22/04/2023 ~ 23/04/2023 - 🥀

'Tú mismo te rompes el corazón haciéndote falsas esperanzas.'

Un horrible dolor en el pecho hace que se incorpore y que se lleve las manos a la cabeza. Lo ve todo negro, a continuación, rojo y por último blanco.

El dolor en el pecho continúa y además se extiende por todo su cuerpo. Pierde el control del tiempo que pasa tumbada en la cama intentando controlar ese repentino sufrimiento, que en el fondo sabe que no es suyo.

Sus manos comienzan a temblar y es entonces cuándo siente un vacío en el fondo de su pecho, dónde se encuentra el corazón.

Nota como las energías le van abandonando poco a poco, se desliza por la cama hasta caer al suelo dónde sin motivo aparente comienza a llorar.

Las lágrimas se deslizan por su rostro de forma abundante y rápida, de manera que gran parte de su camiseta acaba mojándose. Aunque en ese momento eso es lo que menos le importa.

Esconde la cabeza entre sus mechones de pelo mientras se coloca en posición fetal, cualquiera que hubiese entrado en ese momento se habría sorprendido de verla en esa postura.

Si le hubiesen contestado, ella seguramente solo respondería que sentía mucha pena pero que no sabía por qué, solo quería llorar y dormir, se encontraba mal pero no encontraba las palabras para expresarlo.

Un escalofrío le recorre la columna, y aún sabiendo que no es debido al frío intenta taparse con la chaqueta que se encuentra a escasos centímetros de su cuerpo.

De pronto tiene miedo y frío, mucho frío. Le castañean los dientes mientras se arrastra por el suelo en busca de algo de calor.

Su mente comienza a llenarse de imágenes de Logan, ellos dos besándose, abrazándose, queriéndose… Cuándo coge el móvil para encender la música, lo único que inunda sus fosas nasales es su olor.

Elige la primera canción que encuentra, entre lágrimas no ve bien el título, pero eso no le importa. Lo único que quiere es poder desconectar, sentir a través de la música y escapar de esa sensación de haber perdido algo importante.

Lo que ella no sabe es que esa se convertirá en una de sus canciones preferidas.

La escuchará entre lágrimas mientras a gritos la intentará cantar, se la sabrá de memoria...  A partir de ese momento, los pañuelos llenarán su cuarto junto con las tabletas de chocolate – esas que siempre le han gustado tanto – y siempre irá acompañada de la música, porque la música grita lo que su alma calla.

Y durante mucho tiempo, sentirá un vacío que no se irá por mucho que ría.