Capítulo 19

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En sus formas de lobo, Jimin y Taehyung corrían por todo el bosque que abarcaba su territorio siguiendo el rastro del lobo que lo había invadido. Sus hombres no lo sentía, el pelirrojo tampoco, pero el líder Mul sí percibía un olor que no podía identificar pero estaba ahí. Lo siguió hasta que llegó a la zona neutra entre el territorio de los Bul y el suyo.

Allí se encontró con Namjoon y Jungkook acompañado de varios de sus hombres. Todos estaban en su estado animal salvaje por lo que controlaban mejor cada movimiento para que nadie se sintiera amenazado o que de la nada se armara una carnicería.

Jimin se sentó a su lado mirando al gran lobo gris mientras ambos agitaban su cola sobre la tierra. Taehyung resopló ante su comportamiento, pero se sorprendió cuando el lobo negro caminó hacia él y su cola comenzó a moverse por sí sola. Jungkook lo olisqueó frente a todos, incluso lamió su hocico y luego se sentó frente a él cuando constató que se encontraba bien.

Ese encuentro no duró mucho, pronto todos se dispersaron y, contra lo que ambos lobos deseaban, ellos también corrieron en direcciones opuestas. No encontraron a ese lobo, sus huellas se desvanecieron en el aire tal cual lo hizo su rastro.

— ¿No te parece raro que Hoseok no haya estado presente? — Comentaba Jimin secando su cabello con una toalla en la habitación de Taehyung. — Siempre se desaparece en el momento menos esperado. Estaba con nosotros en el club cuando Namjoon la notificación sobre el lobo divisado y luego simplemente desapareció.

— Últimamente estás demasiado concentrado en el esposo de tu destinado. Ten cuidado, los celos son peligrosos. — Se burlaba pasando por su lado, dándole una pequeña patada en el trasero que de igual modo hizo a Jimin caer sobre su cama. — ¿Puedes ponerte ropa? Realmente no quiero ver tu choricito.

— ¿Choricito? Chorizón, querido, no lo quieres ver despierto nuevamente para que se te refresque la memoria.

— Chorizón el de Jungkook.

— ¡Tae!

— ¿Qué? — Se carcajeó cayendo a su lado. — No puedo negar los hechos. ¿Qué hay de tu Alfa casi novio? Llevan un año tonteando y ustedes ya están bastante grandecitos para eso. Han pasado ambos por dos estros y aún teniéndose decidieron sufrir solos. Yo en tu lugar me lo hubiera ya desayunado, almorzado, merendado y comido de todas las formas posibles.

— Asqueroso.

— Ni que tú no quisieras devorártelo.

— Nam es lindo, demasiado. Tanto que me da miedo por alguna razón llegar a eso con él, temo que las cosas se descontrolen y nos volvamos presos de nuestros instintos. — Confesó mordiendo su labio inferior.

— Sinceramente pienso que, aunque eso sucediera, no sería más que el reflejo de ese amor que han ido cultivando durante todo este año. Más allá de ser destinados, realmente han construido algo hermoso que no puedes negar.

— No lo niego. — Mencionó volteándose para mirarlo con una sonrisa. — Esta noche casi lo beso.

— ¿Casi? He oído ese casi muchas veces ya.

— Bueno, qué hay de ti idiota. Sigues follándote a cuanto alfa puedes, pero al único que quieres no te da ni la hora.

— No sabes nada, ese Lobito está muerto con mis huesitos caninos. Sin embargo, existe algo que lo retiene y no sé qué es. Yo no puedo ser el único sintiendo esto, cada vez que nuestras miradas se encuentran puede sentir algo inexplicable, casi como si él fuera mi destinado y por momentos se me estuviera yendo de las manos. Sé que es imposible pero es lo que siento. A veces me molesta y quisiera desgarrar su garganta como hoy en aquel club, luego va y me manda hombres para protegerme, incluso se acerca para confirmar que me encuentre bien. Me dice cosas que me desestabiliza, se siente como si fuera mío y luego me lo arrebatasen.

Su mirada se perdió en su techo, olvidando que Jimin se encontraba junto a él y lo observaba con detenimiento. No entendía qué le pasaba exactamente, en qué momento Jungkook comenzó a volverse tan importante para él. En qué instancia esa atracción sexual que desaparecía cuando sus miradas se alejaban se convirtieron en suspiros de añoranza aun cuando kilómetros los separaba, cuando pasaba días o semanas sin verlo, escucharlo o saber nada de él.

¿Cuándo comenzó a preocuparle con quién estaba pasando sus rutinas cuando él las pasaba igualmente con alguien más? Odiaba cuando estas fechas llegaba, simplemente lo sabía porque lo notaba hasta en el comportamiento de sus hombres.

¿Cuándo le empezó a interesar si dormía, comía o tenía dificultades en su día a día? La vida del Alfa Bul no era de su incumbencia, pero ahí estaba, otra noche más perdido en infinitos pensamientos que de una forma u otra terminaban en el contrario.

No pudo planificar el momento de llegado de sus emociones. Pasó su vida sin buscarlo, pero cuando menos lo esperaba, Jungkook se cruzaba en ella y le hacía cuestionarse hasta su existencia. Lo había visto una vez y nada pasó mas, ¿quién le iba a decir que días después estuviera casi perdidamente enamorado de ese imbécil que creía estar en un nivel inalcanzable?

Es que, simplemente lo sintió, hubo química entre ellos y, a cada encuentro al que iban, se preguntaba cómo acabarían las cosas. Un hombre extraño, una carita al aire se transformó en algo más. Eso era lo emocionante y a la vez aterrador de la vida, nunca sabía lo que iba a pasar.

— ¿Qué fue eso que me dijiste que debías mostrarme de Jungkook? — Rompió Jimin el silencio, arrastrándolo fuera de sus cavilaciones.

El menor lo miró recordando lo que logró averiguar en Jeju sobre el otro Alfa. Relamiendo sus labios se incorporó, peinó su cabello y caminó hasta hacerse con su teléfono, lanzándoselo a un Jimin que lo desbloqueó.

— ¿Qué debo buscar?

— Ve a las fotos y abre el álbum oculto. Él se mueve con bastante naturalidad por todo el país, pero cada vez que va a Jeju, las cosas cambian, no sé por qué. Escuché que tenía un gran secreto, oculto de todos.

— Si es un secreto es claro que lo ocultó de todos.

— Ay Jimin, no seas insoportable, esto es serio.

— Tienes razón, lo siento, continúa. — Le indicó mirando esas fotos poco nítidas que mostraban a Jungkook junto a sus hombres de confianza, no siempre juntos, y no siempre del mismo modo. — ¿Qué más escuchaste?

— Pues, según las lenguas, esto que oculta es lo que le da poder y lo único que Jungkook protege con su vida más que a su manada. Es algo que mantiene alejado de todos.

— ¿Por qué estás tan empecinado en descubrir sus secretos? Todos tienen cosas que no quieren compartir con otros, Taehyung, comenzando por ti.

— Es que justo de eso se trata, no sé si lo que esconda sea su padre que, un día simplemente desapareció aun sin morir o algo más que me pueda ayudar a desenredar todo esto. No sé por qué creo que tengo que descubrirlo. — Se encogió de hombros y regresó a la cama junto a Jimin. — Si vas a dormir conmigo ponte ropa interior, no quiero tu salchicha rozándome en la noche, tú eres peligroso.

— Estás obsesionado con los embutidos. Necesitas un salchichón urgente pero no cualquiera, sino el de ese Alfa que te tiene delirante. — Taehyung lo golpeó con su almohada antes de que se parara a ponerse ropa interior, luego lo abrazó cuando regresó a su lado.
Como era costumbre, Jimin se refugió en sus brazos, escondiendo la cabeza debajo de su cuello aunque cuando avanzaba la noche ambos se alejaban. Esa noche, los ojos de Taehyung se abrieron de golpe con su pecho apretado. No recordaba haber soñado o sentido algo, simplemente se levantó algo sobresaltado y agitado.

