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-Está bien... Buenas noches, Beiguan... Buenas noches, A-Chen...- dije con la voz apagada antes de cerrar los ojos y quedarme profundamente dormida entre los cálidos brazos de A-Cheng.

-XiCheng, no me molesta quedarme despierto y vigilando solo. De todas formas, de poco me ayudarías más allá de solo hablar.- dijo con esa cínica sonrisa.- Aunque, si quieres preguntarme algo más, puedes hacerlo. La niña esa ya parece que se durmió por completo.

.......

-Buenas noches, mi dulce y princesa.- dije en un susurro arropándola bien entre mis brazos y con mi túnica.

El comentario de Beiguan me hizo fruncir el cejo, no dejaría que sus palabras quedaran sin una reprimenda, pues faltar el respeto de esa manera a A-Guāng era como un insulto personal para él.

-Puede que tenga una apariencia aniñada, pero está muy lejos de ser una niña. Me gustaría que cuidaras bien tus palabras con respecto a ella, si ya sabe tu nombre, podrías mentarla con su nombre. Pretendía que habláramos en paz, pero si no te importa estar despierto y solo, iré a dormir.- dije agachando mi cabeza mientras abrazaba a mi compañera, manteniéndola a salvo por completo.

.......

-Oye, no te enojes, XingChen. Es lo que me dice la vista, tú no has tenido ese problema al parecer.- dijo para tratar de salvarse de ese repentino enojo por parte del cultivador.

Aún así, tras la despedida del ciego, Xue Yang se quedó mirándolo fijamente casi todo el tiempo. Creyendo que pocos problemas habrían, se acostó a dormir también cerca del fuego.

En medio de la noche, escuchó un murmullo. Se levantó rápidamente, pues sus sentidos de guerrero se habían disparado por aquel sonido. Descubrió que el sonido provenía de A-Chen, quien balbuceaba cosas pareciendo sufrir con una pesadilla.

Al acercarse, la luz del fuego le reveló que la sangre corría por el rostro del cultivador y su venda de tela tan suave se mojaba con ese líquido.

Con mucho cuidado, retiró la tela de los ojos del cultivador, limpiando también las gotas de sangre que corrían por su cara. Luego lavó la tela y la tendió para secarla, retomando luego su sueño.

.......

Desperté, parecía ser muy temprano, ya que ni siquiera mi dulce princesa se había despertado.

Sentía que algo no iba bien, pasé una de mis manos por mi cabeza mientras bostezaba y noté que en la parte posterior faltaba la atadura de la venda.

La venda que me había regalado A-Guāng no estaba. Pero... ¿Dónde? ¿Dónde podía estar?

Pasé esa misma mano por el suelo, por las cercanías a mi posición, esperando poder encontrarla. Quizás se había desatado durante la noche o al menos eso pensé.

-Tiene que estar por aquí... No puede haber desaparecido sin más... Tiene que estar... Tiene que estar...- a cada segundo que pasaba me encontraba más nervioso por no poder encontrar la venda regalo que mi hermosa compañera me había dado.

........

Sentí la agitación en A-Chen y eso fue lo que me despertó. Me incorporé frotando mis ojos y aún adormilada.

-A-Chen... ¿pasa algo?- cuando abrí los ojos espabilada, noté que no tenía la venda, sin embargo, lo peor fue verlo a él.

Nunca lo había visto tan desesperado por encontrar algo. Y el que pasara sus manos por el suelo en busca de algo que ni siquiera estaba ahí, me dolió aún más.

-Espera, A-Chen, calma...- lo sostuve por el brazo para detener su impetuoso intento de encontrar la tela.- No está en el suelo. Tampoco cerca de nosotros.

.......

-No... ¿Está? Pero tiene que estar, no desaparece sin más y es la tela que me regalaste, tiene que estar, no puede ser que la haya perdido.- dije algo desesperado, pero dejando de buscarla. -Siento haberte despertado, tenía que intentar encontrarla como fuese.- agaché la cabeza en seña de lo arrepentido que estaba por haber perdido algo que para mí era tan importante, y que, además, me había regalado ella.

Llevé mis manos dentro de las mangas de mi túnica, como si fuera un niño que estaba siendo regañado. No solo había perdido su regalo, sino también la había despertado. Al final, resulta que no soy tan buen compañero como pensaba.

.......

-Espera, A-Chen, tranquilízate. La buscaré por ti.- me puse de pie y rebusqué entre las pertenencias tanto mías como las que vi de Beiguan.

-¿Buscas esto, A-Guāng?- dijo el viajero desde la entrada de la cueva sosteniendo la tela en su mano.

-¡Es la cinta de A-Chen!- dije con alegría al ver que había aparecido, pero cuando miré sonriendo a mi compañero, mi expresión cambió por su semblante.- ¿A-Chen?

........

-¿Qué pretendías teniendo una de mis pertenencias en tus manos? ¿Acaso solo eres un vulgar ladrón? ¿O es que deseabas saber que había debajo de la venda?- dije ardiendo en rabia y desesperación.- ¿Por qué me la quitaste durante la noche? ¿Acaso sabes lo que has hecho?

Aun seguía alterado por no haber sabido cuando me la había arrebatado, también por el pensar que la había perdido y me dolía hasta el pecho solo de pensar que podría no haberla encontrado.

-¡Estaba desesperado buscándola!- mi cejo se frunció y mi expresión era total y absolutamente seria.

........

-¡A-Chen, calma, por favor!- poner mi mano en su pecho fue un mal intento de opacar su enojo, pero la risa que había soltado Beiguan no me ayudó con ello para nada.

-No deberías ser tan agresivo. Ni con tus preguntas, ni con tu tono, XingChen.- respondió tras terminar de reír y mirándolo con una especie de satisfacción en la mirada.

-A-Chen...- mi compañero estaba muy molesto, hasta me daba miedo a mí, pues nunca lo había visto de esa forma.

Por un momento, hasta yo me sentí asustada por su reacción. Tanto fue así, que me alejé unos centímetros de él tras tratar de calmarlo.

.......

-Devuélveme ahora mismo la venda, es un regalo muy valioso para mí.- dije agarrando a Beiguan por el cuello de sus prendas de vestir y abriendo mis ojos.

Noté que algo brotaba de ellos, estaba volviendo a ocurrir, volvía a salir sangre de mis ojos.

-Dámela... Por favor, ahora mismo.- intentaba calmarme para que al menos dejará de salir sangre de mis cuencas vacías.

En cuanto logré volver a poseer la cinta que A-Guāng me había regalado el día anterior, me alejé de él, pues ya tenía lo que tanto anhelaba cuando pensé haberlo perdido.

Agarré otra de mis vendas, ya que esta la ate a mi mano para no volver a perderla. Intenté lavarme la cara, también alrededor de mis ojos, pero aún seguía bastante alterado y no  pensé que lo estuviera haciendo correctamente.

........

-¡Oye, XingChen, no te pongas violento!- cuando abrió los párpados y sus cuencas estuvieron al descubierto brotando sangre de ellas, Beiguan no parecía sorprendido, más bien, sonreía al verlo así.- Tienes sangre...- susurró.

El viajero le devolvió la cinta a mi compañero y ambos se separaron otra vez. Al ver a A-Chen en esas condiciones y tratando de limpiarse, fui en su ayuda, pues lo vi demasiado nervioso y alterado.

-A-Chen... deja que te ayude con eso...- dije poniendo mi mano sobre la que estaba usando para limpiarse.

-Así se puso anoche.- intervino Beiguan.- Parecía que tenía una pesadilla y su cinta se manchó de sangre. Se la quité para lavarla, no pensaba robarla. Solo fue un favor.- aunque sus actos y palabras parecían buenos, su sonrisa que parecía tan cínica no cesaba, tampoco su mirada constante a A-Chen, pero debía reconocer que había sentido a mi compañero moverse durante la noche, así que eso era una gran posibilidad.

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