20

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Lo sabía. Sabía que esa noticia apagaría completamente la alegría de A-Cheng. No podía ser de otra forma si se trataba de su mayor enemigo.

Solo avancé por el camino con la mirada baja y silencio en mis palabras. Aunque fuera a hacer todo lo posible por protegerme, no quería que enfrentara a Xue Yang.

Si la historia que conocía era cierta y, según lo que había comprobado de A-Cheng, aunque él pudiera luchar contra las energías oscuras porque su espada lo guiaba a ellas, no era así con una persona normal. Ante un enfrentamiento así estaba en desventaja, lo había visto con ese hombre que lo enfrentó en el pueblo.

Además, A-Cheng no había enfrentado a Xue Yang desde que perdió la vista. Era más posible aún que él se aprovechara de A-Cheng solo de verlo.

Todo esto atacó mi mente mientras caminábamos, no podía dejar de pensar en todas las cosas malas que podían ocurrir.

.......

-A-Guāng, no pienses demasiado... Casi puedo oler el humo de tus pensamientos caldeados. Tranquila, con algo de suerte podremos estar en paz sin tener que encontrarnos con Xue Yang.- dije intentando ser optimista en mis palabras y pensamientos. -Pase lo que pase podremos superarlo juntos. No tienes que darle tantas vueltas, mi dulce y tierna princesa, aunque me halaga que te preocupes tanto por mí. Caminemos tranquilos y sin prisas, aún hay muchas horas por delante.- dije sonriendo de nuevo al notar que ella estaba tan afectada como yo por una noticia que no la competía.

........

-Lo siento... por un momento pensé muchas cosas malas...- dije avergonzada, él tenía razón.- A-Cheng, hay un río más adelante. Podemos limpiar tus otras vendas ahí.

Trataba de cambiar el enfoque de mis pensamientos además de seguir siéndole útil. Él era todo mi mundo y mi mayor preocupación ahora. No podía dejar de preocuparme por las cosas pequeñas, las que podía quitar de la mente de A-Cheng para que estuviera libre de problemas.

-Ven, vamos. No está lejos.- dije algo más animada, pero noté que él aún estaba algo decaído.

........

-Tranquila princesa, todo estará bien.- sonreí esta vez de verdad y dejé que me guiara hasta el río.- Mmm... Huele bien.- dije sintiendo el olor a aire fresco que emanaba del lugar, el olor de las hojas, de la paz.- Lamento tener que pedírtelo así, pero... ¿Podrías lavarlas por mí? Confío más en tu criterio de limpieza que en el mío.

Mi petición fue inocente, sin intención de ofenderle o hacerle hacer nada por mí, pero realmente necesitaría saber si las vendas estaban limpias.

-De verdad lamento que tengas que hacerlo por mí. No quisiera tener que pedírtelo si no fuera necesario.

......

-A-Cheng, está bien. No me molesta hacer estas cosas por ti.- dije ya estando cerca del río.

Fui a una roca cercana y puse la mano de mi compañero sobre esta para que la ubicara y tomara asiento mientras yo limpiaba las telas.

-Para mí, siempre que pueda serte útil, estaré feliz.- le sonreí.- Quiero que sepas que no me importa ser tus ojos. Si debo serlo por toda la vida, estaré bien. Esta es una promesa, A-Cheng, quiero que lo recuerdes. Seré tus ojos para todo lo que necesites ver, siempre.- besé sus suaves y rosados labios delicadamente para luego tomar las telas y acercarme al agua para limpiarlas.

Me aseguré de que volvieran a tener ese color tan puro que tenían antes. Así de puro como lo era el alma de mi compañero.

......

-Si tú eres mis ojos, bella princesa, yo seré tu espada y escudo, jamás dejaré que nada malo te pase, aún si yo tuviera que perder lo poco que me queda, lo perderé con gusto si eso hace que te quedes a mi lado un segundo más. Y que sepas que no es justo que te alejes así justo después de besarme.-dije riendome suavemente.

Cuando volvió a acercarse a mí, la tomé de la mano y la acerqué a mí con suavidad.