Besando con cuidado la cabeza del mayor cuando se removió para que no se despertara por completo, esperó varios minutos en su cama hasta asegurarse que no se levantaría. Solo entonces el castaño salió de su cama, se vistió y salió en dirección a su auto. Ya en él, conectó el teléfono por Bluetooth mientras se ponía en marcha y marcaba un número al que tuvo que llamar dos veces.

— ¿Qué sucede, Kim? ¿Has visto la hora que es? — La adormilada voz de Jungkook le sacó una sonrisa demasiado pura. — ¿Qué necesitas?

— Que le digas a tus hombres que recibirás una visita en minutos. Estoy camino a tu mansión. — Le avisó y puso sentir el silencio del otro lado de la línea. — Si estás con alguien, despídelo antes de que llegue.

— No estoy con nadie y deja de darme ese tipo de órdenes. — Habló esta vez el pelinegro un poco más espabilado. — ¿A qué vienes?

— Te diré personalmente, solo asegúrate que tus hombres no me hagan perder el tiempo y me dejen pasar. Nos vemos en minutos.

Sin darle tiempo a que se quejara o le respondiera cualquier cosa, Taehyung terminó la llamada y aceleró más su vehículo. Su corazón latía con fuerza a medida que se acercaba al territorio Bul. Cuando su auto estuvo a pocos metros del último anillo de seguridad, justo donde estaba el gran portón, disminuyó la velocidad creyendo que tendría que detenerse, pero las puertas se abrieron permitiéndole el paso.

Todo estaba mortalmente oscuro, solo las luces de su auto alumbraban al camino a la mansión esa noche. Fue recibido por un Namjoon que lo miró algo extraño por primera vez, pero en silencio lo acompañó hasta la puerta e indicó que Jungkook lo aguardaba adentro.

Ya en el interior, todo seguía oscuro, tuvo que utilizar su visión de lobo para poder ver todo y, cuando la luz se prendió sorprendiéndolo, tuvo que cerrar rápidamente sus párpados por la incomodidad durante algunos segundos. Al elevarlos, notó unos pies descalzos que iban descendiendo las escaleras.

Las piernas de Jungkook también estaban al descubierto porque los shorts de su pijama comenzaban a medio muslo. El resto de su cuerpo estaba bien cubierto por un suéter que lo cubría hasta sus muñecas. Sus cabellos estaban revueltos y caminaba como si realmente estuviera luchando por mantenerse erguido sobre sus piernas.

Sonrió una vez más sin poder evitarlo, esta vez cayendo en cuenta como solo con su presencia o voz el pelinegro era capaz de arrancarle una sonrisa y hacerle olvidar todo. Aun cuando le decía que acabaría con él, era un tanto reconfortante porque sus palabras diferían de sus acciones, alguien que quisiera matarlo no se preocuparía tanto por su seguridad.

Sin dudarlo, caminó a su encuentro, aprisionando sus mejillas entre sus manos haciendo que el mayor abriera los ojos sorprendido. No hizo otro movimiento, permaneció ahí, mirándolo a pocos centímetros, contemplándolo.

— No sé por qué continúas rechazándome, pero esta noche necesito el Alfa al cual mi presencia lo desestabiliza, ese que manda a su hombre de confianza a preguntarle a su destinado cómo se encuentra su jefe. Necesito al Jungkook que confesó haber tenido sentimientos por mí, sus labios, sus manos. — Murmuró apoyando su frente a la contraria.

— Tae, no puedo.

— Sí, puedes. — Asintió rozando sus labios, tirando a Jungkook hacia él cuando el contrario intentó separarse. — La franqueza en tu voz al llamarme Tae y no Kim, Mul, Taehyung o cualquier otro nombre que me das es tan pura que no puedes decirme luego de ese que no puedes besarme. No cuando tus labios tiemblan ante mi presencia, no cuando tu lobo está llamando de esta forma al mío, cuando tu cuerpo está exigiendo mi cercanía, Kook.

— No me hagas esto, Tae. Te lo pido... — En un último intento lo alejó, pero Taehyung apresó su labio inferior. — Te lo ruego. — Fue un ruego ignorado.

El menor simplemente chupó suavemente su labio inferior, selló sus bocas en un beso casto que por momentos terminaba mas volvían a unirse sin siquiera abrir sus bocas. Esos choques desprendían chasquidos sutiles y, con cada uno de ellos, las defensas que Jungkook había mantenido en alto fueron cayendo.

Cada vez que abría sus ojos y se encontraba con los contrarios en perfecta sincronía, su cuerpo se relajaba, su lobo daba vueltas feliz en el interior de su pecho y sus negativas iban desapareciendo junto a su razón. Se iba a arrepentir por ser tan débil, lo haría pero no podía luchar contra eso.

Sin separarse, estiró sus manos hasta los muslos de Taehyung, palmeándolos para que este brincara y así, agarrarlo en el aire para apegarlo a él y llevarlo escalera arriba envueltos en besos suaves, caricias sobre su cabello o rostro, miradas que palpaban su alma y le estaban brindando una paz que no esperaba sentir en los brazos de otro Alfa.

De ese Alfa que llegó una vez como vendaval y desapareció del mismo modo, conocía Taehyung, sabía que eso era solo sexo, pero luego se encontraba con su mirada y era como si verdaderamente estuviera sintiendo cosas por él.

Avanzó hasta su cama, subiéndose en ella con cautela mientras el castaño continuaba aferrado a su cuerpo, lamiendo y mordisqueando su cuello. Terminaron casi cayéndose sobre el colchón y entre risas se arrastraron hacia arriba, hasta quedar por completo dentro de la cama, mirándose como si fuese la primera vez.

Taehyung empujó a Jungkook para tomar su posición, inclinándose para besarlo, sosteniéndolo fuertemente en su lugar, perdidos en una diversión casi infantil. Se estaban provocando, pero con amplias sonrisas en sus rostros que le daban pasos a algunas carcajadas cuando el otro lo tumbaba y cambiaba una vez más sus posiciones. Así se mantuvieron hasta que Jungkook finalmente inmovilizó al contrario sobre la cama, apretando su cuello, sonriéndole victorioso.

— Tu fuerza física se ha incrementado indudablemente, te has vuelto más ágil, feroz, piensas más antes de actuar. Realmente estás decidido a quitarme mi lugar.

— ¿Por qué quitártelo cuando puedo compartirlo?

— ¿Compartirlo? — Indagó Jungkook eliminando por segundos su sonrisa mientras Taehyung lo atraía para unir una vez más sus labios. — ¿Qué estás buscando, Kim?

— Oh, ya olvidamos el Tae. — Hizo un puchero y el mayor se inclinó para besarlo. — No sé qué estoy buscando con exactitud. Llevo meses deseándote, antes era solo algo sexual, ahora, mis sentimientos por ti han cambiado. Un año atrás, cuando estuvimos en aquel puerto me asustó mucho que algo ocurriera y no pudiera verte jamás. Hoy puedo admitir que siento cosas por ti...

Los ojos de Jungkook cambiaban constantemente de color, estaba en una batalla con su propio lobo, ese que quería apoderarse de él para reclamar a Taehyung como suyo pese a no poder hacerlo. Su corazón latía deprisa, como si hubiese estado corriendo por horas y recién se detuviera.

— Yo... Creo que te amo. — Negó cerrando sus ojos y luego los volvió a abrir. — No lo creo, lo sé. Te amo... Me enamoré de ti y no me percaté del momento exacto en el cual ocurrió, simplemente sucedió. — El pelinegro estaba en trance, ni siquiera parpadeaba y Taehyung temió por un momento que el haber admitido aquello fuera contraproducente, ni siquiera habían estado y le había soltado eso. — K-Kook.

Sin responderle, Jungkook se abalanzó hacia delante y atrapó aquello labios entre los suyos, manteniéndolos unidos por varios segundos antes de alejarse para verlo. Sostenía su mandíbula como si temiera que se moviera, lo miraba, lo admiraba buscando un ápice de diversión o contrariedad, algo que le dijese que lo que Taehyung acababa de decir era una broma.

Lucía serio, mortalmente serio...

— ¿Puedes decir algo?

— No creo que debería. — Taehyung rodó sus ojos y el Bul giró suavemente su rostro cuando el contrario lo movió. — Pero de igual modo lo haré aunque no sepa lo que ocurra mañana. — Yo también.

¿Lo estaba admitiendo así de fácil? Vaya, Jungkook estaba sorprendido por su poco orgullo y lo fácil que caía frente al contrario. Sabía que podría arrepentirse, pero no cambiaría mucho el hecho de exteriorizar los sentimientos que él acarreaba desde hacía once años.

— Tú también, ¿qué, Bul?

— Te amo. — Admitió mirándolo serio, escuchando los latidos del corazón contrario, tan diferentes de su aparente rostro estoico. — Yo también te amo, Mul.

Sin poderlo evitar, Taehyung comenzó a emanar feromonas en toda la habitación. Las veces que lo hizo siempre pudo controlarlas, incluso en su primer estro, ahora simplemente salían desprendidas y sin control alguno. Ante ellas, Jungkook cayó completamente rendido, pero su lobo lo hizo mucho más. Sus ojos se tornaron rojos y sus caninos hicieron acto de presencia mismo si él seguía teniendo control total de su cuerpo.

Una vez más, se lanzó a sus labios, pero a diferencia de los besos que habían estado compartiendo hasta el momento esta noche, este fue mucho más intenso y salvaje. Con una mordida nada sutil demandó que el contrario le cediera el paso a su interior, algo que consiguió sin mucho esfuerzo.

Sus lenguas se encontraron después de tanto tiempo, bailaban como si danzaran a la luz de la luna. Sentían la calidez y humedad del otro, se abrazaban incluso con sus miradas aunque sus manos iban un poco más rápidas, en una lucha por despojar al contrario de sus ropas.

En un rápido movimiento Taehyung intercambió posiciones con Jungkook algo estresado, utilizando sus garras para terminar de romper sus ropas, llegando a arañar su cuerpo. El pelinegro lo imitó, desgarró lo que restaba de su camiseta y sonrieron simultáneamente al contemplarse en una gloriosa desnudez.

Los labios del castaño fueron ávidos al apoderarse de su cuello, sus caninos mordían sus hombros, pero se mantenían lejos de su cuello porque bien sabía que el Alfa contrario podría reaccionar de la peor manera. Descendió hasta sus clavículas y las lamió como el más fibroso de los huesos para luego seguir su camino por su pecho, lamiendo sus pezones y notando que a diferencia del pasado, su sensibilidad ahí había disminuido considerablemente.

Debían volverse a conocer, descubrirse.

Mordiendo suavemente con sus caninos y lamiendo sobre la zona mordida continuó descendiendo hasta llegar a sus muslos, ignorando deliberadamente aquella zona que volvía a ver. No se había equivocado cuando horas atrás habló con Jimin. No eran sus sentimientos hablando por él, no estaba cegado de amor, Jungkook en verdad estaba excelentemente dotado y era doloroso para él mantenerse alejado de ello mucho tiempo.

No todos mas la mayoría de los alfas tenían todo aquello que a él le gustaba admirar en un cuerpo, en cambio, Jungkook, había cogido todos sus gustos para unirlos, transformarlos en algo diferente e inclusive añadir cosas nuevas.

Con su lengua barrió el interior de sus muslos, degustó sus testículos y por último, recorrió la extensión de base a glande antes de engullirlo sin darle brecha a pensar siquiera.

Esperen, no me maten por dejarlo justo aquí ...🙈🙈😂😂 El problema es que  logré avanzar hasta aquí y, aunque quería guardar los capítulos para ir sacándolos poco a poco, sis comentarios me animaron a liberarlos antes.
Sin embargo esta será la 3ra y última actualización que haré hoy para los que están del otro lado del charco, para mí ya es otro día.

🙈🙈🙈 No saben todo lo que se avecina en el próximo capítulo, ya quiero compartirlo con ustedes🙈🙈🙈🙈

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