5.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Llevaba un poco más de un minuto despierta pero no abría mis ojos, quería volver a dormir un poco más pero era imposible. ¿Por qué? Porque Anabela canta a todo pulmón Hello de Adele acompañada de la canción reproduciéndose en su celular.

Me remuevo en la cama y abro mis ojos para encontrarla vestida con una blusa de tirantes blanca y unos shorts anchos con estampado de flores amarillas y blancas, su cabello estaba recogido en una cola y estaba frente al espejo colocándose maquillaje, sin dejar de cantar.

-Buon giorno, cugina.

Me siento en la cama y la miro incrédula-No creo que sean tan buenos.

Se gira y me sonríe-¿Vas a decirme que no extrañabas cuando hacíamos pijamada y te despertaba con música?

-Las personas se acostumbran al medio donde viven por mucho tiempo, yo me acostumbré a la tranquilidad.

-Ja, Ja, Ja-ríe sin ganas-Deja de disimular, lo extrañaste.

Ruedo los ojos-Lo que digas.

-En fin. Tienes cinco minutos para cambiarte, colocarte tus bikinis y el maravilloso vestido floreado que tienes en el armario.

-¿Te maquillas para ir a la piscina?

-Siempre. Ahora levántate de esa cama.

(...)

La sensación de aire fresco golpear tu cara es, para mí, uno de los mejores placeres de la vida.

Cierro los ojos mientras respiro hondo. Abro mis ojos y me deleito con el mar, al parecer el azul es más profundo en esta parte del Océano Atlántico. Momentos como este es que me doy cuenta de que Anabela hizo la mejor elección en venir aquí.

-No pensé encontrarte aquí-doy un brinco. No solo la voz quién hace que me sobre salte, si no quien la posee-Lo siento no pretendía asustarte.

-Tranquilo. Estaba demasiado distraída.

Axel da dos pasos hacia mí y me acerco un poco más a los barandales. Observo su vestimenta: pantalones cortos de playa, camisa blanca que me permite observar el trabajo de las pesas. Su cabello estaba despeinado y traía lentes que ocultaban sus despampanantes ojos, doy gracias por ello.

-Pensé que estarías en la piscina, tu prima la rubia estaba allá.

-Quería disfrutar de esta vista tan hermosa-señalo el mar y luego vuelvo a mirarlo-¿Y Matthew?

-Se quedó con Anabela-me sonríe-Yo también vine a disfrutar de la vista-sus ojos no se apartan de mí.

Me vuelvo a concentrar en el agua-El mar es azul y profundo, como otro mundo.

-The Golden Sky-menciona el nombre del Crucero que abordamos-Puedo pensar en muchas cosas con ese título-sonríe.

-Definitivamente este mar es como otro cielo.

Ambos nos quedamos en silencio por unos segundos mirando al mar. Cuando giro mi vista Axel me mira, sus labios se curvan y me sonríe.

Incomodidad reapareciendo.

-Deja de mirarme así.

Alza una ceja-¿Así como?

-Así-señalo sus ojos y él ríe.

-Eres una mujer llamativa, Alessia, es lógico que me guste mirarte.

Eso me toma de sorpresa.

-¿Estás coqueteándome?-trato de bromear

Se encoje de hombros-Estoy siendo sincero-su mirada se intensifica-Estás nerviosa.

Su afirmación no me toma de sorpresa.

-No estoy acostumbrada a que me hagan ese tipo de comentarios.

-Algunos hombres solo observan, analizando la belleza de una mujer por miedo a que cualquier tipo de comentario sea malinterpretado.

Eso me hace reír-Está claro que no eres ese tipo de hombre.

-Siempre digo lo que pienso.

-Eso me ha quedado claro.

-Y dime, Alessia. ¿Estás en un viaje con tu prima disfrutando la soltería o alguien te espera en Vancouver?

Me tenso.

Ha tocado la tecla detonante que me hace retroceder a cualquier tipo de avance pos depresión.

Nota mi cambio de humor-¿He sacado algún tema delicado?

Tardo en responder-No es nada.

-No quiero ser metiche pero...

-No te preocupes, en serio, no es nada.

Doy media vuelta y apoyo mi espalda baja en las barandas.

Después todo pasa muy rápido.

Siento como la baranda se zafa y mi cuerpo se va hacia atrás. Un grito de pánico sale de mi garganta, ya me veo cayendo desde esta altura y ahogándome en el mar.

Pero eso no pasa.

Axel toma mi mano al aire y me jala con fuerza hacia él. Estoy temblando, mi corazón quiere salir dislocado de mi pecho y el susto aún no abandona mi cuerpo.

Sin pensarlo me veo abrazando a Axel con fuerza porque siento que no me puedo mantener sola de pie.

-Tranquila. Todo está bien-susurra y me estrecha contra él. Mi mente no deja de pensar en lo que pudo pasar si él no hubiese sido tan rápido, esta parte del océano es muy profunda y se que me hubiese ahogado, siento que estuve cerca de mi muerte, por ello el pánico-Estás temblando.

-Es que...-no puedo hablar, aún mi corazón late rápido por el susto.

Unos segundos pasan y caigo en cuenta de la situación actual.

Estoy abrazando a Axel. Alguien a quien conocí ayer.

Me aparto levemente y miro sus ojos, ese brillo tan peculiar en ellos resalta-¿Estás bien?

Asiento y suspiro-Solo fue un susto.

Axel mira detrás de mí-La baranda estaba totalmente suelta. Si hubieses estado sola no quiero ni imaginar lo que hubiera pasado.

-Hubiese muerto.

-Ni de broma digas eso de nuevo-bufa y lo miro confundida.

Axel está enojado.

(...)

Juego con mis manos mientras me acomodo una vez más en la silla. Me dedico a observar la conversación delante de mí, el hombre peli negro está exaltado aunque trata con respeto a la persona que está delante de él. Quiero reír por como se ve pero me vería como una mal agradecida.

-Lo siento mucho, doctor Powell, no sabía.

¿Doctor?

-La señorita Caccini pudo morir, señor Sandler. Les estoy pidiendo de favor que revisen todos los barandales del yate, es mejor evitar que otro pasajero corra el riesgo de caer al agua.

-Revisaremos minuciosamente, puede quedarse tranquilo.

-Eso espero-el resopla y se pasa los dedos por el puente de la nariz.

El Señor Sandler, jefe de mantenimiento, se marcha luego de disculparse por décima vez. Axel se acerca y me mira con preocupación.

-¿Estás bien?

Le sonrío. Ya no llevo la cuenta de las veces que lo ha preguntado.

-Todo en orden-se sienta a mi lado en una silla-Y gracias por todo, no solo por salvarme sino por preocuparte y...en fin por todo.

Se ríe mostrando las lineas que se le forman en las mejillas a cada lado de sus labios.

-No tienes nada que agradecer-siento su cálida mano encima de la mía y me ruborizo-Fue un gran susto.

-Ni que lo digas-río nerviosa-Es un milagro que estuvieras ahí.

-Creo que el destino me puso ahí-toma mi mano izquierda y da caricias en los nudillos, quisiera retroceder pero sería muy descortés de mi parte-¿Cenas conmigo esta noche?

-Fred nos había invitado de nueva cuenta para cenar hoy con ustedes-es la respuesta que le doy.

Él ríe negando-Hablo de nosotros dos solos.

-Axel, mejor cenamos con todos.

¡Ahg joder que respuesta más estúpida!

-Si es lo que quieres...

Lo interrumpo-Oye, te agradezco todo lo que has hecho por mí en el día de hoy pero...debo irme, Anabela se preguntará donde me he metido todo el día.

Me levanto rápidamente y él imita mi acción. Lo miro por unos segundos y vuelvo a hablar.

-Entonces...Adiós y hasta la noche.

-Alessia espera-detiene mi acción de irme y me hace girar para encontrarme de nueva cuenta con su rostro-La invitación sigue en pie para el día en que quieras aceptarla.

Parpadeo dos veces seguidas mirando el avellana de sus ojos. Debo aceptar que Axel es un hombre atractivo, tiene una seducción en su voz que puede derretir a cualquier mujer pero no me siento lista para aceptar una invitación ni siquiera como amigos y mucho menos para ir más allá.

-Lo tendré presente.

Dicho eso doy media vuelta y sigo mi camino.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro