Capitulo Tres: Descarga

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Hace cinco años

Axel:

El pequeño humo casi invisible que desprende el té me es cálidamente familiar y su pequeño aroma a limón inunda mis fosas nasales, por lo que, extasiado por tal olor, llevo la taza a mi boca y tomo un sorbo de ese líquido que para mí es inexplicablemente bueno.

Ana me mira con extrañeza, como si no entendiera mi delirio por él té, pero, ella lo sabe, sabe todo de mí.

Por, en cambio, su taza está casi a reventar de malvaviscos y según ella de un delicioso café helado.

No puedo comprender lo mucho que le gusta esa cosa, yo la odio, me desagrada ese sabor amargo en la boca, me recuerda al alcohol y el ardor en la garganta que sientes pasarlo, odio todo lo que tenga que ver con aquella bebida, puesto que yo la ingería por obligación, no por deseo y el café no hace más que negarme a la tarea de olvidar aquellos días en los que solo existía.

La realidad es que debo continuar y dejar de lamentarme, pues ahora la tengo a ella y eso es suficiente.

Las horas avanzan de forma periódica y por más que desee detener el tiempo me es imposible hacerlo, sin embargo, disfruto cada momento y una sonrisa se adhiere permanentemente a mi boca cada que escucho su melodiosa voz.

Ana ríe de un chiste que contó, es demasiado malo, pero me rio igualmente, todo por hacerla feliz, no obstante, su luz se ve remplazada por las sombras y eso me alerta hasta que miro como Sebastián le habla con un simple chasquido de dedos y eso la coloca en total alerta.

Nunca entenderé que le ve a ese tipo que únicamente carga con tormentas, ella solo es luz, es vida, es alegría, mientras que él es esa lluvia que solo te fulmina, te consume y extinto, te termina.

Tristemente, ella no lo mira de esa manera, cree que puede arreglarlo, pero sé que nunca lo lograra, él está demasiado jodido como para siquiera quererlo intentar.

Presente...

23 de marzo de 2014

Ana:

- ¿Qué sucede Sebastián?

Yo sé que como pregunta es estúpida, pero, esta continúa bailando en mi cabeza, ¿qué tuvo que pasar en su vida para que, de todas las personas que existen en el mundo él decidiera tomar mi mano?

Si me sincero de forma completa simplemente no puedo creer que exista una razón válida para que decida buscar refugio conmigo, ¡por dios! Ese hombre me destruyo y lo sabe a la perfección, ¡PORQUE CARAJOS AHORA VIENE AQUÍ!, diablos, esto me está atormentando y ni siquiera ha comenzado.

Mis pensamientos pesimistas se detienen cuando escucho como su clásica voz ronca y sexy se hace presente en el ambiente borrando así, el asfixiante he incómodo silencio que antes nos rodeaba.

-te necesito Ana

Sus ojos suplicantes y desesperanzados me intentan mostrar que es honesto, sin embargo, hace tiempo aprendí que las mentiras son su don y no volveré a caer, ya no.

-aja, si claro- mi sonrisa burlona se muestra frente a él por primera vez y es ahí cuando recuerdo que él nunca me conoció, no como deseaba que lo hiciera.

Claramente, la anterior afirmación confunde porque ¿cómo rayos tu supuesta pareja y amor de tu vida no te conoce?, la realidad es que él nunca me dejo mostrarle lo que yo era.

Sebastián o se encontraba estudiando o de fiesta, la relación se mantuvo porque yo parecía un estúpido perro faldero que lamia sus botas cada que podía; yo escapaba de mis clases para colarme a las suyas y hablar un poco, yo dejaba botadas a mis amigas para ir a sus fiestas llenas de drogas y alcohol, yo lo apoyaba incondicionalmente mientras que él me hacía a un lado cada que tenía la oportunidad.

Si, esa es la gran respuesta, no había tiempo porque Sebastián no quería que hubiera tiempo y cuando hablábamos eran conversaciones tan interpersonales y siempre tratándose de sus logros o metas, era preguntarle siempre su vida, la mía no importaba y con todo esto sumado nunca pude mostrar quien era yo, ahora lo veo, antes no.

Obviamente, era una idiota, no lo niego, pero, el chico del que estaba enamorada desde hace años se había convertido en mi novio y como puede mostrar hice todo para que se quedara conmigo, no deseaba que me botara ni que me engañara así que intente ser una buena novia, aunque como se puede distinguir nunca lo logre, él siempre me cambio, jamás me prefirió.

Tristemente, gracias a esto dejé de notar que yo comencé a perderme con tal de tenerlo y lo más patético de esta historia es que, si aquel día del puente no hubiera sucedido probablemente seguiría en ese círculo vicioso que solo me rompía.

En fin, como dije, el hombre nunca me necesito ¿por qué lo haría ahora? Si....

-Es en serio, Ana necesito de ti

Su agarre y su voz es lo que me saca de mis pensamientos, realmente reproches hacia mis estupideces.

Él ha tomado mi brazo y me acerca poco a poco a su cuerpo, lo alejo sin siquiera meditarlo, no lo deseo cerca me declaro dentro de mí, aun así, pregunto llena de curiosidad por responder esa última duda que ronda mi mente.

- ¿para qué me necesitas Sebastián?

Mi pose es autoritaria y él lo nota, aun así, se acerca más a mí y casi como un susurro consolador dice:

-para poder continuar Ana- su respuesta me descoloca, pero lo que le sigue casi logra desmayarme- para lograr olvidar.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro