[MarkBam] 28\/e

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

31/10/2022

~Advertencia: un poco sangriento y poco angst.

Mark x BamBam

.

.

.

Mark siempre tuvo una forma diferente de hacer y pensar las cosas. En un mundo donde la inteligencia se veía mermada por la computarización y los avances tecnológicos, nadie estaba dispuesto a apostar por un chico aparentemente superdotado. Verse rodeado de máquinas y crecer entre ellas, escuchar palabras duras que mataban sus sueños y lo apartaban del camino, no hizo más que hacerle creer que todo aquello era verdad. No se veía como alguien sobresaliente, sino como uno más del montón.

Nadie creía en su capacidad, ni siquiera él mismo, pero Kunpimook fue la excepción. Él siempre la fue. Podía ver más allá de lo que la humanidad consideraba relevante, más allá de la mente y las terminaciones nerviosas.

Kunpimook era fascinante.

Sobresalía en muchos aspectos, inclusive en uno que no se veía con frecuencia; personalidad. Se mostraba tal cual y sin inhibiciones, no temía alzar la voz o ir contra la corriente si no estaba de acuerdo, es por eso que Mark quedó prendado por él.

Usualmente recibían castigos por no actuar como los demás, de hecho se habían conocido en el cuarto 32, lugar designado para las detenciones por actos menores. Esa mañana Kunpimook hizo algo que estaba penado por cualquier institución dentro de la asociación galáctica de la nueva era. Cuestionar. Era algo tan básico, inclusive de índole primitiva si se quiere abordar de esa manera, que era patética la prohibición de las cuestiones de todo tipo.

En cuanto a Mark... Simplemente había alterado el circuito de un dron. Jugó con las opciones que tenía y lo hizo por mera curiosidad, quizás siendo este último motivo la verdadera razón de aquella detención y no sólo por un simple dron modificado. Pues bien, como el dron era parte de la institución se vio obligado a repararlo y devolverle a su estado normal sólo que antes de hacerlo decidió jugar un poco más y torcer las posibilidades para descubrir hasta dónde podía llegar en tan poco tiempo.

Kunpimook lo había visto y se sorprendió por las nuevas cosas que logró con el dron tan solo moviendo los cables y la batería, consiguió que disminuyera o aumentara de tamaño, que cambiara de color y desapareciera. Ambos estuvieron entretenidos con el apartado durante unos largos minutos hasta que fue necesario dejarlo como estaba antes.

El chico lo había convencido de no desperdiciar lo aprendido, fue así como empezó a hacer sus prototipos desde cero, creando desde las moléculas de los materiales hasta los utensilios especiales para ensamblar las piezas. Para Mark era sencillo, Kunpimook decía que era de esa manera era porque era un genio. No pensaba igual pero agradecía que el castaño fuera amable con él. En los últimos años las personas habían dejado atrás ciertos comportamientos y regulaciones, después de todo estaban en la nueva era, sin embargo, estas nuevas actitudes y comportamientos distantes en vez de ser útiles para un enfoque científico y objetivo resultaba desalentador y opaco.

Como ambos estaban dentro de la misma categoría obtuvieron el pase para las prácticas de estrategia militar al mismo tiempo, por lo que tomaban clases y entrenaban juntos los días asignados para el campo de la milicia. Fue ahí donde Mark encontró un gusto por reparar máquinas de combate y armas, mientras que Kunpimook optó por formarse como un buen estratega. Estuvieron tres años como cadetes hasta que los subieron de puesto y se convirtieron en soldados activos, posteriormente en cabos y sargentos.

Mark no tenía interés en seguir escalando puestos ya que al estar dentro de los laboratorios realizando un trabajo mecánico no era necesario un grado importante. Kunpimook fue diferente, él quería convertirse en general, fue por eso que se dedicó a tomar clases extras y participar en todas las áreas que fueran posibles.

Para aquél entonces estaban emocionados, sabían que Kunpimook sería nombrado para ocupar el puesto de teniente primero porque estaba altamente calificado, sin embargo, no esperaron que ocurriera algo tan inesperado como una guerra intergaláctica. Nadie se había percatado de las tensiones políticas porque estas estaban ocultas por los líderes de las instituciones, el detonante fue algo tan absurdo como el descubrimiento de un planeta dentro de la zona de latencia, en donde ninguna institución tenía derecho a importunar.

Todos con las posibilidades de hacerlo fueron mandados a combate, Kunpimook fue llamado para formar parte del equipo de estrategias y por recomendación del vivaz sargento Mark también fue llamado. Desde el principio los dos se dieron cuenta de que les dejaban estar con los altos mandos siempre y cuando hubiera vigilancia, creyeron que era así con todos los directivos que conformaban el equipo, pero no fue así.

Los vigilaban porque sabían que los dos no eran como la multitud que mandaban a pelear y dar la vida en nombre de la institución. Los sobre explotaban al punto de que era difícil desempeñar sus labores debido a tanta intermitencia, así que apenas un año desde el inicio de la guerra estaban al borde del colapso.

El desgaste físico era tolerado, después de todo sólo debían inyectarse ciertos componentes para recuperar el estado del cuerpo en menos de quince minutos. El desgaste mental era otra cosa, intolerable y tan penada como si de un acto delictivo se tratara.

La mente es muy compleja y muy difícil de tratar, ni siquiera los avances tecnológicos pueden abolir el desgaste psicológico, es por ello que si alguien enfermaba de la mente debía lidiar con eso a puertas cerradas y como pudiera. Los analistas y los médicos cognitivos habían sido llevados a otras zonas donde supuestamente podrían desarrollar protocolos de salud mejorados e investigaciones profundas, pero Mark sabía que no era así.

No había visto a un trabajador de la salud mental hacía una década y tras la guerra estallida dudaba poder ver alguno en poco tiempo. Siendo que ambos se encontraron atravesando momentos difíciles, Mark se enfocó en desarrollar un extractor de pensamientos disruptivos que junto con las inyecciones y otros medicamentos para el cuerpo coseguían que el estado de los aparatos y sistemas corporales reanudaran su trabajo como si estuvieran en un estado pleno.

Fue así como Mark hubiera logrado voltear el tablero, sin embargo, no dio a conocer su descubrimiento más que con Kunpimook. Bajo las manos equivocadas podría significar una catástrofe de la magnitud de dos guerras efectuadas al mismo tiempo, fue por ello que sólo ellos lo usaban ciertas veces para evitar sospechas. Los exámenes completos se realizaban cada semana, si usaran el extractor con frecuencia los datos arrojados no les beneficiaría, porque la telepantalla mostraría un desbalance y un incremento repentino del estado óptimo de la mente y cuerpo.

Conforme los acontecimientos pasaron tanto él como Kunpimook se vieron obligados a centrarse en sus respectivos trabajos, él como uno de los líderes del laboratorio donde además de encargarse de las máquinas y armas monitoreaban a los soldados en combate para recabar información útil. Por su parte, Kunpimook tenía que encargarse del área de combate en el radar intergaláctico, por lo que estuvieron encerrados en sus respectivas burbujas hasta que el castaño descubrió algo que significaría un cambio en cuanto al rumbo de la guerra.

—Diga su apellido y código de reconocimiento. — vociferó el robot médico.

—Tuan 9319.

Mark aguardaba dentro de la cámara de observación, sin prendas sobre el cuerpo. El escaneo duraba unos segundos, sin embargo, está ocasión duró alrededor de minuto y medio. El robot no dijo nada fuera de lo normal una vez que los resultados aparecieron en un holograma, pero Mark estaba seguro que algo ocultaba.

Prefirió ignorar ese hecho, de lo contrario podrían sospechar más. Estando dentro del cuarto de optimización todo era percibido por las máquinas y robots. Salió de la cámara para recoger sus pertenencias y al entrar al vestidor se encontró con Kunpimook que de igual forma tomaba sus prendas y se las ponía.

—¿Por qué tardaste?— preguntó.

Mark no contestó al instante. En su cabeza apareció de repente el recuerdo de la noche anterior cuando Kunpimook fue a visitarlo a su laboratorio. Se había quedado dormido sobre la mesa y Mark –por un impulso que desconoce– le había dado un beso en la frente.

—Creo que el procesador de la computadora líder de la cámara debe actualizarse. Tiene una H3.2, debería cambiarse por una H3.4.

—Ah, qué ironía.

—¿A qué te refieres?

—Se supone que todo aquí es perfecto, pero las propias computadoras no se actualizan porque tienen un problema en la percepción del tiempo.

Las comisuras de Mark temblaron queriendo formar una sonrisa, tuvo que forzar una expresión seria para evitar que alguna cámara se fije en él.

¿Expresiones, sentimientos? Preferiblemente no, porque hacen al ser humano imperfecto. Esta nueva era no tiene espacio para lo imperfecto.

Kunpimook continuó hablando sobre el entrenamiento de la mañana, Mark seguía sus movimientos con la vista, desde cómo se vestía hasta la forma en que tomaba sus pertenencias y las guardaba en su bolso. Cuando terminó se dio la vuelta y él se sintió ridículo por estar parado como un robot totalmente desnudo. Se vistió con rapidez y ambos caminaron hacia la salida.

—9319, no puedes salir. —dijo una voz computarizada. —Se ha detectado una pequeña anomalía en los últimos minutos. Es necesario eliminarla.

El estratega lo miró sin expresión en el rostro, sin embargo, Mark sabía que estaba preocupado.

—Te veo en la noche. — dijo sin más y se retiró.

Por primera vez Mark temió en un grado intenso. Las anomalías pueden ser frecuentes y no se consideran graves, el problema está en los motivos que ocasionan que el cuerpo tenga esas anomalías.

Mark ya sospechaba qué era lo que tenía, y por ende, lo que iban a hacer con él cuando descubrieran de qué se trataba.

Choi 9619 lo recibió en el cuarto de las anomalías. Era el médico que estaba a cargo de toda la sección de salud.

—Siéntate para que podamos ver qué ocurre.

Mark obedeció. El médico conectó unos cables a su cuerpo en la zona del pecho, las extremidades y la cabeza, esto iba a servir para ver el historial de unos minutos atrás. Era increíble que conectando cables al cuerpo se pudiera monitorear el estado de este incluso de meses atrás.

Unos minutos después de que empezara la exploración 9619 fue pausandola para marcar los altibajos.

—Hay un incremento constante de serotonina y oxitocina, por eso tu cuerpo ha experimentado cambios repentinos. ¿No lo has sentido?

Mark ignoró la pregunta, desde luego que lo había sentido. Latidos apresurados, excitación, estómago revuelto, extraña sensación de felicidad.

Choi continuó observando en la telepantalla los recuerdos de Mark para reconocer cuál había sido el detonante. Atisbos mínimos de sorpresa pintaban su rostro por lo que veía, se quedó estático por lo que Mark había hecho recientemente; el extractor, el beso y el descubrimiento.

Una vez que acabó con el análisis le enseñó los resultados del cuerpo y la mente, pero no mencionó nada respecto de lo que se había enterado.

—Esto es más común de lo que todos suelen creer. —dijo señalando una imagen de Kunpimook, que representaba la causa de las anomalías en él.

28\/e

El código que se usaba para referirse al enamoramiento.

—Tenemos dos opciones de tratamiento, usualmente siempre escojen la primera opción porque es inmediata e indolora.

—¿Cuál es?

—Eliminar recuerdos.

Mark sintió que sus extremidades temblaron y su corazón se oprimió, de hecho, como todavía estaba conectado a los cables el estado de su corazón se podía observar. Era justamente eso lo que temía.

—Bien, veo que esa idea no es de tu agrado. —Choi le entregó dos cápsulas y un sobre con polvo blanco. —Esta es la segunda, debes tomar la roja, una semana después la azul y mezclar esta sustancia con tu bebida cuando lo vayas a hacer, de lo contrario sentirás mucho dolor.

Ambas cápsulas y el sobre quedaron resguardados en su bolsillo.

—¿Notificas los resultados a la central?

—No. No les interesa a menos que vayan a usar a esa persona para efectuar sus planes.

—¿Qué harás con lo que viste?

Choi nunca significó un obstáculo o problema para Mark, el médico se mantenía a raya casi todo el tiempo, pero cuando su presencia era requerida aparecía en la escena desde el lado que necesitaba ser favorecido. Por más que portara un uniforme al igual que todos y tuviera que jurar lealtad a la institución, el hombre tenía esa chispa de inconformidad, rebeldía y libertad. Mark sólo quería confirmarlo.

