Sinfonía y plegarias (Min Yoongi)

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Yoongi

Para ser una persona de "importancia" en el medio artístico la verdad odiaba la concurrencia, odiaba asistir a Galas y fiestas de recaudación, gente falsa, gente interesada, gente hipócrita, prefería estar sentado en mi balcón bebiendo de un buen vino mientras contemplaba el cielo nocturno el cielo nunca mentía y eso me llenaba de dicha.

Mi manager inventó una excusa de que no asisto a estos eventos porque me dan migrañas en concurrencia, aunque en realidad solo odio a las personas. En mis 8 años de carrera como pianista siempre estuve solo, y aunque el dinero nunca ha Sido un problema para mi, prefería una vida sencilla, sin lujos solo lo necesario, por eso tenía un apartamento en un barrio tranquilo, los vecinos no eran molestos y podía practicar sin molestar a nadie.

Todo estaba perfecto, hasta que se mudo al apartamento de abajo, dos hermanos, Carmen y Gabriel, al parecer solo eran ellos dos, el hermano tenía más o menos mi edad y ella como unos 22 años.

Veía como saludaba a todo el mundo, persona que se le atravesaba persona que le sacaba plática, sumamente alegre y sociable, todos se contagiaban por su energía, ella era muy sincera, no se notaba que lo hiciera de manera forzada, al contrario era como un placer para ella el saludar y hablar con todos, me causaba mucha curiosidad.

Cuando me topaba en las escaleras, me saludaba pero no pasaba de ahí, sentía que me ignoraba, pero ¿Por qué?.

Yo no le he hecho nada, y no debería de importarme, nunca he buscado el contacto humano, pero me comía la idea la cabeza de que algo le hice para que conmigo fuera diferente, ¿Tal vez un día la trate mal sin darme cuenta?. Debo dejar de pensar en ella.

Después de varias semanas así, tome un poco de valor para hablarle.

-Buenos días -dije al ver que subía las escaleras

-Buenos días- seco y directo, continuando con su camino.

-Oye - se detuvo -¿No te agrado?

-¿Disculpa?

-Veo que a todos les diriges la palabra de manera natural, y los buenos días o buenas tardes hacia mi incluso te cuestan ¿Te hice algo?

-No...nada...es que yo...-

-Carmen, anda se hace tarde.

Su hermano le hablo desde el otro lado de las escaleras, ella corrió hacia el, pero esta vez se giró a verme, note un rubor ligero en sus mejillas, ahora estaba más confundido que antes.

Las siguientes veces que llegue a topármela, me saludo ahora más natural, pero seguía sin hablarme mucho, creo que me había dado por vencido simplemente no le agrado a la joven. Llegué una vez de madrugada después de un concierto, cuando una melodía familiar se escuchaba por el pasillo de las escaleras, cada que subía más, era notorio que era un piano.

Nocturno un c minotr, Chopin.

Una pieza hermosa y delicada, el sonido provenía del departamento de la chica, quería poder escuchar mejor pero si tocaba a su puerta sería extraño, son las dos de la mañana después de todo. Subí a mi departamento, camine al balcón con un poco de suerte escucharía bien desde ahí. Abrí la ventana y el sonido se intensifico, las notas eran perfectas, me senté en mi piano y me sincronice con la melodía tocando a la par la siguiente parte, se sentía bien, ambas canciones estaban tan acordé que no se notaba el sonido de ambos pianos parecía uno solo.

La canción de abajo paro, así que hice lo mismo, camine de nuevo al balcón y mire hacia abajo, ahí está ella en una tierna pijama de nubes, el cabello algo despeinado, luciendo perfecta.

-Hola ¿Eras tú quien tocaba?

Asintió solamente.

-Tocas muy bien.

-Gracias, ¿Te desperté?

-No para nada, vengo llegando de hecho.

-Cierto tuviste concierto.

Cuando dijo esto se cubrió la boca y me miró como entre aterrada y avergonzada.

-Entonces, ¿Me conoces?

Parece como si fuera a llorar, me estaba sintiendo algo mal, creo que la asusté pero no se porque.

-Carmen, ¿Ese es tu nombre cierto? ¿Te desagrado? Es que no entiendo porque es tan difícil hablarme.

-Porque eres Min Yoongi, eres el pianista que más me gusta.

Cuando dijo esto una gran o se formó en mis labios, al parecer ella se sentía tímida, no molesta conmigo, es lo malo de no socializar demasiado, leer emociones me es más complicado que componer una sinfonía completa. Pero no quiero que sea tímida conmigo quiero que sea ella, con esa personalidad algo confunda y molesta.

Trate de ser un poco más comprensible, las siguientes veces, busque hablarle de sonetos, autores y algunas composiciones, parecía funcionar sus ojos brillaban de una manera tan espectacular cuando hablaba de alguna canción que le gustaba, o de cómo se sentía al tocar el piano, poco a poco nuestras pláticas en el balcón se hicieron más frecuentes, al parecer su hermano trabajaba como enfermero en el turno nocturno y se sentía nerviosa de quedarse sola en casa, platicábamos hasta que ella se sentía cansada y se iba a dormir. Me fascinaba solo escuchar su voz, además de la pasión con que ambos sentíamos el tocar el piano nos unió cada vez más. Intercambiamos teléfonos y ahora incluso mandarle mensajes era parte de mi rutina, Carmen había venido a cambiarme la vida.

Una noche al llegar de uno de mis conciertos mandé un mensaje para saber si la vería en el balcón, me contestó que no se sentía bien y que estaba un poco enferma, esto hizo que me preocupara, di algunas vueltas en mi habitación no me había quitado el traje de la presentación siquiera. Me asome al balcón y mire su ventana abierta, sin pensarlo dos veces salte. Entre hacia su departamento ella salió de un cuarto sosteniendo un bate de béisbol, traía una camisa de tirantes y pantys negras.

-¿Min? ¿Está loco? Creí que era un ladrón.

-Con ese atuendo no lo espantarías.

Se miró, y regreso corriendo a si habitación, se escuchó que tiraba algo y después salió despeinada con un pantalón de chándal azul.

-¿Qué hace entrando por mi ventana a estas horas?

-Quería verte, no sabía si estabas viva aun, estaba muy inquieto.

Tosió un par de ocasiones y su voz se escuchaba algo esposa.

-Estoy bien, solo la fiebre me ha mantenido en cama, pudo haber usado la puerta.

-Creo que te hubieras asustado igual, son casi las tres de la mañana.

Me acerque y toque su frente, tenía sudor algo frío en ella, pero se sentía con temperatura aún, trato de alejarme.

-Se enfermara, si se acerca mucho.

-No, no creo enfermarme solo por eso.

Sus mejillas rosadas por la fiebre y sus ojos vidriosos por la enfermedad extrañamente me parecieron algo seductores, sin mencionar ver su cuerpo en ropa interior.

-Aun así, debe de ir a descansar, estoy bien no se preocupe.

-Pero yo no estoy bien, ya no estoy bien

Me quito el saco, ella solo abre más los ojos, me quito un par de botones de la camisa.

-Quiero sonar lo más caballeroso que puedo pero no sé que tanto me pueda contener, te deseo Carmen, has estado en mis sueños todo el tiempo, acabo de saltar de mi piso al tuyo. Eres la única con la que amo hablar, dios Carmen dominas cada pensamiento de mi día

-Pero Señor Min

-Déjame terminar -quite otro botón más -Me gustas Carmen y ya llegué al límite de mi paciencia.

Tome su mentón, y acerque mis labios a los de ella.

-Señor Min -ella me jalo de la camisa -no se si debería.

-No necesitas saber nada, solo necesitas dejarte llevar.

Su aliento caliente por la fiebre se sentía en mi boca, relamía mi labio inferior, ella continuo desabotonando mi camisa.

-Carmen -me acerque a su oído- ¿Sabías que sudar ayuda mucho a sacar la enfermedad?

Tire del elástico de su pantalón para bajarlo y dejarla de nuevo en las bragas, saco sus pantalones hacia un lado, el beso que me dio al principio fue torpe, pero después se amoldó perfecto a mi ritmo algo más rápido, su lengua caliente era un placer nuevo que estaba encantando mis sentidos, quitó mi camisa arrojándola al suelo, continuando el beso siguió desnudándome, sentía sus pezones duros atreves de la delgada tela de su camisa. Sentí si tersa piel bajo mis manos, mi miembro se endureció ante ella, la lleve contra el piano, la subí en la tapa de las teclas tome la orilla de su camisa para subirla y poder ser el lindo para de senos que tenía debajo de la ropa.

-Luces hermosa

La tomé por el cuello para volver a besarla, ella uso su mano para meterla debajo de mi pantalón y masajear mi erección, pase de sus labios a su cuello, succionando la delgada y caliente piel dejando marcas violáceas en su piel blanquecina, sus gemidos eran mejor que cualquier sinfonía que yo pudiera haber tocado, y su mano masturbando mi miembro era un punto más para el deleite de nuestros deseos.

-Señor Min

El reclamo de sus ojos era notorio, era momento de sentirla de hacerla gritar mi nombre y no solo que me nombre con la formalidad de Señor Min. Hice a un lado su ropa interior que ya estaba empapada de sus jugos excitados, la atrae más a la orilla para poder clavarle toda mi dureza en una estocada, una embestida que apretó mi miembro de manera brusca, sentir como ardía por dentro tanto de deseo como por la fiebre, mi cadera se empezó a mover de manera lenta, entrando y saliendo.

-Carmen estás muy caliente.

Ella se aferro a mi espalda desnuda, el sudor se hizo presente en ambos, ahora los gemidos y mis jadeos eran las plegarias que los dioses amarían por siempre, seguía embistiendo cada vez más, y después de algunos besos morbosos, ambos culminamos nuestro encuentro con un orgasmo merecido.

-Yoongi -grito para mí, con su frente brillando por el sudor, y su pecho subiendo y bajando por la agitación -quédese conmigo toda la noche.

-Puedo extender esa invitación a más de una noche, déjame quedarme contigo una vida de ser posible....

Segundo Oneshot después de la intensidad de nuestro Chef, admiremos la delicadeza de nuestro pianista, un romántico antisocial
¿Quien sigue? .....

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