💍04

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Seokjin y Jimin entraron al hotel. Realmente era hermoso por dentro, había mucha gente y no solo eso, todo el lugar alumbraba por un enorme candelabro con destellos como estrellas, en serio el lugar que su mejor amigo había escogido era hermoso para hospedarse.

Aunque es muy caro.

—Al fin podremos descansar después de ese vuelo de horas, vayamos a recepción para que nos den la llave de nuestra hermosa suite -Sonrió.

—¿Suite? ¿No es muy caro?

Si, Jin tenía mucho dinero, su madre es una gran diseñadora de modas que trató a Jin como un príncipe toda la vida. Su madre fue Miss Korea en su época y la mujer es hermosa, es madre soltera, pero aun así sacó adelante a su hijo como toda madre guerrera. Seokjin tenía todo lo que quisiera, pero no era arrogante como todos los demás niños ricos que se la pasan presumiendo todo lo que sus "papis" le compraban.

Jin trabaja con su madre diseñando ropa la cual es la más exitosa de todo Corea y Estados Unidos, por eso le emocionaba la idea de ayudar a Jimin con su cambio de ropa.

—Por dios Jimin, tengo tres tarjetas de crédito que casi no uso y una de ellas fue regalo de mamá. —mostró las tarjetas de crédito negra y otra plateada, la última es dorada.

—Muy Bien, Riki Ricon, andando.

Toman sus maletas y se dirigen a recepción, ya con sus llaves en manos se dirigen al piso 30, ya que ahí estaba su suite de lujo. Salen del elevador y miran la puerta dorada muy elegante, es obvio que es de ellos. Meten la llave y se abre dejando ver una enorme habitación con una sala enorme y una gran pantalla frente a ella, y no solo eso pues tiene dos habitaciones para cada uno, muy grandes.

—Wao... Jinnie es hermosa, por dios es enorme -Jimin miraba todo a su alrededor con una sonrisa espléndida.

—Creí que sería algo más grande.

Jimin lo miró con cara de poker.

—No quiero imaginar a lo que tú llamas grande, prácticamente esto es un palacio.

—Si lo dices.

Se dejaron caer en el gran sofá, Jimin se sentía un exitoso presidente.

—La verdad es que es genial, gracias Jinnie por todo, enserio gracias por este bonito viaje que apenas comienza.

—De nada Jimin, es lo mínimo que haría por ti, te lo mereces por lo que ese idiota cara de gato te hizo —palmeó su hombro— Hay que desempacar y darnos una ducha para mañana divertirnos como nunca y pasarla genial, estoy muerto merezco dormir un buen rato.

—Yo muero por una ducha. —Musita Jimin.

Ambos toman sus maletas y se instalan en sus habitaciones. Jimin se deja caer en la cama era tan suave y cómoda, miró el techo pensando en el guapo hombre que miró en el aeropuerto, todo el camino no pudo sacárselo de la cabeza y eso lo espantó un poco, jamás pensó en otro hombre que no fuera Yoongi, pero vamos, está en las Vegas y lo que pasa en las Vegas se queda en las Vegas.


—Este hotel es de lujo Nam, te luciste hermano.

Lo halago a Jungkook al mirar el lugar.

—Merezco el crédito de todo, pero mañana que terminemos el negocio pasaremos la mejor noche de todas, nos la merecemos después de todo.

—Bueno ya tenemos la llave de la suite, quiero darme una ducha y llamar a la Institutriz para saber cómo está Soobin.

—Está en buenas manos, deja de preocuparte.
—Cuando tengas un hijo, sabrás de lo que hablo.

—Jamás, con mi sobrino es más que suficiente —Bufa Namjoon ignorando a su hermano.

Ambos hombres se dirigen al ascensor para ir hasta el piso 30 pues ahí estaba su habitación. Minutos después bajaron del ascensor hasta ir la puerta dorada donde Namjoon puso la llave para abrirla, en cuanto sonó el Bit entraron, miraron el lugar realmente era hermoso y grande para dos, cada uno tenía una habitación para dormir más cómodos.

—Grande, espaciosa, minimalista, como me gusta, nada mal —dijo Jungkook quitando su abrigo dejándolo en el sofá.

—Solo lo mejor de lo mejor para los hermanos Jeon —Le regaló una sonrisa a Jungkook muy pícara— Podremos traer unos nenes o nenas para divertirnos. Creo que ver este lugar les dejara caer la ropa más fácil.

Jungkook bufo.

—Estás loco, Nam.

Nam se alzó de hombros.

—Vamos, hay que follar al menos.

—Definitivamente estás loco.

—¿Por qué no? Digo, tú estás soltero y creo que no has follado en mucho tiempo. Un par de tetas o un buen culo no hay que desperdiciar.

—Joder, parece que volviste a los 18 años —Le avienta una almohadilla en la cara a Namjoon— Te recuerdo que tienes 31 años.

—Solo decía, no lo tomes tan literal.

Jungkook tomó su maleta y se fue a su habitación riendo por las locuras que su hermano decía. En cuanto abre la puerta, mira un chico semi desnudo en la habitación, Jungkook deja caer la maleta llamando la atención del pelirrubio que en cuanto volteó grito a todo pulmón.

—¡JIN, HAY UN PERVERTIDO EN MI CUARTO, JIN! —grito Jimin cubriéndose.

Jungkook no sabía qué hacer y lo más prudente fue darle la vuelta para tratar de explicarse, pero no tuvo la oportunidad pues en cuanto se volteó a ver al chico, este se le lanzó encima para golpearlo con una chancla, pero Jungkook lo sostuvo de ambas manos.

—E... ¡Espera! Puedo explicarlo —trataba de decir Jungkook, pero el rubio no dejaba de gritar y querer golpearlo con la sandalia.

—¡Que me vas a explicar maldito pervertido!, ¡que venías a espiarme eh...! —Amenazó, Jimin.

—No, para nada —siguió forcejeando contra él más bajo.

Jimin se soltó de su agarre y corre por una pequeña lámpara y golpea al pelinegro justo en la ceja.

—¡Pervertido toma tu merecido!

En cuanto el pelinegro tocó su cara, Jimin corrió a la habitación de Jin, pero cuando entra mira a su amigo reír con el otro chico.

—Jimin mira él es... —miró así mejor amigo con la bata puesta y algo asustado— ¡Por dios minnie! ¿Qué pasó?

—Joder Jin no escuchaste mis gritos —Lo miró indignado— Hay un pervertido en mi habitación y tú estás aquí hablando con uno de ellos mientras yo golpeé al otro para huir de él.

—¡¿Qué tú qué?! ¿Golpeaste a mi hermano?

Namjoon corrió lo más rápido que pudo hasta llegar a su hermano, quien estaba sangrando de la cara y algo confundido.

_Jimin cálmate por dios ¿Por qué hiciste eso?

—Y todavía lo preguntas Jin, él entró a mi habitación y me miró casi desnudo.

—Pero fue un malentendido, Jimin.

—¡¿Qué?! —Jimin lo miró totalmente confundido y con los nervios de punta.

—Que a ellos les dieron la misma habitación por error Jimin —Jin sentó a Jimin en el borde de la cama— Yo también me asuste cuando lo mire entrar, pero él me explicó que a lo mejor se equivocaron en recepción con la habitación.

Jimin miró más tranquilo a Jin.

—Ay, Jin le rompí la lámpara en la cara a ese hombre. —dijo con culpa.

—Si ya me dí cuenta —Jin se levanta y extiende su brazo para que Jimin lo tome.

—¿Qué? —preguntó confundido Jimin.

—Cómo que ¿Qué? Vamos a que te disculpes con ese pobre hombre.

—¿Es necesario?

—¡Si claro que lo es!, le rompiste una lámpara en la cabeza ¡Por dios Jimin!

—¡Ay no qué vergüenza! No quise hacerlo en serio.

—Debes disculparte con el Jimin, andando.

Jimin bufa y toma la mano de su amigo, se dirigen a la sala donde estaban ambos chicos sentados, estos voltearon a ver a los dos chicos que venían y Jimin en serio se sintió muy mal por ver la sangre salir de la ceja del pelinegro.

Esta era la peor vergüenza de su vida, pero en su defensa él entró y lo miró casi desnudo, cualquiera hubiese hecho lo que él.

¿Verdad?

—Chicos en serio una disculpa por lo que hizo mi mejor amigo, pero si nos dieron un buen susto. —Se disculpó Seokjin mirando ambos.

—No se preocupen, también igual hubiéramos reaccionado igual— responde el moreno.

—Excepto que yo no hubiera golpeado a alguien sin antes escucharlo —miró a Jimin con la cara molesta.

Jimin bajo la mirada mirando sus pies, en serio se sentía avergonzado y mucho.

—Bueno voy a ir a arreglar este problema —avisa Namjoon.

—Yo voy contigo, y tu Jimin —señaló a su amigo—, te vas a disculpar con este guapo hombre mientras yo voy con él para arreglar toda esta confusión.

Jimin asintió como niño regañado.

—Está bien Jinnie.

—Bien Kook, vengo en unos minutos. —Avisa Namjoon.

—Está bien.

Ambos chicos salen de la habitación dejando a los otros dos chicos. Jimin se fue al baño para ver si había algún botiquín de primeros auxilios para curar la herida, era lo mínimo que podía hacer. En cuanto abrió la ventanilla del baño encontró lo que buscaba, fue directo al hombre quien tenía la mirada fija en él y Jimin se sintió nervioso ante su mirada.

—No sé cómo empezar en verdad yo... yo lo siento, pero si me diste buen susto —Jimin abrió la cajita para buscar gasas y un desinfectante.

Jungkook sentía que le ardía la cara, este si que fue un gran golpe.

—Aceptó tu disculpa, creo que solo te defendiste y reaccionaste a lo que es correcto, además... bueno yo no esperaba que en la habitación estuviera un chico semidesnudo —dijo avergonzado— Lo siento también.

Jimin tenía las mejillas rojas por lo dicho, pues casi lo mira totalmente desnudo, por suerte que no fue así.

—Está bien, fue algo que no esperábamos los cuatro —ríe nervioso— ¿Me dejarás curarte para disculparme mejor? Me siento realmente mal.

Jungkook lo miró a los ojos y asintió dándole permiso para que lo curase, ya que es lo mínimo que puede hacer.

El rubio tomó las gasas y el desinfectante para aplicar en su ceja lastimada, el pelinegro solo miraba fijamente al rubio, en serio es hermoso demasiado para ser verdad. Jimin puso la gasa para limpiar la herida sacándole un quejido al pelinegro al sentir el alcohol, Jimin sopló un poco para que no le ardiera.

—Lo siento ¿Te dolió?

—Algo, pero continúa.

Jimin siguió aplicando. Después le puso pomada para desinflamar, terminando puso una bendita en su ceja para que no se infectara.

—Listo ya quedó —Cerró la cajita la puso en la mesita de en medio y se sentó en el sofá mirando el guapo hombre frente a él.

—Gracias por curarme.

—No fue nada, fue mi culpa.

—Igual gracias, tienes buena fuerza, casi me desmayo ante el golpe.

—Lo siento de verdad, pero cuando me asustó o me enojo soy muy fuerte y no pienso realmente.

—Vaya forma de comprobarlo.

Ambos se sonrieron y se miraron fijamente, el silencio fue algo incómodo para los dos. El rubio en serio quería que se lo tragara la tierra, pues tenía un hombre super guapo frente a él, parecía un dios griego, no pensó que existiera tales dioses, pero aquí tenía un frente a él, al cual golpeó.

«Solo te fijas en eso Jimin» «Piensa con la cabeza, no con el pene»

Jungkook estaba igual, tenía a un chico muy lindo frente a él, tierno en todos los aspectos, tenía cachetes redondos, labios esponjosos como dos dulces de fresa, nariz de botoncito, todo en él era perfecto ante sus ojos negros.

—Mmm... ¿Y tú vienes con tu hermano a divertirse aquí en Las Vegas? —preguntó Jimin rompiendo el silencio entre ellos.

El pelinegro lo miró y sonrió.

—Si, bueno, no exactamente.

—¿A no? —lo miró curioso.

—Venimos por trabajo, mi hermano dijo que podríamos divertirnos un rato hasta que terminemos, solo estaremos tres días aquí.

Jimin asintió comprendiendo.

—Genial. Es bueno distraer la mente.

—¿Y tú? —preguntó.

—Yo pues, si vine a divertirme un rato con mi mejor amigo, bueno él insistió en que viniéramos así que aquí estoy.

—Que bien, me alegro por ti ¿Y cuánto tiempo se quedarán?

—Solo tres días igual, es que tengo trabajo el lunes en la tarde y no puedo descuidarlo por nada en el mundo.

—¿Y en qué trabajas? ¿Puedo saber? —pregunta más interesado en el rubio lindo junto a él.

Todo salió a flote naturalmente.

—Claro, yo doy clases de danza contemporánea en Seúl. —musita orgulloso.

—¿En serio? Eso es muy interesante.

Al rubio le gustó aquello por parte del pelinegro, ya que Yoongi siempre cuestionaba su trabajo diciendo que no era un verdadero trabajo al que dedicarse. Oír esas palabras le hicieron sentir calidez.

—Gracias. El baile lo es todo para mí, me gusta compartir mi misma energía con los talentos más jóvenes.

—¿Cuántos años tienes? No pareces un viejo para que digas jóvenes.

—Es que le doy clases a niños de 11 años a 5 por eso lo digo —rasco su nuca nerviosa- y tengo 28 años de edad ¿Y tú?

—Yo tengo 29 años. Que bien que le enseñes a los niños un baile tan hermoso. Yo tengo un hijo que también ama la danza contemporánea, dice que quiere ser el mejor bailarín del mundo.

El pelinegro se arrepintió de mencionar a su hijo pues siempre que lo hacía, los chicos lindos como él siempre lo ignoraban o cosas así, pero la cara del rubio fue todo un poema que no logró comprender.

—¿Tienes un hijo? Que lindo yo amo a los niños —dijo entusiasmado mirando al pelinegro.

Por alguna razón, esas palabras le gustaron.

—Si es un niño sorprendente, está lleno de sorpresas, es todo para mí la verdad.

—Espera, entonces tú... ¿Eres casado? —preguntó curioso y con esperanza de que no lo fuera.

Jungkook no sabía cómo contestar a esa pregunta, pero aun así lo hizo poco después.

—Soy viudo —contesta mirando al rubio.

—Lo siento mucho, no quise... —lo interrumpió el pelinegro.

—No te preocupes, te dije que tenía un hijo a sí que era lógico que quisieras preguntar si estaba casado, pero no hay problema de verdad.

—Aun a sí que lindo que tengas un hijo, yo siempre quise tener uno —soltó jugando con sus deditos.

—¿No estás casado? ¿O tienes a alguien?

Jimin volteó a verlo, así como él le contó algo tan íntimo porque no él contarle sobre Yoongi, en fin eran extraños qué más daba contar.

—Bueno si quieres escuchar mi trágica historia, hay que pedir una buena botella de vino porque en serio necesito agallas.

Jungkook ríe por eso.

—No es obligatorio que me cuentes.

Jimin negó inmediatamente y se paró del sofá para ir por el teléfono.

—Lo sé, pero quiero contarte —marco a servicio a la habitación.

—Está bien como gustes.

Jimin marco, no están seguro si decirle o no apenas lo conocía, y no es como que él quiera saber de su vida.

—Listo ya vienen con una botella de vino —dijo Jimin sentándose al lado del pelinegro— ¿Cómo que ya se tardaron esos dos no crees?

—Tienes razón, deja llamar a mi hermano para saber donde están.

Jungkook sacó el celular de su bolsillo de su pantalón, marcó el número de Namjoon hasta que este contestó.

—¿Pasa algo, hermanito?

—¿Qué pasó con lo de la habitación? ¿Dónde estás?

—Dijeron que fue un error de reservación, pero que nos compensarán mañana.

—¿Y dónde estás?

—Pues, Seokjin y yo volveremos en un rato, no te preocupes.

Se escuchaba mucho ruido. ¿Dónde andas hermanito?

—No llegues tarde. Recuerda que tenemos que llegar temprano al edificio del Sr. Williams.

—No soy un irresponsable, nos vemos, chao.

Cuelga.

—¿Y bien qué pasó? —Pregunta Jimin.

—Mi hermano dice que fue un error de reservación así que nos compensarán mañana, pero creo que tendremos que compartir la habitación mientras tanto.

Jimin asiente.

—Ustedes la derecha y nosotros la izquierda ¿Te parece?

—No tenemos opción.

Ambos ríen y suena la puerta.

—Debe ser el vino, voy por él.

Jimin se levanta y efectivamente era el vino que ordenó, dio las gracias y se adentra con una botella de vino y dos copas en sus manos.

—Bien aquí tienes —Le entrega la copa y él toma la suya— Te contaré que hago aquí.

—Ya te lo dije, no es necesario que me lo digas, no pretendo impresionarte o algo así. Apenas y sabemos del otro.

—Pero tu me contaste de tu hijo y tu difunto esposo, es justo.

Jungkook ríe pero tampoco niega, quería saber más del bonito rubio que tenía frente a él.

—Bien ya que tu amigo y mi hermano están cenando juntos, vamos a hablar aunque sea un rato.

El rubio se acomodó mejor y tomó un trago antes de hablar.

—¿Y bien por donde comenzarás? —pregunta el pelinegro bebiendo de su copa.

—Bueno yo... estaba comprometido hace una semana exactamente —comienza a decir—. Yo le organicé una fiesta de cumpleaños a mi prometido, bueno ex prometido —corrigió y bebió más del vino en su copa. Jungkook lo escuchó atentamente— Invité a nuestros amigos a una fiesta sorpresa para él, pero... todo fue un desastre, pues cuando entró por la puerta del departamento él me terminó de la peor manera.

—Nuestros amigos estaban escondidos detrás de los muebles para gritarle ¡Feliz cumpleaños! Pero vaya sorpresa se dieron ellos —tomó más vino y sus ojitos se aguadaron— él me dijo que ya no me amaba, que era aburrido y que no me soportaba —miró su copa moviendo el líquido rojo haciendo círculos en ella— Después de la vergüenza que pase con todos ahí quería que la tierra me tragara. Todos se fueron y solo quedó Jin mi mejor amigo, para el colmo me corrió de su departamento, le di una buena bofetada y con mucho dolor me fui.

Jungkook se sentía demasiado enojado, quién se atrevería a hacer algo tan cruel a alguien como este hermoso chico.

—Me fui y Jin me dijo que sería bueno irnos de diversión aquí en la Vegas -miro al pelinegro a los ojos— Pero sabes una cosa, cuando todo terminó yo no sentí que me dolió como creí que me dolería ¿Eso es normal?

—A lo mejor no lo amabas tanto como creías. Puede ser esa una explicación.

—Creó que su comportamiento conmigo destruyó esos sentimientos sin que yo me diera cuenta.

—Ahí tienes tu respuesta.

Jimin asintió, él tenía la razón, pues si sufrió mucho con el peligro. Nunca le dio su apoyo, siempre fue frío y cuando quería solo de decía unas cuantas palabras de amor y Jimin caía redondito.

—¿Sabes?, creo que es un idiota —el rubio lo miro curioso— Dejo ir a alguien quien daba todo por el, que le recordaba la más mínima cosa en su relación, que el no valoro. Si yo fuese él, jamás te dejaría ir.

El corazón de Jimin golpeó fuerte en su pecho por las palabras del pelinegro, sus mejillas se tornaron carmesí, hace tiempo que no oía palabras tan hermosas hacía él.

—Gracias —Le regala una bonita sonrisa.

—Digo la verdad.

Se miran uno con el otro conectando sus miradas, parecían de esas películas donde los protagonistas daban ese clip instantáneo y vivirían felices por siempre, aunque si somos realistas, Jimin dudaba que alguien tan guapo como él se fijara en alguien como él.

—Perdón por no saber tu nombre ¿Cómo te llamas? Mi nombre es Jeon Jungkook.

Se presenta.

—Lindo nombre Jungkook, yo soy Park Jimin.

—Igual lindo nombre, Jimin.

Ambos se miraron un largo rato, con esa tensión que ninguno sabía qué pasaba, esto era extraño.

Sus rostros se fueron acercándose lentamente, estaban literalmente cercas apunto del otro, pero fueron interrumpidos por un moreno y un sonriente Seokjin entrar. Jimin se alejó del pelinegro totalmente enrojecido, y Jungkook estaba igual así que se levanta rápidamente y se acerca a su hermano.

—Que bueno que llegaron, vamos Nam hay que dormir mañana tenemos trabajo —habló lo menos tembloroso posible.

—Si claro vamos descansar, es muy tarde.

—Nos toca la habitación de la derecha así que ve por tus cosas al cuarto donde está ¿Seokjin?
¿Verdad?

—Kim Seokjin, o cuñado sería mejor.

Jungkook miró a su hermano y este solo se avergonzó un poco por lo dicho por él castaño.

—Yo también iré por mi maleta a la habitación, con permiso —dijo Jimin.

Fueron por sus maletas y cada uno estaba en la habitación que les tocó.

—Bien ya está todo listo. ¿Jungkook? gracias por escucharme —Tomó fuertemente su maleta por lo nervioso que estaba.

—Igualmente Jimin —miro aun con las mejillas sonrojadas— Me gustan tus mejillas color carmesí, luces muy lindo —se acercó un poco frente a él y le dio un pequeño beso en una de ellas.

Jimin odio su piel en estos momentos pues se puso más roja de lo que ya estaba por aquel pequeño beso en su mejilla. ¿Lo beso? ¿Enserio paso eso?

—Nos vemos en la mañana —Jimin miró al pelinegro y no sabía si era lo correcto pero lo hizo, le besó la mejilla también y salió casi corriendo de ahí.

Jungkook tocó la zona del beso con una sonrisa boba en su cara.

¿Esto era amor a primera vista? No lo sabía pero le estaba gustando la sensación que sentía en su pecho.

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