25

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Aun perdido, llamando a mi princesa, la cual no contestaba a mis llamados, a lo mejor la he perdido, a lo mejor Beiguan le había hecho algo o quizás, era tanto su miedo por mi persona que su temor no le permitía contestarme aunque me escuchara.

Esperaba que no fuera lo último, o sinceramente, en ese momento, mi alma se rompería cual frágil objeto al caer... En mil pedazos.

Dejé de llamarla, ya no era capaz ni siquiera de situarme, no desde que sus pasos me guían. ¿Acaso el tenerla cerca estaba haciendo menguar mis habilidades? No creo, pues si me concentraba lo suficiente, aún podría ubicarme sin caer. La cuestión era que mi mente no podía tomar concentración suficiente, no sabiendo que A-Guāng me tenía miedo.

Me senté, no sé ni siquiera dónde, apoyé mi cabeza en lo que creo sea el tronco de un árbol y simplemente me quedé en silencio... Como aquel que espera su muerte.

El único sonido en mis oídos era el del viento meciendo las hojas del árbol... Y el de mis propios pensamientos en súplica de un perdón que no sabía si llegaría.

.........

Seguí recorriendo los alrededores buscando con la vista a A-Chen. Sin darme cuenta, había dejado de gritar su nombre debido a lo nerviosa que estaba.

Por suerte, detrás de un árbol, divisé su blanca silueta. Allí estaba, tranquilamente sentado y solo. Me acerqué con lentitud haciendo ruidos mis pasos con las hojas secas y maleza del suelo.

Esperaba no molestarlo. Mi corazón estaba contento de ver que no le había pasado nada, pero mi mente aún seguía repitiendo las palabras del viajero que nos acompañaba.

.......

Escuché pasos, sus pasos, sabía que eran los de ella y también, que estaba haciendo pasos ruidosos a propósito. Era tanto lo que había llegado a entender su forma de actuar que sabía eso de ella.

-Dulce princesa, ya pensaba que algo te retenía.- dije aún sin moverme del lugar.- Me alegra inmensamente que... A pesar de temer tomar mi mano, de tener miedo de mi temperamento, aún sigas queriendo buscarme cuando no me ven tus hermosos ojos. Lamento haberte asustado de esta manera, también lamento que hayas tenido que venir en mi busca... Pero te había perdido antes de darme cuenta. Sin tus pasos delante de mí o tu mano en la mía, ni siquiera supe encontrarme a mí mismo. Quizás aquel hombre del pueblo tenía razón... Solo soy un ciego cualquiera. Soy un ciego cualquiera, cuando no estoy contigo...

......

Fui corriendo a abrazarlo tras unos segundos de impresión por sus palabras.

-¡No, no, no, no! A-Chen... no digas eso de ti... Te asustaste por un momento, es todo. Es solo que nunca te había visto ponerte así.- me separé de él suavemente y sonriendo.

Tomé su mano y la puse en mi mejilla a pesar de que estaba un poco mojada por las ligeras lágrimas que había soltado.

-Yo... estaba muy preocupada por ti... Creí que te había perdido para siempre...- acaricié su frente con ternura.- Perdóname por dejarte así... no debí... No te perderé de vista nunca más, ni soltaré tu mano.

.......

-Pero es la verdad, mi amada princesa, te asusté, hice que no quisieras tomar mi mano por miedo. Jamás podré perdonarme el haberte hecho eso, aunque tú me perdones.- dije acariciándola muy lentamente.- Eres buena, capaz de perdonarme, por eso mismo te juro que intentaré que vuelvas a tomar mi mano con confianza.

Por mucho que sentía mi corazón afligido, por mucho que estaba seguro de que si tuviera ojos hasta lloraría. Deseaba enormemente que ella me perdonara, que de sus labios salieran las palabras que limpiarían mi dolor.

-Pero ahora, en este instante y por mucho que lo desee, no soy digno de besar tus labios, de abrazarte. Aunque te quiero más que a nada que exista en este mundo, mi corazón no es puro ahora, aunque tu voz me anima y relaja, no soy digno de escucharte.- dije todo aquello que pasó por mi mente mientras la esperaba, mientras anhelaba su voz y su mano.- Por eso, te pido permiso, por favor, permíteme seguir haciendo todo lo que mi alma desea, permíteme escuchar tu voz y sentir tu mano. Permíteme seguir amándote con este corazón impuro.

......

-A-Chen, no tienes que pedir permiso... por favor... Tú eres tan puro como la brisa lunar... así te quiero...- entrelacé mi mano con la suya.- Yo creo que, no importa lo que hagas... siempre merecerás mi mano y mi voz en tu oscuridad...

Solo buscaba lo que tanto gusto me daba ver en A-Chen. Una sonrisa, por mínima que fuera, solo quería verlo sonreír una vez más. Él no se consideraba merecedor de mí por su impureza y yo no me consideraba merecedora de su sonrisa por mis tantas dudas hacia él. Pero, aún así, mi corazón me decía que no debía de dejarlo. Lo necesitaba a mi lado solo para existir. Ya no tenía vuelta atrás con eso.

.......

-Tú eres quien me hace sentir puro, quien, con tus palabras, me das vida y fuerza, ánimos para seguir caminando hacia adelante.- la abracé como llevaba esperando desde esta misma mañana, como la abrazaba en el momento en el que ella rechazó mi contacto.- Te quiero... Hasta que el mundo se acabe y no quede nada de nadie, te seguiré queriendo en ese momento en el que no haya nada que querer. Aunque no haya más luz en este mundo y la oscuridad se suma por todo rincón conocido, en ese instante mi corazón seguirá latiendo en silencio por ti.

Me levanté por fin, ya pasado ese dolor que solo se siente bajo la piel. Me sentía perdonado, e incluso de nuevo pude volver a dibujar una sonrisa al saber que ya no me temía.

-Guíame, sacerdotisa de la luz, una y otra vez hasta el camino, no solo con tu mano, sino con tu canto. Guíame hasta que no puedas caminar, pues cuando eso pase, serán mis brazos los que te sostengan. Porque la única manera en la que puedo ver la luz, es porque espantas las sombras que amenazan con llevarme.- recité con firmeza aquellas palabras, venidas de un escritor que había conocido tiempo atrás, palabras que según él describían la forma en la que se siente el verdadero amor, palabras que me recordaban a A-Guāng.

........

Sonrojada por sus palabras, suspiré sonriendo. Ver sonreír a A-Chen era lo que más reconfortaba mi corazón en todo el mundo.

-Zoujia.- dije mientras comenzaba a caminar de regreso.- Sería un insulto para una contadora de cuentos el no saber el nombre de los escritores más famosos y hasta de los menos.

Solté una pequeña risa, de seguro A-Chen no esperaba eso de mí, pero había leído muchos libros desde que era pequeña y Zoujia era uno de los que más me gustaba por su escritura tan hermosamente poética.

......

-Es mi escritor favorito, al menos cuando leía me calmaba esa forma tan elocuente, hermosa y dulce que tiene de escribir.- dije entrelazando mi mano firme pero suavemente con la de ella.- Me pregunto si seguirá estando bien, hace años que lo vi por primera y última vez.

Sonreí también pensando en el momento en el que le conocí, todo por un accidente en un bosque cercano a un pueblo. Aquel hombre joven y asustado, con tal talento para la expresión poética más hermosa...

-Tuve el placer de conocerle hace tiempo, si no recuerdo mal, esa estrofa la escribió para la única mujer a la que ha amado jamás. Lo último que supe de él es que se había casado con ella.

Mi alegría era más grande ya que cualquier otra cosa, saber que ella no volvería a soltar mi mano. Me hacía sentir eso mismo que Zoujia había descrito en esas hermosas estrofas de sus novelas.

.........

Mientras lo escuchaba hablar, regresamos al camino. Me quedé pensativa y en silencio unos segundos, luego sonreí y di un leve salto de alegría.

-A-Chen, si tanto te gustaba leer los libros de él, puedo comprar alguno en el próximo pueblo y leértelo mientras estemos descansando.- mis ojos tenían un brillo feliz al hablar.

Sin embargo, toda esa alegría y despreocupación se desvaneció por completo cuando vi a lo lejos la figura oscura de Beiguan. Recordé sus palabras y un reflejo de miedo me hizo apretar mi puño contra mi pecho y también la mano de A-Chen.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro