CAPÍTULO 19 - Parque de diversiones.

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GADREEL

Termino de hacerme los últimos exámenes, los cuales deducirán si el golpe afecto algo en mi cabeza y prevenir futuras lesiones, camino con la carpeta en la mano hacia el lugar donde me espera Jayden. Tomo asiento en una de las sillas y se acerca con implementos antisépticos para cambiar mis vendas. Me indica que la herida en la parte trasera esta sanando correctamente y ya no entre que usar la venda, solo un pequeño parche.

― ¿Cómo lo ha tomado tu familia? ― me pregunta, mientras hace un masaje fisioterapéutico para que mi hombro tenga la misma movilidad de antes.

― Mamá estuvo histérica por dos días, no me dejaba levantarme de la cama ― sonrió al evocar los recuerdos ― Gea me hizo varios dibujos muy coloridos con figuras y formas no identificables, los cuales pego por toda la habitación para que me ayudaran a recuperarme, no estoy seguro cuantas veces me canto la canción de la ranita sanadora. ― comienzo a cantarla cuando los movimientos bruscos que me hacen quejar.

― La mente de los niños es maravillosa, al igual que su imaginación, eso de creer que el trasero de una rana ayudara a recuperar las heridas, no creo que este comprobado científicamente ― dice mientras aplica una pomada mentolada que ayudara a la recuperación del hombro, aplicando un masaje más suave.

― No lo digas frente a Gea porque te sacaras las mil pruebas de que te recuperas con la canción de la ranita ― le advierto, imaginando una posible situación, si en algo es buena Gea Bakir es en dejar a las personas sin argumentos, y eso que solo tiene 5 años ― volviendo al tema, Gael obligo a mamá a hacerme gelatina todos los días, y me dio una clase sobre como el colágeno ayudaría a mis articulaciones.

― Es muy inteligente, será un gran doctor ― comenta, visualizo al pequeño sherk con una bata blanca y un estetoscopio colgando del cuello ― yo podría enseñarle lo básico desde ahora.

― Se lo diré, lo más probable es que acepte, es como una versión de ti miniatura y mejorada ― aprieta con fuerza en hombro haciéndome mezclar una risa con dolor ― no es justo que me lastimes por tu ego lastimado.

― Es parte del masaje ― se escusa pero sé que no es cierto. Al terminar el masaje venda mi hombro, para luego ayudarme a colocar el cabestrillo ― ¿Qué tal el evento de Renzo?

― No soy fan de los eventos del italiano pero este estuvo muy interesante ― mi mente viaja a ese sábado por la noche, la bailarina bajo del escenario siempre cautivando con sus sensuales movimientos para nada vulgares podría decirse que son artísticos, me centro en el presente al sentir la mirada expectante de Jayden ― Adhara se presentó y estuvo a escasos metros de mi posición, creo que ha sido lo más cerca que he estado de ella.

― Algo muy inusual ― coloca su típica expresión pensativa, cruzando los brazos sobre su pecho ― ¿bailo solo para ti?

― No precisamente, el italiano le pidió que bajara, y a mi parecer su influencia es bastante grande porque estoy seguro que fue la primera vez que lo hizo ― me mira sin comprender, levanto mi mano sana haciendo una seña ― bajar del escenario ― le explico y asiente.

― Conoces los alcances del italiano, no hay nada que pueda negársele, siempre consigue lo que quiere, ya sea por las buenas o malas ― asiento dándole la razón, muy pocas veces he trabajado con los Mancini, su trabajo es impecable, pero suelen ser todo un riesgo.

― ¿Cómo sigue Aiden? ― pregunto, levantándome del asiento.

― Esta mejor, su cuerpo no rechazo tu inyección y está mejorando rápidamente ― me pasa un frasco que contiene los mismos componentes que la inyección pero en un estado sólido. ― pronto podrá comenzar a caminar y tal vez en unas semanas se integre.

La inyección de reconstrucción de tejidos (RDT) es una fórmula que cree para sanar rápidamente de cualquier golpe, cortada, herida o perforación, lo hice basándome con estudios en el único órgano del cuerpo humano capaz de reconstruirse (El hígado) y en las células de algunos reptiles que poseen la misma capacidad.

― ¿Dónde se encuentra el ruso? ― no había tocado el tema hasta este momento a pesar de que es uno muy importante. Su expresión relaja cambia a una tensa y sé que no me dará buenas noticias ― no lo mataste ― me contesto, chasqueando la lengua y mientras asiento. ― no sé qué pretendes Jayden pero nos estas colocando en riesgo a todos.

― Lo tengo controlado ― su respuesta no me agrada, y mi expresión se lo hace notar.

― Más te vale, porque si alguien vuelve a salir lastimado en este estúpido juego que te tienes del gato y ratón, te aseguro que... ― corto la frase antes de terminarla, respiro hondo para tranquilizarme ― espero no te estés equivocando, y salgas victorioso del ridículo juego porque no pierdes tu solo, lo hacemos todos.

Salgo de la habitación haciendo ejercicios de respiración, el medico contratado por mamá, me sugirió mantener un reposo y evitar las emociones fuerte, que puedan afectar, ya que gracias al golpe sufrí daños muy leves que se repondrán poco a poco.

Salgo de la mansión de los Griffin, mi auto está estacionado diagonal a la entrada, al entrar al vehículo saco mi móvil, me las arreglo para enviar un mensaje con una sola mano, no poder utilizar ambas manos cuando estás acostumbrado a hacerlo suele ser todo un reto, uno que no me agrada mucho.

Una sonrisa se expande por mis mejillas al ver que la respuesta llego más rápido de lo que esperaba.

G: ¿Qué tal una segunda cita?

N: Aparecen los muertos y no es 2 de noviembre.

G: Solo di que me extrañaste. ;)

N: ¿A qué hora?

G: Ya no es tan difícil convencerte, señorita desagrado.

N: No hagas que me arrepienta, payaso.

G: A las 7 paso por ti.

Lanzo el teléfono al asiento del conductor, y coloco el auto en marcha.

Al cruzar la puerta principal de mi hogar, las tres personas que residen en él se encuentran de pie con los brazos cruzados sobre el pecho y con expresión aterradora, por el hecho que parecen copias, reflejando que claramente son parientes y porqué las caras de pocos amigos no es buena señal.

― ¿sucede algo? ― pregunto con cautela colgando las llaves en el llavero, camino lentamente hacia las escaleras.

― ¿A dónde crees que vas? ― la voz autoritaria me hace quedarme fijo en mi sitio ― desperdicie mi tiempo y el de la ranita sanadora para que tú en el mínimo descuido salgas a lastimarte ― la rubia da un paso al frente, con expresión amenazadora.

― El colágeno ayuda a mejorarte pero no hará efecto si no haces el debido reposo ― Gael frunce tanto su ceño que creo que sus cejas se han unido.

― Fui al médico ¿ok? ― levanto mis manos en señal de paz ― tenía que hacerme los chequeos para asegurar que el golpe no me haya afectado.

― No sales de esta casa hasta que yo diga ― levanta su pequeña manita para señalarme ― en esta casa hay reglas y deben respetarse.

― Gea, soy mayor de edad y también mayor que tú, no puedes ordenarme ― le recuerdo, levantando una de mis cejas.

― No estamos hablando de edades Gavin, reglas son reglas ― levanta su mentón segura de sí misma ― se ha dicho.

― ¿mamá? ― la miro para que intervenga, y mantiene la misma expresión. ― ¿no dirás nada? ― señalo a la pequeña y luego a mí.

― No lo hubiera dicho mejor ― encoje sus hombro, da media vuelta y se va a la cocina.

― ¿Gael? ― le pido que me socorra con la mirada.

― Estoy de acuerdo, iré a ver History Channel ― palmea el hombro de la pequeña y luego sube rápidamente las escaleras.

― Negociemos ― le ofrezco ― ¿Qué quieres a cambio de mi libertad?

― Sobornándome ― abre con incredulidad sus ojos ― creo que no saldrás en varias semanas ― palmea sus manos como si estuviera trabajando con polvo o harina. De verdad no creo que una niña de 5 años me esté castigando.

― ¿Un maratón de Barbie con palomitas, gomitas, Doritos y pizza? ― le ofrezco y la esperanza de salir esta noche se hace presente, pero se acaba rápidamente cuando niega con la cabeza.

― Con bonus de dejarme hacer la manicure y un maquillaje profesional más peinado ― le hago la cara del gato de Sherk, uniendo mis manos a la altura de mi pecho.

― Hecho ― celebro, levantando mi brazo sano, apretando un puño y atrayéndolo a mi pecho ― pero...

― Oh no, aquí van los peros ― me quejo.

― No puedes llegar en la madruga y créeme que me doy cuenta si lo haces ― lleva sus dedos a sus ojos para luego señalarme con los mismos, como advertencia, se da la vuelta, se tira en el sofá colocando su programa favorito en la tele.

Dios se apiade de nosotros cuando esta niña crezca, subo las escaleras entrando a mi habitación, tomo mi medicamento me deshago con dificultad de la ropa y me acuesto a tomar una siesta.
Termino de colócame perfume, reviso mi atuendo en el espejo completo, tomo la gorra negra que se encuentra en la esquina del mismo, me la coloco de forma invertida para que tape el parche, desconecto mi teléfono del cargador, miro la hora y lo guardo en el bolsillo de la chaqueta.

Al bajar la escalera mi familia se encuentra reunida viendo "la princesa y el sapo", al escuchar mis pasos voltean a mi dirección, mamá niega con su cabeza, Gael tiene expresión desaprobatoria, mientras que Gea mi ignora.

― Tu estas castigado, Vin ― me señala el pequeño.

― Tiene permiso de salir ― le contesta la rubia, mientras come una barra nutritiva.

― ¿tan rápido de dejaste convencer? ― la mira haciendo su típica expresión de estar en desacuerdo.

― Supo negociar ― se encoje los hombros, restando importancia.

― ¡No regreses tarde Gadreel, recuerda que debes tener reposo! ― me grita mamá cuando tomo las llaves del auto para salir.

― Entendido ― le hago un saludo militar y salgo de la casa.

Luego de diez minutos conduciendo me estaciono frente la casa de color salmón claro, con jardín extenso. Nayana se encuentra de brazos cruzados, no tiene buena cara, tal vez sea porque me quede dormido 15 minutos de más, gracias a los efectos del medicamento.

Acomodo el cabestrillo al igual que la gorra, bajo del auto pensando en cómo me disculpare por mi retraso, avanzo algunos pasos, levanto mi vista encontrándome con ese color café caótico que extrañe estas semanas, inconscientemente una sonrisa se extiende en mi rostro, como cada vez que la veo, su ceño se frunce como de costumbre y en pasos apresurados esta frente de mí.

― ¿Qué mierdas te paso? ― me mira de pies a cabeza, y se queda en mi rostro, el que tiene un leve moretón en el pómulo, la herida de mi boca esta cicatrizado.

― Me asaltaron ― mi respuesta es una mentira a medias, porque el ruso me ha robado un cargamento que contenía armas, mercancía y algunas de mis creaciones.

― ¿Qué te quitaron? Tu teléfono aun lo conservas ― señala con la mirada como se marca encima de la chaqueta, muy observadora la señorita desagrado.

― Un reloj de oro blanco ― digo lo primero que se me viene a la mente, por la expresión que hace parase que no me cree, suspiro antes de volver a hablar ― Estaba fuera de la cuidad atendiendo las empresas que me dejo mi padre, salí de un reunión con los socios, decidí caminar porque no conocía la cuidad, una pandilla de delincuentes me ataco en un callejón y bueno ― señalo mi rostro con mi brazo sano.

― ¿Cuántos fueron? ― pregunta desconfiada, típico de ella ― he escuchado de tus habilidades para defenderte.

― ¿ocho? Tal vez ¿diez? No recuerdo muy bien ― asiente, medio convencida.

― ¿nos vamos? ― señala el auto, no invente una excusa pero si varias mentiras, voy mal, muy mal.

Caminamos hacia el auto se detiene antes de tomar la perilla del auto y se gira verme, con expresión muy poco vista en su rosto, una sonrisa a medias.

― ¿Qué tal si conduzco yo? ― levanta su ceja manteniendo la sonrisa, ladeando su cabeza ― debe ser muy incómodo con eso ― señala el cabestrillo.

― No ― suelto una carcajada ― si es incómodo pero no dejare que conduzcas, sería un muy poco caballeroso de mi parte.

― Estamos en el siglo 21, Bakir ― bufa volteando sus ojos, para luego subir al auto.

Conduzco hacia el parque de diversiones, si, fue algo improvisado, no pensé que aceptaría tan rápido, me confié en que respondería dentro de tres días o más; Jayden se enojara por esto, pero no me importa en realidad, él ha estado haciendo lo que le da la gana, he atendido como se debe el negocio, me lo merezco.

― ¿parque de diversiones? ― pregunta al ver el gran letrero con bombillas adornando la entrada, asiento ― bien, tenía años sin venir a uno.

― ¿Qué sucede contigo? ― le pregunto con una sonrisa, su actitud no es de costumbre, está más relaja y agradable podría decirse ― no le haces honor a tu apodo.

― Llámalo un "ya no me desagradas Bakir" ― me mira de reojo sonriendo de lado ― además se acerca mi cumpleaños y eso me tiene de buen humor, ¿vamos? ya quiero entrar a la casa del horror ― su emoción es contagiosa, asiento saliendo del auto.

Caminamos por algunos puestos ambulantes, donde su mirada brilla por las cosas que mira, definitivamente es una Nayana diferente, un sujeto pasa con algodones de azúcar y voltea a mirarme con una sonrisa, conozco esa sonrisa es la que hace Gea cuando quiere algo, luego caminamos hasta la taquilla para comprar los boletos de las atracciones.

― Dios, había olvidado como sabia esto ― dice mientras come del algodón ― ¿quieres? ― asiento, levanto mi mano para jalar un pedazo pero me sorprende cuando lo hace por mí y me lo da como niño pequeño.

Luego de varios minutos haciendo fila, y ella mencionado las atracciones que subiríamos, los recuerdos que tenía cuando pequeña y su hermosa sonrisa apareciendo a cada nada, pude comprar la tira de tickets.

― La cena la brindo yo ¿ok? ― me señala caminado de espaldas ― y no me vengas con la ridiculez del caballerismo y ese blablablá ― voltea sus ojos, haciendo mofas.

No tengo más opción que aceptar así que solo me limito a asentir, comenzamos a gastar los tickets en los puestos en juegos de precisión, en los cuales pierdo mis intentos gracias a la inmovilidad de mi otro brazo.

― Es por mi brazo ― señalo el cabestrillo ― suelo tener buena puntería la mayoría de veces.

― Pasare por alto tus excusas y diré que te creo ― me golpea el hombro malo. Hago un gesto de dolor y el arrepentimiento adorna su rostro ― lo siento.

― Está bien, ¿Dónde gastaras estos tickets? ― se los enseño, me señala un sitio de derivar una figura con un arma de balas de goma ― ¿segura?

― Solo dime cual quieres y te lo consigo, Bakir ― sonríe con picardía, mientras camina al lugar.

Entrego los tickets que corresponden, le señalo el caballo de felpa color beige, el sujeto del puesto le dice que debe derribar tres naves extraterrestre en movimiento con 40 segundos para conseguirlo, asiente segura de sí misma, doy dos pasos hacia atrás para darle espacio, después de varios segundos deriva la primera, no pasaron ni siete cuando cae la segunda, mi asombro la hace reírse, se acomoda el cabello hacia un lado, me mira antes de colocarse en posición y derribar la última nave, el sujeto le entrega el peluche y me las arreglo para aplaudirla.

― Muy impresionante, Wood ― me extiende el peluche y lo acomodo para que quede sujeto en el cabestrillo.

― Quiero ir a las tasas locas.

Caminamos hacia la atracción, hacemos una pequeña fila para subirnos, algunas de las personas que bajan del aparato corren a los basureros para vomitar, lo cual me resulta repugnante, al llegar nuestro turno, entrego los tickets, subimos al aparato, Nayana me ayuda a colocarme los seguros, para luego sentarse junto a mí y aplicar el mismo procedimiento. El aparato comienza a dar vueltas lentamente, tomo su mano cuando la velocidad empieza a incrementar, cierro mis ojos cuando el mareo me toma, los gritos eufóricos de la chica me hace reír. La atracción se detiene, y las personas comienzan a bajar, la cabeza me comienza a dolerme pero lo paso por alto.

― Eso estuvo genial ― me dice cuando quita el seguro, asiento con una sonrisa.

Caminamos para salir del aparato, un chico que corre al basurero cercano me tumba la gorra sin querer, me agacho a recogerla, sintiendo un líquido bajar por mis fosas nasales y el olor a oxido se hace presente. La cara de pánico de Nayana me confirma que es lo que pensaba.

― Gadreel, estas sangrando ― da vuelta quitándole la servilleta del sándwich de una chica que pasaba, la sacude doblándola en un cuadrado y me la coloca debajo de la nariz.

― Eso no es higiénico ― le digo, mi voz sale distorsionada al estar tapándome la nariz.

― Me vale verga, es la opción más cercana que vi ― me lleva la cabeza hacia atrás sin dejar de presionar la servilleta.

Luego de varios minutos el sangrado paro, le explique sobre el golpe que es la razón del sangrado, me regaño por no haberle dicho antes y declaro nada de atracciones bruscas por esta noche.

― Creo que la casa del horror es una atracción a la podemos entrar ― sus ojos brillan y es una clara señal que quiere entrar.

La tomo de la mano para guiarla hasta ella, entrego el resto de los tickets al portero de esta y comenzamos a recorrerla, entramos por un largo pasillo cubierto de telarañas y calaveras falsas, un esqueleto salta de la pared y aprieta mi mano. Seguimos caminado por las diferentes salas, donde hay cadáveres de hule, escenas asquerosas, pero no me causan nada, he presenciado cosas peores, un sujeto aparece de la nada ganándose un golpe de la chica, me disculpo por ella y seguimos caminando, llegamos a un ascensor, lo abordamos y este comienza a subir, se detiene en el medio y hace un movimiento brusco, arrogando a Nayana hacia mi cuerpo, haciendo que caiga el peluche, la abrazo con cabestrillo, cuando las luces comienzan a parpadear.

― Esto no me gusta, antes no hacían esto ― se aferra a mí, levanta su vista tiene cabello tapándole el rostro, le aparto el cabello con mi mano y lo coloco detrás de su oreja.

― ¿Eres claustrofóbica? ― le pregunto en un susurro, niega con la cabeza, el ascensor se sacude de nuevo y comienza a asentir, haciendo que me ría.

― No es gracioso ― me golpea el pecho con su palma.

Miro el café de sus ojos y mi risa comienza de disminuir, coloco mi mano en su mejilla y la acaricio con mi pulgar, no aparta la mirada, al contrario la mantiene, entre abre su boca, anticipo lo que voy hacer y no se aleja.

