OO7

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

En su sociedad, los hibridos de lobos –ellos– dominan en mundo como una raza toda poderosa, llevan la sangre de lobos salvajes pero se ven como simples cuerpos frágiles de piel blanda, incapaces de actuar con salvajismo. Sin embargo, eso es lo que son: Lobos, animales. Y como tales, sienten la necesidad de probar carne fresca al menos una vez en su vida, impulsados por un hambre feroz de sangre. Pasan años encerrados en escuelas donde te enseñan a controlarte, a no dañar a nadie por ser un Alfa o a comer carne humana.

Sus deseos son reprimidos. Son controlados, el gobierno no permite el carnivalismo de ninguna manera, pero aún así... hay cada vez más casos. Al parecer, Acendrado cubre estos para no ser objeto de vista del estado.

O era lo que pensaba NamJoon, el moreno le enseñaba a Hoseok en su cuarto, una noche, lo que había recolectado durante algún tiempo. Estaba despeinado, con su ropa negra para salir, y las hojas pegadas a la pared. Kim era, según todos, el genio de los genios en Acendrado, estaba ahí dentro desde sus diez años y era hijo del Vicepresidente. Quien jamás le enviaba cartas a su único hijo hombre.

―No creo que ellos hagan eso, nuestros padres lo sabrían...

―¡¿Bromeas?! ¡Es obvio que les lavan la cabeza!―exclamó, tomando los hombros de su mejor amigo― Hoseok, estamos a punto de dar el paso más grande. Necesito... no, necesitamos saber la verdad de este infierno. He visto como se los llevaban, he visto a Alfas llegar de ahí, sin conciencia y con sólo un instinto primitivo digno de las épocas oscuras de nuestra sociedad, ¡Estamos en la cúspide!

Jung suspiro, levantándose del sofá, se separó del Kim y asintió. Las ojeras del chico eran grandes, al igual que su gran descuido en la apariencia en esos últimos años. Se sentía mal por él, desde lo de su hermana... NamJoon había dejado de ser él mismo hace tiempo, buscaba pruebas, él ya no dormía, no era consciente de sus actos, quería saber la verdad tras el asesinato de su hermana mayor Omega. Temia por MinHee, ella podía ser incluso peor ante la desaparición de JiMin.

El pelinegro observó a su amigo nuevamente, tiraba de su cabello mientras pensaba con intensidad.

―Joon...― tocó su hombro, colocándose de cunclillas en el suelo a su lado.

―Ella no merecería eso, ninguno de ellos. ―jadeo, sintiendo las lágrimas aproximarse.

―Sabemos que no, pero pudo haber sido un error, sabes que...

―Si ese día no me hubieran prohibido verla, estoy seguro de que ella y él aún seguirían con vida. Ninguno tenía la culpa, él estaba siendo controlado, lo sé.

―JaeIn no era estable.

―¡Era mi amigo! Él la amaba, sabía lo importante que era para mi, jamás la mataría. ¡Fueron ellos! ―se separó, golpeando la pared a su costado con su puño cerrado.

Un brillo rojo destello de entre sus ojos mientras sus colmillos picaban. Suspiró, inhalando y exhalando para mantener la compostura. Era imposible no querer llorar ante el recuerdo de su hermana mayor, una dulce Omega de dieciséis años, él la amaba, vio su cuerpo con marcas y luego a su amigo a su lado, llorando a punto de morir con un tiro en su pecho. Vio los ojos de JaeIn, quiso odiarlo, a ambos, pero no había que señalarlos a ellos, o al Alfa quien con sus últimas palabras se disculpó: «Lo siento Joonie, Hyung ya no podrá jugar...»

Debido a que era un niño solo en esa Academia, él solía distraerlo y pasar tiempo juntos, con el tiempo conoció a su hermana mayor. Ambos se quisieron mucho, NamJoon lo sabía. Pero el bosque era un lugar oscuro, allí podías encontrar a lobos salvaje esperando su turno para asercharte, casarte, y deborarte. Te convertirias en su presa favorita si tu sabor es bueno.

Lo que a NamJoon más le dolió fue ver el ataúd de su hermana ser llevado, una limusina salía de las enormes puertas de la institución. Todos estaban ahí, viendo como se la llevaban. Deseó poder gritar y rogar tiempo, pero ella ya no estaba, y él mismo seguia ahí, sin hacer nada. Gimio, sintiendo los brazos de su mejor amigo rodearlo en un cálido abrazo que agradeció.

―Podemos seguir adelante.

―No puedo simplemente olvidarla como todos.

―Lucharemos por ella, por JiMin, y por nuestros amigos.

Sus ojos conectaron con los del otro Alfa, haciendo que este sonría, perdido entre su tristeza. La vida había comenzado a dejar de tener sentido para NamJoon, muy dentro suyo quería ayudar a los demás para que no experimentarán lo mismo que él. La importencia de ver a lo que más quieres frente a ti, sin poder decirle cuanto la quería, o si quiera abrazarla.

Podía hacerlo, por JiHyo y JaeIn.

( ... )

Sus respiraciones eran tranquilas, tratando de ser regulares en esa fría noche, no había ni un más mínimo ruido. Los Alfas estaban detrás de los árboles, esperando a las Omegas. Su plan había sido hecho por NamJoon, y según él, era pan comido. Tomó una pequeña piedras y la arrojó al árbol frente suyo provocando un leve ruido y un regaño del Jung.

―No sabemos si los Instructores están por aquí. ―mencionó, observando a sus costados.

―Deben estar en su área, experimentando con ellos...

―Das miedo cada vez que hablas así, detente.―golpeó su hombro, estremeciendose.

Cuando NamJoon iba a volver a hablar, un peculiar aroma inundó sus fosas nasales, cerró sus ojos, diferenciando los tres diferentes olores. Vainilla, menta, y frutilla. Sus mejillas se sonrojaron y al instante se levanto, sacudiendo la parte trasera de su pantalón negro. Hoseok lo imitó, esperando a la llegada del trio. 

Fue entonces que una luz los alumbró, MinHee suspiró, tomada de la mano con Yi Xan temblorosa, como era usual en ella. Al ver a la tercera, con su peculiar aroma, el lobo de Joon se alteró con solo verla. Retrocedió, sintiéndose tímido.

―Hola chicos.―avanzó a ellos, con sus dos amigas atrás.

―Gracias por venir, Joonie.―MinHee sabía lo difícil que era para NamJoon hacerlo, había escuchado de lo... mal mentalmente que se sentía hace años el pobre chico.

―N-No es nada.―negó― Estoy dispuesto a ayudar en esto. Quiero saber que sucede con los Alfas que se llevan frente a nuestras narices.

―Nada bueno, de eso estoy segura ―dijo la castaña, cruzada de brazos― esos malditos deben...

―No quiero oírlo.―la detuvo Hoseok, con su mirada en el suelo― Por favor, sólo sigamos con el plan.

―¿Preparaste uno?

―Sí ―respondió el moreno, evitando la mirada de SoYoung―. Es muy simple, sólo deberiamos atravesar las vallas del bosque para llegar a ellos, como cuando hay un acto especial y debemos ir allí. Usualmente nos dejan ir por un atajo que hicieron ellos sin la necesidad de pasar por el bosque, pero eso tendría que ir con llave, y no tenemos una. En cambio, si vamos por el bosque llegaremos más fácilmente, sólo tenemos que atravesarlo. Ya luego ahí hay que entrar al edificio...

―Lo haces sonar fácil. ―murmuró la china― Nos llevará toda una noche si quiera entrar al edificio. ¿Y luego volver? Será mucho tiempo.

―Tranquila, puedes...

―No podemos transformarnos.―negó MinHee, sabiendo a lo que se refería― ¿Tu si puedes?

―Lo hice una vez, a los Alfas no nos dejan transformarnos aquí dentro. Pero no es algo que me emocione hacer.

―A nadie le gusta transformarse. —acotó Hoseok― Sentir tu consciencia irse y tus huesos cambiar, tus garras picar y tu olfato sentir hasta la más mínima presa. Es algo de lo que no podemos permitirnos.

―¿Quien sabe? Algún día... eso podría cambiar.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro