XXVII

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✧「 Capítulo veintisiete 」✧


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—¿DICES QUE ERAMOS MEJORES AMIGOS EN LA ESCUELA? —preguntó Barry, sentado frente al mesón de la cocina con un celular en manos.

—Sip —respondió Adds mientras dejaba el molde de pizza dentro del horno.

—¿Por qué nunca me diste consejos de moda? —Barry arrugó su nariz disgustado mientras veía la fotos de su versión adolescente.

—¡Lo hice! —aseguró en su defensa la rubia.

—Sí... no me parece mucho —murmuró con duda mientras le enseñaba una foto.

   Su versión joven portaba unos jeans negros y una camiseta blanca con estampados, mientras que su cabello estaba completamente desordenado al icónico estilo emo de los 2000'.

—Bueno, me parece que te veías tierno.

—¡Te estás burlando de mi otra vez! —se quejó Barry.

—Claro que no cariño —rió Adds—. Hablo en serio, pero si ahora no te gusta como lucías antes no es mi culpa, yo intente ayudarte —alzó sus manos en defensa.

—Sí, claro.

   Adds arrugó su nariz con falso resentimiento.

—Me has tratado de mala persona, novia y prometida muchas veces hoy, Bart. Estoy comenzando a dudar si debo casarme contigo o no.

   Los ojos del castaño se abrieron a tope en arrepentimiento, y seguidamente comenzó a agitar la cabeza de un lado a otro.

—No, yo... no quise... —la estruendosa risa de Adds le interrumpió, mientras veía cómo reía y le daba la vuelta al mesón para quedar frente a él.

—Estoy bromeando, cariño —aclaró entre risas Adds mientras se colgaba del cuello de Barry.

El alivio se propagó por su sistema, por un segundo pensó que la rubia hablaba seriamente. Suerte que no era así.

Sus brazos rodearon el cuerpo de Adds y apoyo su mentón suavemente sobre la cabeza de su pareja. Se sentía tan cálido cada toque que obtenía por parte de ella. Se sentía complementario. Se sentía simplemente correcto.

Segundos más tarde, Adds hizo un movimiento, intentando separarse de Barry, pero él se lo impidió al retener con sus manos su cintura.

—Bart...

—Solo unos segundos más, ¿Sí? —pidió.

Adds solo sonrió a pesar de que él no pudiera verle.

—Bien.

—Hueles bien —comentó Barry tras unos segundos.

—¿Sí?

—Hueles a manzanilla, me gusta la manzanilla —murmuró.

—Si, lo sé —sonrió. No era la primera vez que Barry le comentaba aquello.

   Los minutos pasaban y ambos permanecían en la misma posición. Ninguno parecía dispuesto a romper aquel gesto que encajaba tan bien, como si de una pieza de algún puzzle se tratara. Hasta que el pitido del horno sonó y Adds se separó para ir por la comida.

   Sacó la bandeja con pizza y la dejó sobre la encimera para cortar la masa en trozos.

—Entonces, ¿Eres vegetariana?

—Sí.

—¿Y yo no?

—Exacto.

—¿Cómo es qué convivimos así? —le observó confundido.

—No es realmente un impedimento —se encogió de hombros—. Normalmente si debes o quieres comer algo de carne, tú lo preparas. Y más que todo sueles hacerlo por la dieta estricta que llevas.

—¿Llevo una dieta estricta?

—Debes consumir ciertas calorías al día, ya que tu velocidad consume muchas de tus energías —explicó.

—Oh.

Adds sonrió enternecida al ver su expresión.

— ϟ —

YA SE ENCONTRABAN EN LA CORTE, Y EL TURNO DE BARRY para testificar ya casi llegaba. Pero Cisco y Julian aún no hacían presencia y se suponía que buscarían una solución para el actual problema de Barry.

—No estés nervioso, lo harás bien —intentó calmarle Adds.

—No recuerdo nada —murmuró frustrado—. Es casi imposible que logre algo.

—¡Oye! No seas pesimista —le regañó—. Debes tener confianza en que todo irá acorde al plan.

En ese momento Julian y Cisco se adentraron en la sala de la corte, y no tardaron en llegar a su lado y tomar asiento, mientras Cecile se acercaba a ellos.

—¿Estás listo para testificar? —inquirió la fiscal.

