⛓️Chapter sixty three!

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Yoongi se encontraba en un estado de ansiedad absoluto.

Nunca antes un camino le había parecido tan largo e interminable. El líder legendario había recorrido grandes distancias a lo largo de su vida; días completos, incluso semanas, pero justo ahora que faltaban minutos para llegar al campamento sentía como el tiempo se ralentizaba, como si estuviera burlándose de su preocupación y desdicha.

Sabía que algo estaba mal con su omega. Pudo sentirlo a través del lazo, también pudo notarlo con los silencios prolongados que recibió de SeokJin y de Taehyung cada vez que preguntó por las ausencias de Jimin.

Fue por ello que decidió irse al campamento lo más pronto posible. No pensaba seguir con la incertidumbre y la impotencia de no saber lo que pasaba, misma razón que le hizo tomar una decisión.

—Ya estamos llegando —avisó Amira, mientras daba un vistazo al exterior que comenzaba a pintarse de la oscuridad nocturna.

Yoongi se quedó en silencio, quieto, concentrado en tomar profundas respiraciones para que su estado desesperado no influyera en el ánimo del omega. Abrió y cerró las manos constantemente, importándole poco la imagen vulnerable que estaba mostrando a los demás generales que le acompañaban en el viaje.

—Tranquilízate Min —pidió HyunJin—. El líder está bien.

—Lo creeré hasta que pueda verlo —dijo Yoongi con voz baja y ronca.

—Debiste tomar un baño —comentó Mina. La omega iba sentada al lado del alfa legendario y tenía la nariz arrugada—. Hueles a muerte, sangre y sudor. El olfato sensible del líder va a repudiarlo.

El alfa parpadeó, hasta ese momento fue que notó su estado. Le dio la razón a su compañera, lucía asqueroso, tenía el uniforme roto, algunas heridas pequeñas y mucha sangre seca que se acumulaba más en el cabello.

—No puedo presentarme así —admitió con una mueca.

—Nos encargaremos —decidió Hwasa, y pocos segundos después el camión que los transportaba se detuvo.

Los ocho generales de ejércitos salieron del pesado vehículo, fueron recibidos por los soldados que custodiaban el lugar quienes no tardaron en dedicarles el saludo militar correspondiente, para luego regresar a sus tareas.

El campamento era grande, estaba en una zona alejada del campo de batalla y con una excelente visión a todos los puntos por los que el enemigo podría atacar, así que no existía forma de ser tomados por sorpresa.

—Sígueme Min —pidió Hwasa al alfa.

Yoongi lo hizo. Siguió los pasos de la omega hasta un área bastante apartada que contaba con agua. Hwasa le entregó una toalla y le indicó dónde podía tomar un baño rápido que le ayudara a deshacerse de la suciedad para que luego pudiera entrar a las instalaciones y buscar a Jimin.

—No tengo tiempo para un baño —renegó el alfa con las cejas juntas.

—Quítate la camisa, haremos esto rápido —dijo Hwasa, mientras buscaba una de las mangueras.

Yoongi lanzó la toalla lejos y se deshizo de los trozos que le quedaban de la camisa. En cuestión de segundos soltó un sonido relajante cuando el agua impactó en su torso ensangrentado, lavando la suciedad y haciéndole sentir extremadamente bien.

Se ayudó con las manos, frotó los brazos, el cuello y el rostro. Metió la cabeza directamente en el chorro de agua, y gracias a la presión que ejercía al salir fue que pudo sacarse toda la mugre que tenía en el cabello.

Varios minutos después, la omega guardó la manguera, mientras el líder legendario tomaba la toalla para secarse.

—Traje ropa —avisó Moonbyul, dejando un nuevo uniforme a la disposición de Yoongi.

El alfa le agradeció a sus compañeras. Ellas lo dejaron solo para que pudiera cambiarse con calma y comodidad, aunque calma era lo último que Yoongi podría sentir en esos momentos.

Yoongi fue rápido y descuidado en sus movimientos. Lanzó lejos la ropa mojada y secó su cuerpo a como pudo. Con velocidad se colocó el uniforme nuevo, y no le importaba que algunos botones estuvieran fuera de lugar, o que las agujetas de sus botas militares estuvieran sueltas, menos aún podría importarle el cabello desordenado y goteante.

Lo único que le importaba era reunirse con el omega que amaba, y asegurarse que estaba bien.

Ingresó a las instalaciones reforzadas de la casa central del campamento, había mucho movimiento alrededor con soldados vigilando cada punto visible. Yoongi caminó por los pasillos grises con rapidez, recibiendo reverencias y saludos militares que no respondió como debería, debido a que estaba concentrado en una sola cosa, y era encontrar a Jimin.

Al final de un pasillo se encontró con el comandante Kim. El omega parecía estarlo esperando, pues no demostró sorpresa en su expresión y no se movió de su lugar.

—Comandante —saludó el general Min—. ¿Dónde está mi omega?

—En estos momentos está siendo atendido por el médico —informó—. Nada de gravedad, sólo un chequeo de rutina para asegurar que todo está bien con él y el cachorro.

—Tuvieron problemas para llegar al campamento. —Yoongi no lo estaba preguntando, sabía que fue así, porque de otra manera hubiese tenido reportes con la firma directa del líder Park.

SeokJin soltó el aire, decidiendo decir toda la verdad al alfa. Después de todo, nadie más que Min Yoongi tenía derecho a saber lo que ocurría con Jimin y su embarazo.

—Fuimos emboscados en una aldea que estaba en ruinas —inició—. Sólo éramos Jimin, mi hijo y yo. No contábamos con refuerzos porque los escuadrones cercanos estaban en batalla —calló un instante—. Nos acorralaron, hubo una explosión y estuvimos a punto de morir.

El alfa sintió un nudo mortal instalado en su pecho que le hacía imposible la tarea de respirar. Miró con necesidad al omega frente a él, sin tener la capacidad de controlar las primeras lágrimas que se acumularon en sus ojos cansados.

—Ellos están bien, ¿cierto? —inquirió, relamiéndose los labios producto de la ansiedad—. Dígame que mi omega y mi hijo están bien.

—Cálmate Min, ellos están bien —aseguró SeokJin, mientras apoyaba ambas manos en los hombros del alfa—. Jimin es un omega fuerte, difícil de vencer —siguió, otorgando una sonrisa tenue—. Tu hijo también es fuerte.

Yoongi asintió, con mirada brillante de orgullo que le hizo darse cuenta a SeokJin de todo el profundo amor que ese alfa sentía por el líder Park y el pequeño que continuaba en el vientre del líder.

—¿Cómo sobrevivieron al ataque? —preguntó el alfa, cuando ya estuvo más calmado.

—Fue un milagro, al menos así lo veo —afirmó el comandante—. Un grupo de mujeres que forman parte de la antigua guardia de la madre de Jimin llegaron en el momento indicado para salvarnos.

—¿De qué manera podrían saberlo? —indagó con todo el rostro desfigurado en confusión.

El comandante hizo una fina línea con sus labios. Ciertamente, él seguía procesando las nuevas noticias y le resultaba difícil; imaginaba que sucedería algo similar con el general Min, pero era importante decirle.

—Hoseok está vivo —reveló, notando como el otro abría los ojos por completo—. Es una historia un poco complicada, Min. Será mejor que Jimin te informe.

Yoongi tenía muchas preguntas para hacer, pero terminó asintiendo. Su máxima prioridad ahora era saber un poco más del estado actual de su pareja, y fue una fortuna para él que la puerta a su lado se abriera, revelando la presencia de un médico.

El hombre mayor que usaba una bata blanca miró a Yoongi con extrañeza, luego fijó la vista en el comandante, esperando una explicación que no tardó en llegar.

—Él es el general de los legendarios, Min Yoongi —presentó SeokJin—. Pareja del líder y padre del heredero.

—Oh, es un honor conocerlo —saludó el médico con una reverencia—. Primero necesitaba saber quien era para hablar del estado de salud de nuestro líder. Como verá es un tema delicado que no puede llegar a muchos oídos, espero que comprenda.

—Lo hago, ahora dígame cómo está mi omega y mi hijo —pidió, quizá con demasiada desesperación como para sonar amable.

Sin embargo, el hombre mayor no se mostró ofendido en ningún momento, entendía que el alfa estaba preocupado y por ello comprendió el tono impaciente.

—La etapa de peligro ya pasó —informó—. La hemorragia fue producto de la fuerte situación de estrés a la que el líder estuvo sometido. Pudimos estabilizarlo con transfusiones sanguíneas —explicó con calma—. El embarazo está avanzando correctamente. Entró a su sexto mes y el niño tiene un peso y talla adecuados.

El corazón de Yoongi se detuvo por esos segundos.

—¿N-niño? —preguntó en un hilo de voz.

—El líder está embarazado de un varoncito fuerte —anunció el médico, notando la sonrisa ilusionada del alfa frente a él—. ¿No lo sabían?

—No —susurró el general.

—En ese caso, lamento si arruiné la sorpresa —se disculpó.

—¿Hay algo que debamos tomar en cuenta? ¿Algún cuidado especial que mi omega requiera? —preguntó Yoongi con interés y sobre todo mucha emoción.

Es que, diosa... él sería padre de un varón. Un pequeño niño le diría "padre" y seguiría el ejemplo que Yoongi le diera. Eran muchas emociones que lo tenían desbordado, sintiéndose afortunado y agradecido por lo que su luna le había entregado.

—Es complicado —murmuró el médico con una mueca—. El líder necesita reposo, un ambiente en calma, pero estamos en guerra y soy consciente que los rebeldes no darán una tregua. Por tanto, estoy seguro que si logra descansar al menos una semana, podrá retomar sus obligaciones.

—Jimin es muy terco, doctor —intervino SeokJin—. No se quedará de brazos cruzados, ni se ocultará cuando los demás pelean. A él le importa mucho su manada.

—Bueno, él podría pelear —asintió el médico, mientras ajustaba sus gafas—. Sus genes de omega puro le ayudan mucho y el que sea varón es como una barrera extra de protección para su hijo —explicó con seguridad—. Lo único que pido es que sean cuidadosos y que no permitan que se exponga en un campo abierto —hizo una pausa—. Y si llega a ocurrir, no lo dejen solo, sería una catástrofe.

Yoongi escuchó con atención todas las indicaciones y consejos del médico. Lo hizo y los grabó en lo más profundo de su mente, jurándose a sí mismo proteger con su vida a su gran amor y a su pequeño hijo.

Sintió unos labios gentiles acariciar con parsimonia cada porción de su rostro, reconoció los aromas que se volvían más fuertes con el tiempo, dándole la oportunidad a su olfato para que se embriagara con la frescura de la menta y la madera de cedro.

Abrió los ojos, encontrándose con la persona que tanto quería ver. Yoongi estaba ahí, a su lado, sosteniendo una de sus manos y dejando besos cortos en sus mejillas.

—Hola —saludó Jimin, dejando escapar un bostezo corto.

—Hola —respondió Yoongi, concentrándose en el omega y en lo lindo que lucía somnoliento.

—¿Hace cuánto tiempo viniste? —indagó el pelinegro, mientras acariciaba la mano del general que se negaba a soltarlo.

—Hace un par de horas —respondió—. Te encontré dormido y me quedé para cuidarte.

—Debes estar cansado —comentó, con sus ojos oscuros acoplándose a los dorados.

—Un poco, pero quiero estar contigo —se sinceró—. Verte y cuidarte me hace bien.

Jimin llevó la mano izquierda del mayor hacia su mejilla y se frotó contra ella en una muestra de cariño que resultó tierna para el alfa. Ambos se quedaron en silencio, cayendo en la tranquilidad que se generaba con la presencia del otro, y olvidando por un momento el caos desatado en el exterior.

—¿Hablaste con el doctor? —preguntó el líder, dándole espacio para que el castaño se sentara en la orilla de la cama.

—Sí —dijo, e inevitablemente sonrió enamorado—. Ya entraste al sexto mes, omega y tendremos un varón.

—Lo sé, ¿te hace feliz? —cuestionó Jimin con repentina timidez que se evidenció en las mejillas rojas.

Yoongi se inclinó para besarle la frente antes de responder:

—Feliz, infinitamente feliz —aseguró, mirándolo con devoción.

—También me siento feliz —confesó en voz baja—. Tuve miedo de perderlo, me imagino que SeokJin te informó de la situación que vivimos.

—Lo hizo —concedió Yoongi, tratando de mantener la calma—. Pero estás bien, omega. Además, no pienso separarme de ti.

—No me sorprende —comentó el menor, ganándose una risa corta de parte de su alfa—. ¿Cómo resultó la visita al centro de control?

—Una masacre —admitió el castaño, chasqueando la lengua al recordar—. Yugyeom lideró un considerable grupo de rebeldes que pretendían tomarnos por sorpresa con una emboscada —bufó irritado—. No fue complicado deshacernos de ellos, aunque la rata de Kaisa escapó.

—En los reportes que enviaron mencionaron pérdida de armamento —comentó Jimin.

—Sí, pero Jackson se está encargando de volver a abastecer el almacén principal —tranquilizó Yoongi—. No te preocupes por esos detalles, lo tenemos controlado.

El omega asintió. Confiaba en Jackson y sabía que el líder de las montañas tenía la capacidad para cumplir con esa misión; también estaba confiado con los estudios de terreno que eran liderados por Wheein, la beta sabía lo que hacía, y en un corto período de tiempo pudo activar las señales para detectar con mayor precisión los movimientos enemigos.

—Ordené restricción en tu área de descanso —dijo Yoongi, rompiendo el silencio—. Coloqué guardias de vigilancia día y noche, también indiqué que el mismo médico sea quien te atienda, y que toda comida y bebida que consumas sea probada por alguien más antes.

El omega alzó las cejas, completamente sorprendido por las medidas de seguridad que el alfa había tomado. Sin embargo, le agradaba que Yoongi lo hiciera, definitivamente le gustaba que su pareja usara la autoridad que tenía para protegerlo abiertamente.

—¿Tengo derecho a visitas? —preguntó, entretenido por la seriedad del mayor.

—Sí, personas específicas —aclaró Yoongi—. Taehyung, SeokJin, el médico, y por supuesto yo.

—¿Y los demás generales?

—Ellos están ocupados, no es necesario que te visiten.

—¿Y Jackson?

—Mierda, no.

—Bien, pero, ¿quién me traerá los alimentos y todo lo que necesite? —en realidad, a Jimin poco le importaban esos detalles, pero no podía mentirse, le encantaba esa faceta sobre protectora del alfa.

—Yo —anunció Yoongi, con el pecho inflado de orgullo—. Soy tu alfa, así que a mí me compete la tarea de atenderte en todo y darte lo que necesites.

Jimin formó una sonrisita lobuna antes de hacer un comentario que puso a Yoongi a gruñir.

—El enfermero me daba unos baños de espuma bien relajantes, es una pena...

—Yo doy baños mejores para que sepas —le gruñó el alfa con las cejas arrugadas.

—Ah, ¿si?

—Sí, así que no es necesario enfermeros ni nada por el estilo —decidió Yoongi—. Yo voy a cuidarte, nadie más podría hacerlo mejor, porque nadie te ama como yo lo hago.

—Alfa tonto —murmuró Jimin, siendo vencido por la estúpida sonrisa enamorada que se formó en sus labios y que ablandó su mirada.

Yoongi era la única persona existente en el mundo que podía lograr suavizar los ojos fríos del líder Park, y ese conocimiento hizo sentir cálido a ambos.












































Estoy triste. 😞

Debo someterme a una cirugía en el mes de noviembre para seguir existiendo en este mundo, y para ello me mandaron a bajar de peso. 😭

En palabras más simples: valí madres. 🥴

¡En fin! Espero que el capítulo les haya gustado, y ya saben que es un niño el que Jimin va a tener AHHHHHHHH como celebración dejen un corazoncito azul 💙

Como siempre, les agradezco por leer, votar y comentar. Perdonen las fallas ortográficas, es que nunca reviso los capítulos.

Se me cuidan montones. 🥹

⛓️Yoon~

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro