3: La paradoja de los momentos eternos

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Música un poco fuerte, un grito, una risotada y algo cayéndose (y posiblemente rompiéndose) fue lo primero que escuchó Jeno al entrar a la habitación donde todos sus amigos se encontraban reunidos ese día. Estaban, como de costumbre, en la casa del mayor de todos matando el tiempo al haber salido ya de vacaciones aunque solo tuvieran una semana antes de volver, querían aprovecharlo al máximo haciendo mil y un cosas según ellos sin embargo ahí se encontraban como de casi todos los días sin hacer mucho más que jugar videojuegos, hablar de temas aleatorios, ver tele o algún video en youtube.

En ese momento se encontraban en el cuarto del mayor, Jaemin y Donghyuck habían estado discutiendo sobre cuándo fue el lanzamiento real de algún videojuego y como ninguno daba su brazo a torcer comenzaron a forcejear en la cama donde se encontraban tirados antes para luego terminar cayéndose de ésta llevándose de paso una pequeña maceta que había en la mesa de noche la cual por accidente golpearon.

— ¡Mi planta! —gritó Mark al verla en el suelo acercándose rápidamente hacia la escena del crimen— ¡Par de imbéciles, me botaron a Ramona!

— JAJAJA —otra carcajada más, proviniente de Hyuck quien estaba tirado al lado de la planta caída, se escuchó con algunas risas acompañadas de los demás— ¡No jodas que le pusiste Ramona!

— ¿Tenés algún problema con ese nombre? —le miró desafiante intentando recoger la tierra y a su pobre planta del suelo.

— No cariño, me parece un estupendo nombre —se acercó al chico desde atrás para rodear su cuello con sus brazos— Siempre tan creativo mi vida.

Le comenzó a dar un par de besos en el cachete cosa que el mayor quiso evitar al inicio pero luego su enojo fue aflojando hasta que los besos llegaron a sus labios comenzando a ser picos y poco a poco se hicieron más largos y ruidosos, quizás se hubiesen encerrado más en su burbuja de no ser por una almohada que impactó con la cabeza del moreno quien casi cae de cara al suelo una vez más.

— ¡Estamos aquí también par de calenturientos! —exclamó Renjun harto de la pareja.

— Por favor no empiecen, mis virginales ojos quieren permanecer así gracias —fue el turno de Jisung de hablar mientras se tapaba los ojos con sus manos asqueado.

— Si van a hacer sus cochinadas se me largan de la casa y se van a otra parte, no en esta casa cristiana señoritos —Ryujin sentenció colocando sus manos en sus caderas haciendo reír a todos menos al mayor de todos.

— Pero esta es mi casa, yo puedo echarlos a todos si quiero.

— Y luego le diré a tu hermana y tu hermana se lo dirá a tu madre y tu madre te pateará el culo porque siempre le hace caso a Lia —sonrió ella sabiendo que había ganado esa inexplicable discusión.

Mark no objetó nada y los demás rieron incluyendo su traicionero novio quien solo lo abrazó apretándolo con fuerza a modo de consuelo, luego le susurró algo al oído que hizo cambiar la expresión del contrario a una sorprendida transformandose en una pícara. Claro que todos lo notaron y se volvieron a quejar lanzándoles almohadas.

— No hay respeto aquí —se quejó Renjun.

— Como sea, chicos tengo una grandiosa idea —Chenle saltó a decir sin haber puesto atención a todo lo anterior.

— No te creo nada, tus ideas siempre nos llevan a caos y destrucción —se quejó Jaemin sentándose en el suelo— Mi madre aún me recuerda la última vez que te hice caso solo para molestarme y a la vez para reprocharme.

— Supéralo Nana, no es como si hubiese sido la primera vez que te escapabas de clase solo fue la primera en la que te descubrieron.

— ¡Me descubrieron por tu culpa!

— Agh, como sea —ignoró por completo al castaño para mirar al resto de los presentes— ¿Y si vamos todos a la playa?, tenemos muuucho de no ir. —propuso sonriente.

— Oh claro, de una. Ahora mismo suban todos al carro, oh espera, no tenemos uno —Mark puntualizó sarcásticamente— Además, ¿con qué dinero piensas tú que vamos a ir?

— A ver —comenzó a saquear sus propios bolsillos sacando de ellos un par de dulces medio derretidos, papel arrugado y 5 dólares también arrugados— Eso es lo que tengo. Les toca.

Renjun bufó ante la insistencia y loca idea del menor, eran unos adolescentes que a penas y sus padres les daban mesada para que pudiesen comprar materiales de la escuela o comida. ¿De dónde sacarían ellos dinero para ir hasta la palaya?, además ¿dónde se quedarían en primer lugar y cómo irían hasta allá?

— Yo tengo tres dólares —anunció Jisung contando algunas modenas que encontró en su chaqueta.

— ¿Estás apoyando su idea? —preguntó Jeno con gracia quien se había acercado a Jaemin en algún momento del ajetreo y ahora descansaba su cabeza en el hombro ajeno. Todo eso siendo notado por cierta chica sentada en el círculo.

— Oye tiene razón, tengo años de no ir a la playa porque mis padres no quieren.

— O porque te la pasas pegado a la tele con tus juegos —le contradijo el mayor del grupo.

— Da igual, yo quiero ir —colocó su mejor cara de perro atropellado asegurándose que cada uno pudiese verla bien— Vamos, por favor.

Un suspiro colectivo se escuchó en la habitación, nadie podía resistirse a Jisung y su encanto así que al unísono comenzaron a buscar en cada bolsillo de sus prendas algo de dinero recolectándolo en medio del círculo. Mark por su parte se paró y caminó hasta su armario donde, desde la segunda repiza entre sus ropas sacó una alcancía cilíndrica para luego volver a sentarse a la par de su novio.

En total tenían 30 dólares contando el pequeño apoyo de Mark ya que se negó a dar más. Claro que hubo una pelea y forsejeo para que "dejase de ser tacaño" pero al final decidieron dejarlo tranquilo cuando éste se enojó en verdad y les gritó que era dinero especial que no debería siquiera estar tocando pero no quería ser malo. Así que ahora estaban viendo algún modo de cómo sobrevivir con esos 30 dólares o cómo conseguir más.

— Miren, le puedo decir a mi hermano que preste el carro. Mark estaba aprendiendo a conducir ¿no?, podría ser él el conductor y un problema menos —dijo Chenle provocando que todos voltearan a ver al azabache.

— Se les olvida que no tengo licencia, que soy menor de edad aún y que posiblemente hayan retenes donde nos pararán y nos llevarán a todos a la correccional —ennumeró con sus dedos cada cosa puntualizando sus últimas palabras.

— Y todo eso es malo sólo si nos descubren así que toca ir por atajos y problema resuelto —dijo Donghyuck levantando sus manos como si hubiera dicho la mejor idea del mundo.

— Oh claro, es fácil decirlo ¿no? —el pelicorto saltó a decir con sarcasmo— ¿Te sabes al menos algún atajo?

— Obvio, mi padre me enseñó cosas útiles en esta vida antes de ir por cigarrillos a la tienda —realmente eso no tendría que ser algo de orgullo pero Donghyuck simplemente venía en un empaque distinto.

— No confío ni un poco en ti cabeza de coco —siguió Renjun mirándole de arriba a abajo— Con esa memoria que te cargas me sorprende que recuerdes tu nombre.

— Pero bueno, ¿te comiste a tu hermano hoy o por qué tan sarcástico?

Una pequeña disputa más se levantó entre todos, cada quien daba sus ideas, opiniones o simplemente decía cualquier cosa por diversión (como era el caso de Chenle) para avivar más la discusión. Estuvieron así por al menos 15 minutos sin llegar realmente a nada pero nadie parecía dar su brazo a torcer hasta que el menor del grupo se hartó de tantos disparates que no les estaban ayudando en absolutamente nada así que decidió cortarlo.

— Chicos —comenzó, obviamente no siendo escuchado— Oigan, chicos —intentó por segunda vez elevando un poco su tono de voz pero otra vez no fue escuchado— Hey, tengo algo que decir —nada, para ese punto supuso que más que el hecho de no escucharlo era que lo estaban ignorando así que alzó la voz— ¡Tengo algo que decir maldita sea, escuchen! —entonces todos guardaron silencio sorprendidos.

Jisung no solía levantar la voz, de hecho a penas y hablaba aunque con el paso del tiempo y la confianza se fue soltando más integrándose más seguido a las conversaciones aportando en ellas, pero aún así le gustaba más quedarse callado escuchando el circo que eran sus amigos con sus disparates y sus ocurrencias. Realmente cada que se juntaban parecía que vivian en una real comedia de televisión y Jisung la veía y la vivía religiosamente cada día de su vida a veces siendo más un espectador que el protagonista por lo tanto eran contadas literalmente con una sola mano las veces que el menor de todos les había levantado la voz con tanta fuerza siendo únicamente dos ocasiones. La primera fue cuando recién los conocía y Donghyuck (como siempre) había colmado su paciencia siendo secundado por Chenle y los demás simplemente riéndose de la situación hizo que el chiquillo explotara y comenzara a gritarles.

Desde ese entonces los demás trataban de no molestarlo tanto y Jisung trataba de tolerarlos acostumbrandose al final a sus bromas y chistes pesados. Así que si, Jisung gritándoles en ese momento fue simplemente algo shockeante que les hizo callar de inmediato sintiéndose regañados.

— Bien —al estar todos callados éste retomó la palabra— Tengo un tío cercano que podría llevarnos sin problema a la playa. Él mismo acaba de comprar un rancho que piensa usarlo como ingreso pero como está recién comprado y como soy su sobrino favorito pueda que nos deje usarlo sin costo de nada. Lo único quizás es que él tendrá que ir con nosotros pero es alguien super genial, les agradará.

Y otra vez silencio donde primero todos los ojos se habían quedado en el menor por varios segundos, luego se comenzaron a intercambiar miradas entre ellos asegurándose de haber visto cada par de pupilas en esa habitación (como se dijo antes, eran una comedia) y luego el tornado nuevamente se soltó con todos ellos hablando al mismo tiempo pero diciendo exactamente la misma frase como si compartiesen la misma neurona.

— ¡¿Y por qué no lo dijiste antes?! —explotaron todos.

—Jisung ni se inmutó encogiendose de hombros como si nada— No me había acordado.

Soltaron, en unísono de nuevo, un quejido de frustración.

Claramente no pudieron irse a la playa ese mismo día aunque lo hubiesen deseado, siendo aún a penas unos críos dependientes de todo dependieron de Jisung para convencer a su tío que los deje ir a su rancho (que tampoco fue tan difícil), dependieron del hermano de Chenle para que prestara el carro el día que lo necesitasen al final sumándose él también al viaje para "supervisar a su hermanito" pero todo el mundo sabía que eran puras mentiras. Ahora tenían a dos adultos con auto y dinero que podían ayudar con el tema comida lo cuál también fue una odisea.

Digamos que 10 personas tratando de ponerse de acuerdo para ver qué llevarían a su viaje era más que un campo de batalla, muchos murieron en la lucha pero Ryujin como la mujer empoderada del grupo se puso a gritarles a todos que guardaran silencio (porque obviamente se habían puesto a discutir gritando al mismo tiempo) y terminó decidiendo por todos que llevarían carne para azar y llevarían de ante mano los complementos de ésta, nadie tuvo ninguna objeción.

Quitando ya todo aquello del camino estaban listos para tener su gran aventura al día siguiente después de 4 días de organización. Los menores se sentían obviamente emocionados, no era la primera vez que salían juntos sin padres de por medio ni horarios que cumplir, alguna vez ya han ido a alguna fiesta del barrio o ido a perder el tiempo en el campus de la universidad esperando a los hermanos de Chenle y Renjun o incluso a un parque en la noche donde se han atrevido incluso a beber un poco de alcohol que robaron de la estantería de los padres de Mark. No eran precisamente rebeldes, solo eran jóvenes adolescentes idiotas queriendo "vivir la vida".

Esta vez Jaemin se encontraba en la casa de Jeno, a la mañana siguiente los iban a pasar a traer en el carro del tío de Jisung para comenzar el viaje, era más fácil buscarlos en una casa que ir a las dos además la de el azabache quedaba de paso por lo que era el plan perfecto.

Se encontraban en el cuarto de éste viendo una película desde la laptop acostados en el colchón. Jaemin sacaba de vez en cuando alguna gomita de la bolsa que había llevado sentado en el lado izquierdo de la cama apoyando su espalda en la pared, Jeno por otro lado tenía su cabeza apoyada en las piernas del contrario comiendo desde un bowl las palomitas que había hecho antes de poner la película. Estaban cómodos como siempre, nadie había hablado en todo lo que transcurría la cinta al ser una que no habían visto antes, concentrados en lo que ocurría en la pantalla o al menos era así hasta que Jaemin se dio cuenta cómo el azabache luchaba por mantener sus ojos abiertos.

— Hey, no te duermas —movió sus piernas llamando la atención del contrario— Te dije que si te acostabas te ibas a dormir en algún momento.

— No estoy dormido —dijo sin voltear a verle— Solo descansaba mis ojos.

— Aja, si claro —volvió a mover sus piernas con insistencia cuando notó que nuevamente los ojos de su amigo comenzaban a cerrarse— Hey, si te vas a dormir al menos acuestate bien en la cama.

Jeno refunfuñó con su ceño fruncido, él realmente se sentía cómodo ahí donde estaba pero sabía qur el castaño era capaz de mandarlo a volar fuera de la cama si no se quitaba de encima así que se sentó con sus medio cerrados pero mirando fijamente al contratio en modo de reproche. Jaemin solo volteó sus ojos riendo burlón.

— Si te quedas dormido en mis piernas luego no podré moverte. ¿Crees que pesas como una pluma acaso? —dejó de lado la bolsa de gomitas limpiando un poco la superficie del colchón— Vamos a cepillarnos los dientes y luego a dormir.

— Si me paro de aquí se me irá el sueño y lo sabes.

— Lo sé, pero igual debes cepillarte así que arriba —se levantó de la cama jalando consigo el brazo del chico quien se dejó ir como peso muerto acostándose de nuevo— ¡Jeno! —gritó cuando fue arrastrado igualmente terminando acostado junto al otro.

— Durmamos así, por una noche no nos hará daño —se acomodó apresando el cuerpo ajeno entre sus brazos.

— Eso es asqueroso en primer lugar, en segundo lugar recuerdo perfectamente como de pequeños tú eras el que siempre se quejaba si llegabas a casa y no estaba bañado o cepillado diciendo que era un niño sucio —se removió cual babosa con sal hasta que terminó por hacer caer al azabache del colchón provocando un sonido sordo dejando en silencio la habitación por unos segundos para unos momentos después escuchar la gran carcajada burbujear desde la garganta de Jaemin— ¡JAJAJA!, ¡merecido lo tenías!

Jeno sobó su cabeza al habersela golpeado contra el mueble haciendose bolita en el suelo tratando de aliviar un poco el dolor. Tenía cabeza dura pero eso no quitaba que siguiese doliendo como el demonio, estaba seguro que se pegó con el filo de madera y dramáticamente pensó que ahora tendría un hueco diminuto en su cabeza donde saldría un chorrito de sangre cual animación infantil.

— Eres cruel Nana, estoy muriendo y tú ahí riéndote de mi.

— Agh que exagerado eres, no te estás muriendo —contradijo de inmediato a pesar de que hacía un momento no podía ni respirar de la risa— Ven, déjame verte.

Jeno se levantó aún sobando su cabeza para luego sentarse a la orilla de la cama donde Jaemin se acercó por la espalda tomando la cabeza ajena en sus manos revisando si no se había hecho algún daño muy serio. Claramente estaba preocupado, el golpe realmente había sonado fuerte pero también sabía que no era la primera vez que su amigo se había golpeado de alguna forma y no le pasaba realmente nada más que un chico dramático quejándose por todo aunque claro hubieron veces donde si había necesito auxiliar al pelinegro por alguna cortada, golpe o cualquier otro accidente que hubiese tenido al ser éste un poco torpe. Jaemin estaba seguro que conocía casi todas las cicatrices que Lee Jeno poseía.

— ¿Estoy sangrando? —preguntó impaciente.

— Yo no veo nada, seguro solo fue el golpe —dijo aún revisando entre el cabello negro para estar seguro.

— Siento como si un taladro haya perforado mi cabeza.

— No seas exagerado, no tienes nada —chistó divertido dándole un ligero empujón— Quizás olo te dejó más tonto de lo que ya eras.

— Oye, no seas pesado —Jeno se volteó para poder empujar también el homrbo ajeno.

— Estás bien, solo fue el golpe. ¿Quieres que te traiga hielo?

— Eso no estaría nada mal.

Jaemin sonrió divertido rodando sus ojos, estuvo a punto de levantarse para ir por el hielo sin embargo fue detenido por el cuerpo de su amigo quien de un momento a otro se le tiró encima nuevamente estrujándolo entre sus brazos como había hecho antes dejando su cabeza meterse entre el cuello y hombro del chico.

— ¡Jeno! —volvió a regañar— No puedo ir por tu tonto hielo si me tienes preso aquí.

— Ya, ya. Solo dame un momento —ignoró las quejas apretando un poco más el cuerpo ajeno.

Ciertamente no era extraño en lo absoluto que ambos fuesen cariñosos el uno con el otro, se conocían de toda la vida y siempre habían tenido plena confianza que fue en aumento a medida iban creciendo. Así como Jaemin estaba seguro de saber cada cicatriz en el cuerpo de su amigo también estaba seguro que no hay parte de éste que no haya visto ya y viceversa, su nivel de confianza era tal que ni siquiera podría incomodarles usar el baño al mismo tiempo.

Pero volviendo al tema, ambos eran cariñosos con todos sus amigos eso era verdad sin embargo quizás por esa misma confianza que habían creado y fortalecido se reservaban mucho de ese cariño solo para ellos dos pegados como un par de imanes que gravitaban al rededor del otro sin problema. Sin embargo Jaemin sentía que últimamente algo estaba cambiando, no sabía el que ni en qué manera pero ahora los abrazos que su amigo le daba parecían más repentinos y...duraderos. Justo como en ese momento donde Jeno parecía reacio a dejarle ir sin una razón aparente más que ser un poco juguetón pero los brazos apretados alrededor suyo y las manos que estrujaban su camisa le indicaban algo más.

Llevó entonces su propia mano a la cabellera negra acariciando un poco acostumbrada a darle ese afecto al chico, se quedó mirando el techo de esa habitación en la cual había estado incontables veces casi como la propia antes de suspirar.

— Jen —le llamó recibiendo un ruido de su parte para hacerle entender que le estaba prestando atención— ¿Qué está ocurriendo últimamente? —le preguntó de un solo.

Jeno levantó su cabeza con su ceño fruncido claramente confundido por la pregunta que se le acababa de hacer, realmemte tomándolo por sorpresa. Pestañeo varias veces antes de tirar un poco su cabeza a un lado cual perrito curioso, una maña suya que al castaño siempre le pareció adorable.

— ¿De que hablas?, ¿ocurrir de qué?

— ¿No te has dado cuenta? —le preguntó aún acariciando su cabeza— Algo ha cambiado.

Jeno volvió a pestañar quedándose callado, quizás analizando las palabras del contrario o simplemente no encontrando qué decir al respecto. Esta vez recostó su cabeza en el pecho ajeno justo donde el corazón de Jaemin estaba latiendo extrañamente un poco más rápido de lo usual y se dio cuenta que de alguna manera sabía perfectamente qué tan rápido latía el corazón de su amigo, no supo saber desde cuando pero podía tener el tempo correcto y estaba seguro que el que estaba escuchando en ese momento no lo era.

— Realmente no estoy muy seguro —comentó después de un rato— Yo siento que todo está igual.

— Es que todo está igual —confirmó el castaño haciendo remolinos con el cabello ajeno— Seguimos tratándonos igual, seguimos haciendo las mismaa cosas, seguimos viviendo nuestras vidas —pudo sentir su propio corazón palpitar con un poco más de fuerza, por alguna razón se sentía avergonzado y nervioso— Pero en todo lo mismo de siempre ha cambiado algo, ¿en serio no lo sientes?

—hizo un puchero involuntario escuchando en su oído el pum, pum ir un poco más rápido— No me he parado a pensar en eso —no supo en qué momento su mano había terminado en la cintura del chico pero comenzó a acariciar la zona sin embargo no quedó satisfecho con eso así que metió su mano por debajo de la camiseta sintiendo como sus dedos rozaban la piel ajena acariciando ésta, Jaemin ni siquiera pareció imprecionado ni a la defensiva— Pero supongo que tienes razón. Algo sin duda ha cambiado.

—Jaemin torció la boca— Entonces...¿qué está ocurriendo últimamente?

Jeno también torció sus labios y levantó su mirada una vez más aún apoyado en el pecho ajeno, los ojos de ambos conectaron de inmediato acostumbrados a encontrarse siempre, acostumbrados a dar toda su atención al contrario.

Se sabe por lógica que los momentos tienen un tiempo límite, son eso, simples momentos con un inicio y un final ya estipulado, y luego esta lo que podríamos considerar su contraparte que es la eternidad que tiene un inicio pero nunca un final. Y luego están los momentos eternos, una ironía de la vida, una contradicción imposible, no pueden existir momentos eternos porque entonces sería un final eterno llevándose a sí mismo la contraria, la momentaneidad no puede ser eternidad sin embargo en ese momento donde sus iris tocaban los otros de una manera tan intangible pero palpable (otra contrareidad) lo infinito se podía medir en eso, una mirada. Ese preciso momento era una paradoja enfrascada.

La película había quedado en segundo plano así como el dolor que aún sentía Jeno en su cabeza o el tema principal por el que en primer lugar se la había golpeado, eran ellos en esa extraña admósfera que se había creado y ninguno sabía muy bien como interpretarlo. Estaban acostumbrados a simplememte existir al lado del otro sin pensar muy a fondo en lo que conllevaba eso, sin mirar más allá porque simplemente las cosas así eran y estaban bien con ello sin embargo en ese momento que todo parecía detenerse por unos segundos y al fin comenzaron a cuestionarse cosas todo era extraño y les confundió las cabezas.

Lo irónico de ese momento es que uno de ellos sabía lo que había cambiado no queriendo realmente indagar más a fondo en ello y el otro comenzaba a suponerlo pero se encontró a sí mismo temeroso de la respuesta. Ambos estaban en lo correcto de todos modos y a la vez un poco equivocados, al menos en sus pensamientos puesto que no tenían toda la verdad solo a medias y la hubiesen obtenido en ese momento si hubiesen seguido hablando sin embargo fueron interrumpidos por un teléfono que comenzó a sonar ruidosamente sobresaltándolos un poco provocando que terminase el abrazo.

Jaemin rebuscó su celular entre las sábanas hasta encontrarlo observando el apodo con el que había agendado el nombre de Jisung brillar en la pantalla, contestó de inmediato sin dudarlo poniéndolo en alta voz.

— Hola Sungie~ -saludó cantarín.

Hey Nana, me imagino que estás con Jeno ¿no?

Precisamente —por unos momentos sus ojos barrieron al contrario quien le devolvió la mirada sintiéndose un poco raros con respecto a lo antes ocurrido.

— ¿Qué ocurre Jisung? —preguntó el pleinegro— Si querías hablar conmigo debiste llamarme a mi ¿no lo crees?

¿Y cuál es la diferencia?, llame a uno o a otro siempre están juntos de todos modos —replicó escuchándose de fondo la televisión puesta— Además quería avisarles a los dos, pasaremos por ustedes una hora antes. Dejun debe ponerle gas al auto así que es mejor estar todos y llenar el tanque para luego partir.

Agh, eso significa levantarme más temprano —se quejó Jeno— Ya me había mentalizado en levantarme a las 7.

— Eres un llorón, te puedes dormir en el camino si quieres —renegó el castaño— Igual lo vas a hacer de todos modos así que para que te quejas.

— Sabes que no soy una persona madrugadora.

— Todo el mundo sabe que si fuera por ti serías la bella durmiente.

Oigan, ¿podrían dejar de discutir como un viejo matrimonio?, al menos haganlo cuando les haya colgado —Jisung les interrumpió, incluso en su voz podías deducir fácilmemte que rodó sus ojos fastidiado— Dejen sus peleas de parejita en privado chicos.

Y un click sonó en la cabeza de ambos por razones un tanto distintas, Jaemin discimuló aclarando su garganta como si de repente hubiese tenido un poco de tos mientras que Jeno solo desvió su mirada relamiendo sus labios y sobando la parte aún afectada de su cabeza. Ambos supieron que el contrario había captado algo pero no se dispusieron a averiguar el qué.

— Bueno, ¿y solo para eso llamaste? —preguntó el castaño.

Eso sonó muy grosero, no te vuelvo a llamar en tu vida Na Jaemin —sentenció notoriamemte molesto pero al mismo tiempo sabían que estaba bromeando.

— Ya perdón, gracias por avisarnos Sungie.

Si si, como sea. Nos vemos mañana chicos, me iré a dormir que yo seré el primero en ser recogido lo que significa que me toca madrugar antes que ustedes —se quejó él mismo con la intención también de molestar al pelinegro.

— Ya entendí, ya entendí. No soy la víctima aquí —esta vez Jeno rodó sus ojos— Hasta mañana mocoso.

— Duerme bien Jisungie~

Mm, adiós.

La llamada fue cortada y ambos quedaron en silencio dejando un ambiente un poco incómodo lo cual era demasiado extraño para ellos, hacía mucho tiempo que había pasado por la face de incomodidad el uno con el otro. Sus silencios eran comunes ahora o incluso situaciones vergonzosas que a cualquiera le incomodaría con ellos eso ya no existía. Bueno, claro que hubo algún que otro momento donde la incomodidad vivió entre ellos por unos segundos pero rápidamente restauraban todo dejando atrás el sentimiento pero en ese momento no podían quitarse ello de encima sin saber qué decir o hacer.

— Vamos a cepillarnos los dientes -sugirió Jaemin rompiendo el hielo harto de la situación.

— Eh...si, está bien.

Una extrañeza los rodeó, no era común entre ellos estar de ese modo por lo que se sentía incluso más incómodo. Se pararon de la cama y caminaron hacia el baño donde se cepillaron los dientes en silencio sin los típicos juegos que se hacía entre sí o risas tontas donde nadie sabía realmente porqué se reían o un silencio normal donde no era necesario las palabras. Después de eso se dirigieron nuevamente a la habitación donde quitaron todo de la cama para poder acostarse cómodos apagando la luz y arropándose con las mantas, todo siempre en silencio.

Jaemin inhaló profundo, él podía estar incómodo con cualquiera, podía estar peleado o enojado o en alguna situación entraña con cualquier persona y ya después veía qué hacía para remediarlo o lo dejaba ser para que las cosas muriesen por sí solas sin que él tuviera que mover un dedo. Podía hacer eso con cualquiera menos con Jeno por lo que se giró en su espalda hasta quedar de lado viendo hacia el cuerpo que ya hacía acostado a la par suya, supo que aún no estaba dormido cuando notó la respiración rápida y bruta que aún tenía así que simplemente se acercó un poco más y por debajo de las sábanas buscó a tientas hasta encontrar la mano ajena que tomó en cuanto la sintió provocando que el pelinegro abriese los ojos sorprendido y le voltease a ver.

Jaemin le sonrió sin decir nada, la habitación estaba a oscuras pero aún había un poco de luz que permitía hacerles ver siluetas. El castaño entonces acercó su rostro hasta apoyar la frente en el hombro ajeno dejando a Jeno más quieto de lo que ya estaba pero tampoco dijo nada ni hizo nada para apartarlo.

Se quedó mirando la silueta de la cabellara marrón por unos instantes hasta que soltó el asombro y la propia incomodidad que aún había tenido en su cuerpo para darse vuelta él mismo quedando de lado enfrentando al chico, apretó la mano que tomaba la suya tomándola también con la otra libre que tenía hasta llevarlas a su pecho abrazando el brazo ajeno. Jaemin por su parte se acercó más a él pasando su otro brazo por el hombro del pelinegro hasta terminar su mano en rostro del chico acariciando su mejilla con cariño. Ambos sonrieron.

— Buenas noches Nana —dijo con voz queda.

— Buenas noches, Nono.

Cerraron sus ojos dispuestos a dormir esta vez ya más tranquilos y cómodos volviendo a la normalidad, o al menos eso creían ellos.








Es un capítulo muy meh lo sé, no me termina de convencer a decir verdad pero al mismo tiempo me gusta. Creo que ha sido corto hasta cierto punto, esperemos que el siguiente sea un poco más largo y sea más interesante jsjs.

Bueno, sin nada más que decir nos vemos en el siguiente capítulo gracias por seguir leyendo 🦋

©_prayBluesoul_

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