Mi boca se une con la suya, moviéndose lentamente a un mismo compas, siento sus brazos rodear mi cintura, profundizando el beso, muevo mi mano hacia su cabello atrayéndola más hacia mí, sus besos podrían ser una droga de sumisión por la que cualquiera se doblegaría, para mí el ascensor y las luces parpadeantes desaparecen, mi cerebro solo se dedica a disfrutar el beso obligándome a no pensar en nada mas, nos separamos en busca de oxígeno. Me quedo esperando que se aparte y me diga que fue por el miedo del momento, pero en su mirada se ve un lio de emociones, se separa lentamente cuando las puertas del ascensor se abren.

No dice nada, y yo tampoco lo hago, solamente caminamos hacia la salida, buscamos un puesto de comida, se encarga de pedir la orden y vuelve con dos bolsas, comemos en silencio observando a las personas que caminan.

NAYANA

Luego de terminar de comer, Gadreel sugirió que era hora de irnos, nos encontramos en su auto, escuchando música conectada desde su teléfono, después de lo que sucedió en el ascensor, no hemos hablado mucho, no sé qué decir, lo que ocurrió no tengo palabras para describirlo, no se que me sucedió, pero sé que no fue igual a las anteriores veces.

― Tienes buen gusto musical Bakir ― le alago, tratando de cortar el ambiente incómodo.

― No solo en lo musical ― voltea a mirarme, el azul de sus ojos tienen el brillo que he estado notando toda la noche ― también me gustas tú.

― Ay no, no vengas con esas estupideces ― me rio, volteando mis ojos.

― Es cierto ― contesta con simpleza y suelto una carcajada.

― Otra vez con lo mismo, puedes dejar los chistes de payaso, ya que esto no es el circo ― me cruzo los brazos.

― No es chiste Nayana, lo digo en serio ― vuelve a mirarme con expresión seria.

― ¿Cómo sé que es cierto? Lo dices como si nada.

― Nunca he sido cerrado con mis sentimientos, siempre digo lo que siento, no me da miedo, ni vergüenza, lo que digo es con total sinceridad ― contesta y vuelve a dirigir su vista al frente.

― Pues ya veo, pero se me hace difícil creerlo ― lo mismo que sentí en el ascensor lo siento en este momento al escucharlo ― ¿Por qué yo?

― ¿y por qué tú no? ― devuelve la pregunta.

― De todas tus chicas me elegiste a mí ― la confusión se hace presente, mi memoria comienza a mostrar recuerdos y llego a una conclusión ― ya sé por qué.

― ¿si? ¿Por qué? ― pregunta con curiosidad y diversión en su voz.

― No caigo a tus pies, no me hacen tus encantos y eso me convierte en un reto para ti, ¿me equivoco? ― lo miro con una ceja alzada y el ríe.

― Que inteligente Wood, al principio si ― contesta riéndose y me volteo dando la espala a la puerta del auto para poder verlo mejor ― me cautivaste la primera vez que te vi, me trataste de la patada.

― Si lo recuerdo, al punto ― me estoy enojando.

― Lo mismo hiciste en nuestro segundo encuentro, te convertiste en un gran reto, me propuse que saldría contigo, pero poco a poco tu amargura, tu mal carácter, tus malos ojos, tu hermosa sonrisa, la forma por la cual te emocionas por pequeñas cosas, lo bien que sabes manejar situaciones difíciles, lo comprensiva que eres, a pesar de ser tan cruel con tus palabras eres un amor de persona, las cosas simples me hicieron entender que ya no eras un reto, eras algo más y entendí que me gustabas, ya no había vuelta atrás. ― me miro a los ojos mientras dijo todo, me sentí extraña, no creí escuchar eso jamás, su voz sonaba muy sincera.

― Fuerte declaración Bakir, no sé qué decir al respecto ― respondí, no pude sostener la mirada, mire al frente.

― No espero que digas nada, solo que me des una oportunidad.

No sabía que decir mi mente era un colapso, mis neuronas corrían de un lado a otro como locas, aun proceso sus palabras, ¿será cierto? ¿Qué dedo hacer?

― Antes de eso, debes conocerme bien, al igual que yo a ti ― agrega.

― Esto es muy apresurado ― le digo.

― Claro que lo es, pero la vida es muy corta y me encanta correr riesgos ― toma mi mano.

― Me gustan los riegos, pero no me meto con la muerte, paso ― le digo y suelta una carcajada.

― No es la muerte, estas exagerando.

― No exagero y para mí lo es ― muevo mi mano hacia mi pierna.

― Ya entiendo, le tienes miedo al amor.

― No le tengo miedo al amor, le temo a lo que las personas son capaces de hacer bajo sus influencias. ― voltea a mirarme ― las personas enamoradas son muy estúpidas, hacen cosas sin pensar, la mayoría de veces se sacrifican en vano, enamorarse es una autodestrucción.

― Que mala versión tienes del amor señorita desagrado, no te voy a negar que tienes razón pero es una de las autodestrucciones más hermosas que existe ― le miro con el ceño fruncido ― en ese proceso te sientes completo, te sientes feliz, y aceptas con gusto tu fin.

― ¡Es una locura! ― exclamo levantando mis manos ― es de locos pensar así.

― Sí, es uno de los tantos efectos del amor, una locura placentera.

― No me convences, la verdad no entiendo porque buscan depender emocionalmente de alguien.

― El amor es algo vital para el ser humano, nos trae paz, por eso cuando tenemos amor en nuestro corazón sentimos que no nos falta nada.

― No, yo siento que no me falta nada, me siento completa sin tener que estar enamorada, tus argumentos no son de fiar. ― niego con la cabeza.

― Si con palabras no puedo, te lo demostrare con hechos ― me asegura.

― ¿te has enamorado? ― le pregunto y él suspira.

― Si.

― ¿hace mucho? ¿Quién fue? ¿Por qué no están juntos? ― las preguntas salen antes de pueda detenerlas.

― Tan curiosa como siempre Wood ― se ríe ― sí, fue hace dos años, el resto aun lo asimilo, es un tema delicado ― contesta.

― Oh lo siento ― digo mientras me acomodo en el asiento.

― Tranquila. ― sonríe de boca cerrada sin apartar su vista del frente.

Ninguno hablo en el resto del camino, el ambiente volvió a ser incomodo, Gadreel parecía estar en otro lugar, solo miraba al frente mientras conducía, mientras que yo pensaba en sus palabras, aun no me creo su declaración, pero en mi mente ruedan las palabras del tema delicado y el beso del ascensor.

¿Qué le habrá pasado?

¿Sigue enamorado?

¿Por qué me interesa saber si lo está?

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HOLAAAAAAAAA 💖💖

¿PENSARON QUE NO ACTUALIZARIA NO? AQUI LES ESTOY CUMPLIENDO MIS PRECIOSOS.

UN CAPITULO MUY 😍😍, ME ENCANTA LA NUEVA ACTITUD DE NAYANA HACIA NUESTRO GRADEEL, ¿USTEDES QUE DICEN?

¿CUAL SERÁ LA HISTORIA DE LOS THOMPSON?

Este capitulo esta dedicado a mi mejor amiga chiqui_M2406 porqué hace poco estuvo de cumple y me recuerda que debo escribir cuando estoy full de tareas, Gracias mylov♡.

Espero les este gustando la historia, y aprovechen estos momentos rosas que son escasos 👀👀

Fotos de como estaban vestidos nuestros personajes.

No olviden darle una estrellita al capitulo y comenten sus opiniones, todas son bien recibidas.

Sin mas que decir, cuidense mucho, besitos💖💖💋

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