dos.

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𝟬𝟮.| YOUR SCAR?


FREYA NO PUDO EVITAR ECHAR UN VISTAZO AL EXTERIOR DEL EXPRESO DE HOGWARTS, SUS OJOS BAILARON SOBRE LAS ONDAS DEL AGUA MIENTRAS PASABAN POR UN TRAMO DE UN ENORME LAGO. Frente a ella, Hermione leía un periódico de lo que había sucedido mientras estaban en el Mundial de Quidditch, y en cierto modo se alegraba de que sus padres no le permitieran ir. Aunque previamente hubiera querido ir con sus amigos al evento, sabía que sus padres nunca le habrían permitido ir a un evento deportivo de este tipo, viendo sus opiniones al respecto. Su madre pensaba que ir a algo así era lo que hacían los muggles y que no era lugar para una chica como ella. Que lo que tenía que hacer es centrarse en lo que estaba por venir, ya que estaba a punto entrar en su Cuarto Año.

Aunque, ella hubiera preferido salir a hacer algo más emocionante que quedarse sentada en casa.

Mientras todos estaban sentados en el compartimento en el que se encontraban, se escuchó la voz de la Bruja del Carrito, y fue entonces cuando Ron se emocionó visiblemente, cerrando el libro que estaba leyendo de golpe. Freya miró al chico pelirrojo y sonrió para sí misma al verle rebuscar en los bolsillos en busca de calderilla, o lo que pudiera reunir para conseguir algo con lo que picar durante el resto del viaje. Por lo general, Freya se habría comprado algo del carrito, pero hoy no tenía ganas. No tenía tanta hambre como para comer algunos de los dulces que ofrecían.

La Bruja del Carrito echó un vistazo a su compartimento, observando a todos ellos mientras les dedicaba una pequeña sonrisa.

—¿Algo del carrito, hijos? —les preguntó, y tanto Harry como Ron se dirigieron hacia la puerta abierta.

—Un paquete de Superhinchables y una Varita de regaliz —le respondió Ron mientras miraba el carrito, rebuscando en su bolsillo antes de ofrecerle lo que tenía. Sólo entonces se dio cuenta de la cantidad que tenía y comprendió que tenía que quitar uno de sus aperitivos—. Eh.. mejor deme sólo los Superhinchables.

—Yo pago, no te preocupes —le respondió Harry mientras dirigía la mirada a su amigo.

—Sólo los Superhinchables —dijo él, dándole el dinero a la mujer. Ésta le dio lo que pidió—. Gracias —agradeció Ron y Freya levantó la mirada hacia Hermione, las dos se limitaron a negar con la cabeza, antes de que Freya mirara a su gato y le rascara las orejas, éste ronroneó contento.

Una voz de otra chica se escuchó en el pasillo, y por un breve momento, llamó la atención de Freya, que vio como Harry la miraba fijamente. No pudo saber si Harry estaba esbozando una sonrisa incómoda o no, pero entonces la bruja del carrito le preguntó si necesitaba algo, y él se apresuró a decir que no y a volver al asiento junto a ella. Freya frunció las cejas al mirarle, y él le dedicó una pequeña sonrisa antes de que Hermione comenzara a hablar de lo que acababa de leer en el periódico.

—Esto es horrible —comentó Hermione, mientras miraba entre los tres—. ¿Cómo no sabe el Ministerio quién la conjuró? ¿No había agentes de seguridad?

—Muchos, según papá —le respondió Ron mientras levantaba la mirada de su aperitivo y la desviaba hacia Hermione. Freya apretó la mandíbula. Ron había hablado mientras masticaba uno de los superhinchables que acababa de conseguir, lo que hizo que la castaña oscura soltara una pequeña risita mientras lo miraba—. Eso es lo que llevan peor. Que pasó delante de sus narices.

—Uno pensaría que serían capaces de detectar algo así —comentó Freya mientras les miraba, sacudiendo ligeramente la cabeza—. Especialmente con un evento de tal escala —pudo notar que Harry se movía a su lado, lo que hizo que ella y los otros dos miraran hacia él para ver que se estaba rascando la cicatriz.

—Te vuelve a doler, ¿verdad? —le preguntó Hermione con una expresión de preocupación en la cara—. La cicatriz.

—Estoy bien —respondió Harry, tratando de mentir, pero nadie se creyó la mentira que intentaba venderles.

Hermione se inclinó hacia delante mientras le miraba preocupada y Freya se hizo una idea de lo que iba a sugerir.

—Deberías informar a Sirius de todo esto... de lo que viste en los Mundiales y en tu sueño.

—¿En su sueño? —preguntó Freya mientras les dedicaba una mirada confusa y negaba con la cabeza—. ¿De qué sueño estás hablando? —cuando ninguno de ellos le contestó, dejó escapar un fuerte suspiro y se recostó en el asiento—. ¿En serio? Chicos, no me gusta que me mantengan al margen cuando puedo ayudar.

Harry miró a los otros dos antes de darse cuenta de que Freya tenía razón. Freya había estado con ellos en bastantes de las otras cosas por las que habían pasado, y podía ayudar. Y aunque no quería que ninguno de sus amigos saliera perjudicado con nada que tuviera que ver con él o con su cicatriz, sabía que si ella quería ayudarle, iba a tener que contárselo. Así que le contó el sueño que había tenido, y Freya se apresuró a estar de acuerdo con Hermione en que tenía que escribirle algo a Sirius; y eso fue exactamente lo que hizo.

Sin embargo, incluso cuando dejaron de lado el tema de Harry y el sueño que tuvo, todo se desvió hacia Freya. Querían saber todo lo que le había pasado, y ella sabía que tenía que contarles. Eran sus mejores amigos, y aunque estuvieran en Casas diferentes, iba a hacer lo que fuera para mantenerlos al tanto de lo que había pasado con ella desde la última vez que la vieron. Les contó lo que había hecho durante las vacaciones de verano, hasta el hecho de que su madre hiciera que sus dos hermanos mayores prácticamente la acosaran durante todo su cuarto año.

Hermione, por supuesto, pensó que era una invasión de la privacidad y que era algo que sus padres no deberían haber hecho. Pero Freya no tenía ningún problema con eso. Sabía que sus padres no iban a conseguir la información que querían y que su hermano no iba a ser de ninguna ayuda. Su hermano iba a estar demasiado concentrado en las clases de herbología y metiendose en problemas por su propia cuenta. La única persona de la que tenía que preocuparse era Cybele. La hermana mayor que la iba a vigilar como un halcón.

Mientras hablaban, su hermana pasó por delante de su compartimento y dio unos pasos hacia atrás, parándose en la puerta. Freya miró hacia ella. Cybele les miró durante unos segundos y fue entonces cuando sus ojos se posaron en su hermana. Entrecerró los ojos en ella antes de que se posaran en sus tres amigos individualmente, como si intentara intimidarlos. Freya odiaba que su hermana hiciera eso, ya que no tenía nada mejor que hacer.

—¿No tienes otro sitio en el que estar? —le preguntó Freya y ésta ladeó la cabeza.

—Claro que sí, aquí, para vigilarte, hermanita —le contestó Cybele mientras se ponía de brazos cruzados cruzaba de brazos. Unos cuantos de sus amigos de Ravenclaw aparecieron detrás de ella—. No olvides que este año tengo que mantener mis ojos en ti.

—Oh, ¿cómo podría olvidar tal cosa? —le preguntó Freya, mirándola mal antes de dedicarle una pequeña sonrisa—. ¿No tienes estudiantes de primer año que atormentar?

Cybele entrecerró los ojos hacia su hermana antes de soltar una burla. Los cuatro vieron cómo la otra Delvaux se alejaba de su compartimento, y fue entonces cuando Freya miró hacia Ron, que se encontraba inclinado mirando más allá de la puerta para intentar ver a la hermana de su amiga. Freya inclinó la cabeza hacia un lado mientras fruncía las cejas, soltando un "hum", Ron se puso recto y se giró para mirarla. Sus labios se separaron mientras dirigía la mirada hacia el resto, y sacudió con la cabeza.

—¿Qué? —preguntó, y Freya negó con la cabeza.

—Por favor, Ron, dime que no te gusta mi hermana —le dijo con una mirada seria, y él no tuvo una respuesta para ella de inmediato. El chico trató de reconstruir una respuesta, pero fue entonces cuando el Expreso de Hogwarts comenzó a llegar a la estación de Hogsmeade.

En cuanto el tren se detuvo, todos empezaron a recoger sus pertenencias. Freya recogió a su gato del asiento y miró a todos sus amigos, dedicándoles una sonrisa, mientras empezaba a seguirlos fuera del compartimento. Sabía que iba a ser un año similar a los anteriores. Aunque, la única diferencia era que iba a tener los ojos vigilantes de su hermana sobre ella, y sólo podía esperar que no pasara nada más.

Aunque, debería saberlo mejor, teniendo en cuenta la escuela a la que iba.


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