Cincuenta

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Dejemos que las aguas suban, nos fuimos a la deriva para sobrevivir.
Necesitaba que te quedaras, pero dejé que te alejaras.

Mi amor, ¿dónde estás? Cuando estés listo,
¿nos podemos rendir?, yo me rindo.

Nadie ganará esta vez, solo te quiero devuelta. Estoy corriendo a tu lado, volando mi bandera blanca.

Mi amor, ¿dónde estás? cuando estés listo
¿nos podemos rendir?...

Yo me rindo.

*✾ ・。。・✾ ゜・。。・✾ *


Diciembre 15.

— ¿Has hablado con Tae? —preguntaba Jungkook, mientras bebia su café helado.

—Poco y nada —respondía SeokJin—. Si hablamos es porque él me pregunta cómo estoy... Pero no es constante, ni efusivo. Aunque no me quejo, él no está desaparecido. Y apareció para mí cumpleaños —exclamaba—. Mí madre y por poco lo deja sin aire cuando lo vio de tanto abrazarlo

—Oh, no puedo imaginar la sorpresa en su rostro —mencionaba Jungkook—. Es bueno que no esté ausente, pero aún no te da una respuesta —Seokjin negaba—. ¿Qué harás en navidad? Está cerca —cambiaba de tema.

—Tengo que trabajar un día antes, turno noche —respondía—. No tengo nada en mente

— Es muy probable que hagamos algo grande en la casona de Jimin —exclamaba Jungkook—. ¿O irás a Gwacheon con tus padres?

—Ya vinieron por mí cumpleaños, lo pasarán allá —respondía con su cabeza en otro lado.

— ¿Taehyung mencionó algo al respecto? —SeokJin volvía a negar.

— ¿Estás bien? —insistía Jungkook—. ¿Del uno al diez...?

— ¿Siete? ¿Seis? —suspiraba el castaño—. ¿Cinco?

—Cierra la boca o seguirás bajando el número —reprendía—. Ven con nosotros, nadie trabaja un día después de navidad. No digas que no

SeokJin asentía dubitativo—. ¿Jimin invito a Taehyung?

—Seguramente, a sus padres también —respondía Jungkook—, pero realmente no estoy seguro si él irá o no

— ¿Estará mal si le pregunto?

—No lo espantes, si va te lo haré saber ¿de acuerdo?

SeokJin suspiraba con desgano, pero tenía razón, a veces se ponía a hacer lo que fuera para no mandarle mensajes o llamarlo. Él quería que fuera Taehyung quién lo buscará, quién le hablara, quien estuviera listo.

—Iré con ustedes —afirmaba luego de varios minutos en silencio.

—Sabia desición y siempre puedes pensar en Jiwoo como segunda opción —se mofaba—. Ella no tendría problema con que quieras experimentar la heterosexualidad y So-Min te quiere más que a mí —respondía entre risas.

— ¡Ya! —seteneciaba divertido—. Dios. Nunca estuve tanto tiempo solo

— ¿Cuando conociste a Tae también tenías novio, cierto? —curioseaba Jungkook.

SeokJin asentía—. No era algo hiper serio pero si salíamos con ese chico Ken

— ¿Y ya era tu sexto novio? —se mofaba el pelinegro.

—Era el segundo, hombre... —respondía—. Solo estaba siendo un buen adolescente, luego conocí a Tae y quise casarme de inmediato

—Un largo tiempo con él —respondía Jungkook—. El más constante. Luego Baek, de nuevo Tae y ahora estás solo, en tus treinta y cuatro años estás verdaderamente solo ¡Woaaah!

SeokJin le tiraba con un bollo de servilleta que éste esquivaba.

—Lo sé. En eso pensaba, ya va más de mes y medio y Tae no pareciera querer volver o.... Dios, no quiero hablar de esto o comenzaré a desanimarme.

Jungkook asentía, minutos después daban por terminando su desayuno, SeokJin tenía cosas que hacer y Jungkook por igual. Sus dedos habían picado todo el día por mensajear o llamar a Taehyung, había ocasiones en las que iba hasta su apartamento y se volvía de nuevo. La sensación de picazón en sus yemas por mandarle mensajes no disminuía, las vueltas por su apartamento no habían desaparecido.

Navidad estaba cerca y estaba cada vez más seguro de que la pasaría en la casona, pero no tenía señal alguna de lo que Taehyung haría y él realmente quería saberlo. Hasta que la fecha 22 de diciembre se hacía presente y él recibía un mensaje de Jimin.

Taehyung irá a pasar navidad con nosotros. Dijo que irá por su cuenta y que espera verte allí... oh y que tiene una respuesta para ti. Hasta entonces, hyung.

Jimin 07:24 pm

Estaría de más mencionar que el interior de SeokJin no se sentía para nada en un estado de calma. La noche anterior al 25 de diciembre, su estómago estaba hecho un jodido nudo durante todo su turno. Había sido movido debido a que muchos habían organizado cenas importantes por las festividades.

Su cabeza había tenido suficiente distracción, estaba activo y ansioso, pero el día se había hecho jodidamente eterno. Al terminar tenía el auto en el estacionamiento con su maleta y algunos regalos para navidad. Listo para marchar directamente a la casona de Jimin, había estado a base de bebidas energéticas para no fallar en la ruta y no dormirse. Aunque no había forma de que pudiera cerrar los ojos y dormir, sabiendo que Taehyung ya tenía su respuesta.

A esas estancias estaba más que resignando a ser rebajado al nivel de amigos. Dios, no podía ni imaginar lo que sería ser amigo de Taehyung. El amor no cabía en su jodido pecho para solo tenerlo de esa forma, pero también era cierto, que aceptaría aquello con tal de tener a Taehyung en su vida. No había forma de vivir el resto de esta sin su Tae en ella. Pese a que tenía un lugar especial para el azabache, si él optaba por una amistad, también se lo daría, estaba seguro que le dolería hasta los huesos. El alma, todo su jodido ser si la respuesta era solo quedar como amigos.

Al llegar, era de madrugada, por lo que era recibido por uno de los empleados de Jimin. El tal Lee, para ser precisos, el muchacho que había confundido su habitación con la de Taehyung y los había hecho tener ese primer incómodo encontronazo.

—Señor Kim, bienvenido nuevamente —exclamaba el muchacho adormilado—. El señor Park me dijo que llegaría en la madrugada por lo que puse mí alarma para recibirlo

—Oh, lo siento mucho —exclamaba—. Lamento interrumpir tu sueño ¿tú pasarás navidad aquí?

El chico tomaba su maleta y negaba con una sonrisa—. Ah, no —respondía—. Me iré al mediodía

—Oh, creí que Jimin era un insensible —se burlaba, haciendo reír al chico.

Al subir por las escaleras, le era asignada la habitación que Taehyung había ocupado las semanas de la boda.
SeokJin suspiraba y se adentraba, tomando las llaves y dejando que Lee metiera la maleta.

—No era necesario, yo podía hacerlo —exclamaba.

— ¿Quiere comer algo? puedo traerle lo que desee

—No, no. Quiero dormir —mentía, estaba seguro que no pegaría un ojo—. Gracias, Lee.

El muchacho se inclinaba y salía, pero SeokJin lo volvía a llamar.

— ¿Puedo hacerte una pregunta?

—Si, señor

—Seokjin está bien —pedía riendo—. ¿Alguien más compartirá esta habitación conmigo?

Lee fruncía el ceño—. Mmm, no entiendo su pregunta ¿como si alguien más la compartirá?

—Lo siento, seré directo —se acercaba SeokJin—. Kim Taehyung ¿ya está aquí?

— ¡Oh, el otro señor Kim! —sonreia por reconocerlo—. No, lo lamento. Él aún no está aquí. Están los padres del señor Park, de Jungkook. Usted y la señora Dal-Mi y su esposo, me dijeron que son sus padres —afirmaba.

—Si, si lo son —suspiraba—. De acuerdo, gracias Lee.

El muchacho salía y SeokJin se desparramaba en la cama viendo su teléfono. Suponía que no estaba mal enviarle algo, pese a que Taehyung no lo había hecho, solo había dejado su recado por parte de Jimin. Ay, se estaba replanteando demasiado su siguiente acción, por lo que optaba por simplemente intentar dormir.

El día estaba frío, pero dentro de la casona el ambiente era cálido. SeokJin conocía a los padres de Jimin, a los de Jungkook y obviamente a los de Taehyung por lo que se sentía en familia. Aunque nunca lo hubiera imaginado, estar en navidad rodeado de esas personas y no de sus padres o los de Baek, como en los últimos años. No sentía nostalgia por su vida en pareja, quizás si un poco por sus padres, pero esperaba verlos en año nuevo.

— ¡SeokJin Oppa, juguemos con esto! —la pequeña So-Min había sido su mejor entretenimiento aquel día movido.

Así evitaba preguntarle a Jimin que sabía de Taehyung y evitaba tocar su teléfono de más, excepto para ver la hora. Había saludado a los padres de Taehyung, estos habían sido amables y lo miraban con ternura. SeokJin sentía que ya le tenían lástima por ser próximamente rechazado. Las horas transcurrían y luego de que la mesa larga estuviera puesta, los empleados habían abandonado el recinto y solo la familia era la que quedaba. SeokJin había tomado un largo baño y se había vestido con ropa de abrigo, pantalón negro y suéter blanco, con su cabello hacia un lado. Comerían dentro con una iluminación de los mil demonios. Un árbol de navidad precioso y la mesa tenía de todo, no le faltaba absolutamente nada.

Él se había ofrecido para cocinar algo, pero Jimin no se lo había permitido, quería atender a los presentes junto con Jungkook luego de que los empleados se fueran. Estaban brindando una verdadera velada en familia, calida y divertida, SeokJin miraba la mesa con casi todos en ella, pero Taehyung no llegaba, hasta que de repente estaba parado detrás de él.

—Todo luce precioso —mencionaba su voz grave.

SeokJin giraba y lo veía con su cabello negro más lacio, una polera blanca y pantalones marrones. Estaba precioso y con una sonrisa dulce en su rostro. Y SeokJin no sabía cómo debía de recibirlo, pero antes de que puediera pensar la madre de Jimin se metía en el medio de ambos para recibirlo.

—TaeTae —soltaba con dulzura la jovial mujer. Muy parecida a Jimin.

Taehyung sonreía y comenzaba a saludar a todos, SeokJin quedaba cada vez más atrás y lejos de este.

— ¿No sabes cómo mierda saludarlo, cierto? —mencionaba Jungkook a su lado.

—Quiero besarlo —respondía SeokJin.

—Mejor no ser impulsivos —replicaba Jungkook abriendo sus ojos y palmeando su hombro.

Cuando todo el mundo se había disuelto, Taehyung llegaba a SeokJin, finalmente. La última vez que se habían visto, en el cumpleaños de Jin, no había habido besos ni nada, solo un encuentro y visita amigable por parte de Tae. Ahora este caminaba hacia él y rodeando su cuello con sus brazos le estrechaaba entre estos, SeokJin respondía rápidamente, tomándolo de la cintura.

—Tardaste mucho —exclamaba SeokJin.

—Lo siento. Trabajo —mencionaba con una sonrisa y se alejaba—. Llegue justo para la cena —afirmaba, yendo en dirección a la mesa y tomando asiento—. Ven a mí lado —mencionaba al mayor.

¿SeokJin había comido? si, lo había hecho.
¿Había sabreado la comida? en absoluto, no recordaba lo sabores que habían bailado en su paladar y no podía concentrarse mucho con Taehyung a su lado, riendo y hablando como si nada. Como si no tuviera algo importante que decir en algún momento de esa noche. Él estaba seguro que sería degradado a la friendzone y mentalmente estaba jodidamente listo para esa patada en su bonito rostro.

En ocasiones, no quería adelantarse. En otras ocasiones quería ilusionarse, pero era demasiado complicado pensar que la respuesta sería positiva después de su última interacción con el azabache. Ahora de la nada, con la mesa de dulces y el café caliente Jiwoo preguntaba a Taehyung:

— ¿Qué harás para tus treinta y...?

—Treinta y dos —sollozaba exageradamente—. No lo sé, usualmente algo tranquilo porque no soporto dos grandes fiestas seguidas. Mí nacimiento y año nuevo —bufaba—. Lo detesto

—Oh vamos, es genial —mencionaba la hermana de Jungkook—. Bebes un día, bebes al otro y nadie te juzgaría por eso

—Tranquila Jiwoo, creerán que tienes problemas con el alcohol —se burlaba Jungkook.

Los presentes reían y SeokJin estaba tan ansioso que no dejaba de mover su pierna por debajo de la mesa. De repente y por primera vez desde que había llegado y luego del único abrazo, Taehyung lo tocaba. Ponía su mano encima de su pierna y lo miraba. SeokJin detenía el movimiento y sentía su pulso acelerarse.

— ¿Sabías que la habitación de Jimin tiene balcón? —preguntaba.

SeokJin alzaba sus cejas—. Creo que algo vi, si... —su voz era débil.

Taehyung sonreía—. Te espero ahí — se levantaba de la mesa sin decir nada.

Jimin y Jungkook lo veían, pero para el resto que ya estaban por todas partes de la sala, no llamaba la atención la ida de Taehyung. Sin embargo SeokJin estaba congelado en su asiento, mirando su taza humeante de café con crema. Con un miedo horrible, no quería, ahora no quería subir. No quería saber que tenía para decirle porque sabía que era malo. Lo sentía, lo sentía muy en su interior.

— ¿Hyung? —preguntaba Jimin que aparecía a su lado—. ¿No piensas levantarte?

SeokJin pasaba saliva y lo miraba—. Tengo esta jodida sensación en el estómago —Jungkook llegaba a sentarse con ellos—. Creo que mi cuerpo no responde.

Jungkook pasaba su brazo por encima del de Jimin para apretar el hombro de su mejor amigo.

—Vamos, ve —pedía—. Estaré aquí abajo si me necesitas.

SeokJin asentía, y se disponía a dejar de sufrir. Sus pies ahora lo llevaban a toda velocidad escaleras arribas, hacia la habitación de los recién casados. Abría la puerta y notaba las cortinas blancas moviéndose al compás de la ventisca que entraba por esta. Veía sobre la cama su chaqueta negra y se disponía a ponérsela, la temperatura era baja y el frío que entraba se le colaba en los huesos.

Al salir veía a Taehyung con un tapado puesto también, estaba con sus brazos sobre la baranda de ladrillos que tenía el balcón. Estaba de espaldas a SeokJin por lo que, no lo veía entrar hasta que este carrapeaba su garganta y finalmente él giraba.

—Hey... Creí que no subirías —mencionaba—. La terraza pareciera ser casi mágica con esta vista ¿no crees?

SeokJin sonreía débilmente y se paraba a su lado—. Lo es. Aunque no estaba seguro de subir

— ¿No? —las cejas de Taehyung se alzaban en sorpresa.

—Mi cabeza maquino inevitablemente todo este tiempo, Tae... —susurraba en respuesta.

Taehyung bajaba la mirada—. Me tomo mas tiempo de lo esperado. No quise hacerte esperar tanto, lo siento

—No tienes que disculparte... Solo comparto la ansiedad que tuve todo este tiempo de casi puro silencio

—Y te agradezco enormemente que me hayas respetado, como te pedí —exclamaba—. Me diste mí tiempo y mi espacio

—Me estaba muriendo...

—No exageres —exclamaba el azabache, mirando al frente con sus ojos brillosos y su nariz colorada a causa del frío—. Yo realmente he pensado demasiado —comenzaba, viendo hacia adelante—. Haber vuelto contigo fue un torbellino de todo tipo de emociones dentro de mí —Seokjin lo escuchaba en silencio, tenía demasiado frío y no estaba seguro si era porque Taehyung estaba alejado de él o por la temperatura baja—. ¿Recuerdas cuando me dijiste que respetarías lo que fuera que yo vaya a elegir?

SeokJin suspiraba y apretaba sus dientes—. Si —mencionaba con vos estrangulada—. Lo recuerdo

— ¿Y lo mantienes? —preguntaba viéndolo fijo—. Eso de... ¿Quedarte conmigo aún como amigos?

SeokJin agachaba su cabeza y apretaba sus ojos—. Ah, dios —alzaba la misma nuevamente y sentía el nudo en su garganta formarse—. También te dije que podía ser un excelente novio —exclamaba.

Intentando dar un manotazo de ahogado. Taehyung reía y luego enseriaba sus rasgos.

— ¿Sabes por qué me enoje contigo en el súper mercado? —soltaba de repente.

Aquel momento que había sido el detonante de este tiempo que se había tomado.

—Creo que te estaba asfixiando —suponía.

Taehyung negaba—. No sé trataba de eso. Se trataba de tu jodida seguridad para reclamarme de una forma que... No existe, Jin —exclamaba—. Tú lo hiciste tan seguro creyendo, no sé... Que me halagaria, regordeandote en el tiempo juntos, como si no hubiera existido una jodida ruptura de cinco años.

SeokJin agachaba el rostro y recordaba las palabras de su ex:

»Taehyung puede no ver todo de la misma forma que tú"

El azabache reía amargamente—. Tú me presumiste tan seguro, tan esposo perfecto frente a un desconocido que importaba mierda y que, más encima tú me dejaste —los ojos de Taehyung se llevaban de lágrimas—. Tú te fuiste con alguien más. Tú me pediste el divorcio porque no querías tener nada que ver conmigo. Tú diste por acabado todo lo que teníamos...

—Lo lamento —susurraba sin fuerza—. Lo lamento tanto, yo solo quería demostrarte que estaba a bordo de esto

— ¿Estabas? —replicaba Taehyung.

—Estoy. Yo no creí que... lo verías de esa forma, pero tienes razón

—Por supuesto que la tengo —afirmaba, con las lágrimas a punto de caer—. Me dolió, me dolió tanto que me di cuenta que tenía heridas que no habían cerrado y necesitaba alejarme de ti. Replantearme si te había perdonado y si había sanado —tragaba el nudo en su garganta y dejaba de mirar a SeokJin para volver su vista al frente—. Necesitaba sabe que quería contigo... No tengo una relación seria desde que me separé de ti. No he apostado por nadie, no he querido más de lo mismo...

SeokJin lo sabía, era el final. Él estaba seguro y lamentablemente, lo entendía. Le dolía, pero lo entendía.

—Tú no puedes verme como un novio potencial

—Conozco cada uno de tus jodidos defectos al igual que tú conmigo —afirmaba.

Un silencio se hacía presente y SeokJin comenzaba a derramar lágrimas. Sorbia su nariz y notaba que Taehyung hacía lo mismo. Ya no aperentaba la calma de las horas previas. Ya no se veía tan sonriente como hacía momentos atrás. Este Taehyung se veía triste. Tan triste y sincero, jodidamente honesto.

—Tienes mí amistad —afirmaba SeokJin—. Te entiendo y sé que no puedes darme lo que deseo...

—No puedo ser tu amigo —soltaba Taehyung, logrando tensar la postura del castaño—. No puedo ser tu amigo. No puedo ser tu novio... No puedo hacer esto, no lo quiero

—Tae... —SeokJin se sentía desfallecer.

—No puedo. Lo medite y yo realmente... —Taehyung relamia sus labios y sentía la inseguridad recorrerlo de pies a cabeza—. Nos conocemos demasiado bien. Demasiado...

—Te amo con todos tus defectos —soltaba SeokJin—. Y tú me amas a mí...

—Exacto, por eso no puedo... No puedo, Jin —susurraba.

El frío de la noche se colaba en sus huesos, en cada parte de su cuerpo, desde adentro hacia afuera. Rompiendo su corazón, rompiendo la jodida magia que aquella terraza pudiera llegar a tener. Taehyung simplemente no quería... Él no quería.

Y SeokJin sabía que la voz rota de Taehyung, pronunciando la frase ”No puedo, Jin" se quedaría grabada por siempre, en su memoria. En su piel y en su corazón roto.

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