—Apenas salgas voy a eliminar ese recuerdo, mientras menos lo sepan, mejor.

Mark dio un asentimiento para agradecerle y Choi se lo devolvió, pero justo antes de salir el médico le habló.

—Deberías hablar con Kunpimook.

—¿Sobre qué?

—Él estuvo aquí antes de que se encontraran en el vestidor.

.

.

.

Pasó una semana desde que se había tomado la cápsula roja, los síntomas físicos de "28\/e" menguaron, pero Mark sabía que todavía estaba enamorado de Kunpimook.

Le dio tiempo para que él mismo revelara por qué había estado en el cuarto de Choi, pero Kunpimook mantuvo la boca cerrada. Sospechaba que el asunto era de una magnitud moderada-grave, de lo contrario el médico no le hubiera dicho nada.

Fue así que decidió visitarle en su dormitorio en la noche. Su plan era salir de ahí antes de las doce ya que a esa hora todos debían estar en sus respectivas habitaciones, además, Mark tenía una cápsula que tomar.

Ingresó el código y entró, Kunpimook se lo había dado un tiempo atrás por precaución y él había hecho lo mismo. Al entrar lo primero que vio fue al pelinegro secándose el cabello y vestido con unos pantalones para dormir. El collar con el grabado de su código colgaba de su cuello y brillaba sobre su piel caliza.

Mark amaba el color de su piel. Cada pequeña cosa de él.

—¿Tienes ganas de una partida de spaceballs antes de dormir?

—¿Cuáles fueron tus anomalías?— inquirió sin rodeos, tomándole desprevenido.

Kunpimook se detuvo abruptamente y le dio una mirada que Mark no supo descifrar.

—¿Por qué estás tan seguro de que tengo anomalías?

—Porque me estás evadiendo.

El hombre le dio la espalda, llevando la mirada a la ventana hacia donde el espacio con su oscuro misterio era decorado por miles de estrellas. A pesar del monótono ambiente Kunpimook amaba la vista del espacio y las estrellas, Mark lo había visto un millar de veces perder su mirada sobre aquellas esferas de gases titilantes.

—¿Estás enojado?

—No sabría decirte. —respondió. — Últimamente no puedo reconocer mis emociones.

—Tienes razón, tengo anomalías.

—¿Has tomado un tratamiento?

—No, mis anomalías no pueden eliminarse.

Mark no podía sentir nada gracias a la píldora consumida una semana atrás, pero inclusive así el estómago comenzaba a flaquearle.

—Todas pueden eliminarse.

—No todas, Mark.

Algo parecido a un escalofrío le recorrió de pies a cabeza y la voz le salió tan trémula como habían sido los pétalos de la flores en la antigua era.

—¿Terminales?

—Sólo una de las causas.

Las causas terminales eran enfermedades que el sistema no podía curar, significaban un peligro para las instituciones, así que tarde o temprano expulsarían a Kunpimook o lo harían dormir por siempre.

—¿Y la otra?

Kunpimook volteó y caminó con cautela hasta estar a una distancia mínima. Con las manos acarició el pecho de Mark y dejó una sobre su corazón. —Es simple. Choi me dio dos opciones, no quise ninguna.

—¿Por qué no?

—Me gusta la sensación que deja aquí y aquí. — dijo llevando la mano sobre el estómago de Mark y finalizando en su pecho. Su cálida mano se mantuvo quieta percibiendo los latidos desbocados de su corazón. —Especialmente aquí.

Esa noche ambos se quedaron despiertos, Mark no fue a su habitación para poder hablar con Kunpimook como hacía tanto que no lo habían hecho. Revelaron aquello que tenían resguardado con fervor en sus propias mentes y corazones, y fue así como acostados frente a frente, en algún punto de la madrugada sus labios hicieron contacto. Mark perdió la cuenta de cuántas veces probó la dulzura de su boca, para nada le importó la píldora azul y el tratamiento interrumpido, porque eso era mil veces mejor.

Kunpimook era todo aquello, los temblores, las cosquillas y las emociones. Cuando tuvo sus labios sobre su cuello o cuando él le devolvió las caricias con la misma sutileza, Mark ignoró todo y saboreó cada una de las emociones que surgían entre ambos.

Dormir junto a Kunpimook y despertar a su lado fue magnífico, Tuan se encargó de disfrutar cada segundo porque después de tal momento no tenía certeza de cuándo podrían repetirlo y experimentar los mismos sentimientos vivaces.

.

.

.

3098

En la actualidad las instituciones están perdiendo fuerza, todos los planetas liderados por ellas están en crisis. El líder del movimiento revtico fue alguien que desde las sombras formó su ejército y dispersó a los suyos por todas partes sin que los mismos generales pudieran percatarse.

Es conocido por ser alguien intrépido, salvaje, liberal y justiciero. La verdad es que no es así. Tuan, el líder del ejército estrella negra podrá ser todo lo que quieran pensar, pero definitivamente justicia no es lo que busca con precisión.

—¿Cuántos llevas?

—Seis, me faltan tres más. —contestó Kunpimook, caminando lentamente por la habitación y evitando pisar la sangre pegajosa que él mismo había esparcido en aquella habitación con sus tratos especiales.

—Quizás deberíamos terminar mañana. —suspiró derrotado, esperando que el pelinegro le diera la razón.

—Imposible. La basura debe eliminarse de inmediato. No hay por qué dejar vivo algo que es imperfecto.

Mark contempló la silueta de su amado, la misma altura, el mismo color de piel, el mismo porte. Todo se mantenía igual a como era antes excepto que Kunpimook ya no era humano.

Luego de esa noche que se quedó grabada en su mente y corazón ellos tuvieron que separarse. El chico fue enviado al frente a combatir y jamás regresó, sólo los objetos que había llevado consigo fueron devueltos a la institución; el collar con el código grabado, un par de guantes, lentillas, la gorra militar y un álbum de fotografías en holograma.

Todo fue extraño después de eso, experimentó emociones a las que todavía no le podía dar nombre. Choi le diagnosticó 28\/eX, corazón roto, y le dio datos curiosos sobre la antigua era, como que se celebrabran ritos fúnebres por los seres queridos y que existía algo llamado duelo.

Si ellos vivieran en la antigua era podrían identificar que Mark continuaba con una especie de duelo sin fin.

Los acontecimientos no acaban ahí. Al poco tiempo fue exiliado por supuestos actos de rebeldía, sin embargo, fue algo que suplantaron para poder deshacerse de él. Todo cuadró entonces, ellos querían deshacerse de ambos por lo que investigaron sus antecedentes e historial, descubrieron todo sobre esa anomalía que los dos compartían, el extractor de pensamientos y que sabían sobre el sabotaje que la institución cometió para desatar la guerra.

Gracias a Choi pudo darse cuenta de las cosas, es por ello que cuando él también fue exilidado tiempo después Mark lo buscó por todas partes en la galaxia hasta dar con él. El médico también era parte de su ejército y así como él muchos otros estaban en sus filas contra el sistema y el gobierno, inclusive personas de otras galaxias distantes. La verdad es que Mark había dado inicio a todo por un solo motivo; venganza.

Quería que cada uno de los malditos se arrepintiera por todo el daño causado adrede, pero sobretodo, quería hacerlos sufrir del mismo modo que él y Kunpimook. Pero era tanto el anhelo por verlo que decidió traer a la vida a Kunpimook con las células que pudo rescatar de la sangre en el sombrero.

No obstante, la mente y los recuerdos casi no se pudieron restaurar. Hizo a Kunpimook perfecto, tal como lo recordaba sólo que esta vez le dio un toque especial. Kunpimook era un androide que tenía la tarea de perseguir y cazar a los líderes de las instituciones; los imperfectos que debían eliminarse enseguida.

Mark estuvo conforme con su creación hasta que se dio cuenta de que este Kunpimook no recordaba muchas cosas sobre la vida que tuvieron, sólo las vivencias de Mark lograron hacerlo como antes. Aunque bien, ya no es como antes.

Kunpimook es un mercenario y es el verdugo más temido por todas las galaxias.

Justo lo veía mutilar a uno de los cautivos, un pez gordo del grupo de generales. Más sangre salpicaba, gritos, graznidos y golpes. Kunpimook era imparable. Mark hizo a este Kunpimook a la imagen y semejanza del verdadero, le agregó tal factor para conseguir venganza en nombre de su amor, irónico que él mismo haría pagar a todos aquellos que causaron su muerte.

Irónico.

A Kunpimook le causaba gracia la ironía.

El androide terminó su trabajo y desactivó su estado de exterminio, caminó nuevamente por la habitación mientras que pisaba los restos del cuerpo quemados y los huesos se iban rompiendo hasta convertirse en cenizas. Es esta ocasión no hubo que retirar el cuerpo ya que éste se había deshecho por completo. Una gran mancha negra resaltaba sobre el manto rojo de la sangre sucia de los cautivos, fue un panorama constante en la vida de todos aquellos que se unieron al grupo de la estrella negra. De algo sirvió que las instituciones los formarán con varas de hierro, fácilmente podían matar a todos aquellos que una vez los usaron a su antojo como simples comandos de juego.

Ojos por aquí, manos por allá, vísceras y demás. No era algo alarmante en realidad.

Mark lo vio detenerse en medio de la habitación y mirar hacia arriba, las estrellas brillaban en el espacio de la misma forma que los ojos de Kunpimook cuando las veía, de la misma forma como vio a Mark aquella última noche a su lado. El pelinegro se mantuvo así unos largos minutos en los que olvidó continuar con su trabajo, el líder de la organización simplemente observaba atento recargado sobre la silla.

Imaginaba que de pronto, Kunpimook se iría acercando y con sus movimientos sutiles lo dejaría atrapado y sin escapatoria, se sentiría a horcajadas y lo besaría sin parar. Por un momento dejarían de estar en guerra, dejarían de ser los más buscados del universo y se convertirían en dos simples mentes y corazones enamorados.

Al volver en sí, se dio cuenta de que tenía toda la atención del androide y éste mantenía una postura muy característica.

Alerta.

Kunpimook estaba haciendo un análisis porque había detectado algo en Mark.

—¿Por qué estás así?— le preguntó. —Es extraño, por primera vez eres imperfecto.

—En realidad, creo que he sido imperfecto desde siempre.

—No es verdad, en mis recuerdos tú no eres así.

Mark quería decirle que los recuerdos que tenía no eran suyos, pero no tenía las agallas para decirle tal cosa. Kunpimook sabía que era un androide, pero no sabía que Mark lo creó porque estaba enamorado y lo extrañaba de una forma que rayaba lo enfermizo.

Lo hizo para tenerlo cerca, pero no para tocarlo. Este Kunpimook tenía que hacer su vida aparte, porque Mark es imperfecto y tarde o temprano la imperfección debe ser eliminada. En su caso, será hecho por su propia creación. Lo sabe, analizó el futuro un sinfín de veces y en la gran mayoría terminaba de la misma forma, incluso con la oposición de Choi, quiso hacerlo.

Qué mejor forma que morir a manos del hombre que amaba.

Podrá no ser el mismo de antes, ni tener recuerdos propios o un cuerpo cien por ciento orgánico, pero para él sigue siendo Kunpimook. Este o aquél, no hay diferencia, su corazón y su mente no ven nada imperfecto en él.

—Tengo algo que no es tratable.

—Todo tiene tratamiento.

—No esto. Para eliminarlo también tengo que ser exterminado.

Kunpimook le devolvió una mirada que Mark conocía muy bien. Preocupación.

Le había dado la capacidad de ser más expresivo, porque a pesar de que ellos sentían no pudieron expresarlo como quisieron debido a las leyes de la institución a la que pertenecieron. Ellos comunicaban sus sentimientos a través de la mirada, de las acciones y palabras porque aprendieron a ser estoicos y no pudieron cambiarlo después.

Pero este Kunpimook podía hacerlo. Mark le dio la oportunidad de hacer algo que siempre deseó hacer, incluso si tenía las mismas dificultades para reconocer emociones.

—¿Qué es lo que tienes? Mi lector arroja 28\/e, pero no entiendo qué es.

—No puedes entenderlo porque el amor se siente, Kunpimook. Si no estás enamorado no puedes sentirlo.

—¿Y eso qué? Aquí dice que puede extraerse. El amor se puede eliminar.

—Yo tomé la decisión de no hacerlo.

—¿Por qué?— preguntó alarmado. —¿Por qué querrías ser imperfecto?

—No siempre es malo. Tú eres perfecto porque alguien necesita cambiar el sistema por otro que permita las pequeñeces como esta. Es la única forma de que lo imperfecto deje de serlo.

El castaño no mencionó nada al respecto. Continuó con su labor de exterminar a los cautivos y sacar información sobre el líder de la oposición. Muy pronto, quizá en unos cuántos años, las instituciones dejarían de existir y los sobrevivientes de las legiones intergalácticas construirían una nueva y mejorada era.

Pero conforme el tiempo avanzaba Mark se volvía más imperfecto y Kunpimook más centrado en el exterminio de los defectos, a tal punto de que ya no podía seguir ignorando el estado avanzado de su compañero y líder.

La fecha tan esperada llegó una noche cuando Kunpimook irrumpió en su habitación. Fue sigiloso y metódico al principio, pero no se apresuró, en su lugar se mantuvo estático sin saber qué hacer a continuación.

—Estás haciendo lo correcto. —le dijo. —No tienes por qué dudar de tus acciones ni sentirte mal después.

—No me siento mal, es sólo que... Me cuesta entenderte. No sé por qué estás enamorado o de qué lo estás, ni por qué prefieres quedarte en ese estado.

—Si te acuestas conmigo esta noche te revelaré unos secretos y también podrás averiguar lo que tanto te intriga.

Y fue justo así como acabaron acostados uno frente al otro, mirándose fijamente mientras Mark bajaba sus barreras mentales para que Kunpimook pudiera ver a través de su mente.

Que él murió en batalla y ahora era un androide.

Que sus recuerdos provinieron de los de Mark.

Que Mark estaba enamorado desde mucho tiempo atrás y que continuaba en ese estado por él.

No supo por qué sentía tanta presión en el pecho, en donde su corazón bombeaba con dificultad, ni por qué de sus ojos salían gotas de agua que le supieron amargas y muy tristes. Besó a Mark como si fuera a convertirse en otro recuerdo que el líder atesoraría y estuvieron juntos por toda la noche. Mark durmió con una sonrisa flaqueante y Kunpimook con muchas emociones aflorando dentro de su cuerpo.

Al amanecer se puso de pie y tomó el arma que había dejado en la mesa, apuntó a Mark y respiró profundo.

—Me alegro de que seas tú. —le dijo a Kunpimook un susurro.

.

.

.

—¿Podrás restaurarlo?

Choi YoungJae, el actual líder de la organización recargaba su peso contra la pared y con las manos en los bolsillos. Miraba curioso cómo Kunpimook colocaba con mucho cuidado el corazón y la mente extraída de Mark en un contenedor de tiempo, cada uno dentro de un jarrón.

Al médico le sorprendió el caso de aquellos dos hombres que fueron sus amigos. Nadie sabía, hasta ahora, que la mente también puede preservarse en cualquier célula del cuerpo, así que cuando Kunpimook alegaba recordar a Mark de otra forma, tan perfecto como siempre fue, realmente eran extractos de los recuerdos que tuvo antes de morir. Mark había usado las células en la sangre del gorro militar que fue devuelto para poder darle a Kunpimook la forma que tuvo, sin embargo, la mente de Kunpimook no se activó hasta la última noche que pasó junto a Mark siendo ya un androide.

De haberle revelado antes que falleció años atrás, él habría recuperado todo al instante y hubiera sido Kunpimook, tan real y verdadero como antes y ahora.

—Claro que puedo. — se jactó con una sonrisa ladina. —Simplemente dime cuándo y lo haré.

—Muy pronto. El sistema está a punto de quebrarse, cuando eso pase entonces podrás traerlo devuelta.

—¿Por qué no ahora?

—En el nuevo sistema las anomalías, las faltas pequeñas y aquello que fue suprimido en las personas ya no será penado. Él y yo seremos perfectos sin importar nuestro defectos.

Con una última mirada al corazón de Mark, Kunpimook cerró el contenedor del tiempo. La proxima vez que fuera abierto sería tras haber conseguido todo lo que siempre quisieron.

.

.

.

Para la fan número uno del MarkBam AncestorMay

No tiene mucha esencia de Halloween, pero lo subí acá porque se me hincharon los huevos, y qué.

Ya los próximos serán más spooky.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro