Cuarenta y ocho

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Espera, no te vayas...
Nada que sea fácil vale la pena, nada que vale la pena es perfecto.

He estado pensando en mi mismo, lo quiero a todo para mi, nadie más. Incluso si me da un infierno, bebé...

Lo tomaría todo por ti

*✾ ・。。・✾ ゜・。。・✾ *


Jungkook se arrimaba a Jimin, quién sonreía maliciosamente.

—Fue por él al baño —exclamaba, al oído del rubio.

—Lo vi todo —respondía éste.

— ¿Crees que debería ir a ver? —preguntaba el pelinegro.

—Define ver... —mencionaba Jimin.

—Hablo en serio —soltaba—. Solo pasaron dos semanas, tu amigo necesita tiempo. Se nota que no sabe si ignorarlo o saltar en su polla.

Un suave golpe aterrizaba en sus abdominales.

—Déjalos —exclamaba Jimin—. Ocurrirá lo que tenga que ocurrir. Quizás Taehyung necesita un deslice para ver qué mierda necesita

—Lo ama ¿por qué lo complica? —cuestionaba Jungkook.

—No estoy en la cabeza de Taehyung, pero este tiempo que pidió fue para él —afirmaba el rubio—. La única vez que pidió tiempo en el pasado había sido por SeokJin, por su actitud, porque lo tenía cansado con sus acusaciones y celos. Esta vez se trata de lo que él necesita. Como si estuviera viendo todo desde el asiento del espectador...

Jungkook suspiraba—. Van a terminar en la cama —aseguraba.

—Quizas si, quizás no... ¿quieres bailar? —preguntaba, cambiando de tema y tomando la mano de su esposo.

Jungkook sonreía y se dejaba llevar a la pista mientras respondía—. Contigo, siempre.

Taehyung estaba en el baño de hombres, solo y mojando su nuca. Había bebido bastante, no estaba ebrio, pero arrastraba su lengua y sus pies parecían pesados en ocasiones. Y estaba caliente, demasiado caliente.

La puerta del baño se abría y cuando levantaba la vista, SeokJin aparecía en el reflejo. Lo notaba llevar sus manos a sus bolsillos, mientras que juntaba todas sus fuerzas para enderezarse y mirarlo desde su lugar sin voltear. Su pulso se había acelerado y sentía su rostro caliente. Estaba sonrojado.

SeokJin se acercaba sin cortar el contacto visual y se paraba detrás de él. Cerca, cálido. Quemaba la espalda de Taehyung con tan solo rozarlo, la mirada de ambos conectaba a través del reflejo. Taehyung ya no podía disimular que su respiración estaba pesada y su pecho subía y bajaba sin dejar de ver los ojos dulces, pero hambrientos de SeokJin.

El castaño se acercaba para aspirar su pelo—como lo hacía al despertar juntos—solo que era un suave toque—y Taehyung temblaba de inmediato, cerraba sus ojos y mordía su labio inferior. Estaba intentando mantenerse cuerdo, pero la calma se iba por la borda cuando la lengua húmeda de SeokJin se posaba en su cuello y subía con lentitud, lamiendo la longitud de su cuello, robándole un gemido y mordiendo su lóbulo al llegar a su oreja.

Las manos de Taehyung apretaban el borde del lavabo y su cuerpo se estremecia completo. Había inclinado su cabeza hacia el lado contrario de dónde SeokJin estaba, para dejarlo vía libre de volver a lamer, pero SeokJin solo se acercaba a dejar un casto beso que lo hacía temblar y gemía frustrado de nuevo.

Se alejaba en cuanto giraba a ver al mayor tan cerca de él. Solo un par de pasos que le permitieran recuperar el aliento.

—Te extraño —susurraba Taehyung—. También te extraño —repetía en respuesta a cuando SeokJin le había dicho que lo extrañaba al inicio de la noche.

SeokJin sonreía con dulzura—. ¿Por qué te alejas?

—Porque tengo ganas de... —se mordía la lengua—. Yo-... —SeokJin alzaba sus cejas esperando lo que el azabache tenía para decir—. ¿Qué se supone que extrañas de mí?

SeokJin se sorprendía—. Te extraño a ti...

—Tú dijiste eso, pero ¿te refieres a-...?

La puerta se abría y un grupo de amigos entraba, saludaban a Taehyung por tenerlo conocido más o menos de vista y saludaban a SeokJin por pura amabilidad. El azabache salía del baño de inmediato, pero SeokJin comenzaba a seguirle de cerca.

Taehyung caminaba rápido y cuando llegaba al salon, todo el mundo estaba bailando. Alborotados por un lado, divertidos por el otro y sensuales en escasas cantidades, uno de esos eran Jungkook y Jimin. Suspiraba y una mano se colaba de detrás de él para tomarlo de la cintura, se ponía rígido de repente, pero sabía muy bien quien lo tomaría con tal seguridad en ese momento.

El aroma de SeokJin llegaba a él y se dejaba apretar más hacia su cuerpo. Estaba cansado de huir, estaba cansado de evitarlo. Estaba totalmente entregado. SeokJin comenzaba a moverlos a ambos al ritmo de la música. Taehyung apoyaba su cabeza sobre el hombro de éste. Totalmente desarmado.

— ¿Bailas conmigo? —preguntaba el castaño.

Taehyung giraba su rostro y asentía sin titubear, caminaban a la pista—sorprendentemente—tomados de la mano, con algún que otro par de ojos viéndolos. Imposible ignorar dos tipos preciosos que comenzaban a bailar como si alrededor de ellos hubiera demasiada gente, por lo que sus cuerpos no tenían espacios vacíos en vano.

SeokJin tenía a Taehyung de la cintura con una mano y la otra en su cadera. Taehyung era algo similar, una mano en la estrecha cintura de SeokJin y la otra en su hombro. La música sonaba, con "Let it be me" de Steve Aoki y Backstreet Boys, una canción que tenía a la mayoría de los presentes bailando alejados y algo eufóricos, pero a SeokJin y Taehyung los tenía con un movimiento y roce continuo al ritmo de la música.

Ninguno quería o pretendía alejarse del otro, Taehyung subia ambas manos para rodear el largo cuello de SeokJin y éste bajaba a su cadera, mientras buscaba su rostro para mirarlo fijamente, cuando la canción decía algo así:

"Si caemos, entonces puedes echarme la culpa a mí. No tienes que decirme que lo sientes, es tu decisión si te vas o me llevas... Todavía te voy a querer como loco, sí"

Y SeokJin apretaba el agarre sobre las caderas de Taehyung, con su frente sobre la ajena y relamiendo sus labios. El azabache por su parte, sentía sus piernas débiles, el poder de SeokJin sobre él era mil veces más fuerte que cuando era un adolescente virginal, años atrás. Sentía el cuerpo de SeokJin despertándose por su culpa y el suyo estaba igual, el calor era sofocante.

—Miralos —susurraba Jungkook detrás de Jimin, quién le bailaba de forma sensual.

—Sabía que después de que So-Min y sus amiguitos se fueran esto tenía que descontrolarse —mencionaba el cumpleañero.

— ¿Por qué no se besan? —cuestionaba Jungkook.

—Tienen miedo

— ¿De qué? —Jungkook arrugaba el ceño.

—De lo que pueda pasar, pero esto es bueno... Necesitan el tiempo —Jimin enfrentaba a Jungkook y ambos se ponían de lado para verlos.

—Se aman ¿cuánto más de tiempo? —insistía Jungkook.

— ¡Aish, no lo sé! —se frustraba Jimin—. Taehyung dijo que esto no es una prueba para SeokJin hyung, él necesita este tiempo para él. Para pensar y si lo miramos desde otra perspectiva, es la primera vez que SeokJin ha estado verdaderamente solo, porque... ¿está solo, cierto? —preguntaba seriamente a Jungkook, arrugando el cuello del saco con sus puños.

—Por supuesto que lo está... —Jungkook le quitaba la mano riendo—. Tienes razón, nunca  ha estado tan solo, sin siquiera coqueteos de terceros... Creo que si será bueno

—Estarán bien —afirmaba Jimin.

Jungkook lo miraba y añadía—. Te refieres a qué terminarán juntos al fin de cuentas ¿no?

—Yo no dije eso —mencionaba el rubio, Jungkook lo miraba—. Dije que van a estar bien, solo Dios sabe si terminarán juntos o no, pero ellos tienen que estar bien. Ambos.

Jungkook y Jimin volvían a mirarlos, estos seguían torturandose entre si con el baile, el roce de sus cuerpos y nuevamente Seokjin deseaba probar esa piel. Metía su rostro en la curvatura del cuello ajeno y pasaba su lengua, una lamida corta, suave y Taehyung se moría.

—Sácame de aquí... —susurraba de forma aspera al oído de SeokJin, mientras apretaba el saco en la zona  de los hombros.

SeokJin lo miraba, buscaba de nuevo sus ojos y eran negros y brillantes, demasiado bonitos, demasiado sedientos.

—De acuerdo —exclamaba sin aliento.

Tomaba una vez más su mano y se dirigían a la salida. Sin despedirse de Jimin, pero este los había visto escabullirse entre el publico y entendía totalmente la urgencia de ambos hombres.

—Espero y tengas razón sobre lo de que van a terminar bien —susurraba Jungkook a Jimin.

Al salir del salon, directo, sin ascensores, Taehyung seguía siendo arrastrado por SeokJin, quién lo tenía firme de la mano. La brisa fresca de madrugada golpeaba en su rostro y sentía que la lucidez llegaba. Suspiraba y continuaba caminando a la par de un SeokJin que lo miraba de vez en cuando hasta que llegaban a su auto en el estacionamiento. No se habían besado aún, no se habían tocado como realmente querían y se estaban prendiendo fuego.

SeokJin quitaba la alarma del vehículo y abría la puerta para Taehyung, este quedaba en una breve pausa, mirando el asiento del copiloto desde afuera y SeokJin sentía una ansiedad de los mil demonios.

—Puedo solo llevarte a tu apartamento, si es lo que deseas —susurraba con pocas ganas—. Puedo dejarte e irme.

Taehyung lo miraba y pestañeaba con pesadez, él no quería dejar a SeokJin aún.
Pasaba saliva y se metía en el auto en silencio bajo la atenta mirada de SeokJin. Este cerraba la puerta e intentaba fuertemente, no pensar con su cuerpo. Al entrar, sentarse y encender el auto, Taehyung hablaba:

—No me dejes aún —pedía—. Llévame donde desees, pero no me dejes en mí apartamento todavía.

SeokJin relamia sus labios y sin decir nada, se ponía en marcha. Taehyung miraba las calles sin voltear a ver a SeokJin y este, apreciaba su bonito y filoso perfil. El barrio no se le hacía conocido a Taehyung, no estaba seguro de a dónde lo estaba llevando, hasta que se detenían frente a unos edificios muy bonitos.

— ¿Dónde estamos? —preguntaba finalmente.

—Yo vivo aquí... ¿Quieres subir o quieres que maneje sin rumbo alguno? —preguntaba con dulzura.

Taehyung lo miraba finalmente y respondía—. Quiero subir.

Camino a su piso, con distancia preventiva entre ellos en el ascensor, llegaban y SeokJin le abría el paso. Taehyung vislumbraba una sala con sillones de cuero negro, un pequeño juego de tres piezas, una mesa ratona de vidrio. Un plasma en el centro frente a estos y más atrás una isla de tamaño mediano con banquetas altas y la cocina pequeña pero equipada que SeokJin tenía.

Era un espacio pequeño, pero prolijo, aunque sin vida alguna.

—Tus paredes están jodidamente blancas —susurraba.

—Si... Lo sé, nunca fui bueno en la decoración —exclamaba pasando por en frente de Tae y despojándose de su saco.

Taehyung lo veía, conteniendo sus ganas de tocarlo.

—Es un lugar pequeño, pero muy bonito —mencionaba nuevamente, observando todo con cautela. Un pasillo se abría a su izquierda.

SeokJin se paraba detrás de él, cerca. Demasiado cerca—. Baño al final y... —susurraba—. Mí habitación del lado derecho.

Taehyung pasaba saliva y se volteaba a verlo, tan cerca, tan hermoso. Con su cabeza en las nubes y atraído como si de un imán se tratara besaba los labios de SeokJin. Con suma suavidad, con miedo a romperse o romperlo. SeokJin lo recibía con la misma delicadeza, levantaba sus manos y acunaba el rostro de Taehyung, mientras mordía el labio inferior para que éste abriera la boca y le permitiera meter su lengua.

El azabache se giraba para más comodidad y SeokJin aprovechaba a quitarle el saco, solo una camisa blanca y más besos subidos de tono a cada segundo. El castaño comenzaba a llevarlo en dirección a su habitación, cada besos salvajes, daba varios pasos que los dejaban más cerca de la puerta, hasta que SeokJin tomaba al menor por los glúteos, lo acercaba y levantaba para llevarlo. Taehyung enrrollaba de inmediato las piernas y continuaba desgarrando los labios del castaño.

Al llegar a la habitación, las luces eran encendidas y Taehyung miraba todo el alrededor encima de y entre los brazos de SeokJin. No había nada que pudiera ser de BaekHyun. Solo una habitación más, plana con paredes sin vida, ningún cuadro colgado, solo una gran cama king size en el centro y luego un placard grande y dos mesitas de noche.

Su poca concentración en el ambientes, se veía afectada por los labios de Kim SeokJin en su cuello una vez más. Era dejado en la cama con suavidad, mientras que su camisa estaba comenzando a ser desabotonada, los dedos hábiles de SeokJin hacían el trabajo tan rápido, pasaba a sus zapatos, quitandolos junto con los suyos y cuando volvía a subir comenzaba a besar su torso sin apuro, con sus dedos sobre el cinturón y su lengua dando atención a uno de sus pezones.

—Tu habitación es tan aburrida —soltaba Taehyung de repente, jadeando.

SeokJin quedaba en pausa mientras alzaba la mirada.

—Tienes razón, pero ¿quieres que me detenga? —susurraba sobre la piel del azabache.

—Aún no tengo una respuesta —mencionaba con honestidad—, pero necesito estar contigo...

—También quiero estar contigo —SeokJin subía y quedaba encima de Taehyung, cara a cara, acariciando su cabello. Mirándolo con dulzura.

La camisa de SeokJin tocaba la piel caliente de Taehyung, quién llevaba ahora sus dedos a esta y la desabrochaba. La corbata seguía colgando del cuello de SeokJin hasta que, finalmente, con su pecho al descubierto, tocando la piel del azabache, éste se la quitaba y la arrojaba en alguna parte del piso.

— ¿Quieres seguir? —susurraba SeokJin—. Puedo parar...

— ¿Puedes? —cuestionaba Taehyung.

—Si —afirmaba con un susurro ronco.

—Ponte de pie —pedía el azabache, empujándolo suavemente.

SeokJin acataba la orden y los veía a ambos en igualdad de condiciones. Camisa abierta, sin zapatos, y pantalones que sobraban.

— ¿Estás bien? —preguntaba.

Taehyung negaba—. Aún no... —admitía con su corazón latiendo demasiado rápido.

—Me costo demasiado no molestarte estas dos semanas —susurraba con las manos en su bolsillo.

—Gracias por respetar lo que te pedí —afirmaba.

SeokJin sonreía, pero la sonrisa no llegaba a sus ojos. Taehyung se despeinaba y se acercaba al castaño en silencio, ponía sus manos sobre el pantalón y cinturón, comenzaba a desabrocharle sin mirar a su portador.

—Dime que me extrañaste a mí y no al sexo —exclamaba.

SeokJin alzaba sus cejas—. No te pondré un jodido dedo encima para que veas que se trata de ti y no de la cama.

Taehyung sonreía y continuaba desbrochando el pantalón, SeokJin estaba algo confundido con su actitud, pero no podía dejar de estar a su disposición y lo que sea que necesitara aquella madrugada.

—Por un momento volví a creer en que se trataba de eso ¿sabes? —mencionaba Taehyung—. Pero, va más allá...

— ¿De nuevo estabas creyendo que solo somos buenos para limitarnos a follar y nada más? —preguntaba.

Recordando lo que Taehyung le había dicho en la casona, sobre solo dejarlo en sexo, en lo que estaban siendo buenos.

Taehyung lo miraba y asentía con honestidad, bajaba el pantalón por las caderas de SeokJin y lo dejaba caer al piso. SeokJin se movía para quitárselo. Taehyung se alejaba y bajo la atenta mirada del castaño comenzaba a desvestirse. Primero la camisa, luego el pantalón, y por último pero no menos importante, su boxer.

Estaba completamente desnudo, mientras que SeokJin aún tenía la camisa y el boxer. Se relamia sus labios y se contenía de no lanzarse encima de él. Taehyung tenía una confianza que lo hacía ver muchísimo más hermoso. Antes no solía ser así. Volvía a acercarse a SeokJin, sin cortar la mirada. Le quitaba la camisa con suavidad y luego metías sus dedos en el elástico del boxer y se relamia sus labios, bajando la vista nuevamente. Se acercaba a la boca de SeokJin y la rozaba con la suya, sin besarlo solo acariciar los labios ajenos con los suyos.

— ¿Me darías esta noche? —preguntaba sobre estos.

SeokJin respondía—. Te daría lo que quisieras pedirme sin siquiera dudarlo.

Taehyung sonreía y bajaba la única prenda entre su erección y la ajena. La tela caía por las largas piernas de SeokJin y antes de que pudiera decir algo Taehyung lo atacaba. Con labios y dientes. Con sus manos por todo su cuerpo y estos rozando y chocando entre si. Se había desatado la pasión, el hambre y la necesidad, dos semanas habían sido demasiado para SeokJin y tan poco para Taehyung. Pero de igual forma se necesitaban, se habían extrañado.

Y pese a que Taehyung había pedido el tiempo, SeokJin también estaba meditando en el proceso. No tenía su atención en alguien más, como en el pasado, no tenía una conquista con la cual entretenerse por mensajes. No había nadie más que Taehyung, aunque éste incluso no estuviera ahí. El azabache por su lado, solía pensar todo, meticulasomente, permitiéndose ser honesto con él, reconociendo que necesitaba y que no. Esta pausa para él no era difícil, estaba acostumbrado a estar solo. Estaba acostumbrado a tener malos encuentros, sin ser correspondido correctamente o incluso aburrirse del resto.

Excepto que ahora, había alguien esperando por él y ese alguien era nada más y nada menos que SeokJin.


Volví a  narrar banda (esta no es la canción oficial que contrasta con la del anterior capitulo, pero quedaba perfecta para este momento)

Este fin de semana debo dejar ir AOA 😭 amo este fic, pero alargarlo no es correcto. Estamos culminando y extraño mucho mis otras historias, anoche me quedé leyendo Erotofonofilia boe... me pinto UwU

UwU

Con amor niñita Nany 💜

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