1: El chico de la ventana de estrellas.

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Todo lo que la mente de Jeno podía pensar en ese momento era en una ventana con estrellas pintadas desprolijamente por todo el vidrio y en el chico que se asomaba por ella sin falta cada vez que llegaba a aquella casa.

Recuerda exactamente cuándo esas estrellas fueron colocadas ahí porque precisamente él ayudó a pintar un par.

Recuerda a un niño de negros cabellos arrastrarlo a su habitación gritando emocionado "¡Jeno mira, pinté estrellitas en la ventana!, ¿quieres pintar también?. Mamá dice que así las estrellitas siempre estarán conmigo.". Y ambos se pusieron a pintar más estrellas diminutas, grandes, medianas de amarillo, blanco y azul mientras jugueteaban entre ellos, por supuesto que sus manos terminaron llenas de pintura así como sus ropas y parte de sus rostros.

Jeno atesoraba ese recuerdo como ningún otro porque fue la primera vez que se dio cuenta de algo muy importante.

–¡Jeno! —le llamó un ahora castaño claro sentado desde el suelo haciendo que sus ojos dejaran de perfilar la ventana frente suyo y se posara en unos ojos cafés oscuros— Te estoy hablando, ¿vamos a la tienda por soda o no?

No pudo evitar que una sonrisa tonta saliera de sus labios confundiendo un poco a su amigo tirado en el suelo. Desde aquel entonces habían pasado 10 años, ambos niños habían crecido para convertirse ahora en jóvenes adolescentes pero aún así su dinámica no había cambiado mucho.

–¿Tienes dinero al menos?, porque te digo desde ya que yo no traje ni un centavo.

Una canción ligera se podía escuchar en la habitación donde ambos se encontraban reproducida desde un teléfono, a Jaemin últimamente se le había pegado mucho el gusto de su madre en cuanto a canciones por lo que no era de extrañarse cuando éste ponía clásicos como rock suave en español.

–Veré si le quito a papá un par de billetes, así quizás podamos comprar unas papas de paso. —dijo estirándose en el suelo mientras observaba la hora en su teléfono.

–Deberías ser un chico más sano Nana, tanta fritura te joderá el estómago. —bromeó levantándose de la cama donde se encontraba para tirarse al lado de su amigo.

–Lo dice el chico que se la pasa comiendo comida rápida, ¿no te da vergüenza Lee Jeno?

–No es mi culpa que mis padres no me hayan enseñado a ser un jodido adulto independiente. —se quejó empujando con su pie el hombro del castaño— Además de todos modos siempre puedo venir aquí a quitarles comida.

–Te aprovechas de la hospitalidad que te damos, deberíamos empezar a cobrarte casi que vives aquí cabrón.

–A tus padres parece no molestarles.

–Es porque no se atreven a decírtelo en frente de tu fea cara. —rápidamente le dio un zape en la frente haciendo que Jeno se quejara y le diera un manotazo— Vamos, antes de que cierre y no alcancemos. Sino nos tocaría ir al supermercado pero jodidamente no estoy en condiciones de caminar tanto hoy. —se levantó tronando su espalda de paso y estirando el resto de su cuerpo.

–Tu nunca estas en condiciones de nada, pareces un abuelo. –replicó levantándose igualmente.

Ambos chicos salieron de la habitación entre bromas y empujones leves debatiendo quién era el real abuelo de los dos, eso hasta que bajaron el último escalón y Jaemin casi resbala sosteniéndose rápidamente de su amigo casi haciendo que éste cayese con él. Luego se quejó de su espalda y el cómo no estaba echo para hacer movimientos muy bruscos, ambos sabían entonces quién había ganado la pequeña discusión anterior pero nadie dijo nada para recalcarlo.

Jeno se dirigió a la cocina en busca de un poco de agua y por la llaves de la casa mientras que por su parte Jaemin iba al patio en busca de su padre para pedirle un poco de dinero.

–Señor padre, necesito dinero. —soltó al llegar a la par del hombre quien estaba sentado en el suelo e intentaba resembrar una planta a una nueva maceta.

–Y yo necesito más paciencia para no tirar esta maldita planta al otro lado de la casa. —replicó secando el sudor de su frente.

–No creo que a nuestra adorable vecina le guste que le tiremos macetas Pa.

El hombre suspiró soltando la maceta entre sus manos con brusquedad, se suponía que había comenzado con la jardinería para desestresarse y tener un lindo hobby pero poco a poco estaba comenzando a pensar que él no tenía precisamente el don con las plantas ni la paciencia para tratar con ello.

–Como sea. —dijo "tomándose un descanso" de su labor mientras se sacaba los guantes— ¿Qué vas a comprar?

–Marihuana seguramente. —colocó sus manos en sus bolsillos mientras asentía con su cabeza.

–No eres gracioso. —replicó nuevamente el hombre— Si vas a la tienda más cercana traes pan dulce por favor y dos sobres de sopa instantánea. —le indicó mientras se levantaba e ingresaba a la casa buscando su billetera la cual seguramente estaba tirada en algún lado de la casa.

–¡En el mueble del televisor! —le gritó Jeno aún desde la cocina.

–Oh. —soltó acercándose a dicho mueble donde efectivamente se encontraba el objeto de su búsqueda— ¡Gracias Jen! —sacó un billete de 5 dólares y se lo alzó a su hijo, sin embargo antes de que este lo tomara y saliera corriendo el señor Na le alejo el billete en un movimiento rápido— Quiero que me traigas el vuelto completo Nana, no creas que no me di cuenta que te quedaste con el la vez pasada.

–Ay papá ya sabes lo que dice la canción, lo que pasó pasó no hay que guardar rencores. —quiso restarle importancia intentando agarrar el billete nuevamente pero fallando en el intento.

–El vuelto exacto Na Jaemin. —repitió el hombre.

–Si, si ya entendí. Lo traeré.

Después de darle una mirada severa y de advertencia le tendió nuevamente el dinero dejando esta vez que lo tomase, ambos se dirigieron a la cocina donde se encontraba Jeno revisando su celular con un vaso vacío en su mano donde antes había agua. El señor Na se dirigió a la refrigeradora en busca de algo refrescante después de haber estado una hora y media sentado en el suelo de su patio resembrando plantas moribundas, Jaemin por su parte se acercó a su amigo moviendo el billete como si de un pañuelo se tratase.

–Listo, vamos ya o se hará más tarde. —le dijo.

Jeno solo asintió dejando el vaso en el lavaplatos y su celular en la mesa de la cocina despidiéndose del señor Na, de paso asegurándole que él vigilaría de que el castaño no se quedara con el vuelto de la compra.

–Eres un hipócrita de mierda, la otra vez bien que te hiciste el de la vista gorda. —le replicó abriendo la puerta de su casa— ¿Traes las llaves?

–Si, aquí las ando. —palmeó el bolsillo de su pantalón haciéndolas sonar— Eso es mentira, yo no vi ni me había enterado de nada. —se defendió.

–Claro, tampoco nos compramos unos takis de paso con ese dinero.

–¿Si te das cuenta que estás reafirmando tu crimen? —doblaron a la izquierda caminando calle arriba— Tu eres quien está dando detalles sobre la coartada no yo.

–Que molesto eres. —le empujó la cabeza son su palma juguetón— Ya no tienes porqué finjir nada, estamos lejos de casa después de todo.

–¿Y quién dijo que estoy fingiendo?, yo soy un alma inocente.

Jaemin no pudo evitar soltar una risotada cuando escuchó el comentario, Lee Jeno podría ser muchas cosas pero ser un alma inocente no estaba ni por cerca de ser una de ellas y quién mejor que su mejor amigo para saber eso.

–Como tu digas, hipócrita.

Siguieron caminando un par de minutos más hasta llegar por fin a la tienda, realmente el puesto no estaba muy lejos de la casa de los Na pero ellos se entretenían hablando en el camino tanto que a veces paraban su andar para concentrarse mejor en su plática haciendo que su viaje tanto de ida y vuelta fuese más largo de lo que debería ser. Llegando a la tienda Jaemin gritó un "¡Buenas!" alertando a los dependientes de nuevos clientes, una señora de mediana edad con cabello castaño cubierto de canas y lentes que se le resbalaban de su nariz grasosa se acercó a la puerta observando por la rendija para preguntar qué deseaban, ambos pidieron y después de unos momentos la señora llegó con sus cosas dentro de una bolsa negra haciendo cálculos en su cabeza.

–Serían 4.45. —les indicó.

Jaemin ni siquiera se molestó en hacer las cuentas por sí solo, nunca fue bueno para matemáticas y menos haciendo cuentas en su cabeza, él al menos necesitaba un papel y lápiz para no perderse así que aceptó el dinero sin más agradeciéndole a la mujer.

–¿Contaste el dinero? —le preguntó Jeno cuando ya iban caminando de vuelta.

–Nah, confío en la señora.

–Tu no sabes si te dio menos de lo que se suponía, a ti fácil te estafan.

–¿Es mi culpa querer tener un poco de fe en la humanidad como para confiar en que me dio bien el vuelto?

–Si, eres muy ingenuo Nana.

–O muy flojo. —corrigió haciendo reír a ambos.

–Oh, por cierto antes de salir Chenle me había dicho que todos estarían en casa de Mark hoy para cenar. —metió las manos en los bolsillos de su pantalón tocando con sus dedos las llaves de la casa— Me preguntó si queríamos ir.

–¿Le dijeron a Ryu?

–Supongo que si, igual podemos preguntarle si irá cuando lleguemos a casa.

–De acuerdo, le avisas a tus padres entonces para que tu madre te llegue a traer a la casa de Mark.

–¿Quieres que de paso te vengamos a dejar?

–Si tu madre no tiene ningún problema con eso, quizás también puedan ir a dejar a Ryu.

Después de ello no intercambiaron más palabras hasta que al fin había llegado a su destino, Jeno le entregó las llaves a Jaemin para que éste abriese la puerta mientras él desviaba su vista hacia arriba topándose de nuevo con la ventana con estrellas como una costumbre o maña que él había adoptado desde el primer día que las vio pintadas ahí mismo. En ese momento el atardecerse estaba en su máximo esplendor haciendo que el cielo se pintara de un tono naranja fuerte reflejado en aquella ventana, instalando un extraño sentimiento de nostalgia en su pecho.

–Jeno. —le llamó el castaño quien ya había abierto la puerta parándose a un lado de ésta abriéndola de par en par para que él pudiera pasar— Vamos, pasa ya ¿o te quedarás ahí todo el día?

Pudo sentir cómo aquel sentimiento de nostalgia se esfumó poco a poco como humo de sus pulmones, le sonrió a su amigo sin decir palabra alguna para responder aquella pregunta dando un paso adelante para entrar.

El sonido de unos palillos siendo golpeados con un poco de fuerza al ritmo de una canción que sonaba por toda la cocina se vio interrumpido por unas manos que detuvieron tal acto con brusquedad.

–¿Podrías callarte?, pone de los nervios que golpees sin parar la mesa. —un chico castaño con mechas rosadas le quitó los palillos tirándolos lejos en la mesa.

–Oye ¿qué te pasa?, estaba en lo mejor de la batería. —se levantó enojado tratando de alcanzarlos nuevamente.

El castaño se levantó igualmente tirándose sobre la mesa para impedir que el contrario lograse tomarlos haciendo que a su vez el chico también se tirase comenzando una pelea entre ambos. Intentaban jalar los palillos de sus manos golpeteando el brazo ajeno o empujando el cuerpo del otro, entre tanto jaleo terminaron cayendo de la mesa directo al suelo escuchándose un crack al mismo tiempo.

–¡Hey!, ¿podrían estarse quietos?. ¿Qué rompieron par de tontos? —se acercó entonces un peliazul parándose a un lado de ambos cuerpos.

–¡Donghyuck rompió mis palillos! —acusó el chico tirando a un lado al contrario con brusquedad mientras le mostraba los palillos rotos al mayor.

–¡No los hubiera roto si te hubieras callado enano!

–¡Enana tu puta madre! —esta vez le lanzó los palillos al castaño casi golpeándole un ojo con eso.

–¡Con mi madre no te metas puberto de mierda!

–¡Oigan! —interrumpió la absurda pelea el peliazul separando a ambos chicos antes de que comenzaran otra vez con violencia físicas— ¿Cuántos años tienen?, ¿5?. Chenle no sé porque chillas tanto, ahí hay otros palillos con los que puedes joder y Hyuck deja de molestar a Chenle.

–¡¿Yo?! —saltó indignado— Él es quien estaba jodiendo con sus estúpidos palillos a pesar de que le había dicho ya varias veces que se callara o se fuera a molestar a otra parte.

–Pues entonces simplemente tu te hubieras cambiado de asiento.

–¿Por qué yo y no él?, esto es una injusticia. —cruzó sus brazos mientras volteaba dramáticamente hacia otro lado— Él era el estorboso no yo, me caen mal.

–¡Hey bola de ineptos, no dejan escuchar la música con su griterío! —una cuarta voz resonó por la cocina.

–¡El que ahora está gritando eres tú!

Un chico de una estatura un poco más baja que el resto con el cabello corto y azabache se acercó a ellos dejando las palomitas que estaba haciendo en la olla sin fuego para evitar accidentes. Los demás hicieron silencio en el momento en el que éste se paró en frente de todos.

–¿Qué mierda sucede ahora? —habló con su casi típico tono de voz molesto.

–Ya nada Ren, solo tenían una pelea tonta. —explicó Mark acercándose al castaño con mechas para abrazarlo por detrás.

–Todas sus peleas son tontas, parecen unos niños berrinchudos.

–Como si tampoco lo fueras Lenjun. —le replicó Donghyuck pronunciando intencionalmente el nombre del contrario sacándole la lengua.

–Ugh, que maduro eres Hyuck.

–Oigan. —una quinta voz proveniente desde la sala (que ésta solo se dividía por el sofá donde se encontraba dicho sujeto) sobresalió entre la posible discusión que estaba por empezar con un tono de voz lo suficientemente fuerte para ser escuchada pero aún así suave y tranquila— Alguien toca la puerta. —avisó.

–Oh, debe set el delivery. —Mark fue hacia un perchero donde tenía colgada su mochila para sacar dinero.

–¡Comida, al fin! —gritó esta vez Chenle dejando de lado el objeto principal por el cual habían estado discutiendo a penas unos segundos atrás.

Tanto el peliazul como el rubio se acercaron a la puerta principal, uno por ser el mayor responsable que debía dar la cara y pagar y el otro simplemente tenía mucha hambre queriendo llevarse los alimentos lo antes posible para comenzar a comer. Sin embargo cuando abrieron la puerta no fue un repartidor con su pedido lo que les esperaba si no un par de conocidos jóvenes parados con los brazos cruzados y una bolsa en cada mano.

–Ustedes no son comida. —habló el rubio decepcionado.

–¿Por qué tardaron tanto?, estamos tocando aquí como hace 15 minutos. —replicó el castaño.

–Gritos por todas partes, no pude oírlos lo siento. —se excusó el mayor— Ya pasen.

Los dos entraron como si fuera su propia casa, dejando sus cosas en un sillón individual pequeño que estaba a la par del gran sofá donde ya hacía sentado jugando videojuegos un chico castaño claro quien ni siquiera se molestó en apartar la vista de la pantalla para saludar ni verificar quienes eran, aunque estaba claro que lo sabía.

–Hola Jisung, me alegro de verte igual cuánto tiempo. —dijo sarcástico Jeno acercándose al menor.

–Ah, hola. —fue lo único que salió de su boca concentrado en terminar la carrera, estaba en segundo lugar a punto de rebasar al primero y llevarse de paso la victoria.

Jeno no lo pensó dos veces y se abalanzó hacia el largo cuerpo del chico tacleándolo con fuerza, se escuchó un grito más en la casa y una carcajada maliciosa seguido de el sonido sordo de dos cuerpos que cayeron al suelo alfombrado.

–¡Jeno, maldita sea!, ¡hiciste que perdiera! —el alto chico se quejó enojado y a pesar de levantar su voz seguía sonando muy suave por lo cual Jeno no pudo tomarlo en serio.

El pelinegro ni se inmutó ante el reclamo y siguió riendo mientras seguía atacando al menor sin piedad alguna, por otro lado los demás chicos se encontraban en la mesa de la cocina hablando con normalidad, ignorando por completo lo que sucedía a apenas 3 metros de ellos estando ya acostumbrados al escándalo y bromas pesadas que se hacían entre ellos.

–Que pésimo gusto tienen, ¿quién puso esa basura de canción? —renegó el recién llegado castaño.

–Respeta el flow. —Chenle le apuntó con un palillo— Los Nosequien y Nosecuantos son tremenda banda, tú eres el que no tiene buenos gustos.

–Están cantando la de los elefantes pero versión tercermundista pobre, ¿esa es tu música?

–Al menos no es Maluma ¿de qué te quejas?

–Hey, ¿que andan diciendo de Maluma baby? —interrumpió Donghyuck volteando su cabeza casi 180 grados al estar parado de espaldas a ellos.

–Ninguno de ustedes tiene buen gusto, cierren el pico. —Renjun habló mientras terminaba de hacer las palomitas— Como dirían por ahí, estoy rodeado de idiotas.

–Dame acá. —Jeno había dejado de molestar a Jisung para ir y arrebatarle el teléfono, de donde estaban poniendo la música, a Jaemin— Les enseñaré buenos gustos musicales.

–Si pones Adele juro que te golpeo. —advirtió el castaño.

Desde el parlante donde estaba conectado vía bluetooth dejó de sonar Las Torres de la dichosa banda que Chenle había puesto (y que en realidad no conocía ni él pero había encontrado esa canción y decidió que le gustó) y un redoble de batería comenzó a sonar acompañado unos segundos después de una guitarra y los platillos. Todos al instante reconocieron la canción y fue el dueño de la casa quien saltó.

–No, ni de joda pongas esa a alto volumen cabrón. —se levantó de la silla donde estaba sentado en una posición nada cómoda para acercarse al chico con el teléfono en mano— Ya habíamos quedado en que no la ibas a poner con bocina y menos en mi casa.

–Yo nunca acordé nada, vamos no es la gran cosa. —la voz de Axel Rose se dejó escuchar con su característico tono cantando Rocket Queen.

–Dije que esa no, mi hermana está arriba y le puede ir con el chisme a mis padres. —le quitó su propio teléfono al contrario entrando en pánico.

–No creo que tu hermana sepa de esta canción y menos que escuche algo, no es como si se escucharan fuertes los gemidos.

–Quedas vetado de ser DJ de aquí hasta que nos graduemos.

–Ay Mark actúas como virgen. —se burló Donghyuck metiéndose en la conversación como le era costumbre— Y todo sabemos que de virgen no tienes ni el culo.

–Deja mi culo en paz. —renegó para luego dirigirse a Jeno nuevamente— Vetado dije, al menos aquí en mi casa.

–Tsk, virgen.

En medio de esa nueva discusión que se había formado donde Hyuck y Jeno se burlaban de Mark y su actitud, según ellos, de santo virgen Renjun había terminado al fin de hacer las palomitas donde las depositó en un recipiente hondo y les echo mucha sal, demasiada quizás para el gusto de muchos pero para Ren nunca era suficiente sin importar que dijeran otros, luego se acercó al castaño que platicaba animadamente con el rubio quien había dejado de lado sus palillos por primera vez en la noche.

