11. Judy Garland tuvo cinco maridos

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Un día de noviembre, mientras me dirijo a clase de francés, me encuentro una agenda tirada en el suelo. Se le debe haber caído a alguien. Me agacho para recogerla y miro el nombre de su propietario: Noah Sandler. ¿Quién será? No conozco a ningún Noah por aquí, es obvio que no está en mi clase.

Bajo a la sala de profesores, dispuesta a dejar la agenda en los objetos perdidos o a preguntar dónde puede estar ese chico.

Cuando llego allí, un chico está hablando con el único profesor que se encuentra en la sala.

- Es que no la encuentro por ningún lado.

- Disculpa- digo, llamando así la atención de los dos- ¿eres Noah Sandler?

- Sí- responde él.

- Es que venía a decir que tengo tu agenda- le digo, teniéndola- la he encontrado tirada en el suelo del pasillo.

El chico empuja las ruedas de su silla y cuando llega hasta mí me toma la agenda, diciendo con una sonrisa:

- Muchas gracias.

- De nada, ¿quieres que te ayude a subir?

- No, tranquila- responde él- tengo un ascensor para eso.

Me acerco a él y le digo, al oído:

- Por eso...no quiero caminar. Además, me toca francés, y la clase está al lado del ascensor.

-Ahh, bueno, entonces sí, ven conmigo.

Tomo los manillares de su silla y empiezo a empujarlo hasta el fondo del pasillo, donde está el ascensor.

- No hace falta que me lleves- me dice, quejándose con tono burlón.

- Anda, descansa los brazos un poco, chico- le respondo yo.

Llamo al ascensor y en cuanto se abren las puertas lo empujo hacia adentro:

- ¿A qué piso vas?- le pregunto.

- Al segundo- me responde.

- ¡Yo también!- exclamo, tocando la tecla con el número dos.

Al llegar arriba empujo su silla hacia afuera y luego le digo:

- ¡Un gusto conocerte!

- ¡Igualmente!- me responde, dirigiéndose a su clase.

Yo llamo a la puerta del aula de francés, y acto seguido escucho a madame Bissette decir:

- Entrez...

Abro la puerta lentamente, intentando no hacer mucho ruido. Al verme, la profesora dice:

- Abigail, tu est en retard.

- Je sais, madame Bissette, mais j'ai dû descendre dans la salle des professeurs pour remettre à un garçon un agenda qu'il avait perdu...

- D'accord, c'est bien. Aller a ta place- me responde.

Me siento de nuevo junto a Keira y ella me dice:

- Amiga, no te lo vas a creer.

- ¿El qué?- pregunto, con mucha intriga.

-Tienes competencia- me dice entonces, al oído.

- ¿Competencia?

- Sí- responde ella- mira a Faith.

Enseguida dirijo la mirada a esa chica, la cual mira a James sin ningún intento de disimulo, suspirando atontada. Ahora entiendo lo que me dice Keira.

Y ya está. No ocurre nada más. No siento nada, no me importa. Es más, incluso me alegro por Faith de que esté así de enamorada de alguien, es bonito. Aún así, mi deber es convencer a mi mente de que la razón es el camino a seguir, de manera que digo, al oído de mi amiga:

- Cuando acabe la clase voy a ir a hablar con esa zorra y le voy a decir que se aparte, que ese chico es mío.

Entonces me doy cuenta de lo que acabo de decir y de golpe me siento mal. Ninguna chica se merece que la llamen zorra, es un término muy despectivo y machista. Aún así, no me corrijo ante Keira ya que esa palabra le da mucha más énfasis a la frase y simula mejor los celos que supuestamente siento con esta situación.

Al acabar la clase sigo a Faith por el pasillo. Keira se cree seguramente que es por lo que he dicho antes pero yo sé que no, Empiezo a andar más rápido, no sin antes despedirme de mi mejor amiga. Luego, grito:

- ¡Faith! ¡Faith, espera!

Al oír eso frena en seco y se gira. Se extraña al ver que soy yo quien le está dirigiendo la palabra y no alguno de sus amigos, ya que ella y yo hablamos bien poco.

Al llegar a su lado, me detengo y pronuncio:

- Es solo que quería pedirte perdón por una cosa.

- ¿Perdón de qué?- pregunta ella, extrañada- si casi nunca hablamos...

- Antes...te he llamado zorra a las espaldas- admito yo.

Ella abre mucho los ojos, y yo continúo:

- Hace un tiempo, a principio de curso, estábamos en clase de francés cuando Keira me pilló mirando atontada a una persona...y se pensó que era James- le explico- pero yo en realidad estaba mirando a...bueno, da igual a quién estuviera yo mirando. El caso es que no fui capaz de confesarle a mi amiga que en realidad estaba clavando los ojos en otra persona y desde ese día ella no para de hablarme de él y todo eso. Y yo no quiero contarle la verdad, prefiero seguirle el rollo...y hoy te hemos visto.

- ¿A mí?- pregunta, todavía más extrañada.

- A tí- le respondo, segura- en clase de francés...lo mirabas atontada. He tenido que hacer ver como que estaba celosa y te he llamado zorra...jamás me había sentido peor después de decir algo...

- Entiendo- responde ella, mirándome, con una sonrisa sincera- de verdad, no te sientas mal. Pero sí que tengo una pregunta.

- Dime- le respondo yo, aliviada.

- ¿Por qué no le dices que James no te gusta? Al fin y al cabo, Keira es tu mejor amiga, ¿no?

- Sí, pero eso supondría tener que decirle a quién estaba mirando aquella vez, y ese es un tema que prefiero no sacar de momento.

-Siento haberte incomodado entonces- dice ella, preocupada.

- No, lo único que pasa es que mi amiga es muy cotilla y me estaría todo el rato dando la brasa con eso.

- Tranquila, está bien, lo entiendo- dice mientras intenta abrir su taquilla.

- Muchas gracias, y de verdad que lo siento- le respondo- ninguna chica merece que la llamen así.

- Está bien, ¿vale?- repite, mientras saca los libros y cierra la taquilla- seguramente yo también habría hecho lo mismo de estar yo en esa situación.

Entonces nos quedamos calladas unos segundos, y luego añade:

- Me voy, ¿sí? Tengo clase de matemáticas.

- ¡De acuerdo! ¡Que te vaya bien!

- ¡Igualmente!- me responde, de espaldas, alejándose por el pasillo.

Yo ahora tengo clase de música, con la profesora Miller. Al llegar al aula, Keira viene y me dice:

- Abby, Charlotte ha preguntado por tí. Te está buscando.

- Agr, ¡qué pesada!- exclamo yo- ¿qué querrá ahora de mi?

- No lo sé- responde ella- pero tenía un papelito en la mano. Creo que es para tí.

Entonces saco el móvil disimuladamente y le escribo:

«Keira dice k kerías hablar cnmigo

estoy en el aula de música»

Al cabo de unos minutos ella aparece por la puerta y me hace un gesto para que salga. Quiere que hablemos en privado. Le hago caso y salgo tras ella. Me conduce hasta la escalera, donde no hay nadie.

- ¿Por qué me has traído hasta aquí?- le pregunto, muy extrañada.

- La gente sabe que soy lesbiana- me responde- y si me ven darte lo que te voy a dar, se pensarán que te estoy invitando a una cita o algo. Y no quiero que crean lo que no eres. No quiero que se piensen que tú también eres lesbiana.

Esa frase me golpea muy fuerte en mi interior. Hace unas semanas mi cerebro la habría aceptado al instante, pero ahora es como si me dijese que esas últimas cuatro palabras son ciertas, y que toda mi vida amorosa es una farsa. Es como si me dijera que soy lesbiana. Y lo peor de todo, es como si me dijera que lo que más quiero en el mundo es ser la novia de Charlotte alguna vez en mi vida.

- ¿Estás bien?- pregunta ella, mirándome preocupada.

- Sí, sí- respondo, haciendo un gesto para restar importancia- gracias por pensar en mí, por cierto.

- No hay de qué- responde ella, sonriendo.

- ¿Qué querías darme?- le pregunto entonces.

-Ah, sí, sí- dice entonces ella- ¿te gusta el ballet?

- Pues sí, la verdad- le respondo yo- es una danza muy bonita.

Ella inspira y expira varias veces, y luego dice:

- Yo soy bailarina de ballet desde los tres años. De aquí a unos meses haré la prueba para entrar en el Ballet Real.

- ¡No me digas! Pero allí solo entran los mejores...

- Lo sé- me responde- por eso me estoy esforzando mucho. El caso: para Navidad mi grupo y yo representamos El lago de los cisnes, y cada año mi madre me deja invitar a alguien de clase para que venga a verme.

Entonces abre la carpeta que lleva en la mano. De ella saca un papel en el que sale una chica vestida de bailarina haciendo un paso de ballet. Al lado pone un ticket, una fecha y un asiento. Me lo da, mientras me dice:

- No tienes que pagar nada, te he invitado yo.

- Pero Charlotte, yo...

- Quiero que vengas a verme- me interrumpe- es importante.

- Seguro que no lo haces tan bien- le respondo, tendiéndole de nuevo la entrada.

- Puede...pero si hago el ridículo, que sea delante tuyo- me contesta empujando el papelito de nuevo hacia mí.

- ¿Entonces quieres que vaya solo para reírme de ti?

- Me da igual para lo que vayas- me dice, entonces- solo quiero que me veas bailar.

Nos quedamos calladas unos segundos y entonces ella dice, dándome dos toquecitos en el hombro:

- Solo piénsalo, ¿vale?

Luego empieza andar por el pasillo en dirección a la clase. Mientras, grita:

- ¡Y recuerda que ahora tú y yo no vamos a hacer clase porque nos toca reunión para hacer los decorados de El mago de Oz!

Miro el pasillo mientras veo como ella entra en clase a buscar sus cosas. Aún hay algunos grupitos de gente que apuran hasta el último segundo para estar en el corredor.

Miro un segundo la entrada que me ha dado. Veinte de diciembre, a las ocho, en un palco. Doy un suspiro y me marcho a la clase. Allí la guardo en la mochila y luego agarro mis cosas y luego salgo de nuevo. Cruzo el pasillo y vuelvo otra vez a las escaleras, pero esta vez para usarlas.

Llego a la puerta del teatro que hay en el colegio. Allí hay unos cuantos chicos y chicas esperando, entre ellos ella. Noah también está. En total somos veinte alumnos. El señor Williams, nuestro tutor, llega entonces y nos abre la puerta. Él es quien dirige la obra. Una vez hemos entrado, nos hace dejar las cosas a un lado y luego dice:

- Vamos a ver, grupo reducido de los animalillos del bosque...

Eso provoca una carcajada colectiva, pero él continúa a lo suyo:

- Hoy estamos aquí reunidos para...

- Unir a dos personas en sagrado matrimonio- dice Daniel Taylor, un compañero. Al ver que todos lo miramos, añade- ¿qué pasa? Es lo que dicen siempre en las bodas.

El señor Willams lo mira unos segundos y luego dice:

- Como iba diciendo, hoy estamos aquí reunidos para unir en sagrado matrimonio al señor Taylor con la señora Pared Del Teatrillo.

Todos empezamos a reír, incluído Daniel, y el profesor prosigue:

- Yo os declaro esposo y paredsposa. Ya puede besar a la parednovia.

Todos seguimos riendo y, al ver que mi compañero no se va, castigado, el señor Williams dice:

- Vete allí un rato a la pared.

-¿Ah pero de verdad?- pregunta el chico aún riendo.

- No, de mentira- le responde él, sarcásticamente- ¡Pues claro que de verdad!

Daniel se da la vuelta, aún medio riendo y se queda un rato en la pared observando la reunión.

- De acuerdo, pues empezamos- dice el señor Williams entonces- primero de todo...¿alguien de por aquí no ha visto El mago de Oz?

Nadie levanta la mano, de manera que él dice:

- Bueno, parece que sois cultos en cuanto a películas. ¿Hay alguien que la haya visto muchas veces?

Charlotte levanta la mano:

- ¿Y por qué la ves tanto, Charlotte?

- Es una película muy bien hecha. Judy Garland era una gran actriz. Además, es lo que tiene ser como yo.

Me da mucha rabia cuando hace eso. A nadie le importa su vida, a nadie le importa su sexualidad. Además, ¿qué tendrá que ver El mago de Oz con cómo es ella? ¡Por el amor de Dios, pero si Judy Garland tuvo cinco maridos a lo largo de su vida!

El señor Williams asiente, sonriendo y luego continúa:

- Bien, pues tenemos seis escenarios por montar: La casa de Dorothy de Kansas, el mundo de Oz donde está Pequeñilandia, el camino de baldosas amarillas, el bosque donde encuentran al león, ciudad Esmeralda y el castillo de la bruja del Oeste. Vamos a hacer grupos, y cada uno de ellos decidirá cómo será un escenario que yo os voy a asignar.

Entonces saca una libreta y un bolígrafo de la bolsa que lleva:

- Empecemos...Josh, Olivia e Evie vosotros iréis juntos y haréis el camino de baldosas amarillas.

Ellos tres se levantan y se apartan a un lado para hablar de cómo hacer su parte del decorado.

- Ryan, Archie y Louis- continúa el señor Williams, mientras estos se levantan también- vosotros haréis la casa de Kansas. Bella, Elizabeth y Evelyn, os ha tocado el castillo de la bruja. Stanley, Nathan y Elsie, vosotros hacéis el bosque. Charlotte, Emilia y Luke, vosotros hacéis ciudad Esmeralda. Abigail, Eleanor, Jamie y Noah, os ha tocado Pequeñilandia.

- ¿Y yo?- pregunta Daniel, que aún sigue en la pared.

El profesor lo mira directamente a los ojos y le dice:

- ¿Vas a volver a decir tonterías?

- No, señor Williams- responde él.

- Pues entonces ponte a decorar ciudad Esmeralda.



¡¡¡Hola lector!!! Muchas gracias por leer este capítulo, y la novela en general, espero que te esté gustando muchísimo...

¿Opiniones del capítulo?

Hoy quiero explicar aquí todo eso de Judy Garland y qué significado tiene la frase esa que dice Charlotte de "Es lo que tiene ser como yo":

Todo el mundo conoce a Judy Garland: fue la actriz que, a sus 17 años, interpretó a Dorothy en la famosísima película: El mago de Oz, en 1939.

Después de hacer esta película se volvió muy famosa...pero tuvo muchos problemas: las productoras no la querían en sus películas debido a que, según ellos, estaba "demasiado gorda" y no era "lo suficientemente bonita" como para aparecer en pantalla (cosas que no eran verdad). A partir de ahí, su madre le hacía tomarse unas píldoras supuestamente para adelgazar, las cuales tomó durante toda su vida porque se volvió adicta.

Todo eso hizo que Judy tuviera muchos problemas psicológicos por ser presionada y obligada a ser como los demás querían que fuese. Por todo eso subió mucho de peso e incluso intentó suicidarse.

También la juzgaban en sus matrimonios, ya que se casó cinco veces, todas con hombres acusados de homosexuales o bisexuales. En su primer embarazo incluso, su mamá la convenció de abortar ilegalmente.

Pese a todo, ella continuó con su otra gran pasión: el canto. Fue la primera mujer en ganar un grammy.

El 22 de junio del año 69, apareció muerta a los 47 años en su casa de Londres, a causa de una sobredosis de esas pastillas que la adiccionaron, que su madre le hacía tomar.

Judy Garland vivió toda su vida sometida por el exterior a ser una persona que ella no era realmente, presionada por la gente de su alrededor y por la sociedad misma a ser lo que se esperaba de ella y ocultar su verdadero yo. Eso hizo que las personas LGBT de la época se sintieran totalmente identificadas con ella, ya que a ellos les pasaba exactamente lo mismo (aunque no de la misma forma). Por eso se convirtió en un icono LGBT. Ella lo sabía y lo adoraba.

De hecho, hace unas décadas ser un amigo de Dorothy era un nombre en clave para decir que una persona era LGBT.

Por eso los disturbios de Stonewall (ya hablaré de ellos en otro momento porque son importantísimos) ocurrieron pocos días después de la muerte de esta tan querida actriz.

La bandera LGBT tiene los colores del arcoíris en honor a ella también, ya que su canción más famosa es el tema principal de El mago de Oz, "Somewhere over the rainbow" que se traduciría como: "en algún lugar más allá del arcoíris". Arriba te dejo la canción, cantada por ella misma.

Espero que te haya ayudado a un poco a entender el capitulo: por qué dice Charlotte eso, por qué he elegido esta historia para que la representen mis personajes en la función de Navidad....

Un saludo, ¡nos leemos la semana que viene!

Pd: ¿eres más de cine o de teatro?



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