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Alessia

-En serio, no tienes que hacerle una maqueta de El Castillo de Diamantes.

-Axel, tu hija me insistió mucho-comento riendo levemente.

-Lo sé.

-Me pregunto a quién se parecerá.

Me mira incrédulo y vuelvo a reír.

-Le haré una hermosa maqueta.

Él me mira sonriente, un brillo en sus ojos se asoma y toma mi mano para luego besarla.

-Gracias, preciosa.

Había pasado una tarde entretenida con Axel y Alexandra, comimos una deliciosa pizza y la pequeña Alexa no paraba de hablar, contando historias de su salón de clases, de sus animados preferidos y terminó pidiéndome que le hiciera una maqueta de su película de Barbie favorita. Creo que le agrado y eso me alivia al mismo tiempo que me alegra, es una niña preciosa con un encanto natural que me derritió al instante, y en eso se parece mucho a su padre.

Luego de dejar a Alexandra en casa de sus abuelos, Axel manejaba rumbo a mi apartamento. Estaba callado y la lengua me pica de las ganas de preguntarle como le fue en el notario, por su reacción este mediodía deduzco que no todo salió como esperaba.

-¿Todo va bien?-me atrevo a preguntar, no quiero parecer una metiche e insistente pero no puedo evitar preocuparme, se perfectamente cuanto le afecta este tema.

-No-niega sin apartar la vista de la carretera-Julia armó una escena frente al notario y pospusieron la cita.

-Supongo...que era de esperarse ¿no?

Asiente levemente.

-Tenía la esperanza de que su abogado la había persuadido. Todo el mundo sabe que eso es lo mejor menos ella y a mí se me están agotando los recursos.

Bufo.

-¿Qué dijo? ¿Reclamó por lo de la custodia de Alexa? ¿No aceptó que fuera compartida?.

Cuando Axel tensa la mandíbula y traga grueso frunzo mi ceño.

-Julia ni siquiera se fijó en ese inciso del contrato-suspira-Dijo que la niña no le importaba, Alessia, que nunca la quiso tener.

Un jadeo sale de mi boca y por alguna razón una angustia se almacena en mi pecho.

-No entiendo como una madre no puede querer a su hija, a un ser que vino de ella-se siente la angustia en su voz-Me duele. Duele que mi hija sea rechazada por su madre, que ni siquiera piense en ella, que la haya descuidado de esa forma, la desnutrición, la soledad a la que mi pequeña estaba acostumbrada en esa casa, presenciar a su madre alcoholizada llevando hombres a la casa...

-Tranquilo-coloco mi mano sobre la suya, agradezco que haya reducido la velocidad del coche porque la rabia se está comenzando a apoderar de sus palabras.

-Me repito una y otra vez que debo proteger a mi hija pero me duele tanto que sea de su propia madre-lo miro con pesar-En partes también es mi culpa, no me di cuenta de lo que estaba pasando con mi pequeña antes, debí ser un mejor padre.

Me duele tanto escucharlo hablar así.

-No lo hagas, Axel. No te castigues de ese modo.

Antes de que pueda hablar detiene el auto.

-¿Qué está sucediendo?-pregunta mirando hacia el frente y yo lo imito.

Estaba tan concentrada que no me percaté de la escena frente a nosotros, obstruyendo el paso. Unas personas estaban haciendo un círculo, diviso a alguien acostado en el suelo pero no logro ver bien.

-Quédate aquí, creo que alguien está herido-dice abriendo la puerta del coche pero no lo obedezco.

Axel se apresura en llegar a la escena y le pide amablemente a las personas que se aparten repitiendo varias veces que es médico.

Cada que me acerco escucho un llanto estrepitoso y cuando logro llegar unos pasos más atrás que mi novio me congelo ante la escena. La chica desconsolada en el suelo sostenía a un ensangrentado y moribundo cuerpo, doy un paso en retroceso porque no me lo creo. Su cuerpo estaba magullado de golpes y ni siquiera puedo lograr prestar atención a Axel cuando lo comienza a examinar.

-Debemos darnos prisa, hay riesgo de daño cerebral-le dice a la chica pero ella solo llora-Alessia, llama a una ambulancia.

Me quedo estática cuando los ojos del hombre herido se posan en mí.

-Alessia...-susurra y escupe sangre, me reconoció y por la expresión de la chica se que ella también lo hizo.

-William-logro pronunciar.

Los ojos de Axel se posan en mí con confusión.

-Alessia-el peli negro me llama para que reaccione y llame a la ambulancia.

Con mis manos temblorosas hago lo que me pide y le doy a la contestadora todos los datos que necesita. La ambulancia no tarda en llegar y mientras Axel le daba primeros auxilios a William pidiéndole que no cerrara los ojos. Cuando los camilleros bajan de la ambulancia y suben al rubio en esta con muchísimo cuidado, el peli negro se levanta del suelo y me mira.

-Las llaves están en la guantera del auto, ve a casa yo debo ir con el herido.

-¿Se pondrá bien?-sueno preocupada.

-No lo sé, Alessia-hago una mueca-Es él ¿verdad?. Tu ex-novio.

Asiento y él suspira.

-Ve a casa y...

-Quiero ir al hospital-sus ojos se abren en sorpresa.

Él le da una mirada rápida a la ambulancia y luego me mira, hay una expresión en su rostro que no logro descifrar.

-Bien-asiente-Maneja con cuidado.

Besa mi frente y sube de prisa al vehículo junto a la morena. Me alejo de la escena subiendo al auto de Axel para seguirlos y dirigirnos hacia el hospital.

(...)

No podía evitar estar en el salón de esperas de urgencia aunque el ambiente estaba muy incomodo, el aire que se respiraba era tenso y ni siquiera nos mirábamos las caras. Axel estaba de pie, apoyando su espalda en la pared frente a mí a unos diez pasos. Mis ojos se concentraban en él de vez en cuando pero no me ha dicho una palabra desde que me aseguró que a William lo estaban tratando los especialistas en intensiva.

-No sé que haces aquí-escucho la voz de la morena y mis ojos se fijan en ella-¿Acaso viniste a reírte de nuestra desgracia?.

Alzo una ceja, incrédula.

-Ni siquiera me conoces para decir tal cosa.

Ella ríe amargamente y sorba su nariz, sus hinchados ojos me miran de una forma que no me agrada.

-Claro que te conozco. Eres la sosa que mi novio dejó en el altar porque ni en la cama podía satisfacerlo.

Sus palabras van justo a mi pecho, pero no me duelen, aunque logran enfadarme.

-Este no es un lugar para discusiones-interviene Axel con voz firme-Señorita le pido que se comporte.

Los ojos de la chica van hacia él y lo examina.

-Aunque te felicito, conseguiste un novio guapo, doctor y muy sexy...

-En lugar de estar diciendo tantas mierdas deberías preocuparte por William, está luchando entre la vida y la muerte y tú solo tienes cabeza para atacarme y hablar estupideces.

Me sorprende a mi misma la manera en la que le he hablado pero logró acabar con mi paciencia. No le mostraré a esta mujer una parte débil de mí, la chica que conoció en el altar hace mucho tiempo aprendió a defenderse.

-Doctor Wallace-la voz de Axel hace que miremos hacia el hombre que acababa de salir de la sala de urgencias.

Le da un asentimiento de cabeza y nos acercamos todos a él.

-¿Cómo está?-se apresura en preguntar la chica.

-Afortunadamente detuvimos el daño cerebral pero debido a los golpes el paciente presenta dos costillas rotas y fractura en su pierna derecha. Debemos seguir haciéndole pruebas pero gracias a la rapidez de Axel no hubo consecuencias mayores.

Suspiro aliviada.

-¿Cuándo podré verlo?.

-Por ahora está sedado, le avisaré cuando despierte.

-Gracias-musita.

-Usted debe ser Alessia.

Señala a la morena y esta frunce el ceño. La confusión reina en la sala e intervengo.

-Soy yo.

El doctor me mira.

-El señor Roger no dejó de mencionarla mientras estaba consciente.

Mis ojos se abren como platos y nuevamente se palpa la tensión. La morena está petrificada y cuando me giro hacia la única persona que me importa de esta sala observo como tensa los músculos de la cara y trago grueso cuando me encuentro con sus ojos.

Oh, no...

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