–¿Ryu no va a venir? —le preguntó sentándose a un lado de él comenzando a comer.

—Jaemin interrumpió su plática y volteó a verle extrañado— Creí que ya estaba aquí arriba con la hermana de Mark.

–Nou, le mandé mensaje para que viniera pero nunca me contestó. —se unió Chenle quien intentó quitarle un par de palomitas al pelicorto.

–Hey, la comida ya casi viene. No comas. —le palmeó la mano.

–Pues de la última vez que revisé mi cel no me ha enviado ningún mensaje, quizás a Jeno le dijo algo. —prendió la pantalla de su teléfono con la intención de ir a sus mensajes, sin embargo alguien tocó la puerta justo en ese momento.

–¡Comida! —gritó nuevamente Chenle corriendo junto a Mark hacia la puerta.

Y nuevamente el segundo más joven de los amigos se llevó una terrible decepción cuando al abrir la puerta no estaba el repartidor de comida sino que una chica con una bolsa blanca en sus manos también reconocida por ambos quien solo río cuando Chenle comenzó a dramatizar y llorar falsamente alegando que se iba a morir de hambre en cualquier momento y que iba a demandar a la compañía por tardarse tanto en ir a dejar su pedido.

Chenle se arrastró hacia el sofá donde Jisung aún jugaba sin haberse movido ni una sola vez (a excepción de cuando Jeno lo tacleó) y se hizo bolita a un lado del más alto despotricando sin parar aún cuando sabía que su amigo lo estaba ignorando por completo. Por otro lado la chica entró igualmente como si fuera su propia casa saludando a todos con un gesto y corriendo hacia sus dos mejores amigos cuando los divisó.

–¡Hola monstruos! —saludó alegre lanzándose encima de la espalda de Jeno quien ni parpadeó por el repentino peso.

–Vaya, creo que te invocamos. —rio Renjun— Justo nos preguntábamos si ibas a venir.

–Si perdón por no responder, estaba ayudando a mi madre ha terminar unos postres. Mañana vienen los tíos ricos y quiere impresionarlos. —explicó aún colgada como mono de la espalda del chico.

–¿Trajiste aunque sea un par? —preguntó Jaemin.

–¿Por qué crees que es la bolsa genio? —se bajo de la espalda ajena para tirarle la bolsa al castaño atrapándola sin ningún problema en el aire— Sírvanse.

–¡Comida! —gritó Chenle llegando como flash donde ellos.

–No señorito. —Renjun se apresuró a quitarle de las manos la bolsa a Jaemin antes de ser tocada por el menor para ponerla detrás suyo— Si comes esto ahora no querrás comer después cuando por fin llegue el delivery.

–¡Ren no seas malo!, me muerdo de hambre no he comido hace como 10 horas, no puedes dejarme así. —suplicó poniéndose de rodillas.

–Que exagerado eres, a penas hace 2 horas te tragaste una botella de soda y una dona y no me digas que no es cierto porque yo mismo te vi Zhong Chenle. —replicó firme.

El menor iba a volver a suplicar, estaba incluso dispuesto a llorar para que le dieran aunque sea una mordida pero su berrinche se detuvo cuando por tercera vez alguien tocó la puerta haciendo que Mark, quien se había tirado en el sillón revisando su teléfono, se levantara a abrir exclamando en voz alto "Espero en serio que esta vez si sea la comida". Para suerte de todos y el alivio de Chenle si lo fue, ahora todos podían comer en paz (aunque tuvieron que forcejear 3 de ellos con Jisung para que dejara de jugar y fuera a comer) y se dedicaron a ha lar de su semana y de más temas triviales que surgían.

Pasaron una noche amena entre todos, no era la primera vez que se juntaban si no era muy obvio, usualmente iban a la casa de Mark y comían juntos o solo se pasan la tarde haciendo todo o nada, otras veces iban a la casa de cualquiera que pudiese pero por lo general la casa de Mark Lee era el usual punto de reunión para el grupo de amigos. Acerca de cómo se conocieron, todos iban a la misma escuela a excepción de Jisung y Chenle, Jisung siendo el vecino de Mark desde que eran muy pequeños y Chenle era amigo de la escuela del alto quien se coló en una junta una vez y desde entonces se llevó bien con todos.

Después de comer, aunque tardaron en vaciar sus platos y las cajas de pizza que pidieron por estar hablando o haciendo bromas entre todos, decidieron jugar con Jisung unos videojuegos de carrera. Se repartieron los turnos y jugaron aproximadamente 2 horas entre más gritos, música de fondo, risas y reclamos. Pasadas de las 11 de la noche la reunión improvisada (como la mayoría de ellas) se dio por terminada siendo Donghyuck, Renjun y Chenle quienes se fueron primero en el auto de el hermano mayor de Renjun, Jisung simplemente se fue caminando a su casa al estar al otro lado de la calle, y por último el trío de oro se había quedado esperando la llegada de la mamá de Jeno.

Jaemin y Ryujin platicaban tranquilamente desde el sillón de la sala, un poco agotados por las energías gastadas después de tanto desastre pero no lo suficiente como para caerse dormidos como fue el caso de Jeno, quien dormitaba en el sillón pequeño a un lado de los otros dos.

–Sigo sin entender como puede dormir en cualquier lugar. —mencionó Ryujin mirando al chico cabecear.

–Es un don supongo, desde pequeño ha sido así. —recordó el castaño con imágenes de un pequeño Jeno durmiendo en el suelo de la guardería o incluso tiene la impresión de haberlo visto durmiendo parado alguna vez.

–¿Recuerdas la vez que se quedó dormido en la playa y se quemó toda la espalda? —ambos soltaron una carcajada cuando coincidieron con ese recuerdo. Jeno no pudo dormir de espalda por varios días ya que le ardía— Solo él puede pensar que es una maravillosa idea dormir bajo el sol.

–Solo es un alma cansada supongo, tiene sueño todo el tiempo a pesar de que puede dormir un día entero.

–Eso o es que se la pasa trasnochando viendo videos paranormales y después no puede dormir porque le da miedo. —se burló recordando esta vez una vez que su amigo llegó a la escuela con ojeras al no haber podido dormir bien por ver esos videos.

–Lo peor es que cuando hace eso no me deja dormir a mi tampoco, se la pasa enviándome mensajes diciendo que escucha ruidos raros y no sé que más. —con sus manos hizo gestos raros para actuar como un fantasma— Una vez incluso me llamó pidiendo que no colgara hasta que se quedase dormido, terminamos dormidos los dos y la llamada duró 10 horas.

–Oh, ¿en serio? —preguntó ella sorprendida— A mi nunca me llama ni para decirme hola.

–A mi me llama seguido, en especial cuando no nos vemos en la escuela o si no vamos a casa de alguno.

Ryujin volteó a ver al chico que había dejado de luchar contra el sueño y después de todo se había quedado dormido, lo vio haciendo un puchero involuntario en sus sueños y ella imitó la acción.

–Jaemin. —llamó a su amigo quien se había distraído revisando su teléfono.

–¿Si? —preguntó sin levantar la vista de la pantalla.

–Mm, ¿te puedo contar algo? —preguntó dudosa, Jaemin lo pudo notar por el tono de voz que había adoptado la chica así que levantó su vista y le miró expectante.

–Claro, sabes que siempre me puedes contar cualquier cosa. Somos mejores amigos ¿no?

Ryujin quitó el puchero de sus labios para apretarlos hasta que se hicieran una línea, parecía completamente indecisa en si seguir hablando y sus ojos intercalaban entre Jeno y Jaemin, como si no pudiese decidirse. Cuando al fin había abierto su boca para soltar lo que parecía tener atorado un claxon fue tocada repetidas veces asustando a los chicos.

–La mamá de Jeno. —dijo en voz alta el castaño.

Mark bajó de inmediato al escuchar el auto, había subido para hablar con su hermana quien se había negado a bajar en toda la noche ni siquiera para comer con los demás. El mayor se acercó a los otros chicos para poder despedirse de ellos quienes ya estaban levantándose del sofá.

–Nos vemos mañana en la escuela chicos. —se acercó abrazando a ambos juguetonamente.

–No olvides el trabajo de sociales cabrón, necesito una buena nota para poder pasar esa jodida materia. —le advirtió el castaño amenazándolo con un dedo.

–Si, ya lo sé no te preocupes.

–Llevas el parlante mañana. A Lia seguramente se le olvidará y no me quiero arriesgar. —le pidió la chica.

–De acuerdo, lo haré pero tampoco prometo nada.

–Por cierto, ¿cómo está? —preguntó la chica mientras Jaemin iba a despertar al dormilón de su amigo— ¿Te dijo porqué no ha querido bajar?

–No, solo me dice que no quiere hablar de eso y que no la moleste. —se pasó una mano por sus cabellos azulados demostrando un poco de su frustración— Quizás mañana puedas hablar con ella, a ti te suele contar más cosas que a mi.

–Veré si le puedo sacar algo, de mi no se libra mañana. —aseguró, ella y Lia eran bastante cercanas siendo la menor su única amiga al Ryujin estar rodeada de puros chicos.

Mientras tanto, Jaemin se había inclinado para observar como su amigo estaba casi profundamente dormido y no pudo evitar reír un poco, Jeno en serio podía caer en coma donde sea sin ningún problema. Le comenzó a palmear una mejilla repetidas veces mientras le repetía como disco rayado que se despertara logrando así molestar al pelinegro y que terminase abriendo los ojos con el ceño fruncido.

–Levántate dormilón, tu madre ya vino por nosotros. —insistió esta vez tomando uno de los brazos ajenos para comenzar a jalarlo.

–Ya desperté hombre, ya desperté.

–Te quedas unos minutos quieto y ya te caes dormido, eres en serio un caso especial Lee Jeno pareces mi abuelo. —se burló el castaño aún sosteniendo el brazo ajeno mientras comenzaba a balancearlo inconscientemente.

–Ustedes me roban mucha energía, mucha alegría para mi cuerpo que se termina cansando rápido. —se acomodó mejor en el sillón intentando volver a dormir pero fue detenido con el castaño quien lo jaló con fuerza.

–Que tu mamá está ahí idiota, ya levántate. Tenemos que irnos.

Resignado estiró su cuerpo con lamento y se levantó bostezando, realmente sentía como si tuviese un símbolo de batería flotando en su cabeza y estuviera vacío con una franja roja al límite. Se acercó al peliazul para despedirse de igual forma, recordándole por segunda vez que no olvidase el trabajo de sociales quien solo asintió revolviéndole el cabello, luego los tres salieron de la casa acercándose a un auto azul marino que esperaba en frente.

–Hola Ma. —saludó el pelinegro.

–Tardaron una vida, siempre les digo que una vez escuchen el claxon tienen 5 minutos para salir. —fue lo primero que dijo la señora Lee al ver a los chicos mientras les abría las puertas.

–Ryu, ¿te importa ir adelante? —le preguntó Jeno antes de que ella se metiera a los asientos traseros del auto— Atrás puedo dormir mejor, igual eres la primera que se va a bajar. Por favor~ —explicó mientras ponía sus dos manos juntas suplicante.

–Eh, si claro. No hay problema. —se dirigió entonces a la puerta del copiloto dándole espacio a los otros dos para que entraran.

–¿Piensas usarme de almohada entonces? —renegó Jaemin metiéndose igualmente al auto y dejando que, una vez también se haya metido, Jeno colocara su cabeza en su regazo.

–Solo hasta que lleguemos a tu casa.

Desde el retrovisor Ruyjin los observó jugar un poco entre ellos, molestándose el uno al otro en todo el camino hasta la casa de ella. De vez en cuando veía que Jeno cerraba sus ojos quizás queriendo retomar tu sueño y Jaemin acariciaba sus cabellos jugando con las hebras al parecer sin darse cuenta, pero el pelinegro volvía a abrirlos tratando de mantenerse despierto y el castaño volteaba a verle riendo por su somnoliento amigo.

Entre ellos tres eran quienes tenían la amistad más vieja en su grupo de amigos, se conocían desde que usaban pañales porque sus padres siempre fueron mejores amigos y por lo tanto ellos igual. A menudo los llamaban el trío de oro, los tres mosqueteros o simplemente chicles porque ahí donde iba uno los otros dos le seguían, sin embargo últimamente Ryujin se sentía un poco dejada de lado, un poco apartada y notaba que a diferencia suya aquellos dos se veían más unidos incluso si es que eso era posible. Comenzaba a temer que lo que decían de los tríos fuese cierto, uno siempre termina sobrando y no podía evitar pensar que ella lo estaba siendo, no solo le comenzaba a doler ese hecho sino que ahora...cierto chico parecía prestarle menos atención que antes y quizás eso era lo que más le dolía.

–Llegamos Ryu. —le trajo de nuevo a tierra la madre de Jeno quien le sonrió con ternura.

–Ah, si. Muchas gracias por dejarme en casa señora Lee. —se desabrochó el cinturón de seguridad y le dio una ojeada al retrovisor donde Jaemin sacudía a Jeno ligeramente para que se despidiera de ella.

–Es un placer linda, salúdame a tus padres de mi parte. Diles que sigue en pie la reunión del sábado. —se despidió con un abrazo la mujer.

–Claro, yo les digo. Adiós chicos, nos vemos mañana.

–Adiós Ryu. Hasta mañana. —se despidió Jaemin con una sonrisa mientras movía su mano alegre.

–Mm adiós. —dijo un adormilado Jeno quien se apoyó en el pecho del castaño para poder levantar su cabeza.

La de cabellos bicolores salió del auto cerrando la puerta mientras se despedía de los demás con una mano y una sonrisa. Sus amigos le devolvían el saludo con unas enormes sonrisas en sus rostros que le contagiaron hasta que el carro se puso en marcha y se comenzó a alejar de ahí mientras ella se acercaba poco a poco a la puerta de su hogar, cuando dejó de ver el vehículo a lo lejos su sonrisa cayó poco a poco y esa sensación que había comenzado a agobiarla volvió a posarse en su pecho.

Ella sabía que sus mejores amigos la querían, sabía que podía contar con ellos y que no habrían mejores personas en el mundo que la conocieran tan bien, sin embargo también sabía que a pesar de los años, de la confianza y del cariño, entre Jaemin y Jeno había algo tan indescriptible y fuerte que ella no tenía con ninguno, lo peor es que a medida iba creciendo se iba dando cuenta cada vez más de la veracidad de ello y dolió un poco más.

Suspiró alejando aquello de su mente, no tenía porque dramatizar tanto, ellos seguían siendo sus amigos y nada en el mundo podría cambiar eso.

Con ese pensamiento decidió por fin entrar a su hogar.

La señora Lee estacionó en frente de la casa del castaño quien bajó del auto junto con el pelinegro, ambos caminaron juntos hacia la puerta con un silencio cómodo, algo bastante usual entre ellos, Jaemin buscó las llaves palmeando sus pantalones pero no las pudo encontrar, revisó el suéter que llevaba colgado de su cintura pero tampoco estaban ahí. Cuando estuvo a punto de soltar un sonido de resignación y fastidio al pensar que había dejado sus llaves en casa de Mark (de nuevo) la risa de Jeno y un tintineo lo detuvo.

–¿Qué harías sin mi? —dijo sacando las llaves de sus propios bolsillos para sacudirlos en frente del rostro contrario.

–Cállate, tú eres el que no puede vivir sin mi. —renegó arrebatando las piezas y empujando ligeramente el hombro ajeno.

–Tienes toda la razón, estaría perdido sin poder molestar a Na Jaemin.

Ambos sonrieron estando de acuerdo con las palabras dichas disfrazadas de broma. Sin más Jaemin introdujo la llave correspondiente y abrió la puerta de su casa adentrándose en ella.

–Nos vemos mañana, Nono. —se despidió aún sonriendo.

–Nos vemos mañana, Nana.

Jaemin terminó de entrar a su casa y Jeno se dio la vuelta para comenzar a caminar hacia el auto donde su madre le esperaba pacientemente, ella sabía que ambos se tomaban su tiempo para despedirse.

Justo antes de abrir la puerta del copiloto el pelinegro levantó su vista hacia aquella vieja y característica ventana con estrellas pintadas donde una silueta de un chico se despedía sacudiendo su mano tranquilamente desde el otro lado, luego se adentró al auto para partir hacia su propio hogar.

Aclaraciones/información

• Para quienes no sepan, Rocket Queen es una canción de Guns N' Roses. Como a la mitad de la canción se pueden escuchan ligeramente unos gemidos y dicen por ahí que esos gemidos son reales siendo que Axel tuvo sexo con una chica en el estudio y grabo el audio de ello poniendo los gemidos de la chica en la canción. Solo son rumores claro pero no era secreto que él si tenía sexo con chicas en el estudio.

• La historia ya tiene playlist en spotify, colocaré el link en el apartado de playlist para que puedan ir a encontrarla y ponerse en ambiente. Ojo, a veces meteré canciones que no se hayan mencionado en los capítulos pero si me han ayudado a inspirarme así que no le den mucha vuelta a eso.

• Como se han de haber dado cuenta este capítulo es mucho más largo que a lo que acostumbro cuando son historias más largas y no shots. Sinceramente pienso hacerlo así con todos capítulos de esta historia, quiero expandirme tanto como pueda y quiero ir lento con el relato. Ir de a poco conociendo a los personajes, desarrollarlos bien, desarrollar bien su historia y de más.

Probablemente esta historia quizás les parecerá aburrida a muchos por eso mismo ya que quiero ser muy detallade y no apresurar nada así que advertidos quedan. Esto irá para largo.

• Por eso mismo, las actualizaciones serán muuuy lentas ya que si de por sí escribir capítulos cortos se me complica algo escribir capítulos tan largos (a mi parecer largos) es aún peor. Si quieren leer algo de corrido con actualizaciones rápidas este no es su sitio.

Pueden esperar a que termine la historia (cosa que veo lejana) o no leerla nunca. Queda bajo su criterio.

• También he de decir que esta historia no tiene digamos un solo drama en concreto y la mayoría de escenarios que serán planteados a veces ni siquiera aportarán algo a la trama pero me encanta meter escenarios cotidianos e irrelevantes porque así es la vida en general y me considero amante de eso.

• Por último pero no menos importante, como la historia en si no es una sino dos historias en una que se centra en dos parejas distintas de incluso dos grupos diferentes al inicio de cada capítulo pondré el nombre del shipp del cual se hablará en dicho capítulo. Así ustedes sabrán de quienes hablaremos de buenas a primeras.

Aún no sé si en algún momento de este universo ambas parejas colisionaran y se juntarán las historias, de momento no es el caso por lo que son independientes la una con la otra, por lo tanto no es necesario leer una para entender la otra (pero no sean ojetes solo leyendo una pareja, apoyen ambas pls)

Por cierto, las canciones que ponga al inicio de cada cap no tienen necesariamente que ver con el contexto de los capítulos sino más que nada con la vibra que me transmitan y se apegue a la vibra de lo que ocurra en dicho cap así que solo cuando sea indicado (es decir si la canción es mencionada de alguna manera en la historia) será relevante hasta cierto punto.

Informado y aclarados esos puntos solo me queda decir que estoy muy emocionade de seguir esta aventura y espero que a ustedes les guste. Es muy raro ver este tipo de historias (i know) donde se hablen de dos shipps de diferentes grupos pero realmente quería hacer algo así. Espero en serio que puedan apoyarlo.

Sin más que decir, nos vemos en el siguiente capítulo 🦋

©_prayBluesoul_

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