05: frío

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El invierno llegaba con todo su esplendor a la ciudad, junto con el decaimiento emocional de Jungkook. Se sentía tan mal y preocuoado después del suceso.
No se habían hablado desde que pelearon. Todo en ellos se convirtió en algo tenso.

-Hijo por favor, ven a almorzar. -Llamaba su madre por tercera vez, comenzando a enojarse.-

-V-voy, ya voy.

Sus piernas pesaron al levantarse y caminar. Por acelerar el tiempo lo quizo hacer rápido, se mareó.

Estaba comiendo forzadamente cuando su padre rompió el gran silencio de la comida.

-Terminas y te vas a dar un buen baño. -señalaba con los palillos su padre, regañando por su deprimida actitud.- Hace días te veo con la misma ropa, ¿Acaso no tienes otra?

Suspiró. Solo respondió que si lo iba a hacer, dejó un poco de comida y se dirigió hacia su pieza y luego el baño.

Terminó de bañarse, tembló al salir de la ducha. Estaba limpiando el espejo y oh, ¿qué Jungkook era este?

Se veía tan mal, las ojeras estaban cada vez más oscuras, su pelo estaba más largo. Aunque no le molestaba tenerlo así, le protegía del frío al fin y al cabo.

Necesitaba distraerse en algo que no fuera estar acostado, viendo su celular pensando en que ya iba a pasar a último año y luego la universidad.

Todo se volvía tan difícil, nada es suficiente para él.

La ventana le mostraba lo nevada que estaba la ciudad, con los niños felices tirando bolitas de nieve. Estaban fundidos en su mundo.

Su mundo, oh, ahora comprendía tanto lo que decía su casi inexistente amigo.

Lo veia todo tan superficial en el ámbito personal, entregaba tanto a las otras personas que producto de eso quedó derrotado frente a quienes más quería.

Nunca habia tenido tiempo de sentirse deprimido, era tan...raro.

Suspiró, tratando de llenar algo que no podía.
Estaba tan concentrado en ver el exterior de la ventana que se sobresaltó al escuchar que tocaban la puerta.

-Hijo, ¿Puedo pasar? -Unos ojos esperando respuesta se asomaron por el pequeño espacio de la puerta-

-S-si, claro. -Jungkook se acomodó mejor en su cama, no quería verse mal en frente de nadie que no fuera su propia persona.-

La habitación de Jungkook era relativamente grande para poder caminar en ella, pero aún así se sentía pequeña. Su madre se demoró un poco en caminar hacia donde su hijo estaba, se sentó al lado de él y Jungkook estaba incómodo por no saber lo que pasaba.

-Bueno, yo...te he visto un poco decaído después de que terminaran las clases y...me preocupé.

El coreano de su madre siempre le ha encantado, esa forma de remarcar las palabras en momentos específicos hacia de alguna manera ser más débil ante ella, ¿Acaso todas las madres tenían esa magia?

-Yo solo estoy cansado.., es el clima que me tiene un poco melancólico, omma. -tímido miraba los pies de su madre, que llevaban ese par de pantuflas que le regaló junto a su padre en el día de su cumpleaños.-

-Oh, entiendo... El invierno no puede ser siempre un juego divertido en la nieve. Todos en la etapa que estás ahora nos hemos sentido un poco... confundidos con el futuro. -Jungkook más confiado miro a su madre, que tenía una mirada bastante compasiva- Tu padre y yo hemos estado en esa situación. Aunque creas que ahora somos profesionales, siempre se empieza con temor. Así que.., no te sientas que eres el único que pasa esto ¿Bueno? -Sus manos fueron acariciadas por las de su mamá, en forma de que se sintió seguro en ella.-

Solo el asintió con la cabeza, no quería decir nada sobre-

-¿Y solo son los estudios que te tienen así?

Jungkook abrió los ojos ante ella, obviamente había algo más. Y las madres tenían ese sexto sentido que nadie podía comparar ni esquivar.

-Taehyung tu...amigo, ¿Ya no te juntas con ese chico? -Quería correr lo máximo de ella, mierda, no quería que le preguntara sobre él.-

-N-no -de nuevo su mirada se dirigió al piso-

-Oh, ya sé otra posibilidad de porqué mi hijo está así. -rió bajito, como si supiera lo que está hablando- He hablado con tu padre sobre...ustedes.

Justo en el clavo. Jungkook solo prefirió escuchar.

-¿Con ese chico se han hecho bastante... cercanos, no? -La mayor ladeó su cabeza remarcando su pregunta-

-¿A-a que te refieres? Taehyung es solo mi...amigo. -dio demasiadas miradas entre ella y el piso-

-Bueno, solo te digo que si... Pasa algo entre ustedes, aceptaremos tus preferencias. Aunque nos costará, sé que estar con alguien quien te sientes bien, es mucho mejor que-

El rostro de su mamá estaba tenso, y sus ojos se encontraban levemente llorosos.

-M-mamá, yo-

Al igual que su madre, no alcanzó a terminar la oración, todavía no estaba seguro de si Taehyung sentía lo mismo por él. Pero encontró las ganas de ser cuidado en los brazos maternales, el abrazo duró lo suficientemente como para sentirse cómodo, se había dado cuenta que no hay abrigo como el de su madre.

-No te preocupes, ¿Mmh?

-B-bueno, perdón. -Dijo en susurro-

Siempre Jungkook quería hacer orgullosos a sus padres de maneras estructuradas, por lo que se sintió tan culpable al sentir las palabras.

-Como dicen ustedes los jóvenes.., es natural ¿Cierto? -Jungkook asintió- Sólo espero que no...que no te ocurra nada malo ¿Si?

Sus mejillas fueron tocadas con el suave pasar de las manos de su mamá. Ella levantó las cejas, asintió y

-Te quiero mucho, hijo.

Besó su frente, como cuando era pequeño.

-Yo también, mamá.

La observó limpiarse las lágrimas, darle golpecitos en los hombros y pararse del lugar.

-Creo que te haría bien salir un poco, tú sabrás dónde, pero llega temprano ¿Ok?

-O-ok.

Se vistió y preparó con lo sencillo, partiendo hacia el destino sin fin.

El gélido viento le dolía en la cara y en su interior, buscaba de esa manera poder limpiar su mente. La bicicleta avanzaba cada vez más rápido.

No se dió cuenta cuando ya estaba en la casa de Taehyung. Se bajó nervioso, se paró frente a la puerta y-

-¿Qué haces aquí?

Si el pensaba que estaba cambiado, Taehyung parecía igual de afectado. Su cabello estaba con mechas descoloradas y su barbilla lucia más oscura.

-V-vengo a hablar contigo, ¿Me dejas pasar? -Levantó las cejas, moviendo sus manos a través del abrigo, tratando de minimizar el frio de estas.-

-No, voy saliendo ahora. Estoy ocupado. -Ladeó su cabeza hacia atrás.-

Jungkook vió en segundos a Bob sentado en el sillón junto a un montón de dinero, y un olor raro le asqueó sus fosas nasales.

-Taehyung, esto está mal.

-¿Qué está mal? ¿Juntarme con mis amigos? ¿Ganar dinero? -Taehyung seguía su camino mientras escuchaba otros pasos en la nieve.-

-No, pero esta no es la forma.

-Claro que sí, es mi forma y eso está bien. -Ni siquiera se atrevía a mirarlo. Taehyung claramente había cambiado.-

-Bueno, ya no puedo hacer nada contra esto, yo-yo vine a tu casa a arreglar las cosas contigo, y decirte que lo siento...fui muy impulsivo. Me equivoqué en las palabras que ocupé, yo-

-¿Entonces lo que dijiste era mentira?
-Cada vez aceleraba el paso, y Jungkook necesitaba más oxígeno para avanzar-

-N-no, no es tan así. Solo no lo dije como quise.

Ya estaba trotando, Jungkook se estaba molestando.

-¿Cómo quisiste o como deberías? -Pararon en seco, haciendo que Jungkook se tropezara en la calle- Explícame, porque todavía tengo guardado lo que dijiste.

No quería ser lo que sentía, quería y debería ser lo que a sus padres le harían orgullosos de ver. Eso siempre le genera conflictos en su manera de ser. Y claro, Taehyung sabía esto muy bien.

-L-las dos cosas, T-taehyung no hablemos de esto aquí, está congela-.

-Me importa una mierda, quiero saber la verdad. Para eso viniste ¿O no? -Taehyung también temblaba del frío, pero el agarre de la mandíbula en el otro mantenía su cuerpo fijo en ellos.-

-La verdad es que lo que dije era cierto. -Con ojos grandes y firmes miraba al contrario, lo tenía tan cerca que le cosquilleaban los labios.- Pero no quiero que una pelea arruine nuestra amist-

Taehyung ladeó su cabeza, le agarró sus cachetes y le besó. Fue una presión de labios bastante rara, que hacía derretirse como la nieve ante el fulminante sol. Se separaron y Jungkook jadeó sorprendido, y su bonito rostro estaba sonrojado.

-¡¿Qué haces?!

Sintió el aliento de su frase, ni siquiera logró empujarlo y de nuevo Taehyung volvió a adueñarse de los labios ajenos.

La exitante peligrosidad corría por su mente, diciéndole que estaba mal lo que hacía, pero el calor que le generaba cada beso en esa calle pudo suprimir el frío de su congelado cuerpo.

Y una explosiva ilusión se incrementaba en su vulnerable corazón.

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