Capítulo 21

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Al despertar, sintió su garganta seca.

Jimin no pudo evitar soltar un gruñido cargado de pesar, cada fibra de su diminuto cuerpo gritaba "dolor" incluso al respirar. No lograba recordar la última vez que se sintió de esa manera o si acaso existía "alguna vez" que se asemejara, ni siquiera cuando cayó por las escaleras.

Se removió un poco, deteniéndose cuando finalmente percibió un movimiento debajo de él. Con cautela separó su cara de aquella almohada tan cálida y con buen aroma, dejando escapar un jadeo ahogado al darse cuenta de que no era exactamente una almohada.

¿Eso era...?

Sí, el profesor Min estaba profundamente dormido, atrapado bajo su pierna que lo rodeaba. Un sonrojo inevitable invadió las mejillas de Jimin, ¿en serio Min le había permitido usarlo como almohada? ¿En qué momento se había quitado la camisa?

Probablemente después de...

—Oh Dios... —murmuró para sí mismo, completamente avergonzado.

Al hacer un pequeño movimiento, Jimin se dio cuenta de que Min no lo estaba reteniendo de ninguna manera. De hecho, los brazos del mayor estaban perfectamente posicionados a ambos costados de su cuerpo, como si hubiera tratado de evitar cualquier contacto con él durante todo este tiempo.

Ese pensamiento logró entristecerlo. Solo un poco.

Se apartó ligeramente del profesor, lo justo para poder contemplarlo con mayor claridad desde la distancia. La mirada curiosa del rubio recorrió sin inhibiciones el torso desnudo de Min, aprovechando la oportunidad que se le presentaba. Mordió su labio inferior, dejándose llevar por el deseo de tocarlo.

Con dedos temblorosos Jimin se aventuró a deslizarlos sobre la nívea piel, disfrutando la sensación de aquellos músculos esculpidos bajo sus yemas. Delineó las clavículas de Min, sintiendo un sonrojo aflorar en sus mejillas ante la idea fugaz de dejar su propia marca en aquel lugar justo como el mayor había hecho con él días atrás.

Sacudió su cabeza, dispersando aquellos pensamientos.

Continuó explorando sin ninguna intención maliciosa, no había segundas intenciones ni planeaba hacer algo indebido; simplemente quería... admirarlo. Quería adorar al hombre bajo su tacto. Sus manos acariciaron con reverencia cada contorno, rindiéndole un tributo silencioso.

Volvió a colocarse sobre él, cuidando de no hacer mucho ruido o algún movimiento brusco como para despertarlo. Sus ojos se detuvieron en el hueco tentador que se formaba entre el cuello y el hombro del profesor, siendo una invitación irresistible.

¿Realmente se atrevería? La respuesta era sí. Cuando fue consciente de algo su rostro ya se había ocultado en aquel lugar, permitiéndose olfatear con sutileza.

Un aroma masculino y cautivador se desprendía del cuerpo de Min, las fosas nasales de Jimin se embriagaron con una fragancia magnética de notas amaderadas y frescos matices cítricos. Al parecer, el aroma natural de su piel seguía fusionado con su colonia de diario, siendo una sinfonía olfativa única, exquisita.

—Mmmh —suspiró con deleite, realmente podría vivir solo de su aroma.

Salió de su escondite, mirando directamente hacia el rostro de Min. Aunque la tenue iluminación de la habitación dificultaba una apreciación detallada, Jimin decidió que la penumbra otorgaba un halo misterioso que acentuaba perfectamente el contorno de sus pómulos, los ojos un tanto cubiertos por algunos mechones de cabello y aquella mandíbula fuerte.

Un destello fugaz iluminó los ojos de Jimin al percatarse de los labios entreabiertos de su profesor. Si el mayor estaba dormido no tenía por qué enojarse o siquiera enterarse, ¿verdad? Solo... sería algo rápido, una pequeña "travesura".

Tragando saliva con dificultad, Jimin se deslizó un poco hacia arriba para que su rostro quedara a la altura del de Min; siseó de dolor debido al latente ardor sobre uno de sus muslos, pero decidió que ya habría tiempo para preocuparse por ello después.

Contuvo el aliento, armándose de valor. Sería algo rápido, un casto beso y no volvería a tocar el tema ni con el pensamiento.

Su cuerpo comenzó a temblar mientras los latidos de su corazón se aceleraban a una velocidad descomunal. Cada pulsación resonaba en su pecho con una fuerza abrumadora, como si el órgano estuviera a punto de liberarse y perforar su tórax.

Comenzó a inclinar su rostro, estaba tan cerca...

—Realmente espero que te detengas ahí.

Jimin se sobresaltó al sentir unas manos fuertes agarrándolo con brusquedad por la cintura, apretando sin cuidado la carne. Su rostro palideció cuando sus ojos se encontraron con la mirada neutral de Min, ¿en qué momento había despertado?

—Y-yo...

—Contigo no se puede bajar la guardia, ¿verdad? —dijo, riéndose un poco.

—Lo siento... —respondió cabizbajo—. Y-yo solo... ¡ah!

En un movimiento ágil, Jimin se encontró bajo el cálido peso del cuerpo de Min. Sus piernas se abrieron instintivamente, otorgándole al mayor un mejor acceso.

—No, no lo sientes —afirmó con una sonrisa irónica—. O al menos no parecías hacerlo mientras toqueteabas por donde quisiste.

Jimin jadeó.

—¿Usted-?

—Si, ángel, estaba despierto.

—Oh mi... ¿por qué no dijo nada? —gruñó exasperado y muy avergonzado.

Min alzó los hombros.

—Quería saber lo que harías al despertar encontrándote sobre mí —ladeó la cabeza—. Eres un mimoso, cuando desperté no podía respirar ¿sabes?

Al no obtener respuesta el mayor solo pudo reír, incrédulo.

—Deja esa carita angustiada, ángel, no estoy molesto —inclinó su rostro hacia el cuello de Jimin, provocándole un escalofrío en cuanto su cálido aliento hizo contacto contra la sensible piel—. Al menos no por lo que hiciste hace un momento.

—¿Eh? Pero- um...

Las palabras se extinguieron en la boca de Jimin al sentir la lengua de Min deslizarse lentamente por su cuello. Un gemido escapó de sus labios cuando recibió un mordisco juguetón en aquella zona tan sensible mientras que las manos del mayor serpenteaban por su cuerpo desnudo. Un escalofrío recorrió el cuerpo de Jimin cuando el pulgar de Min acarició cierta herida oculta.

—Esto es por no haberme dejado salir para tratarte.

Jimin frunció el entrecejo pero su inquietud apenas duró unos segundos para transformarse en una mueca de dolor cuando, sin previo aviso, el pulgar de Min se hundió en la carne abierta, desencadenando una sensación aguda de picor y quemazón.

—¡Profesor! ¡e-espere! ¡Ah! —gimoteó.

El dolor se propagó rápidamente, envolviéndolo en una oleada de incomodidad y malestar. Cerró los ojos con fuerza mientras se aferraba a la espalda de su profesor.

—¡Pare! D-duele... —su pulso se aceleró al sentir algo escurrir nuevamente por su muslo.

—Eso es lo que quiero, que te duela —respondió con voz lacónica, haciendo más presión—. Grábate esto, ángel, si digo que necesito hacer algo, es porque debo hacerlo.

—¡Y-ya entendí! ¡Lo siento! —gimió en voz alta, de pronto sintiéndose deseoso de más.

Dio un largo suspiro cuando Min finalmente lo dejó ir. Como pudo ocultó su rostro contra el pecho del mayor, evitando que notara las lágrimas que escurrían por sus mejillas.

—Shh... está bien ángel, te tengo —respondió Min con voz melosa, cubriendo el deshuesado cuerpo del muchacho en un abrazo extrañamente reconfortante.

[...]

—Estoy preocupado por Jimin.

Ryujin hizo un mohín que Taehyung claramente no pudo notar. Colocando el altavoz dejó su celular sobre la mesita de noche mientras se acomodaba en la cama.

—¿Por qué, exactamente?

—Quizás no lo has notado porque recién nos hicimos amigos pero... algo está mal, Minnie ha estado actuando extraño últimamente.

—Es cierto que en estos últimos días lo he notado un poco ido y más pensativo de lo normal —dijo, tomando nuevamente el celular para acercarlo a su oído—. Me preocupé muchísimo cuando llegó al instituto con un golpe en la cara, no quise preguntar nada para no incomodarlo pero es obvio lo que sucedió, ¿crees que algo tenga que ver?

Escuchó el suspiro de Taehyung a través de la línea.

—A Jimin no le gusta hablar sobre eso por lo que realmente no estoy seguro, pero creo firmemente que es un factor principal.

—Pobre ricitos —sollozó Ryujin—. Quisiera ayudarlo, ¿no hay algo que podamos hacer por él? Quizá si hablamos con algún maestro o-

—Me hizo prometerle que no me metería en sus "asuntos" —bufó—. Pero tengo miedo, Ryu, miedo de que... no sé, algún día todo se salga de control.

—Wow, wow, tranquilo, eso no sucederá —exclamó con una sonrisa—. Estamos para él, lo ayudaremos en lo que podamos y como se nos permita.

—Tienes razón.

—Jimin no está solo. Seremos tres cuidando de él, no debes preocuparte demasiado.

—¿Tres?

La sonrisa de Ryujin se desvaneció, cerró los ojos con fuerza y maldijo en voz baja.

—¿Cómo que tres, Ryujin? ¿A qué te refieres?

—¿Dije tres? ¡Error mío! —exclamó entre risas nerviosas—. Lo siento, no sé en dónde tengo la cabeza metida.

—Ajá —respondió no muy convencido, pero lo dejó pasar.

Ryujin se sobresaltó al sentir su teléfono vibrar.

—Oh, tengo que irme —dijo cuando notó la notificación de un mensaje—. Creo que Yeji ya ha llegado a mi casa.

—¿Yeji? ¿La chica de tu club?

Sip, le ofrecí ayudarla con su proyecto de química y al parecer querrá empezarlo desde hoy.

—De acuerdo, te dejo con tu cita escolar.

Algo en la voz de Taehyung provocó que sus mejillas enrojecieran.

—Oh Dios, cállate.

Después de una extraña despedida, Taehyung finalizó la llamada.

Ryujin dejó salir un suspiro de alivio, Yeji había llegado en el momento justo; no podía creer que por poco arruinaba el aparente secreto de Jimin.

A diferencia de lo que podrían pensar muchos, Ryujin no era realmente una persona indiferente a su entorno. Por el contrario, era una observadora meticulosa y estaba siempre atenta a los pequeños detalles, por lo que difícilmente podrían mentirle.

El que fingiera demencia era lo divertido.

Por eso fue una sorpresa para ella cuando, durante la hora del almuerzo, logró notar un pequeño chupetón apenas disimulado con maquillaje sobre el cuello de Jimin.

Quizá habrían más.

Una sonrisa curveó sus labios mientras analizaba la situación. Era evidente que Jimin estaba saliendo con alguien o, cuando menos, tenía una aventura pasional. Resultaba emocionante ser la única que se había percatado de ello y aunque su amistad con él no llevara mucho tiempo, estaba decidida a guardar ese secreto celosamente hasta que Jimin decidiera hacerlo público.

O en caso contrario, nadie más lo sabría aparte de ellos dos.

Aun así, no podía negar que sentía una gran curiosidad por descubrir quién era la persona que había conquistado el corazón del pequeño Minnie.

[...]

Min se dedicó a curar meticulosamente aquella marca que había sido trazada con su cuchillo. Fue un evento doloroso, Jimin juraba que estaba a nada de encontrarse cara a cara con Dios.

Sentir las suaves caricias de su profesor sobre su cabello mientras le susurraba lo bueno que era realmente le hacía sentirse mejor, logrando que se olvidara incluso del miedo que sentía por tener que llegar a casa y afrontar el interrogatorio de su padre.

Sin embargo, las palabras de Min lograron tomarlo por sorpresa.

—No se preocupe, no tendrá problemas al regresar a casa.

—¿Cómo está tan seguro? A mi padre no... no le gusta que demore mucho en llegar.

—Ya me he encargado de ello, confíe en mí.

Lo hizo.

No fue un error.

Durante la cena todo transcurrió de forma "normal", sin gritos (al menos no relacionados con el motivo de su tardanza) o peleas innecesarias. No sabe qué habrá hecho Min debido a que no preguntó, pero estaba agradecido.

Afrontar el instituto al día siguiente fue un reto.

Empezando por el hecho de que aún se encontraba adolorido por su... "actividad" con Min. Sin embargo, recibir un mensaje de él deseándole un buen día logró acelerar su corazón y darle la fuerza necesaria para soportar cualquier cosa que pudiera salir mal.

Al entrar al salón de clases se encontró con la extraña escena de una bola de alumnos reunida alrededor del escritorio, enarcó una ceja mientras daba pequeños pasos cautelosos hacia su asiento justo a lado de Taehyung.

—¡Minnie! ¡No vas a creerlo! —exclamó con una enorme sonrisa cuadrada—. ¡Ven, corre!

—¿Qué pasa? ¿Por qué todos lucen tan animados?

—Finalmente ha salido el calendario de actividades de fin de curso, ¡y adivina que! —Taehyung chilló, muy emocionado—. ¡El festival de las luces será justo en tu cumpleaños!

Los labios de Jimin formaron una "o" pequeña.

—¿En verdad?

—¿Qué es el festival de las luces? —los amigos voltearon hacia Ryujin quien acababa de entrar.

—Cierto, apenas ingresaste —Taehyung sonrió, con ojos destellantes de felicidad—. En los semestres que finalizan durante diciembre se organiza un evento llamado "Festival de las luces" donde hay juegos mecánicos, cabinas de fotos... la mejor parte es cuando los alumnos inscritos en el evento pueden participar con algún acto musical.

—Vaya, Yonsei realmente tiene una fama que mantener, eh... —dijo con sorna—. Suena divertido, tenemos que ir.

—Nunca me ha gustado... —intervino Jimin, llamando la atención de sus amigos—. Hay mucha gente, me pondré ansioso.

—Vamos Minnie, te atreviste a ir conmigo a esa fiesta.

—¿Te recuerdo cómo terminó? —dijo mientras reía, claramente incómodo.

—P-pero es en tu cumpleaños... —Taehyung puchereó—. Además, Nayeon participará este año, creo que lo hará en la categoría de grupos o algo así.

Por supuesto, recordaba perfectamente a Nayeon de la fiesta. Era una joven encantadora, radiante y muy extrovertida. Antes de que cayera borracho, Jimin pudo presenciar su asombrosa actuación en un karaoke casero que se realizó esa noche.

Debía admitirlo, la chica contaba con mucho talento.

—Al menos prométenos que lo pensarás —dijo Ryujin con una sonrisa—. ¿Hazlo por mí, sí?

Jimin suspiró, sintiéndose repentinamente acorralado.

—De acuerdo, lo pensaré.

[...]

Jimin se encontraba afuera del aula, recargado contra la pared.

Ese día la profesora Lee tuvo la brillante idea de llevar a cabo una actividad sorpresa, por supuesto, ninguno de sus compañeros estuvo realmente entusiasmado.

Jimin fue uno de los primeros en terminar y, contrario a lo que esperaría, obtuvo una sorprendente calificación de B. El ver aquella letra trazada en azul sobre su actividad casi lo hacía llorar, realmente había hecho un buen trabajo.

Observó la hora en su celular, no faltaba mucho para que la clase finalizara y sus amigos salieran, probablemente le felicitarían por su calificación. Una sonrisa de satisfacción se dibujó en sus labios pues por fin sentía que, después de mucho tiempo, las circunstancias comenzaban a alinearse a su favor.

Tal vez algo tenía que ver la influencia de cierta persona en su vida...

El sonido del timbre resonó por todo el instituto y gradualmente los estudiantes comenzaron a salir de sus aulas. Jimin se sintió un tanto cohibido por el bullicio, pero de alguna manera ya estaba acostumbrado a ello.

Suspiró mientras miraba a sus amigos todavía haciendo fila para la revisión, probablemente tardarían unos cuantos minutos más en salir.

Un escalofrío recorrió su cuerpo al escuchar una voz familiar a lo lejos. Alzando la mirada, divisó la figura del profesor Min acercándose en su dirección, mientras conversaba con algunos estudiantes sobre quién sabe qué. Los analizó detenidamente y, a pesar de su aparente amabilidad con ellos, notó algo diferente en él...

Su corazón comenzó a latir desbocado cuando sus miradas se encontraron. Una extraña sonrisa pareció iluminar el rostro de Min al percatarse de quién le estaba espiando. Entonces, lo sintió.

Sintió las mordidas dispersas por su cuerpo, las notables marcas violáceas sobre sus clavículas, aquella "M" grabada en lo profundo de su muslo derecho. Escuchó los susurros cargados de erotismo que le recitaba cuando creyó que no lo escuchaba, sintió su cabeza volverse un lío ante la sola presencia de ese hombre.

Alguna vez creyó que su mundo era gris.

Quizá aún lo era.

Pero Min, su profesor, Yoongi...

Él era su fulgor, el único resplandor tangible en medio de una existencia aburrida y hostil. Min destellaba con matices vibrantes, iluminando su mundo y haciéndolo cobrar vida.

Sí, puede que todo fuese gris.

Pero Min... Min era su rayo de esperanza.

—Buenos días, joven Park.

Su único rayo de sol.


***

Se llegó a los 8k, realmente estoy muy contenta y agradecida con todxs los que siguen leyendo, no saben cuánta motivación me brinda. Me encantaría saber sus opiniones con respecto a la historia. ❤️‍🩹

Cuídense mucho, nos leemos~

Pd: La escena final hace referencia a la portada de esta historia, je, solo como dato curioso. ʕ•ᴥ•ʔ

— Cherry. 🍒

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