Capítulo 68

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Jungkook miraba en silencio al peliblanco dormir. No sabía qué hacer, su crisis mental lo tenía debatiéndose entre la felicidad y la tristeza, sintiéndose mal por sentirse feliz, luego sintiéndose mal por estar en esa lucha. Durmiendo, Taehyung buscaba la proximidad a su cuerpo, olisqueaba en el aire y suspiraba aliviado cuando perdía la nariz en su piel, justo como en ese instante en el que había agarrado su brazo.

Una sonrisa se dibujó en su rostro, acariciando con sutileza las hebras de cabello blanco que caían hasta sus labios. Era hermoso, adoraba verlo así, sereno, tranquilo. Dudó algunos segundos, sintiéndose un mal padre y persona cuando se inclinó para depositar un beso en su frente antes de apartarse con cuidado y bajar las escaleras. Tomando el móvil de Taehyung, accedió a su propio correo electrónico para responder algunos asuntos de trabajo.

Sin embargo, cayó de su silla cuando toda luz se apagó y su hombro fue tocado por alguien a quien se volteó a golpear para defenderse. Adoptó su visión lobuna, pero ni siquiera así pudo ver quién allí estaba. Dejando todo como una extraña sensación, se volvió a sentar, viendo como una zona cerca de la ventana comenzaba a alumbrar hasta mostrarle a una hermosa mujer con amplia sonrisa mirándolo. Piernas cruzadas, una larga cabellera blanca junto a la elegancia que la caracterizaba, no le fue difícil reconocerla, no podría simplemente olvidarse de la Diosa Luna.

— Se perdió por eones de este mundo y ahora aparece ante nosotros dos veces en una semana. ¿Está aburrida o ahora ofrece servicio al cliente? — Espetó molesto el Alfa.

— Cielos, creí que solo mi descendiente me trataría de esta manera, pero qué puedo hacer, supongo que hay cosas que se comparten con un vínculo cerrado, incluyendo el carácter. — El licántropo bufó mientras ella sonreía. — Me llamaste, me exigiste respuestas, me pediste por tu Theta y cachorros. Normalmente no acepto solicitudes ni aparezco ante los terrestres, pero ustedes son especiales. Además, están transitando por una situación algo complicada, creo que vendría bien mi presencia.

El pelinegro enarcó una ceja mirándola con desconfianza, seguía sin tener muy claro todo, sentía que estaban jugando con él. Como si solo fuese un hámster en un carrusel al que le daban vueltas continuamente mientras corría en círculo de la forma más tonta. Estaba cansado de todo y todos.

— A ver, no tenemos mucho tiempo antes de que despierte. Tus preguntas. — Jungkook no sabía muy bien por dónde empezar.

— Taehyung me ha contado lo que sucedió, pero todavía no tengo claro por qué lo incitó a que atacara a mi hija, ¿por qué hizo eso? ¿Lo haría nuevamente?

— Sí, él podría hacerlo nuevamente, cualquier persona podría hacerlo. No, no lo incité a que atacara a tu hija, eso fue cosa suya. Estás casado con un Theta, es más peligroso que tú. En una situación normal, las probabilidades de que dañe a tus hijos, es baja, no obstante, existen excepciones como esta. Al gestar, con su familia en general, el Theta es sobreprotector y radical. Como toda la especie, podría matarte incluso a ti si pones en peligro sus crías, así como tú hubieses podido matarlo a él por poner en riesgo a la tuya. Estoy sorprendida, debo admitir que reaccionarías diferente a pesar de su estado.

— ¿Buscas que nos matemos mutuamente?

— Jamás. — Contestó esta vez borrando toda sonrisa de su rostro. — Yo no domino sus acciones, no podría interferir de manera directa en sus vidas sin arruinárselas, porque alteraría el orden de todo. Además, son mis pequeños consentidos.

— Pero aun así lo hiciste atacar a mi hija...

— Parece que no me escuchaste, eso lo hizo él solo. Sí, intervine protegiendo su embarazo, controlando la energía para que no pudiera sentirlo nadie en este planeta, ni siquiera Lezle y su radar, el élder del Ártico o tú, aunque bueno, tú sí pudiste hacerlo. Conoces a tus enemigos, incluso los que dicen ser tus aliados, ¿crees que estarán felices cuando sepan que el Theta espera un hijo tuyo? Los intentaron matar sin esto, ser ahora reconocidos del Ártico y Tae como mi descendiente los ayuda por un lado, pero ponen mucho más ojos sobre ustedes y tú siempre lo has sabido. Sus hijos, por ser de ustedes, vienen con el peligro como su segundo nombre.

Jungkook cayó en la silla frotando su rostro, moviendo la oreja para asegurarse que el menor continuara durmiendo. Cerró los ojos y, cuando los abrió, vio a la diosa mirándolo fijamente con lo que parecía ser un ceño fruncido.

— Fueron sus instintos como padre y como Theta. No hay una explicación mágica para esto, no hubo intervención divina. Mi gran culpa recae en que, si ustedes dos hubiesen estado al tanto, tal vez se hubieran apartado del resto hasta que diera a luz y así evitar este incidente. No obstante, ustedes no hubiesen podido guardar el secreto, se lo dirían a sus más allegados y, tarde o temprano, llegaría a oídos que no debían. No es una suposición, lo sé porque lo vi. Taehyung trae en su vientre a mi próximo descendiente, gracias a ustedes, recuperé la confianza en su especie y este mundo. Sin mis descendientes, mi conexión espiritual con este mundo terminará, con esto, el mundo espiritual a donde todos van cuando muere y, lentamente, dejarán de existir, a mayor velocidad de la que te imaginas.

— S-Sus instintos... Eso significa que podría volver a ocurrir.

— Sí, pero no creo que ninguno de los dos lo permitan, además, no volveré a intervenir de este modo. De ahora en adelante, si matan a sus hijos o a ustedes, no volveré a intervenir. — Espetó molesta, dolida por toda la culpa que no solo Taehyung le había estado echando, sino también Jungkook. Ella solo buscaba protegerlos y no era la causante de todo lo ocurrido. — No pondré mi mano en su gestación, una vez nacidos, tampoco intervendré, aunque maten a mi próximo descendiente, no lo haré.

— ¿Estás molesta?

— Lo estoy. — Afirmó viendo como el Alfa de Alfas elevaba una de sus cejas. — Tu otra pregunta no dicha, sí, fue gracias a mí que Ryujin no murió, intervine en cuanto se dio ese percance, no podía ver como ambos perderían sus vidas si eso ocurría. Comprendo y él también te comprende. Yo no contaba con que ocurriera ese ataque aunque sí sabía que tendrían más problemas, lo esperé por otro lado. Estás molesto, estás dolido y te comprendo, te encuentras en una disyuntiva moral y emocional, no obstante, debes tener en cuenta que, en su estado, cualquiera podría reaccionar así. Se aman, darían la vida por el otro, incluso por sus familiares, pero son ustedes quienes tendrán que decidir si quieren o no continuar con su relación. Si me lo piden fervientemente, podré romper su vínculo cerrado en este mundo y en el espiritual. No podrán quitárselo aunque se lo desgarren, no solo ce cerró, sino que dieron un paso más al unirse en mi mundo.

— Y-Yo no he pensado en romper mi vínculo.

— Tú no, pero él sí, para dejarte libre. Puedo ayudarlos si así lo desean, intervendré y alteraré sus vidas si no desean continuar juntos para que tengan la oportunidad de sobrevivir a la ruptura del lazo. Puedes decidirlo ahora solo o juntos, aceptaré la decisión que ambos tomen.

— Yo no deseo romper el vínculo con mi Theta. — Sentenció más firme de lo que procuraba.

— No eliminaré a sus cachorros, es solo...

— Que no se trata de eso, yo no quiero, es decir con Taehyung, no quiero que rompamos nuestro vínculo. — Musitó acariciando su marca.

— ¿Puedo hacerte yo una pregunta? — El Alfa asintió. La diosa tenía curiosidad, nunca antes alguien la había desestabilizado tanto como Jungkook. — ¿Cómo sentiste a tus cachorros?

— No los sentí, me sentí mal antes de que Tae se fuera, pero no loes sentí. Cuando vine aquí solo creía que él estaba enfermo, no los sentí, solo estuve al tanto de ello cuando vi con mis propios ojos su estado. — Murmuraba recapitulando todo.

— No me refiero ahora, hablo de semanas atrás, de meses atrás cuando estabas dentro del mundo espiritual. — El licántropo rascó su cabeza haciendo memoria.

— Aún no lo sé. Creo que fue instinto, después de estar con él sentí que podíamos tener cachorros, como si hubiese tenido la certeza del resultado de nuestro encuentro. Después, simplemente ese lado paternal en mí despertó, luego de sus exámenes negativos, acepté que no sucedería. — La diosa permaneció mirándolo todavía algo confundida, mas asintió. — Taehyung...

— Sus cachorros estarán bien.

— Estoy hablando de Taehyung.

— Estará bien. — Reiteró con una sonrisa. — Ya está despertando, creo que te está buscando. Hablen de mi ofrecimiento, prometo que volveré si lo necesitan. Pueden rezarme como lo hiciste tú o pueden volver a viajar al Ártico. Que no se diga que no les di opciones.

La diosa se evaporó en la nada, ni siquiera pudo hacerle esa última pregunta que quedaba en su garganta atrapada. Ella la vio, estaba seguro de eso, pero no se la respondió. Cerrando sus ojos, echó a correr escaleras arriba, encontrándose con un Theta que recién se estaba desperezando. Lo escuchó protestar por la barriga cuando intentó darse la vuelta como acostumbraba y no pudo, haciéndolo reír.

— No creo que eso se vaya a poder. — Musitó acercándose a la cama, notando el semblante soñoliento que el menor llevaba. — ¿Un baño o desayuno?

— ¿Las dos cosas? — El alfa asintió trasladándolo a la tina.

— Sabes, puedo caminar, puedo bañarme solo y hacerme mis cosas sin que tú tengas la obligación de quedarte aquí. — Musitó viendo la forma en que el mayor le sonreía a su barriga. — No tienes que quedarte conmigo por tus cachorros tal cual hiciste con tu omega destinado. No escaparé, seguirán siendo tuyos para verlos siempre que quieras.

El de mechón negro asintió, tomando por sorpresa al contrario cuando pasó a desnudarse una vez que la bañera estuvo media llena, acomodándolos a los dos con cuidado. Taehyung no dijo nada, dejó que este lo ayudara a bañar y acariciara su barriga con delicadeza.

— No puedo negar que el motivo para que yo pensara en casarme y crear una familia con Jin fue porque me dio la noticia que estaba esperando a mis cachorros. Existieron muchas formas para yo lidiar con eso. Amo a mis hijos, por ellos la vida daría y lo sabes, no obstante, un hijo no ata a nadie. Yo podría haberme hecho cargo de ellos sin unir mi vida a la suya. Lo hice con el deseo real de construir algo, ya comenzaba a perder las esperanzas contigo, aunque te amaba, con todo lo que estaba afrontando, veía cada vez más imposible esperarte. Sentí que podría ser feliz, ingenuamente en un comienzo pensé que podría olvidarte, seguir adelante como lo hiciste tú.

— Pero no pudiste, porque a mí no se me olvida fácilmente. — Jungkook se carcajeó y asintió escondiendo la nariz en su cuello, cerrando los ojos para que el mar, la tundra y la lavanda llenaran sus fosas nasales.

— Exactamente, ni fácil ni difícil, a ti simplemente no se te puede olvidar aunque uno aprenda a vivir sin ti. No obstante, realmente quise a Jin, no lo amé como él quería, pero le di un amor sincero que no estaba condicionado a mis hijos. Cuando dejamos de funcionar, cuando no pude más, aún con hijos, nuestra relación matrimonial fue en declive aunque no dejé de ser su compañero hasta mucho después de volver a verte.

— Ya sé que seguiste follándotelo, no me digas eso ahora. — Gruñó bajo jugando con el agua.

— No te iba a decir eso, pero de acuerdo. Siempre te dije que mis hijos eran primordial para mí, mi prioridad número uno y, sinceramente, creo que para la mayoría de los padres es así sin importar si son licántropos o humanos, incluso la mayoría de los animales más salvajes cuidan a sus crías. Así como tú has defendido a nuestros cachorros sin que llegaran al mundo porque los sentiste en peligro, estuviste dispuesto a matar por ellos.

Las lágrimas del peliblanco salieron, las intentó alejar, pero sus sollozos simplemente se hicieron más evidentes. Jungkook no le dijo que no llorara, tampoco secó sus lágrimas como en otras ocasiones, simplemente se puso de pie para no hacerlo voltear y se ubicó delante de él. Pasando sus piernas abiertas por encima de sus muslos para ayudarlo a acomodarse ligeramente cómodo para abrazarlo y dejarlo llorar.

— Creo que ahora puedes comenzar a comprenderme, a sentir ese amor incondicional que yo siento por mis hijos. Incluso antes de saber que eras un Theta, que tenías la posibilidad de concebir, siempre me hizo ilusión imaginarme que contigo podría tener cachorros. Nada me hacía más feliz que imaginar que nuestro amor diera frutos, no obstante, no estuvo contigo o me enamoré de ti por la posibilidad de hijos, no lo hice hace más de diez años atrás, cuando hace dos años nos volvimos a ver y tampoco ahora.

Los ojos enrojecidos del antiguo castaño lo miraron confundido, contrariado y con su ceño arrugado tratando de procesar sus palabras.

— Ayer te dije que no te había perdonado, hoy lo sostengo. — Se apresuró a negar y besarle su frente cuando las lágrimas del menor volvieron a caer. — Has pasado días sin hablarme por una diferencia de opinión, me has ignorado, no has querido que te toque, pero eso jamás significó que me amaras menos. Ahora, sucede exactamente igual. Te amo, por la d- — Cortó sus llamadas para no nombrarla o llamarla. — Por ella... Por nosotros te juro que no es así, no obstante, necesito tiempo.

— ¿Tiempo?

— Puedo ahora comprender tus razones, créeme, lo hago. No obstante, estamos hablando de algo reciente y que aún me duele, todavía siento un nudo en la garganta cuando la veo en cama, cuando recuerdo verla llena de sangre. Estoy intentando ver esto como un accidente que pudo suceder por negligencia, una caída, no sé, cualquier cosa de ese tipo. — Inhaló y suspiró con pesar, inclinándose a la mano que lo acariciaba. — Cuando te sentí llorar y aullar del dolor, sentí morirme, me preocupé mucho. La sola idea de saber que te perdería definitivamente, que no solo era un espacio o tiempos separados, me hizo querer morir. Cuando llegué y te vi en este estado, solo, me sentí peor por no haberlo notado, por permitirte salir de la casa.

— No lo sabías, además, me iba o ese omega me mataba. — Rio viendo al mayor negar. — Yo comprendo en la situación que te encuentras ahora. No te quiero poner a elegir entre nosotros y...

— No necesito elegir. Sí, mi cabeza está hecha un asco sin saber qué hacer, por momentos te miro y me hago mil preguntas en mi cabeza que me hace cuestionar mis acciones. Me preocupo por todos mis hijos, hasta los que no han nacido y también me preocupo por ti. No obstante, aunque mi corazón esté constantemente contigo, aunque yo esté a tu lado, necesito tiempo para volver a organizarme. Es un hecho que las cosas no volverán a ser como antes, no conmigo, con todos en general, se necesitaría algo enorme para que Jin te acepte. No obstante, quienes me preocupan...

— Son tus hijos. — Terminó la frase por él.

— S-Solo, dame un poco de tiempo. — Las manos del Mul se posaron en su rostro, elevando sus comisuras.

— Solo necesito que me respondas algo, ¿todavía me amas, a pesar de todo? — El Bul bajó su cabeza y la sacudió afirmativamente.

— Sí.

— Si tú eres capaz de aún amarme, yo puedo darte el tiempo que necesites. Somos esposos, eres mi destinado, mi Luna, mi Alfa, el licántropo que amo. Si me dices que estás dispuesto a buscarle una solución a esto, yo lo haré contigo. Me gané la confianza de todos una vez, aunque tarde recuperarla porque una vez perdida es peor que cuando nunca ha sido recibida, pondré todo de mí para que tus hijos, los hermanos de mis cachorros, puedan aceptarme otra vez en sus vidas. Ahora, sobre tu omega destinado, no me hago responsable. Aunque quiera llevar la fiesta en paz, no estoy obligado a tener una buena relación con tu ex, sé que lo eché a perder todo, pero sinceramente, el perdón que necesito, es el tuyo y el de nadie más.

Los dos dejaron caer sus cabezas hacia adelante sin haberse puesto de acuerdo, sus frentes chocaron y, en vez de alejarse por el impacto, rieron y permanecieron así, unidos. En silencio, sin besos o caricias subidas de tono, solo acompañándose, entrelazando sus manos bajo la caliente agua.

— Necesito ir a casa en un rato, pero regresaré antes de que anochezca. Vendré con ropa para que estés cómodo, aquí no tienes nada para ponerte ene este estado. — El Mul asintió mientras se dejaba secar, guardando la sonrisa que amenazaba con aparecer. — ¿Cuándo darás a luz? Nos apareamos en el Ártico dos semanas después del celo de Jimin. Él se retrasó unos días así que... ¿Estás en tus últimas dos semanas?

— Eso parece. — Asintió acompañando al Bul hacia la cocina.

— Hablé con la Diosa Luna. — Espetó tomándolo por sorpresa. — Vino a aquí.

— ¿Recuerdas cuando humanos Testigos de Jehová descubrieron esta zona y comenzaron a aparecerse en nuestras casas cuando nadie se lo esperaba? — Jungkook asintió riendo.

— Mis hombres siempre los despedían en el portón de seguridad.

— Aquí también, mas se hacía pesado cuando aparecían sin más a cualquier hora y mis hombres tenían que llamarme. Creo que nuestra amada Diosa Luna ha tomado el ejemplo de ellos. — Jungkook negó tapándole la boca, carcajeándose.

— Recuerda que siempre está oyéndonos.

— Eso es bueno.— Musitó encontrándose con la mirada contraria, perdiéndose en ella hasta que Jungkook rascó su nuca. — ¿Qué te dijo?

+++

Seokjin miraba a su exesposo estupefacto mientras este le hablaba. Se preguntaba si el menor había perdido la razón o algo malo le había ocurrido porque sin lugar a dudas, en pleno uso de sus facultades a él no se le hubiese ocurrido ni siquiera mencionar a ese jodido Theta. Negó fervientemente ante sus palabras, levantándose feroz de su asiento para encararlo.

— Sostengo lo que le dije a él y pensé que tú habías entendido. No lo quiero en esta casa, esta es mi casa y aquí no es bienvenido.

— Legalmente y por todo lo que nos une, esta también es su casa Jin, además, ya te dije su situación. No te lo quiero imponer, realmente comprendo, ni siquiera tendrías que cruzarte con él porque nuestro piso tiene entrada aparte y...

— Estás jodidamente loco al poner a ese tipo por encima de tus hijos. Solo te diré una cosa, el Theta entra por una puerta, los niños y yo saldremos por la otra. No me importa si tienes que dividirte en mil pedazos. Es más ni siquiera tienes que ocuparte de tu hija, nosotros tres somos más que suficiente.

— ¡Seokjin!

— Estoy maravillado y desconociendo al Alfa que tengo delante de mí, porque el que yo conocía, el que se casó conmigo y fue padre de mis hijos, no dejaba que nadie pasara por encima de nuestros cachorros. Ahora eres macho antes que padre.

Las mandíbulas del semi peliblanco se tensaron y sus ojos se llenaron de lágrimas al escucharlo. — No es justo que me hables así, Jin, sabes que siempre los he hecho mi prioridad y eso no va a cambiar nunca. No obstante, el licántropo con el que estoy casado y amo, quien demostró querer a nuestros hijos, también está esperando cachorros míos. Por eso atacó sin querer a Ryujin, fue un accidente buscando defenderse.

— ¿Esa es la mierda que ahora te dices para sentirte mejor? ¿Volvieron a follar y ya te borró la puta memoria?

— Jin, no lo sabíamos, no pudimos prever esto, de haberlo sabido, hubiésemos puesto distancia. Tú también atacaste a Namjoon cuando estabas esperando a nuestros cachorros, cuando él solo buscaba alimentarte.

El rubio negó pasándose las manos por la cabeza, realmente confundido por la actitud tan pasiva que estaba tomando Jungkook frente a algo tan grave como lo que ocurrió, buscando mil excusas para disculpar la actitud de ese Theta.

— Jungkook, si quieres volver con él, hazlo. Si tú lo puedes perdonar, hazlo. Pero no lo quiero en la casa. Me importa una mierda que Taehyung esté embarazado, no lo quiero aquí. — Unos pasos los hicieron callar, Jimin llegaba en brazo con su cachorro acompañado de Namjoon. Sus miradas se encontraron, pero todo lo que el omega recién parido pudo hacer fue mirar al líder.

— ¿Mi Theta está embarazado? — Indagó Jimin ignorando la molestia de Jin, recibiendo un asentimiento por parte del Bul. — ¡Oh por la Diosa Luna, seré tío! Necesito ir a verlo... — Musitó girándose para encontrarse con un Namjoon renuente a dejarlo ir. — Mi amor, solo será una o dos horas, iré y regresaré rápido. Puedes acostar al bebé y, cuando regrese te revelaré.

— Acabas de parir hace unos días Jimin, tienes un hijo que cuidar, además, no quiero que vayas a ver a Tae ahora.

— A ver, Alfita, contrólate, mi vida, ¿sí? No olvides ni por un segundo lo que te dije desde el día uno. Nos aceptaste a Tae y a mí, nuestra unión es tan eterna como la tuya y la mía. Sí, soy un omega que acaba de parir, pero nuestro bebé no se hizo solo y el gran Alfa que tiene por padre se las puede arreglar dos horas sin mí. ¿O es que ahora que tenemos un hijo la igualdad entre nosotros desaparece? — Namjoon negó suspirando y bajando la cabeza. — No estoy abandonando a nadie, solo dejaré a mi hijo un momento con su otro padre mientras salgo y regreso. ¿De acuerdo? — El peligris asintió aún reticente. — Esa es mi cosita, mi Alfa es lo mejor de este mundo. — Se levantó de puntillas para plantarle un beso antes de ir a acostar a su hijo y salir de la casa en dirección a la Mansión Mul.

Seokjin y Namjoon se miraron antes de que el omega también desapareciera de la vista de ambos. Los amigos se sentaron a conversar, el segundo al mando no podía decir que entendía todo en su totalidad, en su lugar él no sabría qué hacer tampoco. Se debatía entre dejar a su pareja definitivamente o hacer justo lo que deseaba a ser Jungkook. Sin embargo, si estuviera ahora mismo en esa situación con Jimin, lo mejor era que lo mataran, porque no estaba muy seguro de cómo elegir. Diría con sus ojos cerrados hijos, matrimonio o no, los hijos serían lo primero aunque ellos se separaran, pero, no estaba muy seguro de poder hacerlo tampoco.

— ¿Por qué no dormirás hoy tampoco con nosotros? — Preguntó Jisung sentándose al lado de su hermana. — Ayer no dormiste aquí.

— Tuve que pasar la noche en otro lugar, hoy también, pero por el día mañana vendré a verlos. — Musitó agitando el cabello del menor que se revolvió hasta acostarse junto a su hermana.

— ¿Tae está enfermito? — Indagó Ryujin, tomando por sorpresa a un alfa que no sabía cómo responderle exactamente.

— ¿Cómo sabes que Tae está enfermito?

— Jisung escuchó cuando le decías a papá que no se estaba sintiendo bien. — Los ojos del pelinegro viajaron hacia el menor que ya una vez había regañado por quedarse escuchando las conversaciones de los adultos, escondido. Lo reprendió con la mirada y este se encogió en su sitio.

— Taehyung no está del todo enfermito... — Musitó viéndolos expectantes de una respuesta. — Pero sí está algo malito, necesita de mí. Yo sé que papá debe estar aquí contigo pero...

— Ve con Tae, papá. — Habló con un tono tan maduro a pesar de su edad que el alfa del nudo en la garganta no sabía cómo procesar. — Yo me siento bien, si Tae está malito debes estar con él hasta que se sienta bien como yo. Dile que le mande un beso y que pronto le haré otro dibujo.

¿Cómo era posible que su hija, después de todo lo ocurrido, después de verlo en ese estado, se expresara de esa manera? Había temido incluso mencionarle su nombre, estaban pensando en llevarla a alguna terapia, no sabía su estado mental exacto en esos momentos, pero lo tenía desconcertado.

— ¿T-Todavía quieres a T-Tae? — Jugando muy sutilmente con los dedos que apenas se rozaban debido a que un brazo estaba enyesado y el otro vendado por todas las suturas.

— Tengo un poquito de miedo del lobo de Tae. — Admitió sin mirar a su padre al inicio, elevando su mirada muy lentamente. — Pero Tae siempre fue muy bueno conmigo, jugamos muchos, es divertido siempre estar con él.

— No lo puedo creer. — Murmuró el omega dándose la vuelta con la comida que llevaba siendo seguido minutos más tarde por el alfa. — Yo sinceramente no los comprendo. No entiendo al padre y mucho menos a la hija. ¿Soy el único que está consciente que ese dichoso Tae casi la mató?

— ¡Sin querer!

— Síguetelo repitiendo a ti mismo hasta que te lo creas, Alfa.

+++

Taehyung y Jimin no pudieron evitar llorar cuando el omega entró corriendo por aquella mansión en su búsqueda. Gritó al verlo con su barriga tan enorme, luego se lanzó para besarlo y abrazarlo envuelto en lágrimas, en sonoras risas. El Theta en un inicio se quejó, no estaba dispuesto a ceder, mas antes de lo pensado, se encontró llorando con la misma intensidad, juntos en el sofá de la sala.

Fue un poco confuso para el omega, para explicarle algunas cosas, tuvo que regresar hasta cuando ellos viajaron al Ártico. Hablaron de lo ocurrido con Ryujin y cómo estaban las cosas ahora.

— No quiero que todos estén dejando de hacer sus cosas para cuidarme. Jungkook, tú, Yoongi que vino un rato atrás para comprobar que todo esté bien con los cachorros y conmigo prometiéndome que mañana se pasará el día conmigo. No estoy enfermo, ni siquiera tengo más malestares que el dolor de cuerpo que se ha ido desapareciendo. En el mundo hay omegas solteros, incluso mujeres humanas que en teoría su especie es más débil que la nuestra y pasan su embarazo solos. Soy un Theta, no seré diferente.

— Es diferente, los humanos no tienen dependencia física de sus parejas, se separan, sufren, duele, pero no mueren literalmente como lo hacemos nosotros, por ese lado, somos más débiles. — Musitó el omega que acariciaba la barriga de su mejor amigo mientras este estaba utilizando su regazo de almohada. — Sabes que la taza de mortalidad de omegas en período de gestación cuando están solteros o se separan de sus alfas es muy grande. Tanto los omegas como los cachorros necesitas a su Alfa.

— Yo soy un Theta, Omega. — El nombrado le pegó en la frente haciéndolo reír.

— No eres omega, pero compartes un lazo como ellos, creaste un vínculo como ellos e incluso mucho más fuerte que te hace quieras o no, necesitar a tu compañero. Estoy seguro de que todos tus malestares comenzaron a desaparecer cuando Jungkook vino. — El menor se levantó hacia la cocina para traer una jarra de leche y la laptop que allí dejó. — Ya me vas a cambiar el tema, sé que no quieres que te atosigue con eso y no lo haré, solo no me hagas parecer como un loco.

— Ese jamás, mi hermoso Omega. — Musitó besando su nariz y luego sus labios de la forma más casta. — Quiero enseñarte algo.

— ¿Qué es? — Indagó mirando la pantalla, viendo un mapa que a primera instancia no reconoció. Ensanchando sus ojos miró al Mul que le sonrió orgullos. — Esto es...

— Así es. Tengo la confirmación de que Lezle está en el sur del continente africano. En algún lugar entre Angola, Zambia, Malawi y el resto de los países del sur hasta llegar a Sudáfrica.

— Tae, por favor, realmente te pido que mientras estés embarazado, por ahora, deja este tema. — Su voz salió en tono de ruego. — A nadie le conviene una pelea ahora.

— Está claro que no quiero pelear. — Rebatió cerrando su ordenador. — Solo quería mostrarte los avances, solo eso. Ven, hazle cariñitos a tus sobrinos e hijos. Déjales saber lo mucho que amas a su padre.

— Yo nunca he visto a un Theta tan engreído como tú.

— Es que ni siquiera has visto otro Theta, soy único en mi clase, baby. — Espetó casi carcajeándose acompañado de Jimin. — Te extrañé.

— Lo sé, también yo, te extrañé mucho. Ya quiero que conozcas a tu sobrijo.

— ¿Sobrijo?

— Sobrino e hijo. — Se miraron seriamente, y volvieron a carcajearse juntos como hacía mucho no hacían.

Aquí les dejo la segunda parte del capítulo anterior que tuve que publicar incompleto. Como siempre espero que les guste.

PD: Aquellas personas molestas, decepcionados con el fic, etc. Siempre les daré las gracias por haberle dado una oportunidad a mi historia. No obstante, también pueden abandonarla en silencio si todo les molesta demasiado. 🙃

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro