Lujuria contra ira

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Era un poco irreal estar caminando por la casa de TaeHyung, este lugar me resultaba tan familiar. Incluso más que el espacio que solía ser mi apartamento. Me sentía un poco perdido al estar relajado. Bueno, no tan relajado, pero al menos no estaba huyendo esta vez de vampiros presuntuosos. De TaeHyung. Del V'okkultizme y los hombres de Jae.

— Carajo —la voz de TaeHyung me hacía girar en su dirección.

Estaba vestido de negro, como de costumbre, y tenía los nudillos de su mano izquierda ensangrentados, se veía sudado, golpeado y agotado. Podía oler su sangre como si estuviera justo frente a mi a sólo centímetros.

Era enloquecedor.

— ¿Qué sucedió? —pregunté señalandolo con mi cabeza, recomponiendome rápidamente.

Su ccabeza agacha y su mandíbula filosa era todo lo que obtenía como respuesta mientras se quitaba la chaqueta. Esperando y siguiéndolo a través de las habitaciones de su casa, iba directo al cuarto de entrenamiento para buscar por el botiquín de primeros auxilios que tenía más que simples gazas, desinfectante y cinta.

— Háblame —susurré.

TaeHyung continuaba buscando dentro del maletín y sus dientes apretados con ese rostro petreo lo hacían verse intimidante. Y jodidamente caliente, pero claramente no estábamos en buenos términos y lo entendía. Entendía cuando no sabía que buscaba, pero parecía no encontrarlo y golpear el maletín frustrado y furioso. Un grito de rabia era el que daba cuando arrojaba el maletín al suelo y se quedaba mirando a la nada, agitado. Su cabello y piel sudados.

Mirando al piso notaba la pomada que Lisa había preparado para él y Jungkook una vez. Lograba que sanarán más rapido con propiedades extras en su elaboración, suponía que lo que buscaba era eso y no simplemente alcohol y gazas. Tomándola del suelo lo escuchaba suspirar con fuerza, cuando alzaba la vista lo veía mirarme con su ceño fruncido. Una mirada dura, llena de ira.

— ¿Quieres golpearme? —cuestioné.

Notaba como sus puños se cerraban a los lados. TaeHyung nunca había demostrado ser un matón, jamás. La capa de héroe le quedaba perfecta, pero ahora notaba que estaba demasiado frustrado. Y si quería golpearme, probablemente lo dejaría.

—Golpearte no haría ningún cambio —susurraba ronco.

Suspirando me acercaba a él y automáticamente conseguía que él retrocediera alejándose. Más me acercaba, más se alejaba hasta que su espalda tocaba la pared y quedaba acorralado entre mi cuerpo y la misma. Su rostro petreo, duro, lleno de todo menos... Menos cariño. Me destrozaba aunque él creyera que no, pero me lo había buscado. Su indiferencia y rencor lo tenía más que ganado y merecido.

— Golpeame —susurré una vez más.

Sus puños apretados fuertemente, su nuez de Adán subiendo y bajando mientras tragaba y su mirada conflictuada. Sus hermosos ojos amielados estaban más oscuros que de costumbre debido a sus pupilas dilatadas. Un paso más y notaba lo dilatado de sus fosas, intentando controlar su respiración ante mi cercanía y fallando.

Esperé, con la tensión acrecentadose entre nosotros y él aún no se movía.

Entonces simplemente tomé su mano, la de nudillos ensangrentados mientras forcejeaba conmigo un momento para evitar que levantará la misma, aquella pequeña lucha por no dejarme sostenerla, había hecho que el aroma de su sangre bailara y se colara perfectamente en mi olfato, logrando llegar a mis papilas dándome una idea de lo que sería probar su sangre.

Era tan dulce que no me había dado cuenta que estaba apretando mis ojos, y mis dientes para controlar la sed.

Y entonces él dejaba de forcejear y yo podía finalmente levantar su mano para untar la pomada sobre sus nudillos, pero cuando acercaba su mano a mí, me inclinaba y no podía resistir la tentación. Jodidamente era más fuerte que yo. Me sentía dopado, hambriento, sediento de añares y el único oasis que podría satisfacerme era él.

Sólo TaeHyung. Justo frente a mi.

"Maldito seas por hacerme tan débil"

¿Cómo podía su toque sentirse tan cálido y calentarme por completo?

Él no me asqueaba como su raza lo hacía, lo sabía y me enfurecía porque quizás eso haría que tuviera más orgullo y no fuera tan débil. Desde el primer momento en que él me tocó, jamás sentí que estuviera frío. Sabía que era así, sabía que no tenía vida. No había un corazón latiendo en su interior y estaba tan pálido como faltó de ese calor corporal. Pero no para mí.

Y ahora, mientras sostenía mi mano y la llevaba a su rostro mi corazón se aceleraba como jamás lo había hecho en tantos años y algo en mi interior me decía que debería de quitarla y debería alejarme, pero estaba en shock, simplemente esperando que él hiciera lo que quisiera y era malo en ambas formas.

Primero, claramente me faltaba algo de auto preservación ¿Qué tanto control tenía, Jinnie ahora y por qué carajos no podía terminar de alarmarme? Y segundo, si él tan sólo daba una probada a mi sangre y tuviera autocontrol, eso no significaba que luego terminaría siendo fácil para él si Jungkook tenía razón en todo lo que me había dicho con respecto a lo que mi sangre significaba para él.

De una forma u otra lo correcto era alejarme, pero no podía y mi pulso latía en mis oídos, otra vez cuando sentía su nariz rozarme el dorso de la mano, cerca de donde estaba la sangre, pero parte de mí, la más oculta, muy en el fondo quería verlo y sentir como me probaba. Era un deseo aterrador que me hacía desconocerme a mi mismo. Yo no era esto, no podría ser esto. Se lo dije. Si fuera más responsable, le daría parte de la sangre que reservo para mí, pero la idea de Jin probando sangre de animales o de alguien más... Cómo la de Jimin, me revolvía el estómago.

Y él sólo besaba el dorso de mi mano, y luego untaba la pomada que Lisa había hecho para Jk y para mí. No había lamido, no había chupado. Nada y me sentía extrañamente decepcionado.

— ¿Qué sucedió? —preguntaba viendo mis nudillos, pero luego alzaba la vista hacia a mí y sentía una oleada de dolor en el pecho cuando sus ojos eran tan pálidos.

Mirando en otra dirección respondí entre dientes—. Licántropos recién transformados haciendo desastre en lo barrios bajos.

Su dedo terminaba de untar la pomada y ahora dejaba la misma a un lado y tomaba mi mano con ambas de las suyas y comenzaba a desparramarla por mis heridas. Mentiría si dijera que no dolía un poco, pero estaba tan cabreado que no podría importarme menos y lo peor de todo. Nuevamente, él era tan cálido para mí. Me hacía sentir mareado y confundido.

— ¿Los licántropos? ¿No se supone que hay un tratado de paz con ellos? No es tu territorio, tienen sus propios cazadores y héroes —Mirándolo con ceño fruncido volvía mi vista hacia él—. Me informé lo suficiente sobre este mundo en mi ausencia —respondía sonriendo ladino.

"¿Por qué tienes que ser tan hermoso?"

Sacudiendo mi cabeza y desviando la vista y mis pensamientos iba a sacar mi mano de entre medio de las suyas, pero él forcejeaba, negándome la liberación y comenzaba a soplar sobre la pomada que definitivamente comenzaba a arder.

Apretando mis dientes respondía—. Sí, lo tienen. Pero al parecer estos no sabían nada de su propio mundo y en mi defensa, estaba detrás de un grupo de neofitos que estaban creando caos como ellos. Novatos contra novatos era una receta para el desastre y está más que claro que quien esté cerca debe encargarse. Era el único allí, pero luego llegó la manada de Min y se encargó.

Cuando SeokJin volvía a alzar la vista, su mano se aproximaba a mi rostro y mi respiración se detenía.

—Tu pómulo está sangrando —susurraba soltando mi mano finalmente y tomando la pomada una vez más, pero esta vez lo detenía antes de que quisiera tocar mi rostro, sólo que el bastardo era más rápido—. Déjame hacerlo —pedía en un susurro.

Mis dientes estaban demasiado apretados para ese momento—. Porque mejor no te vas a atender a Jimin, puedo conmigo mismo —respondí, intentando tomar la pomada, pero una vez más la alejaba.

Su ceño estaba fruncido. Claramente su paciencia por el piso.

— Dámela —ordené.

— Quitamelo, maldito orgulloso —soltaba entre dientes.

Y simplemente perdía el poco autocontrol que tenía entre la ira y la lujuria, abalazandome sobre él a golpes. Sabía que estaba mal, sabía que no debía hacerlo, pero no podía controlarme. Sin embargo, él me esquivaba con una velocidad que antes no poseía, ni un sólo golpe había atinado a darle. Ni uno.

Subconscientemente, creo que sabía que no podía golpearle y por eso lo hacía.

Brazo izquierdo con mi puño directo a su mandíbula y ambos de sus brazos lo bloqueaban, me sostenía y con fuerza me giraban mientras su pie se entrometía entre mis piernas, trababa allí y caía como bolsa de papa al maldito suelo. Excepto que mi espalda no impactaba contra este porque la mano de Jinnie lo bloqueaba, sosteniéndome lo justo y necesario. Mis ojos se habían apretado esperando el dolor en mi espalda que nunca había llegado. Había sido tan rápido. Demasiado.

Y ahora estábamos agitados, con él encima de mí, pero con su rodilla entre medio de mis piernas. Tan cerca de una zona demasiado hipersensible desde que lo tengo cerca.

— Quítate —dije agitado.

—No —respondía cortante. Sus dientes apretados sus ojos casi blancos, fijos en mí. Forcejeando un poco no lograba moverlo, hasta que me dejaba con los brazos sobre el suelo, presionando sus manos en mis muñecas—. No eres más fuerte que yo —susurraba ronco.

Y si bien su rodilla estaba cerca de la maldita erección dentro de mis pantalones, lo único en que pensaba era en que, no era más fuerte que mi hermano. Ahora no. Ni siquiera mi raza de mestizo tenía a favor porque no funcionaba con los vampiros Den. No tenía nada excepto todas las de perder y eso me llenaba de ira y cólera, pero quedaba en blanco cundo Jinn-... Cuando SeokJin se inclinaba para ver la marca que tenía en mi rostro. El pequeño golpe en mi pómulo estaba sangrando y él se inclinaba para acercar su rostro al mío y aspirar el olor. Su cuerpo cálido, era una locura. Era enfermo que lo sintiera cálido cuando estaba muerto y era mi culpa.

"Tan sólo mi maldita culpa".

Con la fuerza de mis brazos empujaba los suyos y me liberaba de su agarre, y cambiaba los papeles, derribando su cuerpo al piso y subiendome encima de él para inmovilizarlo.

Lo escuchaba jadear por el impacto de su cabeza al suelo—. Bien... No me ofende la posición en este momento —decía agitado.

Y recién ahí lo notaba. Mis ojos se desviaban a mí, encima de su regazo. Necesitaba recuperar mi poco autocontrol, la facilidad con la que su estúpida sonrisa ladina me hacía olvidar que estaba teniendo una maldita crisis por darme cuenta que soy más débil que Jae, era repugnante. No podía permitirme perderme así con él. Ya no.

—Eres un maldito presumido —dije seriamente, intentando que mi voz no temblará cuando sentía la protuberancia de su entrepierna, descaradamente en mi parte trasera.

Soltándolo, intentaba levantarme, pero sus manos se ceñian en mi cintura con determinación y lo sentía apretarme y sostenerme para no permitirme levantarme.

— ¿Por qué sería yo el presumido? Estoy intentando ayudarte y comenzaste a golpearme. Luego te dejé en el suelo y me derribaste cuando me distraje con-... —sus labios quedaban entre abiertos, no terminaba la frase.

— ¿Cuando qué? —exclamé.

Sus ojos azul cielo, casi blancos se volvían más sombríos, sus cejas se fruncían volviéndose protagonistas de ese rostro duro. Sus facciones dejaban de ser hermosas para volverse frías y jodidamente sexy.

Con un impulso que me había tomado totalmente por sorpresa, levantaba sus piernas y las colocaba en el suelo con la fuerza suficiente de ponerse de pie en un salto, conmigo encima de él y no pensaba correctamente cuando ajustaba mis piernas a su cintura, con una maldición entre mis dientes que se escapaba cuando caía de pie sobre el centro de maldito suelo de la habitación de entrenamiento y sus brazos estaban enroscados a mi cintura mientras los míos estaban presionando alrededor de su cuello.

Mi respiración agitado, mi corazón latiendo a mil porque estaba aferrado a él como un maldito koala y él me sostenía como si yo pesará pluma. Yo no pesaba como una maldita pluma, pero él no estaba haciendo ni un mínimo esfuerzo. Era aterrador que mi cuerpo se sintiera tan satisfecho y era una locura como yo sentía su cuerpo caliente, pegado al mío. Él apenas se había agitado y yo me encontraba con mi respiración acelerada y mi pecho subiendo y bajando intentando normalizarla.

La maldita tensión palpitando en su cuerpo y el mío, a nuestro alrededor.

— Eres tan-... —solté entre dientes.

— Déjame adivinar ¿Presumido? —respondía con esa sonrisa arrogante que daba un tirón a mi polla y no me contenía cuando mis dedos se enredaban en su cabello rubio y lo tiraba con dirección a mi boca.

"Jodido cielo o jodido infierno"

"Mmm~..."

"Jodido cielo o jodido infierno" pensaba, dejando que aquello se deslizara de mi mente para que él pudiera leerla.

Y luego gemía a través del beso consumidor que me estaba dando. Su boca dulce y predispuesta. Su lengua ligera y húmeda chocando con la mía. Acariciándose, no tenía pulso alguno, pero podía jurar que él lo aceleraba de todas formas. Mi inexistente corazón y pulso latiendo en mis oídos, lo sentía así. Sabía que no era posible, pero con TaeHyung todo era jodidamente mágico.

Y jodidamente caliente.

La tensión estaba sangrando a través de este beso y sentía como lo necesitaba tanto,.como deseaba no hacerlo. Sus dedos largos enredados en mi cabello y tirando de ellos con una fuerza dolorosa, pero que no podía obligarme a detestarlo. Me gustaba. Me encantaba la fuerza de sus manos en mi pelo.

La fuerza con la que estaba besándome y mordiendo mis labios.

"¿Cómo pude estar sin esto tanto tiempo?"

Cuando oía mi pensamiento, me besaba enojado al igual que lo hacía tan necesitado y mis pies nos llevaban a la pared más cercana, apoyando su cuerpo allí porque necesitaba calmar la desesperante necesidad de tomarlo,njusto así. Mi polla dolía, si bien TaeHyung siempre fue una tentación especial para mí, esta líbido vampírica parecía aumentar todo al doble.

Mordiendo su labio inferior con fuerza, lograba rasgar parte de la piel que los cubría y-... Sólo una fracción de segundos y una pequeña dosis desgarradoramente dulce y deliciosa.

—No, no, no... —mi mano viajaba a su mentón y lo alejaba, lo alejaba con la poca fuerza de voluntad que tenía y cuando él me miraba, lo sabía.

Sus ojos amielados estaban casi negros por sus pupilas dilatadas. Estaban pintados tanto de horror como de sorpresa. Así que lo bajaba, me alejaba y daba media vuelta para calmar al demonio en mi interior.

Estaba sin aliento y mi corazón latía en mi garganta y en mis tímpanos. Nunca había visto un vampiro así. Él se veía...

—Lo siento, lo lamento. No quise-... —Jinnie aclaraba su garganta—. No quería que me vieras así.

Relamiendo mis labios recién ahí degustaba mi propia sangre y pasaba mi pulgar por allí para limpiarme rápidamente. Estaba seguro que apenas me había probado, pero se había contenido y sus ojos-...

—Por favor olvida lo que viste —susurraba de espaldas a mí.

Estaba tenso, su voz ronca y mis pies se movían más cerca de él sin mi consentimiento. Yo sólo necesitaba estar cerca suyo. Como si una fuerza más grande me empujara a gravitar cerca de él sin poderme resistir.
Mi mano tomaba a suya, cálida. Y lo rodeaba para pararme frente a él. Tenía sus ojos apretados fuertemente y mi corazón se comprimía dentro de mi pecho.

— Mírame —susurré.

Él sacudía su cabeza—. No, aún no.

Me destrozaba, un nudo pesado se formaba en mi garganta cuando notaba lo mucho que quería evitar que lo viera así. Aún sostenía su mano y él se aferraba a la mía, mientras que con la otra—la misma mano que tenía el pulgar con el que había limpiado la sangre de mi labio inferior—la levantaba para acariciar su mejilla.

—Abre los ojos... Jinnie —susurré y no entendía por qué, pero estaba temblando, deseoso de verlo. Deseoso de descubrir y conocer quien era ahora, porque ese deseo me desgarraba por dentro.

—No. No quiero que me veas así. Mi rostro no se deforma como el resto, pero mis ojos... No —decía rotundamente entre dientes.

La culpa que caía sobre mi era abrumadora. Lo veía vulnerable aunque no quisiera mostrarse así. Y repentinamente me daba cuenta que a pesar de culparme por su estado, no estaba pensando realmente en como él se sentiría. Cómo se sintió todo este tiempo en el que había decidido huir para no dañarme.

Sólo estaba viendo mi dolor. Como un maldito egoísta que volvía a pasar por el mismo escenario, pero como Jungkook había mencionado, quizás ninguno deseaba mi ayuda. Quizás él había necesitado cometer errores para saber cuál era el punto de su existencia y lidiar con su duelo y su dolor.

Pasando el nudo en mi garganta, me acercaba a él, mi nariz rozando la suya. Mis labios nuevamente tan cerca y deseosos. Su aroma era un aroma diferente, no debería de oler bien para mí, pero lo hacía. Era inexplicable lo bien que se sentía estar tan cerca de él y mi necesidad de hacerlo sentir mejor era abrumadora, no pensaba, sólo actuaba cuando mi pulgar acariciaba su belfo inferior y buscaba meterlo dentro de sus labios.

Él luchaba unos momentos, aunque sabía que podía olfatear el rastro de sangre que había allí.

—Abre la boca —susurré con voz ronca.

Esto no debería sentirse tan perfecto cuando estaba provocandolo. Pero cuando me dejaba introducir mi dedo entre sus labios y sentía su lengua pasar por el rastro de sangre que minutos atrás había limpiado de mi propio labio, era electrizante. Me sacudía por completo al igual que su propio cuerpo se sacudía al probarme y un gemido se formaba en la parte posterior de su garganta.

Sus dientes raspaban apenas mi pulgar y recién ahí notaba que mis labios estaban entreabiertos y deseosos por su boca, al igual que estaba tan desesperado por... Por alimentarlo. Una de sus manos se acentaba en mi nuca y apretaba allí, enredando sus largos dedos en mis hebras sudadas y la otra tomaba mi muñeca y luego de pasar su lengua una última vez dónde me hacía gemir inevitablemente, alejaba mi mano de su boca y abría sus ojos.

Sus dedos apretaban con fuerza mi muñeca y su otra mano me mantenía cerca cuando su mirada profundamente oscura se clavaba en mí. Unos ojos negros tipo demonio con esclerótica negra incluida que evocaban una imagen inquietante y misteriosa. Unos ojos profundos y penetrantes, rodeados de sombras y con una intensidad sobrenatural mirando directamente hacia mi.

Los iris eran completamente negros, sin reflejo ni brillo. La esclerótica, la parte blanca del ojo, también era negra, lo que añadía un toque siniestro. Estos ojos parecían capaces de ver más allá de lo físico, como si estuvieran conectados a otro mundo.

En la oscuridad, brillaban con una luz malévola, y su mirada podía atravesar el alma. Mi alma. Eran los ojos de un ser que había visto lo inimaginable y sobrevivido para contarlo. ¿Qué secretos ocultas? ¿Qué historias guardas? Solo aquellos valientes (o insensatos) se atreverían a mirar directamente a estos ojos demoníacos. Y yo no podía apartar mi vista de ellos, no eran azul cielo, no eran su antiguo color miel y no necesitaba un rostro deformado y atemorizante para lucir completamente amenazante.

—No debías mirarme así —susurraba, sus colmillos ligeramente más largos—. No debiste permitirme que te probara. Puedo oler tu sangre recorriendo tus venas. El latido fuerte y trabajo constante en la zona de tu yugular y muñeca. No puedo evitar desearte con locura —susurraba cada palabra mientras me veía directamente, hasta que sus manos me soltaban.

Soltaba mi nuca y soltaba mi muñeca, cerraba sus ojos, se alejaba y me sentía desequilibrado por haber perdido el calor de su cuerpo. Calor que sólo yo alucinaba y gemía ante la perdida. Pero luego él apretaba sus ojos y sus puños, hasta que una respiración pasaba, luego otra y cuando abría sus ojos allí estaba el color azul cielo, casi pálido.

—Lo siento —susurraba alejándose rápidamente de mí, estaba de salida, decidido a irse y la desesperación dentro mío crecía.

—Pasa la noche conmigo —exclamé sin pensarlo dos veces, mordiendo mi labio luego. Estaba desesperado por tenerlo cerca, no podía disimular, ni ocultarlo.

No había pensado correctamente cuando mi voz salía desesperada e inestable. Él se detenía, giraba sobre sus talones y hacía sólo una pregunta:

— ¿Estás seguro?

Gracias IA, tuve que trabajar mucho la primera imagen con tres diferentes, pero estoy feliz con el resultado.

Y volvimos Baby, rueda de actualización comenzando con ASHES. Chan chan, que tensión se cargaaan snznKKskNs amo y que hermosos quedaron en las imágenes. Perdón si vieron errores de deditos o quizás autocorrector que se me hayan pasado 🥹

Espero puedan entender el cambio de personajes a la hora de narrar, ya que paso de uno a otro😅 si lxs confunden avísenme 🥺

Con amor niñita Nanykoo 💜

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