CAPÍTULO 9 - Naimer

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GADREEL

Nos preparábamos para salir, me avisaron que la mercancía que iba para el sur fue incautada por varios hombres, quieren jugar conmigo y mi negocio, pues los enseñare a jugar.

Acomodaba mi chaleco antibalas, tomaba y revisaba el armamento que utilizaría, ajustaba mi pañoleta, la mayoría del tiempo es negra, pero esta vez decidí cambiarla por una roja, Aiden y Jackson la usaran del mismo color, los dos se hacen pasar por mi muy seguido para confundir mi identidad.

Jayden muy poca veces lo hace, ya que se mantiene a cargo en la instalación cuando no estoy, él es mi mano derecha y en quien más confió, luego de Jackson.

– Este es el nuevo prototipo de Chaleco antibalas – me informa Jayden, entregándome el nuevo –  es más liviano y cómodo, ya paso su respectiva prueba, es 100% seguro.

– ¿Tienes información? –  pregunto mientras hago el cambio de chaleco.

– No sé quién lo hace, mis drones detectaron diez hombres escoltando la mercancía, ninguno lleva algo que identifique a que pertenecen, están bien equipados – contesta.

– Bien iremos veinte entonces, avisa a tres nuevos que nos acompañaran y que se equipen, los que más se destacan en el entrenamiento, hoy saldrán a jugar.

– ¿no crees que es muy pronto? No tienen ni tres semanas de entrenamiento –  cuestiona.

– No, deben saber cómo es un enfrentamiento real, en el gimnasio pelando con sus compañeros y disparando con balas de gomas no les enseña a temer por su vida, esto no es color rosa, Jayden – le miro serio y el solo asiente, me coloco mi chaqueta de cuero, camino saliendo de la pequeña habitación que tengo en este lugar.

– Bien, los buscare –  camina hacia el gimnasio.

Camine hacia el garaje, donde se encontraban el resto de los chicos que me acompañaran, busque a Aiden y Jackson con la mirada, se encontraban revisando las camionetas en las cuales saldremos, camine hacia ellos.

– ¿novedades? – pregunte.

– Ninguna, todo listo para salir –  contesta Jack, en el negocio conocido como Chassi.

– Bien, tres nuevos nos acompañaran, como los haz estado entrenando – miro a Aiden – estarán a tu mando, error que cometan, tu eres responsable.

– no quiero ser responsable de errores ajenos – se queja.

– Como yo no quiero seres inservibles trabajando para mí, ¿no te sientes seguro de tus alumnos? – lo miro serio mientras doy un paso adelante.

– No estaría seguro con ellos protegiéndome, son nuevos, no tienen experiencia – confiesa –  además no soy tú, eres más experto en el campo, tienes una forma de entrenar diferente, tú me entrenaste a mí, al igual que a la mayoría en esta sala. - me mira con las cejas unidas y su mirada es de pura preocupación.

– ¿no confías en tus alumnos? –  niega con la cabeza – entonces cometí un error al elegirte como entrenador – mi tono de voz es fuerte, lo miro con desaprobación y el baja la mirada – que no se te olvide que fuiste nuevo, que no sabías como tomar un arma, y que aun así te lleve al campo a las dos semanas, que no se te suba el puesto, porque rápido te bajo.

– Hermanos vamos a calmarnos, vamos a salir a un posible enfrentamiento y debemos estar bien entre nosotros, somos una familia – Habla Jack para calmar la situación.

– Estamos bien, solo es un pequeño consejo – los miro a ambos – los nuevos estarán a mi mando – camino hacia la salida.

Me dirigía hacia el área de tecnología para buscar los micrófonos y auriculares que nos mantendrán conectados con Jayden, al igual que con todo el grupo, encontrándome al susodicho en el camino.

– ¿Qué pasa? – pregunta de inmediato.

– ¿confías en tus alumnos?

– Claro, si no confió en ellos, no confió en mí mismo, al final aprenden lo que yo le enseño –   contesta de inmediato.

– Enséñale eso a tu hermano – le digo y me mira extrañado – los micrófonos y auriculares, vengo por ellos.

– Ya los llevaba – me entrega un estuche, lo abro mirando el contenido – los nuevos se estaban equipando, cuídalos no merecen morir en su primera salida – me pide.

– Si no son capaces de cuidarse solos y evitar morir, no debieron elegir este mundo – le contesto caminando de regreso al garaje.

– ¿Qué pasa? – vuelve a preguntar – haz estado muy serio, hablas como si no te importara nadie, tu mirada está más oscura de lo común.

– He sido muy compresivo con todos, se están confiando demasiado en mí y no en ellos mismos, eso me molesta muchísimo, siento que tengo una cuerda de inútiles que aplauden como focas cada estupidez que digo – expreso con frustración, detengo la caminata y le pregunto – ¿soy un mal jefe?

– No, no lo eres, ellos te admiran, mírate tienes 21 años y haz hecho tantas cosas en poco tiempo que hasta los más antiguos te temen, te respetan y siguen para ser como tú, estas mirando las cosas de un modo diferente – responde y me palmea el hombro – no dejes en la situación te agobie, lo haces excelente.

– Gracias, necesitaba escuchar esas palabras – digo con sinceridad – muy bien, es hora que Shaytan empiece la función.

– Los estaré vigilando desde mi zona – avisa y asiento, continuo la caminata hacia el estacionamiento.

Jayden se encarga de la tecnología y la creación o modificación del equipo, no sale al campo a menos que sea una situación extrema o se necesite cerca, nos ayuda desde el cielo con sus drones o ingresando a las cámaras de seguridad, además de ser el segundo al mando por ser el más inteligente y no alterarse fácilmente ante situaciones complicadas.

Llego al garaje me planto en el centro como señal de que se deben acercar porque daré instrucciones, pasan algunos segundos antes de que todos estén al mi alrededor esperando que hable.

– Estamos listos para salir, no sabemos a quienes nos enfrentamos, no ataquen si no los atacan, estén alerta del perímetro en cada momento, cualquier movimiento sospecho avisar de inmediato – procedo a entregar cada micrófono y auricular – su vida depende de ustedes mismos, actuaremos de acuerdo el plan, ¿Quién no se siente capacitado para salir hoy de este lugar?

Reparo mi mirada en los diecinueve hombres a mí alrededor, nadie dice nada.

– Bien, los chicos de Agramon a la tercera camioneta, los chicos de Chassi a la segunda, en la primera los que van conmigo, en la cuarta dos de cada grupo – se desplazan rápidamente siguiendo mis órdenes.

– Agramon, Chassi acérquense.

Jackson se acerca de inmediato mientras que Aiden parece dudar pero al final lo hace.

– Confió plenamente en ustedes, quiero regresar con todo mi personal completo – bajo la mirada – cuídense y los quiero mucho a pesar de todo.

– También te queremos, todo estará bien – dice Aiden – vamos, tenemos que encargarnos de esos imbéciles.

Abordamos las camionetas, salieron una detrás de otra en el orden que había dicho, mande a toda la gente del barrio a resguardarse en caso de un atentado, salimos de este, elevando la velocidad para llegar lo más pronto posible.

– Entraron a una bodega a fueras de la ciudad – habla Jayden a través del auricular – estoy ingresando las coordenadas a los GPS de las camionetas en diez minutos están ahí.

Al llegar nos bajamos a metros de la instalación para atacar de acuerdo al plan, Jackson fue con su grupo por la izquierda, Aiden por la derecha y yo iría por el medio.

Nos desplazamos adentrándonos al lugar, habían dos hombres en el portón con armas en las manos parecían conversar entre ellos, di la señal para que los dejaran inconsciente y poder pasar, la cual se cumplió con éxito, caminamos camuflándonos con los objetos que habían alrededor del edificio, la puerta principal no era vigilada por nadie lo me resulto sospechoso.

– Informe – pedí a través del micrófono.

– En posición. – contesto Jackson.
Pasaron algunos segundos, los cuales me parecieron eternos para que Aiden hablara.

– En posición.

– Nekir informe – le pedí a Jayden.

– Las puertas están despejadas, los hombres se encuentran adentro, están ubicados uno en cada pasillo, el resto se encuentra en una especie de oficina –  contesta –  segundo pasillo, luego a la derecha, tercer puerta, todos están armados.

– Muy bien, gracias – respondo –  procedan – mando al resto del grupo.

Avanzamos hacia la construcción, efectivamente no había nadie en las puertas, caminamos hacia los pasillos.

– Pasillo uno despejado – avisa Aiden.

– Pasillo tres despejado –  le sigue Jack.

Me encargo del sujeto que cuidaba el pasillo dejándolo inconsciente al asfixiarlo con mi brazo, lo coloco con cuidado en el piso, le quito el arma y reviso si tiene algo con que comunicarse o algo con que pueda identificar a quien pertenece, pero no encuentro nada que me sirva.

– Pasillo dos despejado, vengan hacia acá, entraremos – ordeno.

Llegaron en menos de tres minutos, Agramon y Chassi se acercaron de inmediato, mientras el resto del equipo resguardaba la zona.

– Esto está muy sospechoso Shay – habla Jackson (Chassi)

– Mucho, solo diez hombres se encargaron de desviar la mercancía, no hay vigilancia en las puertas, no están comunicados y no tienen identificación – digo mientras paso mi mano por la cabeza – esto significa dos cosas.

– Es un señuelo para un ataque o los encargados de transportarla nos traicionaron – termina Aiden (Agramon)

– Eso tendría mucho sentido –  apoya Jack.

– Nekir ¿sabes si eran los mismos conductores o los cambiaron? –  pregunto por el auricular.

– Según las cámaras de seguridad son los mismos, no han sido remplazados, no logro ver si van amenazados pero se ven tranquilos – contesta Jayden (Nekir)

– Esos malditos, si nos traicionaron me encargare de ellos – dice Agramon apretando el arma que tiene en la mano y el enojo es muy evidente en su voz.

– No creo que lo hayan hecho, están bien entrenados, juraron lealtad con su sangre – los defiende Chassi.

– Algo está pasando y no me gusta para nada – miro hacia el pasillo – Nekir dile a un grupo que se prepare por si necesitamos refuerzos.

– Entendido, jefe – contesta.

– Es hora de entrar, todo el mundo alerta no sabemos con qué nos encontraremos, prepárense para un posible ataque – avise a través del auricular esta vez para todos.

– Señor no nos explicaron muy bien que hacer en los ataques –  dice uno de los nuevos y volteo a mirar a Aiden quien encoje los hombros.

– No creas que te saldrás fácil de esta – le amenazo, dándole una mirada de pocos amigos –  Tranquilo, trata de que no te maten y ve siempre a la salida – le contesto.

Nos colocamos en posición de defensa para avanzar en grupo mientras caminábamos hacia donde se encontraban reunidos los sujetos, ninguna novedad, ningún ruido, me intrigaba cada vez más la situación, le pedí a los que cubrían las salidas que estuvieran muy pendiente de cualquier movimiento y estuviera todo listo por si nos toca salir rápido.

Estábamos a poco pasos de la puerta que nos indicó Jayden, alce mi puño en señal para que se detuvieran, levante dos dedos para Aiden y Jack sean los únicos que me sigan, Aiden se prepara para abrir la puerta mientras que Jack y mi persona nos encontramos de cada lado para entrar después de él. Gira la perilla empuja la puerta con brusquedad entra apuntando hacia todos lados, nosotros hacemos lo mismo.

– Debe ser una puta broma –  expresa Chassi, mientras bajamos las armas.

– Bienvenidos, treinta minutos con quince segundos tardaron en venir por su producto, no dejas de sorprenderme Shaytan – habla Frank desde un escritorio improvisado.

Frank Layers jefe de la ciudad del sur, es mi aliado, me encargo de mover su mercancía, suministrarle de la nuestra, aportarle armas y uno que otro trabajitos. Es un señor como de 50 - 60 años, es bajo de estatura, algo subido de peso, esta calvo de arriba pero aún conserva cabello alrededor, usa bigotes con las patillas largas, le gusta fumar tabacos habanos, y siempre viste de trajes muy elegantes.

– Pudimos haber hecho explotar este lugar o que llovieran balas – le dice Agramon con enojo.

– Pero no lo hicieron, ni lo harían, vinieron a buscar su producto no a eliminarlo –  responde mientras de la una calada a su habano.

– ¿A qué se debe esto? – pregunto mientras señalo a mi dos hombres con mordazas arrodillados en el suelo y a la mercancía – ¿también te atreverás a enfrentarme?

– No, no, no tendría con que, una vez más me demuestras que no soy rival para ti, hubiera tardado mínimo cuatro horas en darme cuenta que mi mercancía se desviaba – contesta mientras se levanta del escritorio.

– ¿entonces? – pregunto, luego le hago una seña a Jack para que avisé a los demás que no estamos en peligro.

– Me entere que estas en una posible guerra con Naimer, me refiero a posible ya que hasta los momentos no ha atacado, que Bis ha intentado meterse en tu territorio varias veces – camina por la sala moviendo hacia los lados el puro que lleva en la mano. – mi pregunta aquí es ¿esto afecta mi negocio?

– Si querías hablar sobre los negocios pudiste citarme no era necesario incautar mercancía que por cierto iba a tu territorio –  le reclamo con mirada seria, a Frank siempre le ha gustado bromear pero sabe muy bien que sus bromas no me gustan para nada.

– Me gusta verte en acción, eres digno de admirar, tú le das otro significado y forma de trabajar al negocio – dice sonriendo mientras vuelve a fumar.

– Muy bonitos los halagos pero nos hiciste desperdiciar tiempo, el cual estuviéramos utilizando en otra cosa más productiva – se queja Aiden.

– Nunca cambias Agramon, ¿Qué más productivo que hablar con amigo de negocios?, ¿estar en carreritas compradas? O ¿buscar una enfermedad sexual? – se burla, mientras que Aiden lo mira con odio.

– Lo que haga con mi vida no es de tu incumbencia, ¿la tuya no es tan entretenida para estar pendiente de la mía? – le contesta de la misma forma.

– No estamos aquí para hablar de que vida es mejor o peor que la otra – habla Jack – ¿Por qué tus hombres no estaban identificados?

– No hubieran venido si lo fuesen estado, sabrían que era yo y así no era divertido – responde encogiendo los hombros.

– Sabes muy bien que no me gustan tus jueguitos Frank – le recuerdo mirándole serio y él sonríe – con respecto a negocios nada cambiara, estén como estén las cosas las entregas se harán, la mercancía llegara a su destino.

– Música para mis oídos, me tenía algo preocupado ese tema –  camina hacia mí – pero confió en tu palabra, a la final eres el temido Shaytan – se afinca en mi apodo mientras palmea mi hombro.

– Si eso era lo que necesitabas saber, me retiro – con mi cabeza señalo a los hombres arrodillados, Aiden y Jackson se encargan de sacarlos – déjate de bromas Frank que no te gustaran las mías.

– ¿Es una amenaza? – pregunta riendo.

– Es una advertencia, hasta luego.

Salgo de la habitación, me dirijo a la salida donde está todo listo para volver a la instalación, abordo la camioneta por el lado del conductor ordenando al que lo ocupaba que fuera a otra camioneta, como no hay peligro Aiden y Jackson vienen conmigo, la pongo en marcha saliendo del terreno del edificio.

– Jayden envía las otras camionetas a la instalación, nosotros cambiaremos de rumbo – le informo por el micrófono, contesta con un "entendido".

– ¿A dónde vamos? – me pregunta Jack.

– Visitaremos a mi viejo amigo Naimer – contesto, cambiando de dirección hacia el norte del estado. Tenía pensado hacerlo después de la inauguración, pero hoy tenemos tiempo libre.

– Mierda, hoy no es un bonito día para morir – expresa Aiden fingiendo que llora. – hermano dile a mamá que la amo, a papá que yo no fui el que gasto quinientos mil dólares de su tarjeta y que también lo amo – le dice a Jayden por el micrófono.

– Te gastaste quinientos mil en un solo día, estas muerto, papá te va a suspender las cuentas –  responde su hermano.

– Estoy dando mis últimas palabras y tu vienes a recordarme lo que ya sé – bufa con molestia – además dije que no fui yo.

– Quinientos en un día ¿a qué hija de papi querías sorprender? – se burla Jackson – espero que haya valido la pena.

– Créeme lo valió cada segundo –   responde airoso con una gran sonrisa moviendo su cabeza arriba y abajo.

En los cuarenta minutos de camino Jayden estuvo dándole un sermón a Aiden sobre despilfarrar dinero en boberías, mientras Jack se burlaba, yo decidí apagar mi auricular no quería escuchar la conversación, venia pensando en las posibles situaciones que se darían.

A Naimer lo conozco desde hace tres años cuando tomo el poder de la cuidad del norte al morir su padre, hermano de mi antiguo jefe, es dos años mayor que yo, en aquel entonces era el jefe más joven del negocio, luego tome ese puesto, lo veía mucho en la instalación ya que su tío se encargaba de enseñarle la manera correcta de trabajar, nos enseñó a ambos como dirigir este negocio, nos hicimos amigos, teníamos problemas entre nuestros chicos pero nunca entre nosotros, desde la muerte de su tío nos alejamos, él no se la tomo de buena manera ya que por mi culpa ellos no están con nosotros, cosa que me taladra la conciencia todos los días.

– Gadreel – escucho que me llama Jack.

– Dime – le contesto.

– Aiden tiene rato hablándote y no le respondes – me dice con el ceño fruncido.

– ¿estabas pensando en lo que sucedió cierto? – pregunta Aiden con preocupación y bajo la mirada – hermano déjalos ir, no vuelvas a ese momento, avanza, lo estabas haciendo bien.

– Si lo sé, pero venir aquí me trae recuerdos – le digo, mientras me detengo frente al gran portón que asegura la instalación de Naimer. Mi mirada queda fija y me pierdo.

Tenía mi mano izquierda en el volante del auto, con mi otra mano sostenía la suya, tenía esa sonrisa radiante que la caracterizaba, una que era contagiosa con solo verla sonreír hacia que tú también lo hicieras, visitaríamos a Naimer, le encantaba pasar tiempo con él, con solo una mirada o un gesto se entendían mutuamente, a veces envidiaba eso, pero lo más importante para mí era su felicidad, miraba a través de la ventana el camino, solía contar los árboles que no fueran verdes hasta llegar al destino.

– Deja de mirarme así – voltea mostrándome su sonrisa.

No puedo hacerlo de otra forma – le digo.

Eres tan tierno – arruga su nariz y achina los ojos. Se me hace muy adorable ese gesto. Le sonrió como respuesta.

Tengo semanas sin ver a Naimer, ya lo extrañaba, gracias por traerme – agrega.

Para ti, todo – le contesto, llevando el dorso de su mano a mis labios, dándole un corto beso.

Un golpe en el brazo me trae de vuelta a la realidad, pestañeo varias veces, me paso las manos por el rostro y expulso aire bruscamente.

– Ya déjalo Gadreel, es pasado, murió, ya no está aquí, acéptalo –  su tono de voz es rudo, su expresión muestra molestia y preocupación. Jackson era el más comprensivo hasta ahora.

No voy a decir que no me lastimo porque si lo hizo, es algo que no puedo evitar simplemente pasa, recordándome lo que perdí, haciéndome daño, mi mente y conciencia son mis peores enemigas, me destruyen cada vez que flaqueo.

– Tenemos tres minutos parados aquí, los hombres de Naimer nos apuntan – avisa Aiden, me mira con lastima.

– Lo siento chicos – es lo único que logro decirles.

Bajo el vidrio polarizado, dejando ver mi rostro con la pañoleta aun puesta, Naimer conoce mi rostro, mejor dicho conoce todo de mí, en algún momento nos llegamos a llamar familia.

– Díganle a Naimer que Shaytan vino a verlo – pido al hombre que me apunta.

El hombre hablo a través de un walkie talkie, luego da una señal para que movieran el gran portón.

– Avance, que pase directo a su oficina – informo.

Hago lo que me dice, no es necesario ir armados por eso le pido a los chicos que las dejen, pero no vamos desprotegidos del todo, siempre llevo una navaja en el zapato derecho, al igual que ellos.

Caminamos por el laberinto que tiene de instalación, le ruego a mi cerebro que no proyecte recuerdos, camino rápido, sin mirar a ningún lado más que al frente.

– Bro, bájale a tu paso, nos traes casi que corriendo – pide Aiden agitado – sé que estas huyendo pero considéranos.

Camino un poco más lento, cruzamos hacia el pasillo de la oficina de Naimer, toco antes de entrar, se encuentra sentado en su escritorio de cristal.

– Te arriesgaste al venir a mi territorio – dice sin apartar la mirada de unos papeles – ¿Qué quieres Gadreel?

– Hablar sobre lo que sucedió en las carreras y pedir una disculpa en nombre de mis chicos –  contesto mientras me quito la pañoleta.

– No dejas de ser educado – ríe sin gracia, se levanta de su escritorio mirándome a los ojos. –  es algo que poco se ve en asesinos... – se afinca en su última palabra, aprieto mi mandíbula al igual que mis puños.

– No es necesario iniciar una guerra entre nosotros – decido pasar su comentario, relajo mis manos – podemos llegar a un acuerdo.

– ¿un acuerdo? – pregunta con sarcasmo – no fui yo quien dio de baja quince de tus hombres en territorio neutro, tienes el cinismo de pedir un acuerdo. –  rodea su escritorio quedando frente a mí.

– Tus hombres lo iniciaron, los míos solo se defendieron – le recuerdo y levanta su ceja, libero aire al darme cuenta que lo estoy empeorando – No quiero tener más problemas, fue un simple mal entendido.

– Tus problemas no me interesan, todo el mundo los tiene – se apoya en el escritorio, luego se cruza los brazos – un malentendido que le quito la vida a quince hombres.

– ¿Quieres que mueran más? –  pregunte serio con el ceño fruncido – no me gusta la idea pero tampoco se me dificulta.

– Ahora amenazas – ríe negando con un cabeza – no subestimes Bakir, no subestimes.

– Naimer, mantengamos las cosas en calma, a ninguno nos conviene una guerra – trato de hacerlo entender, él es un tipo testarudo.

– ¿sigues en las carreras? – le pregunta a Aiden cambiando el tema, este asiente en modo de respuesta – ¿tú todavía te encargas de ella? – se dirige a Jack.

– Si, ¿a qué quieres llegar? –  pregunta confundido, yo también lo estoy. Casquea con la lengua antes de hablar.

– Hagamos un trato – me dice y sonríe de lado.

– ¿Cuál sería ese trato? – lo miro intriga.

– Una carrera – se apoya en sus dos pies para luego caminar quedando entre Aiden y mi persona – la cosa es así, va ser una carrera de relevo, empezara con motos y terminara con autos, ustedes dos – nos señala – contra mí y uno de mis chicos.

Miro a los chicos quienes tienen caras serias y cejas unidas, Jack encoje sus hombros como respuesta a mi mirada.

– Bien, ¿Qué apostaríamos?

– Aquí entra en trato Shaytan, si ustedes ganan dejamos esto en tregua, nunca paso, pero si yo gano – sonríe con malicia antes de terminar – tendrás que esperar mi respuesta.

Pienso un poco antes de contestar, Aiden ha ganado la mayoría de carreras en las que compite, cuando yo lo hacía era el mejor, tengo tiempo sin pisar como es el acelerador, me interesa quedar en paz con Naimer.

– Acepto–  estiro mi mano para cerrar el trato, la estrecha dando un apretón fuerte sin borrar su sonrisa – tendremos una carrera limpia, sin trucos.

– No esperaba menos – camina de vuelta a su silla – la carrera será el próximo domingo, la paz por la guerra.

– Muy bien – asiento, camino hacia la puerta con los chicos siguiéndome.

– Aiden – lo llama y este voltea de inmediato – dile a tu hermano que no se meta en donde no lo llaman, por su bien.

Volteo mirándole confundido por su advertencia, hace un ademan con la mano como señal para que nos fuéramos, su mirada es fría y juguetona, mierda.

Naimer es muy peligroso, su tío siempre lo dijo, no es bueno provocarlo puede destruir todo su alrededor en segundos, podre ser mejor estratega, tener mejor equipo, personal entrenado, pero estamos entrenados por la misma persona, nuestros pensamientos pueden llegar a ser los mismo, y nunca se advierte en vano.

Volvimos a nuestra ciudad, caminaba por la instalación en busca de Jayden, me debe una explicación, no le he autorizado a nada con respecto a los del Norte. Lo encuentro en el laboratorio.

– Jayden – le llamo, mi voz sale más gruesa de lo normal.

– Gadreel – dice levantado la cara del microscopio – ¿Qué sucede?

– ¿Qué hiciste? – me acerco hasta donde se encuentra y me mira extrañado – Naimer te envió una advertencia.

– ¿Qué? Pero si... – cierra sus ojos recordando algo. – diablos.

– Entonces – coloco mis manos sobre la mesa.

– Entre a sus cámaras de seguridad, quería ver si se preparaban para atacar – se quita los guantes de látex y los tira con fuerza sobre la mesa –  pensé que había borrado mi rastro pero recordé que me falto una ecuación.

– ¿Se podría saber quién te autorizo en meterte en el sistema enemigo?

– Ahgg – se pasa las manos por la cara – yo mismo, era algo sencillo sin riesgos, no habría de que preocuparse – empieza a soltar palabras en diferentes idiomas.

– En español, por favor – le pido serio, cierra sus ojos y toma aire.

– Disculpa, debí pedir tu consentimiento no volverá a ocurrir – acepta su error, sus codos están apoyados sobre la mesa y con sus manos sostiene su cabeza. – ¿nos metí en problemas?

Jayden no le gusta equivocarse, para él todo debe ser perfecto o no se hace, en estos momentos debe estar debatiéndose si estar relajado o romper todo, suele estar tranquilo la mayoría del tiempo pero no te gustaría verlo enojado o en un ataque de ira.

– Por suerte no fue así – me acerco a él, paso mi brazo por su hombro – vamos debemos repasar el plan para la inauguración.

Caminamos hacia la sala audiovisual, Aiden y Jackson ya se encuentran ahí, al entrar nos encontramos con los planos proyectados por toda la sala, los chicos están concentrados en la imagen, rodeamos la mesa quedando frente a ellos, hablamos de técnicas de camuflaje, huida y sobre posibles situaciones.

– Aiden y mi persona, iremos infiltrados entre la multitud, nuestro padre ha sido invitado, debemos asistir con el –  informa Jayden.

– Me parece perfecto, podrían identificar a la víctima y seguirla de cerca – apruebo, moviendo el holograma que se refleja en la sala con los planos del nuevo edificio.

– Jack te encargaras de la parte eléctrica, a las doce en punto, fuera luces y caramas de seguridad – le digo, asiente como respuesta – me encargare de entrar con los chicos, infiltrarnos rápidamente, sacar a la víctima y desaparecer sin ser vistos.

– Muy bien, iré a preparar el equipo tecnológico y las ondas magnéticas que paralizaran el sistema de seguridad – avisa Jayden para luego salir.

– Me encargare de probar el armamento y el equipo de seguridad – Aiden sigue a su hermano.

– Bueno, yo iré a seleccionar el personal y darle el respectivo entrenamiento – tomo mis cosas para salir – ¿vienes? – le pregunto a Jack.

– No, no, me quedare estudiando el circuito eléctrico, y los planos.

Contesto con un simple "ok" saliendo de la habitación, camino hacia el sótano donde se encuentra la mayoría de mis chicos, también hay chicas pero trabajan con Jayden, pocas salen al campo. Doy las órdenes, elijo a quienes nos acompañaran, les explico el plan, entrenamos un poco, repasamos muchas veces, hasta que los siento agotados, antes de soltarlos le hago una última pregunta.

– ¿Quién es la victima?

– Rubia, ojos azules, contextura delgada – nombran las características en unísono – lleva por nombre Lauren Buckley.

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