—No, no estoy listo —negó Barry, pasando sus manos sudorosas por su pantalón.

—Sí, lo está —le interrumpió Julian—. Solo necesita un minuto.

—Demasiado tarde. Le toca.

—Toma. Solo ponte estos —Cisco le tendió un par de lentes.

—¿Qué? ¿Uso lentes? —preguntó confundido Barry, mientras miraba por un segundo a Adds.

—Ahora los usas —le respondió Cisco—. Solo póntelos y estarás bien.

—Pero que no se mojen —advirtió Julian.

—¿Qué...?

—Lo harás bien —le aseguró Adds—. Solo confía en ti.

Barry suspiró, y rápidamente dejó un beso sobre la frente de Adds para luego ponerse de pie escuchando cómo era llamado a testificar.

Tomó asiento, y la ronda de preguntas comenzó. Todo iba avanzando bien, y luego solo había mejorado, Barry estaba haciendo un excelente trabajo, hasta que los lentes se mojaron y todo se fue a la mierda.

Adds cubrió su rostro con sus manos por un segundo en señal de frustración.

Y solo fueron segundos para que el juez declarara al acusado en libertad, desechando el caso.

—Ahora Heat Monger saldrá libre por mi culpa y me siento fatal —murmuró Barry mientras entraban al departamento.

—Esto no es tu culpa Barry —negó Adds.

—Sí, lo es. Yo perdí la memoria y arruiné todo.

—Pero tu pérdida de memoria no es tu culpa —negó nuevamente.

Es mía... pensó.

—Un maleante está suelto por las calles y no puedo hacer nada —se quejó.

Adds sonrió ligeramente. Barry Allen, desde siempre batallando contra la injusticia.

—Lo atraparemos, ¿Sí? —posó una de sus manos en el hombro de Barry, intentando reconfortarle—. Solo ya no le des tantas vueltas.

—Lo intentaré.

Adds se deshizo de su chaqueta para así comenzar a caminar hacia la sala de estar.

—¿Quieres ver una película? —inquirió.

—Claro, pero primero quiero deshacerme de esto —jaló de su saco, incómodo.

—Claro, ya sabes dónde está la habitación —indicó las escaleras.

   Adds lo vió correr a velocidad humana hasta las escaleras, dónde al subir casi cae por ellas, cosa que le causó gracia, porque Barry al momento gritó un « ¡Estoy bien! »

Tan solo unos minutos más tarde, lo vió nuevamente bajando las escaleras con una sonrisa más cómoda.

—Tu velocidad hubiera sido muy práctica para hacerte un cambio de ropa —le comentó con una sonrisa.

—Supongo que sí —acordó asintiendo.

   Las manos de Barry pasaron por las piernas de Adds y las dejó sobre las de él. Ella ni siquiera prestó atención a ello, por lo que supuso que aquel gesto se trataba de algo normal en su día a día.

—¿Qué quieres ver? —preguntó Adds mientras iba cambiando la variedad de películas que mostraba la famosa aplicación de streaming, Netflix.

   Sin embargo, Barry estaba muy concentrado observándola detalle a detalle como para llegar a reparar en la pregunta que Adds le había hecho.

—¿Barry? —llamó Adds mirándole extrañada—. ¿Por qué me miras así? —sonrió divertida.

  Saliendo mínimamente de su trance, Barry se acercó lentamente, dejando sus rostros separados solo por centímetros casi imperceptibles. Inevitablemente la respiración de Adds se volvió más lenta y profunda.

—¿Barry? —murmuró.

Su mirada inevitablemente bajó, observando con rápido detenimiento los labios del castaño, viendo cómo estos comenzaban a formar una sonrisa. Y sin más Barry terminó de acortar la distancia.

   Cada movimiento era suave... lento. Adds posó una de sus manos sobre la mejilla de Barry e intensificó poco a poco el beso. Pero al igual que la vez anterior Barry se apartó de golpe.

La mano del velocista que con anterioridad se encontraba apoyada en el sofá, atravesó el material, pasando en fases.

—Adds... —murmuró preocupado Barry.

—¡Saca la mano de ahí! ¡Rápido! ¡Antes de que quede atrapada! —rápidamente se puso de pie.

Barry hizo lo indicado, con el corazón latiéndole a mil. No sabía si aquello era debido a la velocidad que irradiaba su cuerpo o simplemente por el hecho de que estaba asustado. Tal vez ambas.

—Maldición, no voy a volver a besarte —lo apuntó—. ¿Cómo demonios controlabas esto en otros momentos? —cuestionó a la nada.

—Bueno, no lo...

—Sé que no lo recuerdas —le cortó mientras se ponía sus zapatillas—. No he olvidado que no recuerdas nada —suspiró—. Andando velocista.

—¿A dónde? —preguntó siguiéndole mientras de paso tomaban sus chaquetas.

—A los laboratorios a ver si ya hay alguna forma de que recuperes la memoria, o a buscar una forma de hacerlo.

Barry asintió y sin preguntarle a la rubia, tomó su mano, mientras sus dedos se aferraban a los de ella.

— ϟ —

—¡ESTOS PODERES SON ASOMBROSOS! —chilló emocionado Barry.

   Había descubierto a la velocidad a la que podía correr, ya que Adds le permitió llevar de ambos hasta los laboratorios. Eso sí, tardaron un poco más de lo usual al Barry aún no recordar las calles ni direcciones.

—Sí que lo son —asintió Adds con una sonrisa.

   Más atrás de ellos venían Carol, Diana y la pequeña Adara quien venía a un lado de Ethan. Carol y Diana observaban con una sonrisa a la pareja de meta-humanos, quienes caminaban a paso normal tomados de la manos, mientras Barry hablaba de cómo se sentía con sus poderes y Adds le escuchaba atentamente con una sonrisa y asentía cada tanto. Se veían tan tranquilos, y Barry lucía tan libre de aquel peso que solía cargar sobre si mismo. Lo que darían por verlos así siempre.

   Tardaron solo unos segundos más en entrar al cortex en donde Joe se encontraba apuntando con su arma a Killer Frost.

—Tu disparas, yo disparo —le hizo saber Frost.

—¿Qué hace ella aquí? —cuestionó Carol poniéndose frente Adara.

—Ayudar —respondió Cisco.

—¿Con qué? —preguntó Ethan.

—Con el hecho de que perdí mis poderes —les comentó Wally.

   Adds suspiró al ver las facciones de todos. Claramente no todos estaban de acuerdo con la repentina presencia de Frost, y ella podía notarlo en los gestos de sus amigos.

—¿Es una supervillana? —preguntó Barry en voz baja.

   Sin embargo al sentir como Frost alzaba una ceja y le miraba interrogante, enderezó su postura.

—¿Eres una supervillana? —inquirió directamente.

—Barry, nos das un minuto por favor —pidió finalmente Adds.

—Claro —aceptó.

—Adara, ve con Barry —le indicó Diana.

   La menor asintió y rápidamente se colgó de la mano de Barry, quien le observó momentáneamente confundido pero de todas forma caminó fuera del cortex con la pequeña a un lado.

—¿Cómo ocurrió esto? —inquirió Joe.

—Eliminaron los recuerdos de Barry —les recordó Killer Frost—. Lo que Barry recuerda, Savitar recuerda.

—Entonces Savitar también perdió sus recuerdos —dió por hecho Julian.

—Y si Savitar olvida todo entonces no recuerda haberle dado sus poderes a Wally —comentó Ethan.

—Causa y efecto —señaló Frost—. Pero si me dejan ayudar a recuperar los recuerdos de Barry todo será igual que antes.

—Kid Flash correrá de nuevo —murmuró Cisco.

—Savitar sobrevive —siguió Diana.

—Y Adds muere —completaron Carol e Ethan al mismo tiempo.

—La vida tiene decisiones duras —se encogió de hombros Killer Frost, sin interés aparente.

—Solo quiero saber una cosa —pronunció finalmente Adds acercándose unos pasos a la versión villana de su mejor amiga—. ¿Qué ganas tu al Savitar recuperar la memoria?

—Eso es asunto mío.

   Adds asintió poco conforme.

—¿Crees qué Barry puede volver a ser Flash? —preguntó Frost de la nada, con curiosidad.

—Claro que puede. Si lo hizo una vez podrá hacerlo una segunda —respondió Adds sin dudarlo—. Pero está en su derecho a recuperar sus recuerdos, porque eso son, suyos, y lo vuelve su decisión.

Todos guardaron silencio. Pensando respecto a ello. Para algunos no parecía tan mala idea el permitir que las cosas siguieran de la forma en que se encontraban. Y es que Adds lo había dicho, Barry era capaz de volver a convertirse en Flash, sin embargo aquella capacidad no significaba que fuera justo el no permitirle volver a recuperar quien era.

—Adds... —intentó detenerle Carol.

—No mamá —negó—. Es su elección y por más que ame ver que no lleva esa carga del mundo sobre sus hombros, estaría siendo egoísta de mí parte no darle esta decisión porque se trata de él. No de mí.

— ϟ —

   BARRY SE ENCONTRABA EN UNA DE LAS habitaciones de S.T.A.R Labs. Claramente él no recordaba haber estado ahí antes, ni mucho menos recordaba como llegar ahí, pero la pequeña que se había presentado como Adara, le había guiado.

—¿Entonces qué somos? —preguntó Barry curioso.

—¿Cuando recuperes la memoria no recordaras nada de esto? —inquirió Adara, tímidamente.

—Creo que no —respondió Barry, encogiéndose de hombro.

—Bueno, se supone que solo eres el novio de Adds —murmuró en voz baja—. Pero yo te veo como un... padre —murmuró apenada.

—¿En serio? —inquirió Barry, sintiendo cada extremo de sus labios tirar hacia arriba.

Al ver a la pequeña asentir con la mejillas encendidas en rojo, sintió su corazón derretirse. ¿Así se sentiría el amor paterno? La verdad no tenía idea, pero estaba seguro de que en sus sentidos completos, adoraba a esa pequeña con su vida.

Un toque en el marco de la puerta llamó la atención de ambos y al observar en aquella dirección se encontraron a Adds recargada en la entrada de la habitación, observándoles con una suave sonrisa.

—Hey, ¿Que hacen? —cuestionó adentrándose en la habitación.

—Mira, armé un puzzle —enseñó emocionada Adara, mientras Adds tomaba asiento a su lado.

—Eso es genial, cariño. Lo has hecho muy bien —le felicitó antes de dejar un beso en su frente.

—Lo he hecho sola. Barry es muy malo haciendo estas cosas —aseguró la menor.

—¡Oye!

Adds sonrió divertida.

—¿Por qué no se lo vas a enseñar a los demás?

—Claro —asintió emocionada.

—Ve con cuidado. Y recuerda, si lo necesitas... —señaló el collar en el cuello de la menor.

—Si lo necesito abro una brecha al lugar seguro —completó Adara.

Adds asintió sonriéndole y le volvió a incitar a que fuera a enseñarle el puzzle a los demás. En cuanto la vió salir, se dejó caer de espaldas en la cama, y rápidamente tiró de Barry a su lado y le abrazó con fuerzas.

—¿Estás bien? —preguntó preocupado el castaño.

—Sí... solo son algunos inconvenientes —murmuró—. Pero ya tenemos la forma de recuperar tu memoria.

—¿Sí?

—Sí —asintió—. ¿Estás listo?

Barry cerró los ojos un momento y luego volvió a observarle, conectando sus miradas, siendo capaz de notar ciertas emociones danzando en aquellos preciosos orbes azulados.

—¿Por qué siento qué no me estás diciendo algo?

—No es nada —aseguró.

—Algo malo pasará ¿No?

—Somos héroes Barry, cosas malas siempre pasan a nuestro alrededor —sonrió intentando tranquilizarle.

Se acercó a su rostro y dejó un beso sobre su mejilla, para luego ponerse de pie.

—Arriba ojitos bonitos —tiró de sus manos para ponerle de pie—. Tenemos una memoria que recuperar.

Cuando llegaron al cortex, vieron a todo el equipo viendo concentradamente una de las pantallas. Adds podía sentir la angustia siendo palpable en el aire.

—¿Qué ocurre? —preguntó acercándose para ver lo que ocurría.

Un edificio en llamas era lo que se podía apreciar en las noticias, y el acusado de aquel incendio era nada mas ni nada menos que Heat Monger, el tipo que había quedado suelto luego de la audiencia de aquella tarde.

—Esa cosa se quemará dentro de poco —murmuró Cisco.

—Debo ir.

—No podrás sacar a todas las personas dentro de él —le miró preocupado Julian.

—No, pero puedo detener el incendio.

—Debemos recuperar la memoria de Barry. Ambos deben estar ahí.

—No puedo quedarme aquí y esperar a que recuerde —se negó Adds.

—Puedo intentarlo —comentó Barry llamando la atención de todos.

—No recuerdas como usar tu poderes —le recordó Adds.

—No, pero no puedo dejar a toda esa gente ahí si por lo menos intentándolo puedo salvarles.

Adds sonrió levemente. Después de todo con memoria o sin memoria, Barry siempre tendría aquel héroe interior.

—Bien, esto es lo que haremos —comentó Adds—. Yo iré, y mientras hago mi parte del trabajo, ustedes van a hacer lo que deban para que Barry recupere la memoria. Entonces nos vemos allá.

Adds se vistió con su traje, y entonces observó a sus amigos.

—Por favor no le frían el cerebro, ¿Sí?

Todos asintieron poco seguros a lo que estaban afirmando en esos momentos.

—Confía en ellos —le dijo a Barry—. Te veo allá —le dió media sonrisa.

Finalmente cruzó de un salto la brecha que Cisco había hecho para ella.

Al llegar al lugar, observó como el fuego ya comenzaba a rodear todo el edificio, propagándose cada vez más en los cimientos. Por lo que la forma más efectiva de absorber el fuego, era desde el centro interior del edificio.

Rápidamente se impulsó y llegó a su interior, viendo a trabajadores correr de un lado a otro, en pánico.

—A las escaleras de emergencia —les indicó de forma demandante, guiándolos—. Con cuidado.

Una vez la sala quedó vacía, se situó en el centro del piso, y con sus ojos encendiéndose en aquel rojo flameante, comenzó a absorber poco a poco el fuego que rodeaba el edificio.

—¿Cómo vas? —preguntó Cisco desde los laboratorios.

—Estoy en eso —respondió Adds concentrada en su tarea.

Segundos después escuchó un crugido a lo largo del edificio, y antes de que fuera consiente una viga de metal cayó sobre ella, aprisionándola contra el suelo.

—Mierda —susurró.

—¿Adds? ¿Qué ocurre? —preguntó Ethan—. Tu ritmo cardiaco se elevó.

—Bueno... puede que ahora mismo esté atrapada con una viga gigante sobre mí —comentó—. Ya lo resolveré.

—¿Qué? —inquirió Barry preocupado.

—Estoy bi...en —aseguró Adds.

—¿Adds? —llamó Wally—. ¿Adds?

—Cisco ¿Qué ocurre? —preguntó Carol.

—Se cortó la transmisión —informó, intentando hacer algo al respecto.

—Debo ir —Barry dió unos pasos cerca del traje de Flash.

—Aún no recuperas la memoria —le recordó Ethan.

—No puedo simplemente dejarla ahí solo porque aún no recupero la memoria —negó—. No pienso perderla.

—Podemos enviar las cargas electricas por el camino.

—Háganlo —asintió Barry, seguro de lo que decía.

La ráfaga que sintieron contra sus cuerpos les indicó que Barry ya se había marchado.

—No hemos probado esta cosa —murmuró Cisco nervioso.

—Es ahora o nunca. Debes hacerlo —le hizo saber Julian.

—Muy bien Barry, probablemente sentirás esto en tu cerebro —advirtió Cisco.

—Hazlo —ordenó el velocista.

Lo único que escucharon en cuanto Cisco dió la descarga, fue el adolorido grito del velocista a través de los parlantes del cortex.

—¿Barry? —llamó Iris.

—Aún no recuerdo nada.

—¿Por qué no funcionó? —inquirió Diana.

—Debió haber funcionado —aseguró Ethan.

—Activamos el lóbulo temporal —informó Frost—. Ahora debe acceder a el.

—Hay gasolina en el tanque, ahora debemos encender el motor —murmuró Cisco comprendiendo a lo que Frost se refería.

—Necesita un recuerdo intenso para activar su cerebro.

—Lo tengo —murmuró Carol tras unos segundos—. Dame esa cosa —apuntó el micrófono.

—¿Qué?

—Tú solo dámela —se lo arrebató de las manos a Julian.

Tomó una respiración, pensando correctamente en lo que diría, a pesar de lo cruel que fuera a sonar pero estaba segura de que funcionaria. Y entonces lo encendió para comenzar a hablar.

—Barry soy Carol —le hizo saber—. Tengo que decirte esto, porque estoy segura de que Adds no te dijo la verdad completa... La noche en que tu madre murió, tu padre fue arrestado, porque fue culpado de su asesinato. Tu madre no murió de la forma más natural, al contrarío, fue asesinada muy trágicamente.

—¿Qué? —inquirió desconcertado.

—Luego de eso fuiste a vivir con Joe, sin embargo estabas tan conmocionado que no podías omitir palabra alguna, ningún sollozo, solo lágrimas silenciosas. Y no te permitiste hacerlo, no hasta que viste a Adds frente a ti, abrazándote.., le dijiste que tu padre no fue quien asesinó a tu madre y entonces ella dijo...

—Te creo, Rayito —murmuró Barry, sintiendo un corrientazo de electricidad recorrer su cuerpo.

Su vista se alzó, viendo como el fuego comenzaba a salir con mayor intensidad de la construcción haciendo estallar los ventanales del edificio.

Con una sonrisa, comenzó a correr por lo alto del edificio, buscando apagar el fuego, y segundos más tarde, Wally llegó para ayudarle.

En solo cuestión de segundos el fuego fue apagado de forma abrupta, ambos sabían que no fueron precisamente los responsables de aquello. Y con un asentimiento de parte de ambos, Wally se encargó de atrapar a Heat Monger, y Barry corrió en busca de Adds.

—¡Adds! —llamó con voz alta, esperando que ella respondiera a su llamado.

—Por aquí —murmuró la rubia.

—Maldición —rápidamente el velocista le ayudó a salir de dónde se encontraba atrapada—. ¿Estás bien? —inquirió preocupado.

—Sí, eso creo —un quejido salió de sus labios en cuando Barry la cargó— Sabes, esto hubiera terminado muy mal de haber estado embarazada —bromeó.

—Bueno, entonces que suerte de que no lo estés, Amor.

—Hey, ya recuperaste tu memoria —murmuró con una sonrisa.

—Tuve un poco de ayuda —confesó.

— ϟ —

—¿APELLIDO DE SOLTERA DE TU MADRE? —inquirió Joe.

—Thompson —respondió Barry, de forma inmediata.

—¿SIAC es acrónimo de qué?

—Sistema de Índice de ADN Combinado —respondió nuevamente.

—¿Qué fue lo que me obsequiaste para mí cumpleaños número veintiuno? —inquirió Adds.

—Esta pulsera —tomó su mano, dejando entrever la famosa pulsera que adornaba la muñeca de Adds.

—¿Y qué fue lo qué me dijiste cuando dije que era preciosa? —sonrió divertida.

—Qué no era tan preciosa como tú —murmuró con una sonrisa.

—Siempre es un buen momento para recordar que llevas media vida enamorado de mí —bromeó Adds, colgándose de su cuello.

—Muy bien —habló Ethan—. Ahora podemos concentrarnos en detener a Savitar.

   Una risa burlesca se escuchó tras el rubio, y al voltearse todos pudieron observar a Frost apoyada en la entrada del cortex.

—Buena suerte con eso —tras decir eso, se dió la vuelta y comenzó a caminar dispuesta a marcharse.

—No podemos dejar que se vaya —murmuró Adds.

    Solo segundos después Cisco, Barry, Julian y Adds salieron tras la peliblanca, encontrándola en espera del elevador.

—¿Quieren pelear? —cuestionó Frost abriendo sus palmas en cuanto los vió.

—No queremos pelear —aseguró Cisco.

—Pero ya no lo podemos evitar, ¿No? —sonrió.

—Sí, podemos.

—Puedes quedarte con nosotros —le hizo saber Barry—. Somos tus amigos, tu familia.

   Sin embargo la peliblanca se volteó, dispuesta a entrar al elevador.

—Caitlin, puedo curarte —comentó Julian, en un desesperado intento de hacerle permanecer allí.

—Ya lo intentaste.

—Puedo intentarlo más fuerte —prometió—. No importa lo que haga falta, o lo que tenga que hacer. Te lo aseguro, encontraré una cura para ti.

   Por un segundo, pudieron apreciar un destello de la antigua Caitlin en los ojos de la peliblanca. Solo por unos segundos.

—Caitlin, te amo —confesó Julian.

   Entonces el destello desapareció.

—Yo no te amo Julian, nunca lo hice —desvió su mirada hasta los demás—. Nunca amé a ninguno de ustedes.

   Y sin más, se adentró al elevador, marchandose lejos de aquel edificio que le recordaba a la verdadera Caitlin, quien luchaba cada segundo con mayor intensidad por salir a flote.

   Segundos más tarde, Adara llegó corriendo hasta ellos, con una sonrisa adornando su rostro, ingenua a todo lo que estaba ocurriendo a su alrededor en aquel instante.

—Cariño, me puedes hacer un favor —murmuró Adds hincándose a la altura de la menor.

   Adara asintió sin dudarlo.

—Julian en serio necesita un abrazo ahora mismo, ¿Quieres darle uno?

—Claro —aceptó.

   Y así fue como la pequeña castaña se plantó frente a Julian y lo abrazó, dejándole sorprendido por unos momentos, sin embargo el forense británico no tardó en devolverle el abrazo.

—La traeremos de vuelta —aseguró Adds una vez ambos estuvieron en la soledad de su hogar—. Te trajimos de vuelta a ti.

—¿En serio querías esto?

—¿A qué te refieres?

—A mí, mí memoria.

Adds se detuvo frente a él, y alzó su rostro conectando sus miradas.

—Barry, si hay algo que debes saber, es que yo te amaré de todas las formas posibles. No te voy a mentir, el verte sin aquel peso del mundo en tus hombros era totalmente gratificante. Pero hasta cierto punto no eras realmente tú —confesó.

Se acercó aún más, entrelazando sus manos.

—Yo me enamoré del Barry Allen que siempre está dispuesto a darlo todo de si mismo. Me enamoré del Barry Allen que siempre se preocupa de todo el mundo. Me enamoré del Barry Allen que aún así haya vivido experiencias horribles sigue sonriéndole a la vida. Me enamoré del Barry Allen que fue un héroe mucho antes que Flash. Y me enamoré del Barry Allen frente a mí ahora mismo —le tomó del rostro—. Te amaré sin importar quien seas, pero principalmente me enamoré de este tú, y no podría haber tomado una decisión egoísta que conllevaría borrar de este mundo quien eres —susurró.

Barry sonrió al escuchar aquellas palabras.

—Te amo, y te amaré con cada sonrisa, cada cicatriz, cada llanto, cada cosa que te haga ser tú, Barry —acarició su mejilla.

—Realmente te amo, Adds —susurró Barry—. Y siempre me pregunto que demonios hice para merecerte.

Adds rió suavemente.

—Constantemente me pregunto lo mismo —admitió—. Probablemente no nos merezcamos el uno al otro, pero nos amamos y eso es todo lo que importa.

Barry asintió de acuerdo, y le atrajo más a él, hasta que sus rostros estuvieron frente a frente, sus narices rozándose y las respiraciones mezclándose. Entonces tras un último intercambio de miradas y sonrisas, sus labios entraron en contacto, perdiéndose en la suave y abrazadora sensación de estar en el lugar correcto con la persona correcta.

—Entonces... —murmuró Adds, en cuanto se apartaron—. ¿Recuerdas todo... Bart?

Barry alzó su cabeza mientras soltaba una risa.

—No lo ibas a dejar ir ¿No? —inquirió volviendo a observarle con una sonrisa.

—Me conoces muy bien, y por nada del mundo lo iba a dejar ir —rió—. Fue simplemente glorioso.

Sus manos subieron por el pecho de Barry y se entrelazaron tras su cuello, para luego dejar descansar su cabeza en su pecho. Barry sonrió y acunó la cintura de Adds con sus manos atrayéndole a él.





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ESTE CAPÍTULO
tiene una travesía bastante frustrante, así que como no se lo hayan leído, no comenten y no voten, me voy de wattpad (se ponía extremista)

por otra parte, ya es viernes y mi cuerpo lo sabe, lamentablemente estamos en pandemia y no puedo salir sin que mi consciencia me torture, así que aquí me quedaré en casa estresándome porque tengo que hacer un pedido de postres para mañana,,

tengan un bonito y agradable fin de semana<3


editado: 12/05/2022

─𝙨𝙥𝙞𝙙𝙚𝙮𝙜𝙡𝙤𝙬

▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃

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