Toque muy ligeramente su rostro para ubicar sus labios y la besé, tierna y suavemente, queriendo saborear sus labios, toda su dulce boca.

Aquella pequeña zona de sus hermosos labios encajaba demasiado bien con los míos que me resultaba incluso una adicción a la que no querría renunciar.

.......

No pensé que estuviera tan deseoso de besarme, pero no iba a negarlo. Yo también estaba deseosa de volver a sentir el calor de su boca sobre la mía.

Era como una empalagosa dulzura que no quería alejar de mí jamás. Solo la necesidad de respirar lo logró.

Me separé de él y me sonrojé, notando que su mano aún estaba en mi rostro y le daba a conocer el calor de mi piel.

......

-Lo siento, no pude contenerme, tus labios son toda una tentación para mí.- dije sonriendo ampliamente.

No sólo la había besado por deseos de mi alma, que también, sino porque sabía que aquello nos relajaría a ambos. Haría que ambos pensáramos en otra cosa, en nosotros.

-Toda tú eres mi deseo, mi tentación. Mis ganas de protegerte posiblemente sean un primero deseo de que siempre seas mía, de que permanezcas a mi lado para siempre. De no compartirte ni siquiera con los dioses. Espero que aún con estos deseos egoístas que nacen en mí, decidas volver a dormir conmigo esta noche.

.......

Los colores y el calor atacaron mis mejillas sin remedio. A-Cheng me había dejado perpleja con sus palabras.

Siempre era tan amable y cariñoso, pero esto era mucho más. Él me estaba haciendo sentir querida, deseada.

-Nada me daría más placer que dormir contigo esta noche y todas las venideras, mi querido cultivador. Tus pensamientos no llegan a ser egoístas, porque yo también los tengo hacia tu persona. Soy tan exigente como tú de quererte a mi lado en todo momento.- dije reafirmando el contacto de su mano en mi rostro.

.......

-Entonces, seamos exigentes el uno con el otro... Y ahora que lo has dicho, esta noche te aseguro que no te dejaré escapar de entre mis brazos. Nada de saltar como esta mañana.- dije recordando el vacío que sentí en el momento en el que mi hermosa princesa salto de la cama en el burdel.

Tiré de ella un poco más, hasta el punto en el que la hice sentarse encima de mis piernas.

-Jamás dudes de esto, A-Guāng, mi amor por ti es tan inmenso como el cielo y tan cierto como que el mar es azul. También mi deseo de besarte es ferviente cual fuego y puro como las almas de los dioses. Que me veas como algo más que un compañero de viaje, que me veas como hombre, es lo que más grita en deseo mi alma.

.........

-A-Cheng... yo lamento que no pueda tener en mi ser nada atrayente para ti como hombre. Soy muy joven... demasiado delgada... y baja... no tengo la elegancia y gracia que pueda tener cualquier mujer por la que los hombres exigen compañía.

Suspiré con pena y acaricié su largo y suave cabello mientras hablaba.

-A veces pienso que soy bendecida en tu mente por tu ceguera y por eso siempre dices tantas cosas bellas de mí. Pero quiero que sepas que para mí eres tan bello como la brillante luna y tan tierno como la suave brisa. Que veo en ti al hombre con el que quiero estar toda mi vida.

..........

-Tu juventud la escucho en tu tierna, suave y cálida voz. Tu delgadez es algo que siento en mis manos cuando te abrazo cada noche y tu estatura es notoria en mi posición al besarte... Sin embargo, ¿acaso alguna de esas causas me han impedido volver a hacerlo? ¿Me han impedido desear que tus labios toquen los míos? ¿Me han impedido amarte? Tu físico, tu estatura y tu hermosa juventud no son los aspectos de ti que me han enamorado. Seguramente si fuera capaz de verlos, lo harían. Pero, lo que me hace amarte es tu voz, tu alegría y tu atención hacia mí. La forma en la que me cuidas, atiendes y defiendes. Mis celos al pensar que alguien más podría posar, no sólo su atención, sino su mirada en ti... Ese sentimiento sobrecogedor y furibundo está muy lejos de la pureza que crees que poseo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro