Cuarenta y cinco

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La soledad y la añoranza, son difíciles de evitar. Estoy aquí, no tengas miedo. No miento, brillarás con intensidad, veo la luz del final.

El mismo día a la misma hora, estaré ahí, así que ¿por qué no te quedas? Por favor, no te vayas. Me quedaré a tu lado incluso cuando llegue la noche oscura. Cuando toco tu sueño, el miedo desaparece.

Encontraste el amor, tienes amor. Caminaré hasta el cansancio y a tu lado volveré,

*✾ ・。。・✾ ゜・。。・✾ *


Luego de que SeokJin abandonará su apartamento ese sábado, Taehyung se había dejado caer en su cama. Intentando no pensar demasiado, obligándose a si mismo a no analizarse. No queriendo ver realmente que está sucediendo con él. No queriendo revivir el extraño sabor amargo que le había provocado la reclamación pública de SeokJin.

Reviviendo un viejo dolor, una sensación horrible. Una línea que hacía la diferencia de lo que eran, lo que solían ser y lo que tenían en la actualidad. La salida tan simple que habian tenido, era el inicio de lo que podían llegar a tener más adelante. Situaciones por las que iban a pasar. Una relación que recién iniciaba con algunas noches con Seokjin en su casa o quizás él en la suya. Mensajes para saber cómo estaba el otro. Cómo habían llegado a sus apartamentos. Si tenian tiempo extra para el otro verse más de tres seguidos...

— ¿Qué mierda, Kim Taehyung? —susurraba para si mismo, mirando el techo de su habitación y tocando su pecho.

La sensación vacía y la inquietud seguían allí, junto con la irritación, él realmente no planeaba terminar de esta forma un día antes de que SeokJin viera a BaekHyun, pero no había podido controlarse. Su cabeza comenzaba a doler y estaba comenzando a comprender. No solo debía de ser honesto con Seokjin, debía de ser honesto con él mismo. Analizarse a fondo, aceptar lo que realmente quería y necesitaba. Y tambien lo que no.

SeokJin había dejado el bar luego de la charla profunda con BaekHyun. El café había sido más relajado, con más sonrisas de por medio, pero pesado interiormente. Haberle dado sus cosas a éste, había sido jodidamente extraño. Verlo con esa sonrisa cansina en su rostro, intentando no decaer más de lo que ya estaba para que Seokjin no se sintiera peor de lo que ya estaba.

BaekHyun, había rechazado una nueva invitación a ser llevado a su apartamento, por segunda vez, debido a esto Seokjin había decidido esperar junto a él, el uber que había pedido para volver a su apartamento. Asi que ahí se encontraban sentados en el frente del auto de SeokJin, mirando el bonito día que se presentaba ante ellos y la plaza que yacía frente a sus ojos con todo tipo de personas disfrutando del espacio.

— ¿Entonces el viejo Kang te había avisado que yo me había ido con mis cosas? —cuestionaba BaekHyun.

—Sabés como es mi casero —mencionaba SeokJin—. No había ni entrado a mi apartamento que ya me había informado que tú no estabas y que el apartamento de arriba estaba en venta y si aún lo quería —SeokJin suspiraba.

—Mm... Cierto —respondía BaekHyun, evitando el detalle de que iban a comenzar a convivir oficialmente juntos, así que cambiaba de tema—. ¿Aún te quiere para su hija, no?

Ambos comenzaban a reír al respecto, una risa que había sido larga y compartida. Dejando que toda la tensión se fuera de una jodida vez entre ellos. Luego de haberse reído suficiente suspiraban a la par y el auto de BaekHyun aparecía frente a ellos.

—Oh, es mi pie para retirarme... —mencionaba con la caja en sus manos.

—Te abro la puerta —exclamaba Seokjin, pero antes de que pudiera avanzar, la mano de Baek lo detenía.

—Ya hiciste suficiente, Jinnie —respondía con una sonrisa sincera. Luego se aproximaba y besaba la mejilla del castaño con suma lentitud y delicadeza—. Espero que sean felices —susurraba cerca de su rostro.

—Espero que tú lo seas también —replicaba SeokJin.

—No te preocupes. Cuando organice mi boda en algún futuro cercano, te llegará la invitación —Baek guiñaba un ojo mientras le sonreía dulcemente, mostrando sus bonitos dientes y todo.

—Eso espero realmente —respondía SeokJin y se animaba a darle un dulce beso en su frente.

BaekHyun cerraba sus ojos y sentía esa punzaba en su nariz que le advertía que las lágrimas vendrían pronto. SeokJin se alejaba y con ojos brillosos le sonreía una última vez. BaekHyun se disponía a avanzar, SeokJin no lo sabía, pero Baek sentía sus pies jodidamente pesados mientras avanzaba al auto. Al llegar abría la puerta y metía la caja en el asiento trasero para luego pasarse al del copiloto y abrir ésta, pero se giraba antes de meterse.

SeokJin alzaba sus cejas atento a lo que pudiera salir de su boca.

—Te amo —soltaba BaekHyun con total sinceridad—. Gracias por haberme correspondido todo este tiempo. No lo arruines —le sonreía brevemente y se metía a al auto para desde allí, saludarlo una última vez.

SeokJin suspiraba y limpiaba sus ojos, antes de que estos comenzarán a aguarse. Veía su reloj y eran alrededor de las tres y media de la tarde. Rápidamente se metía a su auto, cerraba la puerta y suspiraba nuevamente, dejando caer su cabeza hacia atrás. Sus manos sostenían fuertemente el volante del auto hasta que se relajaba y buscaba su teléfono.

Nuevamente no había mensaje alguno de Taehyung. Ninguno, nada. No importaba, él lo llamaría de todas formas y se disponía a marcar su número para ser atendido por el azabache y escuchar su voz. Lo necesitaba con desesperación en ese momento, aunque fuera un simple "Bueno" él quería oírlo.

El teléfono sonaba y sonaba, pero Taehyung no respondía. SeokJin fruncía su ceño y cortaba el llamado antes de que el contestador le diera. Un segundo intento, nuevamente el tono de espera lo hacía sentirse doblemente ansioso. Taehyung bien podría estar haciendo algo o simplemente estar durmiendo, pero ¿ignorandolo?, no eso no era posible.

— ¿Por qué no me atiendes? —cuestionaba confundido.

Hola

—Bebé-...

— ¿Hola?

—Tae ¿Me escuch-...?

No te oigo... ¿Hola? ¿Hola? Era una broma, si te dió mi contestador es porque no puedo atenderte en este momento. Intentalo más tarde o déjame un mensaje y en cuanto me desocupe, te llamaré. ¡Besos!

—Pero qué... —SeokJin cortaba la llamada.

Ese contestador había agarrado enseguida, mucho más pronto que con las dos primeras llamadas. Algo no estaba bien, no se sentía bien, por lo que decidido, arrancaba su auto con dirección al apartamento de Taehyung. Había enviado unos mensajes de audio en el camino, luego otros de texto y nada.

El acelerador se veía como una excelente opción por lo que lo pisaba con ganas para llegar cuanto antes a ver a Taehyung. Hablarle, contarle. Besarlo y abrazarlo como le había prometido el día anterior. Necesitaba estar con él y estaba rogando al cielo no estar molestandolo por caerle precipitadamente, pero él necesitaba verlo.

Al llegar finalmente a su apartamento, las llamadas no habían cesado, sin embargo solo contestador era lo que recibía a cambio. Había chequeado los mensajes que había enviado, pero solo tenían una tilde que le informaban lo que ya sabía, el teléfono de Taehyung estaba apagado y no quería preocuparse en vano, pero no podía evitarlo.

Cuando el elevador se abría, de inmediato iba a la puerta de Taehyung y tocaba timbre. Una, dos, tres veces y nada.

—Mierda... —sobaba su nuca con nerviosismo y no podía pensar con claridad. No estaba seguro que hacer o a quien llamar como siguiente paso.

Se le había cruzado la idea de simplemente quedarse a esperarlo como la primera vez que habían pactado una cena fuera y no había sucedido porque Taehyung lo había olvidado. Los minutos pasaban y el azabache no aparecía, por lo que Seokjin no tenía otra idea que llamar a Jimin.

—Por favor responde. Por favor respon-...

¿Hyung? —sonaba la voz dulce y confundida del rubio.

—Jiminie... Lo lamento, lamento haberte llamado, pero estoy un poco perdido aquí

Está bien ¿Qué sucede? ¿Estás con Tae?

—No, no sé dónde está —mencionaba preocupado—. Tenía que llamarlo hoy y no me contesta. Ni llamado ni mensajes y no quiero molestar a su madre ni preocuparla, pero no-...

Hyung —interrumpía Jimin dulcemente—. El señor Hiroshi partió en la mañana de hoy.

SeokJin quedaba perplejo.

— ¿Qué? —soltaba perdido—. ¿Esta mañana? —preguntaba en un susurro.

— ¿Tae no te lo dijo? ¿No estaban juntos?

—Tenía que ver a BaekHyun hoy y habíamos acordado que lo llamaría...

Oh ¿Tú estás bien? —preguntaba el rubio amablemente.

—Necesito verlo. Él no-no me dijo nada.

SeokJin susurraba sin fuerza alguna en su voz de tan solo imaginar el dolor que Taehyung debía de estar pasando y sintiendo.

Ay, este Tae —suspiraba el rubio—. ¿No tienes el número de su madre?

—No

Te pasaré un mensaje con su número para que la llames, te podrá guiar para que llegues al lugar y estés con él. Tengo entendido que fue entre las 4 o las 6 de la mañana y ahora están básicamente preparando todo para la ceremonia

—Mierda, mierda —repetía—. Sé dónde vive el señor Hiroshi

Nop, ya no vive más dónde crees —afirmaba Jimin—. Se mudo hace tres años, llamaré a la señora Dal-Mi ¿de acuerdo? ¿o tienes el número de tu suegra?

SeokJin suspiraba y apretaba sus ojos—. Te dije no —repetía—. No lo tengo.

Lo siento, lo siento. Cierto, cortemos el llamado y te lo paso.

Horas antes de la mala noticia, Taehyung había dormido poco. Casi no había pegado un ojo por estar auto-analizandose a fondo. Pensando lo que quería, lo que no y lo que sería mejor. No había quedado conforme con el simple mensaje que había enviado a Seokjin, sin un Te amo de vuelta, no estaba conforme como se habían despedido, pero estabas de acuerdo en no haberlo besado sintiéndose de esa forma.

Toda la noche y madrugada con una sensación horrible, dormía y despertaba, dormía y despertaba de nuevo. Hasta que la mala noticia había llegado a su casilla de mensajes por medio de su madre, Dal-Mi.

Hijo, Hiroshi partió. ¿Te esperamos o quieres que tú padre vaya por ti? Ya estamos sobre el asunto. Por favor, ten cuidado si vienes solo...

Omma 4:47 am

Y todo la sensación horrible que ya tenía en su pecho, había sido llenada con otro dolor, su teléfono no tenía mucha batería y entendía porque su madre no lo había llamado. A Taehyung no le gustaban las llamadas y nunca superaría una noticia como esa, por lo que su día había estado consumido por el proceso fúnebre y había olvidado por completo todo lo demás.

Alrededor de las cuatro, ya en su apartamento lleno de ansiedad recibía el llamado de la madre de Taehyung, él no se había atrevido a llamarla, por lo que al final había pedido a Jimin que le avisará.

—Señora Ki-... Dal-Mi —tomaba confianza.

SeokJin-ah —soltaba dulcemente y con más confianza que la primera y última vez que había visto a Seokjin en el apartamento de Taehyung—. Jimin-ah me dijo que buscabas a Taehyung

—Si ¿cómo está él? Me cansé de llamarlo, pero supongo que no tiene batería

No la tiene y no lo cargo —la madre de Taehyung suspiraba—. Te enviaré la dirección y necesito que te lo lleves. Mañana comenzarán los tres días para honrar a Hiroshi y él no pretende moverse

—Voy en camino, yo cuidare de él hasta entonces —afirmaba, tomando nuevamente las llaves de su auto.

Gracias, hijo. Es tan bueno que estés para él —exclamama la señora, logrando que Seokjin se detuviera ante aquello. Tan maternal como la recordaba—. Te espero, adiós.

SeokJin pasaba saliva y salía de inmediato, en su auto seguía el mapa de su GPS y sentía tantos nervios. No podía ni imaginar el dolor de Taehyung en ese momento, pero él quería estar al pie del cañón para su amado. Al llegar a la casa, veía a un par de personas que no conocía y a los padres de Taehyung.

—SeokJin —el padre de éste se adelantaba a estrecharlo entre sus brazos—. Tanto tiempo, hijo.

SeokJin vacilaba ante el abrazo, pero lo devolvía. Se sentía extraño ser tan bien recibido luego de tanto tiempo.

—Señor Kim —susurraba.

Al instante la madre de Taehyung lo abrazaban también—. Dios, que bueno que llegaste. Ven, no se ha movido de su habitación desde que se lo llevaron.

La madre de Taehyung lo llevaba de la mano hasta la habitación donde solía estar el señor Hiroshi y al llegar a la puerta, lo dejaba avanzar por su cuenta. Veía la cara de ruego que ésta tenía pintada en su rostro y entendía que debía de convencer a Taehyung para salir si o si de allí.  SeokJin asentía pasando saliva y entraba, estaba con luces tenues, aún no oscurecia afuera, sin embargo el ambiente era tan lúgubre. Taehyung estaba sentado en la silla al lado de la cama que, solía ocupar cuando iba a verlo.

—Bebé... —La voz dulce de SeokJin llamaba su atención de inmediato.

— ¿Jinnie? —preguntaba sorprendido.

La sonrisa preciosa que Seokjin le brindaba, había tenido un efecto calmante que, se la devolvía con pocas fuerzas. El castaño se agachaba frente a él y con sus manos en sus muslos, sobaba estos con lentitud mientras miraba a Taehyung. Este tenía sus ojos rojos e hinchados, su nariz estaba igual y se veía ojeroso y cansado. Solo había pasado alrededor de nueve o diez horas, pero Seokjin no sabía que Taehyung también había tenido una mala noche luego de su despedida.

— ¿Me dejas llevarte a casa? —preguntaba con suavidad—. Tu madre me dijo que mañana comienzan los tres días para honrarlo. Hoy deberías descansar

— ¿Mi madre te lo pidió a ti a propósito para que no pudiera negarme, cierto? —soltaba sin fuerza.

—Te busque toda la tarde. Llamé a Jimin y Jimin le aviso a ella —exclamaba—. Por eso estoy aquí y si no me lo hubiese pedido... Te llevaría de todas formas porque necesitas descansar —repetía.

Taehyung suspiraba y tragaba el nudo en su garganta, luego de varios segundos en silencio asentía finalmente, logrando que Seokjin suspirara ante aquella afirmación.

—Vamos... —el castaño se ponía de pie y estiraba su mando en dirección a Taehyung.

Este miraba la misma desde la silla sentado y nuevamente la maldita camara lenta que hacía a Seokjin estar demasiado atento y receptivo a todo lo que sucedía con Taehyung. Finalmente tomaba su mano y lo miraba desde la silla, con ojos llorosos le sonreía y se ponía de pie frente a Seokjin, quien estaba quieto dejándolo hacer a su modo, esperando su siguiente movimiento.

Pero la mirada de dolor que Taehyung tenía pintada junto con la sonrisa rota y el pelo revuelto, todo era un conjunto que rompía a Seokjin de igual forma y no podía evitar atraerlo hacia él para abrazarlo y estrecharlo fuertemente entre sus brazos. Lo sentía más pequeño y lo escuchaba sollozar bajito, pero de igual forma lo llevaba a derramar lágrimas que acompañaban a Taehyung en su dolor. Luego de segundos, sentía el abrazo débil del menor sobre su cintura y su rostro se escondía en la curvatura de su cuello.

—Estoy aquí para tí —susurraba acariciando el cabello del azabache—. Estoy aquí.

Pésimo edit, y perdón si el caso aburrio UwU son cosas que deben de ser relatadas...

Perdón, ayer tuve visita y no pude cargarlo y hoy como que me relaje UwU
Estamos a dos o tres capítulos y se va AOA, quería terminarla este Finde largo pero no pude :(

Con amor niñita Nany 💜

#STREAMLIFEGOESON ^^

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