Capítulo 22

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—Estás tocándome los nervios, Jeon.

Exclamó agotada Joohyun mientras arrojaba su maletín a un pequeño sofá que se encontraba a unos cuantos pasos de la entrada de su oficina. Bufó al escuchar la puerta cerrarse detrás de ella.

—Por favor, solo escúchame —dijo Jungkook, intentando no parecer demasiado necesitado—. Lo que te dije, siento que algo está mal.

—¿A qué te refieres? —cuestionó la mujer mientras se recargaba contra el escritorio, cruzando sus brazos al quedar frente a su compañero—. No entiendo que más esperas de mí, Jeon. Antes de iniciar el semestre me suplicaste que hablara con el director para que te asignaran como tutor del grupo 1306, lo hice y sabes perfectamente lo que me costó convencerlo.

Jeon solo asintió a sus palabras, un poco avergonzado al recordar su "pequeña" insistencia para que Joohyun accediera a cumplirle dicho favor.

—Solo quiero... —retuvo un suspiro—. Que hables con Yoongi, solamente eso.

Bae entrecerró los ojos.

—¿Sobre qué?

—¡Lo sabes perfectamente! No eres tonta, estoy seguro que fuiste la primera en darse cuenta.

—¿Y qué esperas que haga? ¿Que hable con Min sobre tu paranoia? —rodó los ojos—. Estás actuando extraño y sin motivo, comenzaré a pensar que el problema eres tú.

Jeon bufó exasperado.

—Me preocupa, eso es todo.

—Entonces habla tú con Min y a mí déjenme fuera de sus asuntos —hizo un ademán con la mano, dirigiéndose hacia el asiento detrás del escritorio.

—Sabes que no me escuchará. No lo hizo antes, no lo hará ahora.

—¿Supones que conmigo será distinto?

—Hace años lo fue.

Joohyun suspiró pesadamente, masajeando sus sienes. Los berridos de Jeon comenzaban a darle una terrible migraña.

—Mira, le prometí nunca más mencionar algo sobre el asunto —admitió finalmente, encendiendo su ordenador—. Hablar con él sobre lo que está cruzando por tu cabecita sería como romper mi promesa, indirectamente. Lo que pasó en el pasado, se quedó en el pasado.

—En verdad...

—Si quieres obtener paz mental, habla con él —dijo, haciendo énfasis en el "tú"—. Pero te sugiero que controles tu paranoia porque estoy casi segura que ya le has mencionado algo al joven Park.

Jungkook sintió un escalofrío recorrerle su espina dorsal.

—Como que le dije que no debía confiar demasiado en las personas por más agradables que se muestren —admitió con un sonrojo adornando sus mejillas, vaya imbécil.

—¿Cómo crees que sea visto que un psicólogo le diga algo así a su ex paciente? —ladeó la cabeza—. Estás a punto de enredar las cosas, contrólate y deja de mezclar tus emociones. Todos hemos avanzado y, al parecer, eres el único que tiene algún ciclo sin cerrar.

Jungkook suspiró, desplomándose sobre la silla frente a Joohyun.

—Supongo que tienes razón.

—Y no lo tomes como una grosería, pero en serio necesito terminar este papeleo —dijo mientras señalaba la puerta.

Jungkook frunció el entrecejo, había olvidado lo "amable" que era Joohyun para deshacerse de las personas.

—Entiendo, nos veremos más tarde.

Salió de la oficina de Bae con un malestar creciente en su pecho, no entiende cómo es que pensó que hablar con ella sería una buena idea. Al menos la mujer logró ponerle los pies sobre la tierra.

Necesitaba calmarse o sino todo podría volverse en su contra.

Al revisar la hora se percató que aún quedaba algo de tiempo libre hasta su siguiente clase, por lo que decidió ir a la biblioteca.

Como de costumbre, el lugar estaba repleto de estudiantes ocupados con sus tareas. Jungkook sentía compasión incluso por algunos de los jóvenes que se quedaban hasta altas horas en los cubículos de la biblioteca, llegando al extremo de pasar toda la noche allí tratando de terminar sus trabajos a tiempo.

No era muy reconocido, pero el esfuerzo de los estudiantes también era válido. Más que válido.

Sus ojos se abrieron de par en par al divisar una familiar figura a lo lejos. El joven Park parecía estar buscando un libro en una enorme estantería y aunque dudó, finalmente sus pies comenzaron a avanzar hacia el chico.

—¿Dónde está? —le escuchó murmurar, el menor aún no parecía darse cuenta de su presencia.

—¿Buscando algo en especial?

El chico dio un ligero sobresalto, volviendo la mirada y encontrándose con los ojos de Jeon sobre su hombro.

—P-profesor Jeon, me asustó.

—Lo lamento, no quise hacerlo —dijo con una sonrisa cálida—. ¿Y bien?

—Me encargaron realizar un ensayo sobre un libro, pero no lo he encontrado.

Jeon observó expectante las acciones de Jimin, quien sacó del bolsillo de su pantalón una hoja algo arrugada con el nombre de la obra en cuestión.

*El juego del pecado original —leyó en voz alta, silbando con asombro al finalizar—. Ese libro es... un poco fuerte.

—¿Usted lo conoce?

—Claro, lo leí cuando apenas cursaba la carrera —dijo con cierta nostalgia—. Básicamente es una historia de romance oscuro que desafía los límites de la moralidad y plantea preguntas sobre la redención y la naturaleza humana.

Jimin pestañeó, parecía intrigado.

—Suena interesante, no soy mucho de leer pero... quizá me guste, ¿sabe dónde puedo encontrarlo?

—En la sección de romance, probablemente esté ahí.

Jimin frunció el entrecejo, algo parecía no cuadrar.

—Por el nombre creí que sería algo de fantasía o sobrenatural, no de amor.

—A veces los libros pueden engañarte, suelen crear falsas expectativas o prejuicios —dijo mientras acompañaba al menor en su búsqueda—. Pero no solo eso, cuando alguien escucha "romance" generalmente esperaría la típica historia de amor donde, después de pasar por muchos obstáculos, la pareja logra quedar unida. O uno de los dos muere. O ambos.

—Sonará tonto, pero es justo lo que pensaba —admitió con una sonrisa tímida.

—El género de romance abarca muchas cosas, Jimin. Al igual que en la vida real, no todas las historias de amor están formadas por la parejita ideal que se ama por más irónico o tonto que suene. La gente sufre, pasa cosas horribles y a veces termina mal.

—¿Entonces por qué se catalogaría como romance o amor? No lo entiendo.

—A menudo, el concepto general de "romance" puede verse distorsionado. Lo que para ti o para mí no sería considerado una situación romántica, alguien más podría interpretarlo como un sueño digno de una telenovela —explicó mientras soltaba un suspiro—. Cuando completes tu tarea sobre ese libro, comprenderás mejor a lo que me refiero.

Los labios del menor formaron una "o" pequeña, pareciendo entender.

—¿Para usted qué es el amor?

Jeon se ruborizó completamente ante la inesperada pregunta, aclarando su garganta poco después.

—El amor es... una fuerza que nos impulsa a ser mejores, a cuidar y apreciar a quienes nos rodean. Es un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, siempre habrá luz y esperanza.

El sonrojo en sus mejillas se intensificó al notar la mirada destellante de Jimin sobre él.

—¿Por qué lo preguntas? ¿Acaso crees estar enamorado? —dijo con una sonrisa pícara, provocando que el sonrojado ahora fuese su alumno.

—¡No! S-solo se me ocurrió la pregunta —su voz disminuía con cada palabra, provocando que Jungkook se riera ante esa imagen tan adorable.

—Solo bromeo —exclamó con una risita, mirando atentamente a Jimin quien pareció encontrar el libro que tanto estaba buscando—. Tengo que ir a mi siguiente clase.

—De acuerdo, yo supongo que comenzaré a leer.

—Cuando termines ese ensayo me gustaría leerlo —dijo de forma repentina, provocando que su alumno enarcara una ceja—. Solo si tú quieres, claro.

Jimin pareció meditarlo en silencio.

—Está bien, prometo que se lo mostraré.

Jungkook sonrió, mostrando aquellos dientes similares a los de un conejo.

—Nos veremos después.

Jimin ahogó un suspiro al sentir la mano del mayor sobre su cabeza, despeinando con cuidado sus cabellos en un movimiento delicado. Jeon le dedicó un último vistazo antes de irse.

Y mientras Jimin sacudía su cabeza para despabilarse, unos ojos lo analizaban desde arriba...

—Entiendo —exclamó Min antes de finalizar la llamada, aún expectante a Jimin.

[...]

Para Jimin era difícil concentrarse en su lectura estando en el mismo espacio que el profesor Min, sobre todo cuando este se mantuvo en silencio desde que ambos se acomodaron en la sala de su departamento.

Lograba leer unas cuantas palabras y cuando pensaba que al fin podría prestar atención, desviaba su mirada hasta detenerse en la figura seria del mayor. Min se encontraba revisando algunos deberes, supuso que ninguno era de su grupo.

Jimin hizo un puchero, realmente le gustaría tener la atención de su profesor y por más que quisiera decirlo, algo dentro de él le exigía callar hasta que el otro decidiera hablar.

—¿Hay algún motivo en especial por el que tengas esa carita larga? —dijo de forma repentina, sobresaltando al menor.

—Eh... no —logró decir, su voz titubeó un poco—. Solo me preguntaba si sería prudente hablar con usted, luce algo ocupado.

—Sabes que siempre estaré dispuesto a escucharte, ángel. Aún si parece que no lo hago —respondió como hasta ahora, sin mirarlo.

Jimin suspiró, se preguntaba si realmente eso era cierto.

—¿Alguna vez ha leído "El juego del pecado original"? —hizo la pregunta con un ligero sonrojo, realmente no sabía cómo comenzar una conversación.

Min tarareó.

—Sí, recuerdo haberlo hecho cuando apenas cursaba la carrera —Jimin separó sus labios asombrado, era lo mismo que Jeon le dijo en la biblioteca—. ¿Es ese libro que has estado tratando de leer?

"Tratando".

Vaya, realmente no podía disimular su aparente falta de concentración.

—Sí, la profesora Manobal me ha encargado hacer un ensayo sobre el mismo. No he leído mucho, pero con lo que he visto me basta para catalogarlo como interesante.

—Lo es —secundó, asintiendo con la cabeza mientras anotaba algo en el ordenador—. Aunque la trama es un poco fuerte, me sorprende que Manobal haya escogido ese.

—El profesor Jeon dijo lo mismo cuando me ayudó a encontrarlo... —dijo, una sonrisa se dibujó en su rostro al notar que Min finalmente le estaba observando—. Aunque no he visto nada "fuerte" hasta ahora.

—Es porque solo has visto el inicio, conforme la trama avance entenderás mejor.

Jimin solo pudo asentir, borrando su sonrisa en cuanto Min volvió a lo que estaba haciendo. No podría soportar más tiempo en silencio, por lo que decidió hacerle la misma pregunta que a Jeon.

—Profesor... para usted, ¿qué es el amor?

Min finalmente dejó de escribir.

Jimin se preguntaba si acaso tocó algún tema sensible para el mayor en cuanto notó cómo su cuerpo se tensó. A segundos de decirle que lo olvidara, Min respondió:

—El amor es el sentimiento más traidor y doloroso que alguien puede experimentar. Suele destruir a una persona por dentro, enloquecerlo hasta perderse en sí mismo para después abandonarlo en su propia vulnerabilidad. Lo considero como el verdugo más despiadado que ha existido.

Los ojos de Jimin se abrieron en demasía y no pudo evitar comparar su respuesta con la de Jungkook.

Mientras que uno definía al amor como algo tierno, el otro lo hacía de un modo oscuro.

—¿Alguna vez se ha enamorado?

—No —respondió al instante—. De hecho, nunca he podido comprender la necesidad de amar y ser amado.

—Eso es... —guardó silencio, ¿realmente podría abogar por el amor cuando nunca lo ha sentido?

—¿Y tú, ángel? ¿Alguna vez te has enamorado?

—N-nunca —tragó saliva, nervioso—. Mi mejor amigo lo ha hecho, eso creo, por lo que realmente es lo más cerca que he estado de comprenderlo.

Min dejó salir una pequeña carcajada.

—Te sugiero que no tomes ese libro como mentor en el tema —exclamó mientras hacía a un lado su ordenador—. Puede provocarte confusión si no tienes definido lo que para ti es el amor.

—¿Por qué haría eso? —frunció el entrecejo—. ¿Cómo un libro podría confundirme en algo tan... simple?

—Aunque no lo creas a mucha gente suele sucederle. Mezclan la ficción con su realidad hasta el punto de distorsionarla —ladeó la cabeza—. Sucede más cuando lo que leyeron es algo que les extasió a un nivel ridículo.

—Perdone pero sigo sin poder creerlo, cualquiera sabe que si lee un libro que no sea histórico o algo así no es más que ficción.

Jimin quiso tragarse sus palabras cuando observó al mayor levantarse de su sofá, ¿acaso había metido la pata? No estaba seguro y cuando iba a preguntar, la figura de Min se detuvo frente a él, observándole desde arriba.

Taylor observó a Jamie, quien se encontraba sometido frente a élJimin frunció el entrecejo, había algo extraño en su voz ¿acaso estaba... narrando?—. «Déjame ir» suplicó Jamie, pero había algo más detrás de esas palabras.

Jimin sintió su corazón en la garganta cuando Min lo tomó por los hombros, apretando sin la intención de lastimarlo.

«¿Realmente quieres eso?» exclamó Taylor con una sonrisa, «¿quieres que te deje ir y volver a tu vida miserable y solitaria?» de forma inesperada, Min empujó al menor hasta que este cayó sobre la superficie del acolchonado sofá para después sentarse sobre él lentamente a horcajadas—. Taylor empujó con fuerza el cuerpo deshuesado de Jamie, quien jadeó al sentir cómo la superficie fría del suelo hacía contacto con su espalda repleta de moretones.

Un escalofrío recorrió a Jimin, Min estaba...

«No olvides quien se apiadó de tu alma y la rescató» Taylor enroscó su mano sobre el cuello de Jamielas pupilas de Jimin se dilataron cuando su cuello igualmente fue tomado por la mano firme de Min—. «Eres mío, Jamie, desde el momento que decidiste jugar a esto» después de recitar aquello, Taylor reforzó su agarre, provocándole una sensación de asfixia.

Pese a que Min no actuó esa última frase, Jimin igualmente se sentía asfixiado.

«Decidí que eras el indicado desde el primer momento que cruzamos miradas, obvié que serías el único cuando decidí secuestrarte»Jimin jadeó, en algún momento Min deslizó su rodilla entre sus piernas, provocando que esta chocara contra su entrepierna—. «Debiste saber que no habría vuelta atrás después de esa noche donde te tomé tantas veces hasta hacerte perder la conciencia».

Min se inclinó, descansando su frente en la de Jimin, observándole directamente y casi sin parpadear.

«Finges no desearlo, pero en el fondo eres consciente de mi amor por ti. ¿No es así, ángel?»

Jimin jadeó, estaba seguro que Min podía sentir su pulso acelerado.

—Fue un fragmento del libro que estás leyendo, ángel —susurró con voz ronca, como si fuese un secreto—. Alguien influenciable que no tiene ni la más remota idea sobre lo que es el amor o una "relación moralmente sana" podría convencerse de que debería ser así.

—Y-ya entiendo, lo he comprendido —logró decir con dificultad pues la mano de Min seguía sobre su cuello.

—¿Qué opinas?

—¿Eh?

—¿Crees que así debería ser el amor? ¿Así debería sentirse? —su pulgar acarició la piel del cuello, provocándole escalofríos al rubio—. Quiero saber lo que piensas.

Jimin decidió sincerarse.

—Pienso que, si fuera usted Taylor, me encantaría tomar el papel de Jamie.

Las pupilas en la mirada de Min se dilataron al punto de casi teñir sus globos oculares de un color oscuro.

—Maldita sea, eres... perfecto.

Antes de que pudiera responder, Min se alejó de él, no sin antes hacerle una seña con el dedo, indicándole que le siguiera.

—¿A dónde v-vamos? —preguntó detrás de Min, siguiéndole con pasos torpes.

—A que tomes el papel de Jamie.

***

No se imaginan lo que se viene. 👀

Este capítulo definitivamente entra al top de los que más me ha gustado escribir, aunque lo tuviera que dividir en dos partes, je.

*El juego del pecado original: es una historia que empecé hace años pero que no he publicado (ni finalizado); quizá después de esta especie de "mención especial" me anime a hacerlo. ❤️‍🩹

Cuídense y no se olviden de tomar agua. ❣️

—Cherry. 🍒

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