muñeca fue tirada hacia otro lado, arrastrándolo hacia la terraza del gran apartamento. La espalda del rubio chocó contra la pared y sus ojos se enfocaron en los cafés de Heeseung. Este tragó saliva, nervioso, cuando sintió las manos del pelinegro aferrarse a sus muñecas para luego subirlas hasta la altura de su cabeza, dejándolo inmóvil contra su cuerpo.

—Heeseung, espera... Los chicos nos pueden ver...

—En este momento no me importa nada, Jake. —ese tono de voz frío y fuerte hizo que la piel del rubio se erizara por completo. El pelinegro acercó sus labios a los del rubio y lo besó con intensidad y ansias, recibiendo el permiso de Jake para profundizar el beso.

—Uhm... Hee... —jadeó entre besos, y el pelinegro le mordió el labio inferior haciéndolo gemir un poco más fuerte. Se separó de sus labios y observó la escena agitada y sonrojada del rubio.

—Prefiero mil veces tenerte así que celoso, amor... —susurró, soltando las muñecas del rubio y posando sus manos en las mejillas de este, obligándolo a mirarlo—. Dime, si sabes que somos el uno para el otro, ¿por qué ponerte celoso con un accidente? ¿Uh?

Jake quiso apartar la mirada, avergonzado, y suspiró. Su cuerpo se sentía algo caliente y tensionado, sus latidos iban cada vez más rápido de lo nervioso que estaba.

—No sé, solo que no me agradó la idea de que Jungwon tuviese algo tuyo —confesó, haciendo reír a Heeseung.

Este se alejó un poco y soltó un suspiro mirándolo.

—Él solo se quedará con una prenda y tú conmigo, Jake —le dijo.

El rubio rodó los ojos y se cruzó de brazos, haciéndose el fuerte ante su novio.

—Uhm... —hizo un puchero, y Heeseung se acercó a él tomándolo por las caderas para acercarlo más a su cuerpo.

—¿Sabes? A mí también me disgustó algo... —le susurró—. ¿Por qué intentaste ponerme celoso?

—Fue la cerveza, no estoy pensando con claridad —comentó.

—Ajá, ya veo... —los labios de Heeseung se posaron en el cuello del rubio, haciendo que este se mordiera el labio inferior. Subió lentamente por su cuello, hasta llegar a su mandíbula, para luego posar sus labios en su oreja y mordisquear un poco el lóbulo, haciendo que Jake jadease bajito—. Le vuelves a hacer esto a otra persona, Jake, y te juro que vas a conocer una faceta de mí que aún no conoces... ¿De acuerdo? —y aquellas palabras seguras y dominantes susurradas en su oído hicieron que el corazón del rubio diera un vuelco.

—Yo... lo... lo siento... —trató de hablar el rubio, pero Heeseung estaba serio mirándolo.

Apartó la mirada de su novio unos segundos asegurándose de que nadie mirara desde adentro y desde afuera, ya que estaban en la terraza del segundo piso. Se mordió el labio inferior y volvió a acorralar a su novio contra la pared, inmovilizándolo contra su cuerpo. Jake sintió cómo su cuerpo reaccionaba temblorosamente ante los movimientos atrevidos del pelinegro.

Heeseung metió sus manos dentro de la camisa del rubio y acarició lentamente las curvas de él, para luego posarlas en sus caderas y atraerlo a su cuerpo. Jadeantes, uno del otro, sus labios se encontraron en un profundo beso mientras el rubio llevaba sus manos hacia el cabello de Heeseung para enredar sus dedos en él y tomar más de sus labios. Sus lenguas se encontraron en un vaivén de movimientos y gemidos obscenos entre la pequeña privacidad que compartían.

El pelinegro dejó caer la cabeza hacia atrás, rompiendo el beso, y se agachó un poco, regresando sus manos a las curvas del rubio. Levantó un poco su camisa y acercó sus labios a su abdomen, haciendo que Jake se tapara la boca para ocultar sus jadeos una vez que sintió sus húmedos labios rozar su estómago y subir lentamente para luego posarse en sus labios en un intenso beso.

Heeseung lo giró contra la pared y pegó sus caderas contra el trasero del rubio. Acercó sus labios a la nuca del rubio mientras pasaba sus manos hacia los muslos de este, haciéndolo jadear.

—Heeseung, espera... aquí no.

—Shhh... —calló cerca de su oído y desabrochó el pantalón del contrario.

—Hee... amor... —con la voz temblorosa y agitada, Jake estaba al tanto de que nadie los encontrara.

La mano del pelinegro se escabulló dentro de su ropa interior, robándole un suspiro al rubio, quien apoyó su frente contra la pared y con sus dos manos cubrió su boca mientras negaba con la cabeza. Sí quería, pero estaba algo nervioso de que los pudieran escuchar. Con un brusco movimiento, la otra mano de Heeseung apartó las manos del rubio de su boca.

—Quiero escucharte. —su voz era tan posesiva y fría que incluso el rubio lo ponía nervioso.

La otra mano del pelinegro se movió alrededor del rubio, provocándole un jadeo y que este se inclinara cuando sintió el hormigueo subir por su pelvis.

—Heeseung... —gimió bajito, haciendo que el pelinegro volviera a besarle la nuca y moviera más rápido su mano.

Jake se mordió el labio inferior y apretó los ojos con fuerza, aguantándose el jadeo.

—Amor... por favor... Ah... —tartamudeó agitado.

—¿Por favor? —susurró cerca de su oído.

—Alguien puede venir y vernos... —las manos de Jake se posaron encima de las de Heeseung, deteniéndolo.

Heeseung apartó su mano y lo giró nuevamente para mirarlo. Se encontró con la expresión sudorosa, sonrojada y con los ojitos algo hinchados del rubio. Una de las tantas expresiones que le gustaban de él. Maldijo en su interior una vez que todo su cuerpo sintió tantas ganas de hacerle más cosas ahí, pero era cierto que estaban a la intemperie y podrían verlos. Pero, a esta altura de la situación, a Heeseung no le importaba nada; incluso le llamaba la atención la idea de que por fin se enteraran de que eran novios, pero sabía que a Jake le iba a afectar más.

—Vámonos. —dijo agitado Heeseung, sintiendo cómo su pantalón se ceñía cada vez más a sus muslos por su euforia.

—¿Uh? Aún no han cantado el cumpleaños de Jay, Heeseung. —respondió el rubio.

—Dije, vámonos. —le agarró el mentón con fuerza y lo volvió a besar—. Voy a bajar primero y te espero en mi auto. Tienes que bajar, Jake.

Jake, sorprendido por la nueva actitud que estaba presenciando de Heeseung, solo pudo asentir sin dejar de mirarlo. Heeseung suspiró antes de apartarse del rubio y entró nuevamente al apartamento, dejando a Jake sumergido en sus pensamientos. Aprovechó y se acomodó la ropa y, una vez que estuvo listo, entró al apartamento con una tonta sonrisa, la cual desapareció cuando se encontró con Jungwon en el pasillo, quien llevaba puesta la camisa que Heeseung le había dado.

—¿Jake? ¿Y Heeseung? —preguntó Jungwon—. ¿Está todo bien? Lo vi salir apurado hace unos minutos.

El rubio se acercó un poco a Jungwon y suspiró.

—Tenemos algo de qué hablar —le dijo Jake pasándole por al lado.

—¿Sí? Bueno, dile que también conteste mis mensajes, quiero hablar algo con él —y aquellas palabras de Jungwon hicieron que Jake sonriera con sarcasmo. Se giró un poco, mirándolo.

—Va a estar ocupado.

—¿Ah sí? Bueno, iré a su casa mañana entonces.

—No hace falta.

—¿Por qué? —una sonrisa se asomó en los labios de Jungwon una vez que captó la actitud rogante del rubio.

—Porque va a estar ocupado conmigo.

—Uh, qué extraño. Porque muchas veces que está contigo, responde mis mensajes —ladeó la cabeza con una sonrisita orgullosa.

Jake apretó los dientes y luchó con su interior para no decir nada, se giró sin decir más y bajó las escaleras enojado. Se acercó a Jay, quien hablaba con Sunoo, e interrumpió su conversación.

—Debo irme, Jay. Tengo algo que hacer —mintió.

—¿Pasó algo, Jake? —cuestionó Jay al observar la mirada tensa del rubio.

—Sí, es algo urgente, por lo tanto, Heeseung me va a llevar a casa —dijo cortante, dando unos pasos hacia atrás—. Feliz cumpleaños, amigo —un pequeño toque de hombros hacia este hizo que Jay quedara perdido ante el gesto, se miró con Sunoo, quien se encogió de hombros.

Jake se giró para irse y caminó a paso rápido, saliendo del apartamento. En la carretera se encontraba el auto de Heeseung estacionado mientras él estaba con la cadera apoyada contra el capó del auto. El rubio se acercó a él y posó sus manos en las mejillas del pelinegro, atrayéndolo contra sus labios para besarlo con ansias, sorprendiendo al pelinegro por el repentino beso.

—Y no me preguntes nada —dijo agitado una vez que cortó el beso, haciendo que Heeseung riera.

—No voy a decir nada... —su mirada se encontró con varios ojos que los observaban dentro del apartamento, junto con expresiones de asombro. Heeseung volvió a besar a Jake con ganas y luego lo hizo subir al auto y, una vez dentro, encendió el motor y, después de sonar el claxon, pisó el acelerador para irse del apartamento de Jay.

Jake se mantenía algo serio, lo cual atrajo la atención del pelinegro.

—¿Pasó algo? —cuestionó el pelinegro.

—Detén el auto —pidió sin mirarlo.

Heeseung arrugó el ceño sin comprender lo cortante, pero obedeció. Detuvo el auto en un lugar un poco alejado y, una vez que puso el freno de mano, se giró para mirar a Jake, pero este fue más rápido y pasó una mano por encima del regazo del pelinegro, alcanzando el seguro de su silla. Una vez que lo movió, la silla de Heeseung se inclinó un poco hacia atrás, lo cual le dio luz verde al rubio.

—Jake, ¿qué haces? —recibió el silencio del rubio como respuesta y, además de eso, observó cómo este pasaba a su asiento para posarse encima de su regazo.

Confundido y algo emocionado, el pelinegro llevó sus manos a las caderas del rubio al instante que él tomó asiento en su regazo. Los labios de Jake se posaron en los del pelinegro, moviéndolos ansiosamente mientras metía sus manos dentro de la camisa del pelinegro, las deslizó por su abdomen y las posó en sus pantalones, los cuales desabrochó con facilidad.

—Amor... —jadeó entre besos Heeseung, desconcertado de la actitud del rubio.

El rubio cortó el beso e introdujo su mano dentro de los pantalones del pelinegro, robándole un suspiro.

—No vas a responderle nada a nadie —le dijo el rubio.

—¿Eh? Amor... uhm, ¿de qué hablas?

—Y no vas a recibir tu camisa de nuevo, ¿de acuerdo? —el rubio movió su mano un poco más, haciendo que Heeseung jadeara.

Sus labios se posaron en el cuello del pelinegro para besarlo y luego succionar un poco, haciendo que este apretara sus caderas.

—Mierda, Jake... ¿qué te pasó allá dentro?

Jake lo miró serio unos segundos y luego suavizó su mirada al ver a su novio tan agitado.

—¿Puedes recordarme por qué estamos juntos? —pidió el rubio.

Una sonrisa se asomó en los labios del pelinegro.

—Oh, amor... ¿Estás celoso otra vez?

—Sí, y muchísimo.

—Uh, qué actitud... —rió Heeseung y apartó la mano del rubio fuera de sus pantalones—. Bueno, déjame que me haga cargo de esa tensión.

Acercó sus labios a los del rubio para besarlo y luego pasarlos hacia su cuello lentamente, provocándole un jadeo.

—¿Me vas a decir qué pasó? O te hago decirlo.

—No te voy a decir, Heeseung...

—Bien, de la otra forma será —susurró en sus labios—. Ve a los asientos traseros —ordenó.

Jake lo miró agitado y algo nervioso.

—Aquí no tienes excusas, lindo.

—Uhm, lo sé... —y antes de que se quitara del regazo del pelinegro, le dio un pequeño beso en los labios para luego irse a los asientos traseros.

El pelinegro se pasó a los asientos traseros también y, una vez que estuvo al lado del rubio, le quitó la camisa y dirigió sus besos hacia su clavícula para ir bajando lentamente hacia su abdomen. El rubio se mordió el labio inferior cuando su cuerpo se erizó ante el cálido y húmedo contacto de los labios de su novio que tanto lo volvía loco. Heeseung se deshizo lentamente de la ropa del rubio, contemplando a la opaca luz su cuerpo, lo cual lo hizo morder el labio inferior, ansioso por tocarlo más allá.

—Date vuelta —ordenó, pero el rubio tardó en hacerlo—. Jake.

El rubio lo miró con una sonrisita y negó.

—¿No?

—Sácame una foto...

—¿Una foto? —cuestionó el pelinegro, curioso.

El rubio asintió, haciendo que Heeseung riera. Este se inclinó para buscar su teléfono, pero de inmediato Jake le quitó su camisa blanca y se la puso él, haciendo que el pelinegro quedara perdido. El rubio se posó un poco encima de él, mirándolo.

—Tómala.

—Jake, ¿qué harás con esto?

—Solo tómala.

Heeseung suspiró y tomó la foto. El rubio agarró su teléfono y lo hizo a un lado, se sentó en su regazo y movió sus caderas encima de las de él, sintiendo el roce del pantalón del pelinegro. Heeseung se mordió el labio inferior y apretó las caderas del rubio para acercarlo más a su cuerpo.

—Uhm, me encantas tanto...

Sus labios se juntaron nuevamente en un apasionado beso entre respiraciones agitadas, jadeos y caricias que hacían que el uno del otro obtuviera más deseo.

—Uhm, Heeseung... —gimió entre besos—. Te amo.

—Y yo a ti, lindo... Como no tienes idea... —jadeante, le dio un beso en la frente.


❜ ⌗ . . . . . . . . . ⌗ ❜


Horas antes


❜ ⌗ . . . . . . . . . ⌗ ❜

Al día siguiente

❜ ⌗ . . . . . . . . . ⌗ ❜




❜ ⌗ . . . . . . . . . ⌗ ❜

F I N

❜ ⌗ . . . . . . . . . ⌗ ❜

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro