thirty one ──── nirelle's mistake

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─────────── CHAPTER THIRTY ONE,

NIRELLE'S MISTAKE  ───────────



Raisa salió corriendo cuando vio a Sahily llegar a la puerta de su casa. La abrazo, sorprendiendo a la áurea por ese gesto, aun así, le dio unos toquecitos en su espalda.

──── Está bien, solo querían asustarle ──── le explicó ──── Puedes ir con Lexie.

La chica retrocedió, cruzando sus brazos ──── ¿Segura? ¿Y si siguen ahí afuera? ──── cuestionó.

──── No tengas miedo. Ziz nos protegerá, me avisara si algo malo se acerca ──── le dijo. Sahily extendió su mano, sabiendo que la humana necesitaba un modo de encontrar tranquilidad ──── Te lo dije. Los demonios huyen cuándo me ven, estarás a salvo.

Raisa dudó unos segundos antes de agarrar la mano de Sahily, asintiendo. Confiaba en que la cuidaría, el tiempo suficiente para estar lista y no depender que la estuvieran protegiendo todo el tiempo.

──── Yo... yo lamento ser tan asustadiza ──── murmuró la chica, bajando la escalera.

──── No te preocupes. El miedo nos hace humanos, es bueno recordarlo de vez en cuando ──── habló, sonriéndole ──── Todo a su tiempo, recuérdalo.

Raisa asintió, cruzando sus brazos ──── Solo espero que no tome mucho. Esos demonios acechan todo el tiempo y tengo miedo de que hieran a las personas que quiera.

──── Trataré de protegerlos a todos ──── prometió Sahily ──── Ellos no tienen permitidos tocar a los humanos o serán castigados, no creo que quieran pasar cien años en llamas.

──── ¿Así los castigan? ──── cuestionó Raisa con curiosidad.

La áurea ladeó su rostro, pensativa ──── En ocasiones, es peor. Puede llegar a ser un bucle de dolor, despertando con su peor recuerdo y sufrir, demasiado sufrimiento que desearan no haberlo hecho.

──── ¿Alguna vez has visto a un demonio sufrir?

Sahily lo pensó por un momento, caminando al lado de Raisa directo al punto de encuentro con Lexie. Había visto cientos de demonios siendo castigados, hubo varios que los llevo personalmente.

──── Lo he hecho, no es un recuerdo muy grato ──── le contó, encogiéndose de hombros ──── Abajo también hay una jerarquía que deben de respetar y a los mayores no les gusta ser desafiados.

──── ¿Los conoces?

──── Algunos. Los encerré y por eso no soy la favorita, pero es parte de lo que hago ──── informó ──── Tú no pasarás por eso. Vivirás tranquila en Áureos.

Raisa asintió, enfocándose en el camino. Su vida había cambiado mucho desde que ellos bajaron a Kartalago y aunque en un principio fue irreal, ahora entendió que no estaba a salvo en el mundo, tampoco lo que más amaba.

Dejaría todo atrás para mantener a salvo su familia, a cambio, perdería la vida que construyó en todos esos años.



Sahily entró al restaurante, observando su alrededor. Al no notar nada extraño, hizo que Raisa entrara, directo donde Lexie la estaba esperando con una bandeja llena de comida.

La áurea se sentó en una mesa aparte, sin querer molestarlas. Sacó su libro, retomando su lectura y de vez en cuando, daba miradas a las dos adolescentes que estaban carcajeándose por las ocurrencias de Lexie.

No pudo evitar pensar en cómo quedaría esa humana cuando Raisa se fuera. Sintió un poco de lástima por tener que arruinar esa amistad, una que cambio toda su perspectiva de que algunos humanos podían ser buenos.

Lexie era especial, de una manera buena y que desearía esconder para toda la eternidad. No había sido tocada por la oscuridad y su corazón seguía siendo puro, demasiado para ese mundo.

Fue un milagro haberla encontrado en esa misión.

Si estuviera en su decisión, la llevaría a Áureos para que siguiera intacta pero no era permitido. Los humanos debían de seguir el curso de su vida y realmente pedía que Lexie tuviera un gran futuro por delante.

El golpe de la bandeja hizo que Sahily saliera de sus pensamientos. Las dos chicas se sentaron, apartando sus cosas con naturalidad.

──── Te ves demasiado sola ──── dijo Lexie, tirando su cabello hacia atrás ──── Eso es lo malo de tener pareja. Te haces dependiente y no te sientas con tus amigas.

──── No estaba evitándolas, si es lo que piensas ──── Sahily replicó con diversión ──── Estaba leyendo. Necesito paz de mis hermanos.

──── ¿Tus guapos hermanos? Si quieres, puedo cuidarlos ──── bromeó la chica, guiñándole un ojo.

Raisa le dio un suave golpe en su brazo ──── Cálmate, ya hablamos sobre eso ──── la regañó en voz baja.

──── Bien ──── aceptó Lexie, dándose por vencida ──── Oye, Sahily, ¿quieres ir a una fiesta está noche? Es fin de semana y quiero emborracharme, olvidar que sigo viviendo con mis padres.

──── Eso no es malo. Yo vivo con mis padres, hermanos y primos, eso es peor ──── dijo, recordando la gran casa en Áureos ──── Iré, necesito un respiro.

──── ¡Genial! Te envío la dirección ──── sonrió la chica ──── Será nuestra celebración de bienvenida para ti.

──── Oh, no es necesario ──── negó, queriendo disipar esa terrible idea ──── Ni siquiera tomó alcohol.

──── Podríamos probarlo ──── Lexie ofreció con una sonrisa ──── O mejor no, serás la encargada de cuidarnos. ¡Más alcohol para mí! ──── celebró la chica, alzando sus manos con emoción.

──── Lleva a Ava, ha estado con Goel todo el tiempo ──── Raisa murmuró, creando un puchero ──── Ya ni nos saluda en clases.

Sahily rio, guardando el libro en su bolso ──── Solo está... disfrutando su tiempo. La llevaré, le dije que se quedará está noche conmigo.

──── ¿Ha estado escapándose con Goel? ──── Lexie cuestionó, inclinándose hacia adelante ──── ¿Quién lo diría? Los tórtolos si están enamorados.

──── Es más que se agradan ──── Sahily rectifico, negando ──── Apenas se conocen. Solo son amigos con... sentimientos.

Lexie rio, apoyando sus codos en la mesa ──── Están muy enamorados. Es algo lindo, pero no durará mucho tiempo.

──── Uh, ¿sigues creyendo en eso? ──── Raisa murmuró con irritación ──── Lexie cree que esas parejas tan diferentes son las primeras en terminar.

──── ¡Es que no van a coincidir en todo! Ella es bonita, graciosa, perfecta y bueno, conocemos a Goel, ¿no? ──── comentó como si fuera lo más evidente ──── Solo digo, los opuestos no siempre son la pareja ideal.

──── Tú eres una aburrida ──── Raisa la acusó con diversión ──── Siempre quieres matar el amor, ¿no?

Lexie mostró una gran sonrisa, encogiéndose de hombros ──── Tal vez, solo soy demasiado realista.

Sahily asintió, pensando sobre lo que dijo. Por alguna razón, los opuestos siempre llegaban a atraerse como ella y Zadkiel, pero no quería un mal final.

Ellos podían romper todas las reglas, incluidas las de Áureos para demostrar que no había nada malo en querer ser amado.

No quería estar siempre a la sombra de Ithiel, no era justo para ambos tener que retener esos sentimientos por una profecía que solo hizo que cambiaran toda la perspectiva sobre su vida.

Ithiel debía ser liberada de ella, pero no quería que fuera a un gran costo; uno donde terminen sufriendo.



──── ¿Debería de ponerme un vestido elegante? ──── Ava cuestionó, mostrando las dos opciones ──── ¿O solo casual?

Sahily ladeó el rostro, pensativa ──── Ponte lo que sientas cómodo en tu cuerpo ──── le respondió, volviendo a verse en el espejo ──── Seguramente todos estarán borrachos y no se fijaran.

──── Cierto, no pensé en eso ──── murmuró la áurea, saliendo de la habitación.

Sahily había decidido ponerse un vestido rojo junto con una chaqueta que Zadkiel había dejado en su armario. Supuso que no le molestaría usarlo para que le diera un poco de confianza con tantos humanos.

Dejó su cabello suelto y se colocó unas botas oscuras con tacón, eran lo suficiente cómodas para estar parada por tanto tiempo.

──── ¿Estás lista? ──── Sahily cuestionó, bajando de la escalera.

Ava apareció a su lado con una gran sonrisa, asintiendo. Al final se había decidido por el vestido casual y llevaba todo su cabello recogido, exponiendo las dos cadenas que estaban en su cuello.

La gran fiesta no estaba tan lejos de su casa por lo que llegaron rápido. Desde la distancia podía oír la música y todas las conversaciones, sin importar los vecinos.

Sahily fue la primera en entrar, sintiendo como todo el sonido se intensifico, incluyendo algunos chiflidos. Un par de brazos la rodearon, el perfume junto al alcohol mezclado hizo que la reconociera.

──── ¡Si vinieron! ──── Lexie gritó, sus mejillas estaban sonrojadas y su mirada brillante ──── ¿Por qué vinieron tan tarde? Raisa les está guardando lugar desde hace horas.

──── Solo es un poco tarde ──── Ava murmuró, mirando a su alrededor ──── ¿Ya están todos aquí?

──── Por supuesto, si sabes quién ──── replicó la chica, guiñándole un ojo ──── Vamos, no hagamos esperar a mi amiga o se enoja.

Lexie hizo que las dos áureas avanzaran hasta una sala que parecía exclusiva. Raisa agitó sus manos desde su asiento en un gran sofá.

Sahily se sentó a su lado, observando a los rostros pocos familiares. La miraban como si fuera lo más preciado, otros solo con la misma indiferencia, aunque sus corazones latían con rapidez.

──── ¿Quieres? ──── preguntó la chica, moviendo una botella ──── No contiene alcohol, lo prometo.

La áurea lo tomó, oliendo el alcohol que desprendía de la chica. Parecía que las dos si tomarían esa noche para olvidar todo y ella tendría que cuidarlos.

──── ¿Dónde están tus guapos hermanos? ──── Lexie cuestionó, sentándose junto a Raisa. Abrazo a la chica, esperando una respuesta ──── ¿Te dejaron sola?

──── Mis padres lo llamaron ──── contó, dejando la botella en la mesa ──── Ava y yo nos quedamos para cuidar la casa. Todavía no sabemos si Kartalago es peligroso.

──── Oh, créeme, fue lo mejor. Pueden robar si miran una casa sola ──── Raisa contó, olvidando la verdadera razón por la que los áureos se fueron ──── Tú patearas sus traseros, de eso no hay dudas.

──── Si, ella lo hará ──── rio Ava, conociendo a su amiga ──── Puede golpear sin dañarse ni una uña.

──── ¡Tienes que enseñarme! ──── Raisa le pidió, creando un puchero ──── Por favor.

──── Lo haré cuándo estés mejor ──── prometió la áurea, riendo.

──── ¿Puedo contarles algo? ──── Lexie les preguntó. Tomó un gran trago de su vaso y se dejó caer encima de Raisa, sonriéndoles ──── Ustedes son mis preferidas.

──── Me alegra oír eso ──── Ava murmuró con una media sonrisa.

──── Si, tú eres como el azúcar ──── le dijo a Ava, mirándola con ternura ──── Sahily es ácida, pero me gusta así que me agradas. Nirelle es amarga, no me gusta ──── negó, frunciendo sus labios ──── Ella siempre está juzgándome.

──── No es tan mala, solo... diferente ──── Sahily comentó, ladeando su rostro ──── Va aprendiendo a convivir con el resto.

──── Le falta mucho que aprender ──── bromeó Raisa, riendo junto a su amiga.

──── Siempre he pensado que ustedes son como los Cullen ──── Lexie confesó, sonriendo tontamente ──── Pueden confesarlo, no se los diré a nada.

──── ¿Segura? ──── Ava preguntó, alzando una ceja ──── No queremos problemas si saben que somos vampiros.

Sahily rio, observando la expresión de sorpresa de Lexie.

──── ¿En serio lo son?

──── Por supuesto que no ──── negó la áurea, cruzando sus piernas ──── Somos algo más genial que vampiros

Lexie bufo, apoyando su mejilla en el brazo de Raisa ──── ¡Quiero algo interesante en mi vida! ──── se quejó

──── Oigan, ya vuelvo ──── Ava murmuró, levantándose de su asiento

Sahily no perdió de vista a la áurea, pasando a través de las personas hasta encontrarse con el chico que trató de ocultarse. Goel mantuvo su distancia y comenzaron a hablar, los más decentes de toda esa habitación

──── Oh, el ruloso Goel es un anticuado ──── Lexie murmuró, frunciendo sus labios ──── Apuesto a que le pedirá matrimonio antes de tener sexo

Sahily frunció su nariz ──── No me gustan las apuestas ──── murmuró, alejando su mirada. Tomó un trago de su bebida, arrugando su rostro por el sabor ──── Uh, esto es horrible

──── Mejoraría si le agregamos unas gotas de alcohol ──── Lexie informó, moviendo sus cejas con diversión ──── ¿Quieres un poco?

──── Prefiero quedarme sedienta por el resto de la noche ──── replicó, dejando la botella en la mesa ──── Quiero otra bebida, ¿dónde la consigo?

El tiempo pasó lentamente para Sahily, caminando de un lado a otro en esa casa mientras las dos humanas se divertían, cantando y bailando una canción que desconocía.

Probablemente era la única que no disfrutaba estar entre todas esas personas, pero no pudo evitar sentirse mareada por todos esos olores y movimientos demasiados extraños.

La áurea se encerró en el baño, limpiando el sudor que corría por su cuello. Observó la hora en su celular, dándose cuenta que eran las una de la madrugada, el tiempo perfecto para estar acostada.

Ella suspiró, saliendo del cubículo. Un par de chicas entraron al instante, golpeándose con las paredes por lo ebrias que se encontraban.

──── ¿Quieres compañía? ──── preguntó una voz masculina.

Sahily apenas se movió para observar al chico que estaba parado con ayuda de una pared. Sus ojos oscuros estaban rojizos, lo suficiente para saber que no estaba en todos sus sentidos.

──── No, gracias ──── respondió, pasando por su lado.

Un par de dedos agarraron su muñeca, deteniéndola. La expresión de Sahily se llenó de disgusto por el contacto de aquel humano. Giró su rostro, observándolo con molestia.

──── Solo te brindaré una oportunidad para que me sueltes ──── sentenció en voz baja.

El chico solo rio, acortando la distancia entre los dos ──── No tengas miedo. No le diré a tu novio.

Sahily ladeó su rostro, pensando en cómo ese humano podía creer que aceptaría. Miró a su alrededor antes de golpearlo justo en su garganta, haciendo que la soltara.

El quejido del chico le dio diversión, una que no había tenido en toda la noche. Él cayó al suelo, agarrando su garganta que seguramente estaba llena de dolor.

──── Oh, estoy segura que no le hablaras a mi novio ──── replicó la áurea, sonriéndole ──── Disfruta de la fiesta.

Ella perdió toda expresión, rodeando al chico que seguía balbuceando palabras. Camino directo a las escaleras donde se encontró a Lexie intentando subirlas sin éxito.

──── ¡Aquí estás! ──── gritó, agarrando el brazo de Raisa que estaba sentada en el suelo, sin poder aguantar su propio peso ──── Nos vamos. La noche ya termino para las dos.

──── Bien, ¿dónde están las llaves? ──── cuestionó.

Lexie tocó sus bolsillos hasta sacarlo de la parte trasera de su short, dándosela a la áurea sin problemas. Confiaba en que manejaría bien o mejor que ellas dos estando así de mal. Sahily bajó la escalera, mandando un mensaje a Ava de que iría a dejarlas.

──── ¿Puedes caminar? ──── Lexie cuestionó a su amiga, viendo como apenas podía abrir sus ojos ──── No es necesario que respondes, te ayudaré a levantarte.

Lexie intentó levantar a Raisa de la escalera, tambaleándose por los tacones que llevaba puesto. Maldijo en voz baja al no poder aguantarla más, Raisa no estaba intentando ayudarla, dejó todo su peso en ella.

──── Sahily, ¿puedes ayudarme? ──── pidió, sintiendo sus piernas temblar.

La áurea se movió con rapidez, haciendo que Raisa pasara su brazo por sus hombros. Su cabeza cayó hacia adelante, balbuceando palabras que no tenían sentido para ella.

──── ¿Tú puedes caminar? ──── Sahily preguntó a Lexie, elevando una de sus cejas.

──── Sí, estoy bien ──── respondió, restándole importancia ──── Tolero el alcohol muy bien.

──── Eso espero ──── musitó.

Sahily prácticamente cargó con el cuerpo de Raisa, sujetándola por su cadera antes que cayera por completo al suelo.

──── ¡Seamos amigas! ──── Raisa murmuró, apoyando su mejilla en el hombro de la áurea ──── Yo... yo soy buena amiga.

──── Lo sé ──── susurró, manteniendo su mirada en Lexie que intentaba caminar en línea recta por toda la habitación.

──── ¿Sí? ──── musitó la chica, creando un puchero ──── Entonces, enséñame a pelear ──── balbuceó.

Sahily apretó su agarre cuando Raisa intentó levantarse, sus piernas se doblaron al instante y tuvo que apoyarla a la pared. Un siseó salió de sus labios, pensando en cómo Ezer estaba equivocado de dejarla con esas humanas.

──── ¿Qué hacen? ──── gritó Lexie, cruzándose de brazos ──── ¡El auto está allá!

──── Voy a vomitar ──── habló Raisa, frunciendo su nariz ──── No, ya no ──── negó, cerrando sus ojos.

La áurea apretó sus labios, viendo el mal estado en que se encontraba. Realmente no podía pensar en una buena razón para terminar de esa manera.

──── Vamos, Raisa, tengo que llevarte a casa.

Sahily volvió a cargarla, ahora con todo el peso al descubrir que Raisa estaba peor. Apenas podía mover sus pies y si no fuera un lugar tan lleno de personas, la hubiera cargado para terminar con eso.

Llegaron al carro de Lexie, quitando el seguro de la parte de atrás. La áurea dejó caer a Raisa, sin importarle los quejidos de la humana.

Lexie también se sentó atrás, empujando los pies de la chica y apoyando su cabeza en la ventana.

──── Mañana será el peor día de mi vida.

Sahily se sentó en el asiento del conductor, poniéndose el cinturón de seguridad ──── Dirás hoy ──── comentó, encendiendo el auto ──── Son pasada de la medianoche.

──── ¡Eso no es posible! ──── chilló Lexie, mirando el reloj del carro ──── Se supone que íbamos a volver a las doce.

──── Supongo que tendré que manejar rápido ──── musitó la áurea.

Para ser su tercera vez manejando, Sahily podía confirmar que le salía muy bien. El pequeño carro de Lexie era diferente a la camioneta, más cómodo y podía ver mejor la calle.

Las dos chicas quedaron en silencio hasta que llegaron a la casa de Raisa, estaba toda oscura, probablemente nadie las estaba esperando.

Lexie ayudó a Raisa a bajar del auto, estaba más despierta a comparación de cómo salieran. Sahily siguió mandando mensajes a Ava, recordándole que esa noche era su turno de cuidar.

No podía creer que su amiga se estaba convirtiendo en una irresponsable con la misión.

──── Gracias por traernos ──── Lexie dijo, sonriéndole ──── ¿Estarás bien?

──── Sí, no te preocupes ──── respondió.

La áurea le entregó sus llaves y espero unos minutos hasta que las dos chicas estuvieran en la habitación. Esperaba que esa noche nada malo sucediera, necesitaba descansar y que Ava apareciera.

Camino a su casa, dejando que sus pensamientos salieran. Llegó a la casa, abriéndola con un simple golpe y quedó paralizada cuando vio lo que había dentro.

Era un desastre, todo estaba removido.

Supo de qué se trataba de Ava, corrió hacia la habitación de Ava, sorprendiéndose de que todo había desaparecido. Su ropa, armas, todo se había llevado.

Buscó por todos los cajones, lanzándolos al suelo cuando los encontró vacíos. Apretó sus manos, tratando de enfocar en lo que sucedió.

Ava escapó y todo por un humano.

La áurea había cometido un gran error, uno que podría marcarla de por vida si no la encontraba antes que sus hermanos la regresaran y creyeran que fue traición.



Zadkiel estaba tratando de agarrar señal en su celular en ese lugar tan desértico, lo había intentado por horas y no había podido contactarse con nadie, incluida la áurea que quería.

──── Es inútil ──── Ezer le recordó, agitando sus alas ──── Busquemos otro lugar.

Zadkiel solo bufo, siguiéndolo sin tener otra alternativa. Ezer no era muy bueno con las direcciones así que los perdió desde el momento que estaban en el cielo, a pesar de haberlo intentado, habían estado por horas volando sin ninguna de señal.

Lo único que encontraron fueron los cuerpos de los áureos, mujeres y hombres asesinados por demonios. Aunque Ragos sea uno de los grandes, no había podido alimentarse como era debido así que eso no lo hizo solo.

Los áureos descendieron con suavidad, cerca del bosque. Ya sentían sus alas cansadas y necesitaban estar preparados para todo.

──── Hermano, dime donde es y podré ayudarte ──── Ithiel ofreció, sentándose sobre una roca.

──── Estoy seguro que íbamos bien, ¿crees que se está moviendo? ──── cuestionó el áureo, observando su alrededor con dudas.

──── Con las horas desperdiciadas en el cielo, definitivamente ya llegó al infierno ──── Zadkiel comentó, desbordando su sarcasmo.

Los áureos solo rodaron sus ojos, ignorándolo. Sin Sahily a su alrededor, hablaba demasiado, mayormente para decir comentarios inteligentes que no aportaban a la misión.

──── Quédense aquí, iré a dar una vuelta ──── Ezer habló, introduciéndose en el bosque.

──── Si no descubrimos dónde está, puede matarnos con rapidez ──── se quejó Nirelle, cruzándose de brazos ──── ¿Quieres tomar la misión? Mis alas duelen de tanto volar ──── pidió a Ithiel.

Zadkiel rodó los ojos, aburrido con sus conversaciones. Se sentó lejos, jugando con uno de sus cuchillos cuando sintió una pesadez en el aire, infiltrandose en su cuerpo como si quisiera dominarlo.

Pasó su mano por encima de su pecho, intentando disiparlo. No le gustaba esa sensación, como si quisieran engañarlo.

El áureo se levantó, sabiendo de quién se trataba. Vio que Nirelle también frunció su frente, disgustada.

──── ¿Todavía me amas? ──── ella preguntó.

Los dos áureos se quedaron tiesos, sin saber a qué se refería con eso. Nirelle se levantó, tirando las armas a pies de Ithiel con enojo.

──── ¿Qué estás diciendo? ──── masculló el áureo, retirando las armas antes que fuera a herirse.

Los ojos azulados de Nirelle estaban encendidos, brillando de molestia.

──── No voy a seguir escondiéndome solo porque tienes miedo que Sahily no me acepté ──── le reprochó, empujando a Ithiel ──── ¡Estoy cansada de ser lo prohibido!

──── Oh, el demonio está cerca ──── Zadkiel murmuró, sacando la espada.

──── ¡No estamos hablando sobre eso, idiota! ──── Nirelle le recrimino a Zadkiel con molestia ──── ¡Estamos hablando sobre Ithiel y yo!

──── Por supuesto, sigue discutiendo ──── le cedió el áureo con calma.

Zadkiel no dijo nada más, estando alerta con su alrededor. Ragos era astuto, utilizando los sentimientos, la lujuria y el amor como un arma para poner a los áureos en contra.

Parece que encontró a la perfecta pareja, Nirelle siendo la más afectada por no tener lo que quería y si Ithiel no batallaba contra ese demonio, sucedería lo mismo.

──── Cálmate, tienes que reaccionar ──── Ithiel le pidió, agarrando los brazos de la áurea ──── Solo es el demonio en tu cabeza, recuerda lo que hablamos.

──── Lo que hablamos es que dejaras de hacerme sentir inferior, menos que el resto ──── Nirelle dijo, apretando sus dientes con molestia ──── ¿No me quieres?

Los ojos grisáceos de Ithiel cambiaron, revelando cómo le afectó esas palabras.

──── Lo hago ──── murmuró, apretando su agarre.

──── Entonces quiero que me ames en el día tanto como me amas de noche ──── le pidió, acortando la distancia ──── No más escondidas, ni palabras secretas y quiero me presentes ante todos, que te sientas orgulloso de tenerme.

──── Yo...──── balbuceó Ithiel, dejando caer su agarre ──── Quiero hacerlo.

Zadkiel miró a Ithiel, observando cómo poco a poco sus defensas fueron bajando.

──── ¡No dejes que entre a tu cabeza! ──── gritó el áureo, aun manteniendo su distancia ──── ¡Piensa en Ezer, en Sahily, lo dejaremos expuestos!

Con la mención de sus hermanos, Ithiel volvió a sí mismo. Tuvo que sacudir su cabeza, quitando esa niebla que estaba tragándolo.

──── Gracias ──── murmuró.

Ithiel agarró el brazo de Nirelle a pesar de sus protestas y la puso detrás de ellos, observando su alrededor.

──── Vamos, dime dónde estás ──── canturreó Zadkiel, balanceando los cuchillos entre sus dedos ──── No seas tímido.

Su mirada recorrió todo el lugar hasta notar como una sombra se movió apenas unos centímetros, los necesarios para enseñar su posición. Zadkiel tiró un cuchillo, incrustándolo en la pierna del demonio que tomó su verdadera figura.

El hombre seguía viéndose terrible, su cuerpo delgado y su rostro pálido le enseñó que todavía seguía débil, aunque Nirelle le dio lo suficiente para poder caminar.

──── Podrías ayudarme, Zadkiel. Venimos del mismo lugar, ¿no? ──── habló el demonio.

El áureo negó, sacando su espada ──── No, yo no les pertenezco.

Ragos lo observó, queriendo entrar a su mente. Podía sentir el amor, la lujuria, pero no podía atacarlo.

──── Eres fuerte ──── masculló, apoyándose de la pared.

──── La áurea que amo no está aquí y lo sabes.

──── Lamentablemente ──── susurró, torciendo sus labios en disgusto ──── Hubiera sido divertido tener un enfrentamiento de hermanos.




la bomba acaba de soltarse, repito, la bomba cayó y exploto. Fue inevitable no juntar a Ithiel y Nirelle, es más, quisiera escribir sobre ellos pero necesito inspiración, alguien regáleme, por favor :c



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