⛓️Chapter forty nine!

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La pequeña cabaña estaba impregnada del aroma de ambos.

Yoongi estaba sentado, en su regazo sostenía a Jimin, manteniéndolo encerrado entre sus brazos, mientras sus labios continuaban enredados con los del omega en un beso infinito que les había robado suspiros y dejado sin aliento.

El alfa sentía que estaba viviendo un sueño. Se enteró que iba a ser padre, y que sus sentimientos eran correspondidos con la misma fuerza que él demostraba los propios. Ahora comprendía el comportamiento protector que tenía su lobo cada vez que estaba cerca del líder omega, y también sabía el motivo por el que los aromas de Jimin estaban adquiriendo dulzura.

Había preñado a su omega, en el vientre de Jimin crecía un cachorro que sería fuerte, y ese conocimiento hizo que Yoongi inflara el pecho en orgullo.

—Eres un presumido, nene —murmuró Jimin sobre los labios contrarios.

—Llevas a mi hijo en tu vientre. Para un lobo no hay mayor honor que ese —respondió, mirándole con absoluta devoción.

El omega aprovechó ese momento para hablar de algo importante. Tomó una distancia adecuada del alfa y se sentó al lado de él, tomando las manos más grandes para mantener el contacto íntimo que los tenía sumergidos en una burbuja llena de tranquilidad.

—Estoy embarazado de un alfa... —hizo una pausa prolongada, con su atención puesta en el hombre a su lado—. Soy el líder de una manada que tiene leyes antiguas y estrictas que no conocen rangos al momento de ser usadas, ¿entiendes lo que te quiero decir?

En ese momento exacto, la expresión tranquila de Yoongi cambió por completo. El alfa demostró la naturaleza salvaje que corría por cada una de sus venas, sus ojos dorados como oro se fundieron en algo más denso y mortal, sus aromas aumentaron y todo su cuerpo cambió a un arma letal que sería usada si el omega y su cachorro corrían el mínimo peligro.

—No permitiré que te hagan daño —rugió, en compañía de su lobo sangriento que estaba alerta—. Mataré a todo aquel que se convierta en una amenaza para ti y nuestro hijo.

—No puedes matar a toda mi manada, alfa —dijo Jimin—. Porque son ellos mi amenaza; si se enteran que el padre de mi hijo es un alfa me acusarán de traición a la ley —informó con la mandíbula tensa—. Un delito de esa magnitud dará la oportunidad al concejo de hacerme trizas. Y créeme, ellos van a aprovecharla.

Yoongi no conocía a profundidad las leyes de la manada del omega, pero sí lo suficiente para comprender las palabras de Jimin. YoonWoo le advirtió de muchas ellas, le dijo que si deseaba permanecer al lado del pelinegro debía actuar con prudencia e inteligencia, mantener en control sus instintos y esperar cauteloso la valiosa oportunidad de un ataque certero.

Fue entonces que Yoongi comenzó a analizar todos los puntos importantes de la conversación, los enlazó rápidamente con la realidad que estaban viviendo, una donde Jimin era el líder absoluto y él un general... una donde el omega estaba casado con un beta, y...

Inmediatamente se puso de pie.

—Dirás que nuestro hijo es de Jackson —acusó con el ceño fruncido, mientras lidiaba con la indignación total de su lobo que no tardó en gruñir para demostrar protesta.

—Yoongi...

—Mierda, no —gruñó—. Ese bufón no tiene derecho de llamarse padre de mi cachorro ante los demás, ni siquiera es digno de llevar tu marca —aseguró con furia palpable—. No quiero que nuestro hijo lleve su apellido, ¿dónde quedo yo, Jimin?

—Te estas precipitando —comentó el omega, mostrándose relajado, como si tuviera todo calculado.

—No me quitarás los derechos sobre mi hijo, ¿verdad?

—No. Si esos fueran mis planes, no te hubiera dicho que es tu hijo.

Yoongi soltó un suspiro aliviado para luego volver a sentarse, tomó una de las manos del omega y la llevó a sus labios para llenarla de besos pequeños y continuos, sintiéndose bien al ver a Jimin sonreír.

—Tienes un plan —comentó el alfa, ansioso por escucharlo.

—Faltan pocos días para que mi aroma delate mi embarazo, Félix me lo advirtió —inició el menor—. Mi matrimonio es la fachada perfecta, los pocos o muchos que sospechen mi estado comenzarán a concluir que el cachorro es de Jackson, pero nosotros no haremos ningún comunicado oficial —explicó a detalle—. Permaneceremos en silencio, mientras trabajo en modificar las leyes necesarias y deshacerme del concejo.

—¿Y si alguien te pregunta directamente? —inquirió Yoongi.

El omega soltó una carcajada antes de asegurar:

—Nadie es lo suficientemente valiente como para hacerlo.

El alfa le dio la razón. Todo el pueblo le temía a Jimin, también lo respetaban; ahora los miembros del concejo estaban tensos por el decreto que se llevaría a cabo, así que, si descubrían el embarazo no le darían la relevancia suficiente y rápidamente concluirían que era de Jackson.

Sin embargo, tanto Jimin como Yoongi sabían que su bebé era una amenaza real para Kaisa. Ese niño o niña que aún no nacía ya era el sucesor y heredero de la manada que el líder rebelde pensaba conquistar, así que se convirtió en un fuerte obstáculo con el que aún no contaba.

Un niño con sangre Min y Park, el producto de la unión entre un alfa legendario y un omega puro era una real amenaza en la guerra, es por ello que Jimin decidió mantener el perfil bajo, permitir que las cosas tomaran su curso y actuar sin rodeos.

—Hay dos infiltrados en el concejo, es suficiente para querer eliminarlo de mi mandato —comentó el líder.

—Es arriesgado, todas las manadas podrían declararte la guerra y romper las alianzas —dijo Yoongi—. Kaisa podría aprovechar para convertir a tus aliados en enemigos mortales.

—Lo sé, por eso estoy esperando pacientemente la oportunidad perfecta para hacerlo —dijo, con su mirada puesta en el fuego de la chimenea—. Pero te juro que no descansaré hasta deshacerme de cada uno de ellos.

El alfa hizo que el omega se recostara encima de su cuerpo, besó la cabellera oscura y lo envolvió entre sus brazos. Tiempo después, ambos se quedaron dormidos.

El clan de las montañas fue una sorpresa agradable para Jungkook y para NamJoon.

El terreno era boscoso, fresco y lleno de ríos, donde la mayoría de los campesinos trabajaban como pescadores para abastecer los mercados tradicionales del lugar.

Habían cuatro aldeas, las personas eran amables, convivían entre ellos con mucha armonía y no se metían en líos ajenos. Sin embargo, lo que más agradó al par de visitantes era ver con sus propios ojos cómo vivían los alfas ahí.

Era increíble. Los alfas tenían sus propios negocios, altos cargos dentro de la manada y podían formar una familia con quien quisieran, sin temor a ser juzgados, cazados o esclavizados.

Vivían en libertad, plenitud y dignidad. Mostraban su casta con orgullo, y en sus pensamientos jamás existió la idea de huir o tener que defenderse.

NamJoon sonrió pequeño al ver un trato igualitario, mientras que Jungkook estaba luchando para contener la gran emoción que sentía, misma que se mostraba en lo cristalino de sus ojos.

—El clan de las montañas se mantiene leal a las viejas costumbres —comentó Jackson con orgullo—. Tenemos un estilo de vida bastante sencillo en realidad, no anhelamos nada más de lo necesario y no luchamos contra corriente.

—Pero tienen una de las mejores defensas en el campo de batallas, y el muro de rocas del sur es impenetrable para las fuerzas enemigas —dijo NamJoon con emoción.

—Que no nos guste iniciar batallas no significa que los demás vayan a respetar nuestro modo de vivir —indicó el líder de esas tierras—. Hemos recibido muchos intentos de invasión en los últimos cincuenta años, así que aprendimos a defendernos.

Los tres caminaban tranquilamente en la aldea sur, ahí mismo se encontraba la casa de Jackson que sería el mismo lugar donde NamJoon y Jungkook vivirían durante su estancia en las montañas.

—Eres un gran líder, hyung —elogió Jungkook con ojitos brillantes.

—Siempre trato de aprender algo nuevo cada día, pero te lo agradezco —respondió el beta con una sonrisa—. Ustedes dos aprenderán todo lo necesario para formar parte de la guardia negra comandada por Min Yoongi.

—Yo... yo no soy un lobo legendario —murmuró NamJoon con incredulidad.

—No es necesario que lo seas —aseguró Jackson—. Jimin te quiere ahí y Yoongi no tuvo problemas cuando se le informó. Tu deber ahora es entrenar con voluntad para formar parte.

Llegaron hasta la residencia del líder, una construcción de gran tamaño de madera sólida y ventanales amplios de cristal. Jackson le mostró a cada uno sus habitaciones, y también puso el personal a la disposición de ellos, presentándolos como invitados importantes que su esposo Park Jimin había enviado a las montañas.

—El entrenamiento comenzará mañana a primera hora —informó—. Descansen todo lo que puedan.

NamJoon y Jungkook aceptaron los cambios que sus destinos estaban pasando. Habían llegado hasta ese lugar para convertirse en verdaderos guerreros, y ninguno de ellos pensaba flaquear en su misión.

Kaisa estaba enfurecido.

La noticia del decreto oficial que Park Jimin hizo valer frente a todos fue una violenta abofeteada a su orgullo de alfa. Jamás, ni en sus más remotos pensamientos creyó que el chiquillo omega tendría el coraje suficiente como para desafiarlo de esa manera.

—Te dije que lo estabas subestimando —dijo Yugyeom con los dientes apretados—. Jimin no es como su puñetero padre. Es más peligroso, y por eso debimos matarlo cuando tuvimos la oportunidad.

—Se supone que el concejo no permitiría que sucediera algo así —gruñó.

Yugyeom soltó una risa cargada de sarcasmo que enrabió todavía más al líder de los rebeldes. La pequeña discusión era de ellos dos, todos los demás que estaban presenciando permanecían en completo silencio, agregando tensión a la situación que claramente había salido de sus manos.

—¿Qué parte de que Park Jimin no es como su padre no entendiste? —bramó Yugyeom—. YoonWoo se dejaba dominar por el concejo, valoraba sus opiniones y demás, por ello nos resultó ventajoso —le recordó—. El actual líder no es así. Siempre hizo lo que quiso y nadie se atravesó en su puto camino, porque los exterminaba sin remordimientos o dudas.

—Ese mocoso no es ningún líder —siseó amenazante. El mal humor le estaba nublando el juicio, sintiéndose acorralado, como una asquerosa presa que cayó en su propia trampa.

—Lo es. Nos jodió y tienes que admitirlo —dijo Yugyeom—. Hiciste mal en matar a YoonWoo, era una debilidad que podíamos usar a nuestro favor.

—Encontraré otra debilidad, aún no me ha vencido.

—El ejército de legendarios está inquieto y es cuestión de tiempo para que se revelen —le recordó Yugyeom—. Yoongi juró lealtad a Park, el ejército que tienes le es leal a él, ahí ya tienes una desventaja marcada —sonrió sin gracia—. La única fortaleza que teníamos eran los infiltrados, fue un trabajo de años y ahora será destruido por un maldito decreto.

—¡Cállate! —bramó Kaisa, para luego concentrarse en su mejor estratega—. ¿Qué tan seria será la perdida con ese decreto?

—Muy seria, mi líder —respondió el hombre con tensión—. Si Park Jimin asesina a todos los alfas de la manada perderemos más de la mitad de nuestro ejército. Quedaremos vulnerables y no sobreviviremos si deciden atacarnos.

—¡Maldita sea! —gruñó enfurecido, al mismo tiempo que sus puños impactaban en la madera de la mesa.

Kaisa no quería admitirlo, pero realmente estaba acorralado. Al parecer la muerte de Park YoonWoo no fue suficiente para debilitar al último de los Park; más bien parecía que tuvo el efecto contrario, porque el omega lo estaba atacando sin descanso y sin rastros de temor.

Terminó soltando una carcajada que asombró a más de uno de los presentes.

—El chico tiene valor —comentó sonriente.

—¿Qué ordena, mi líder? —preguntó uno de ellos.

Kaisa se tomó su tiempo para responder a esa pregunta, caminó alrededor de la mesa donde estaba un mapa extenso de la manada, y luego su mirada se fijó en la lista de clanes que mantenían una alianza con Park Jimin.

En su cabeza se formó una posibilidad bastante tentadora, haciendo que una sonrisa oscura endureciera sus facciones.

—Imaginen a Park como una torre impenetrable, pero, ¿qué pasaría si los cimientos de esa torre comienzan a desaparecer? —preguntó.

Yugyeom lo entendió de inmediato, la mueca cómplice lo delataba.

—Piensas destruir sus alianzas —aseguró convencido.

—Y utilizaremos el mismo tratado que Park inició a nuestra conveniencia —habló Kaisa.

—No será tan fácil lograrlo —opinó el estratega—. Las clanes aliados son fieles al linaje Park, doblegarlos no es una opción.

—Lo tengo en cuenta. Por esa misma razón necesito reunirme con Suyin, él es indispensable en este momento.

—Suyin es miembro del concejo y Jimin ha cerrado todos los accesos a la manada —dijo Yugyeom—. No será posible.

Sin embargo, la expresión victoriosa del líder de los rebeldes no se borró de su rostro, mostrando a los demás que tenía un excelente plan formándose en lo más secreto de su mente.

Pocos minutos después, la voz de Kaisa volvió a escucharse.

—Suyin estará a mi lado dentro de poco, y también recuperaré a mi hijo.

No era una promesa, sino un juramento escrito con la sangre de su enemigo.

























Estoy preguntándome seriamente a quién debo matar en los próximos capítulos. 🧐

Jajsjaja bromita, o no. 😈

Espero que el capítulo les haya gustado, y también vuelvo a disculparme por si encuentran una falta ortográfica.

¡Hasta el próximo capítulo!

⛓️Yoon~



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