- Sie, deja de hacer esa cara -puso su mano en su hombro, viendo su cara de circunstancias y el como se mordía una de sus uñas con ahínco aún después de que Kyo ya se había ido por su lado, despidiéndose con la mano en alto mientras caminaba a lo lejos.

(...) no pudo evitar pensar que se veía genial.

Pensaba que Sie sólo se sentía extrañado, aunque lo que era cierto era que se encontraba en un ligero (muy grande la verdad) estado de negación, fuera de todo el tema de ver a (...) acercarse con algo más de confianza a Kyo; estaba el tema de que también era la primera vez que la veía aproximarse por propia iniciativa a un individuo del género opuesto que no fuera él.

Todo este tiempo, desde que la conoció en secundaria, ella siempre fue de tomar distancia con los varones del curso, siendo que incluso con él trató de alejarse, tomando distancia tanto como podía e invirtió mucho esfuerzo en huir de él al mismo tiempo que Kensou trataba de acercarse a ella tanto como podía, era un raro magnetismo, a donde ella iba, iba él, por miedo a que le sucediera algo y por ver que, casi siempre, estaba sola en una esquina; por eso, fue un golpe bastante duro el verla aproximarse a Kyo, a quien temía terriblemente.

- Me siento traicionado, (...)-chan.

- Pero no te he hecho nada.

- ¡Igual! Me siento fuertemente traicionado.

Y ella quería preguntarle por qué se sentía traicionado, al menos desde un punto más específico, pero no le pudo encontrar una respuesta correcta o al menos no desde su punto de vista.

- Sie -haciendo acopio de toda su fuerza interna y tratando de ser totalmente abierta de mente para evitar pensamientos "tontos", tomó su mano, para que la viera y así dejarle aún más en claro las palabras que iba a decirle- Kyo-san es una buena persona.

Y se acabó el mundo, igual que un vidrio al ser golpeado con una piedra.

- ¡Eres terrible, (...)-chan! -y salió corriendo a punto de que le de un ataque.

La pequeña e indefensa (...) de la que tanto había cuidado, le iba en contra por Kyo, como si no tuviera suficiente con tener a Athena también algo atraída a ese pirómano.

Momento, no sería que a (...) también le gustase Kyo, ¿verdad?, ¡qué terrible sería! Su pobre (...) siendo víctima de un amor así de unilateral, con tintes de odio e intento homicida, de solo pensarlo, se le rompía el corazón.

- (...)-chan, ¡tienes que amarte primero a ti misma por sobre otros! -ella estaba confundida, casi rayando a pensar que se había comido algo raro y que estaba alucinando; si bien sabía que él era de ese tipo de expresiones y cambios rápidos, ¿de qué le venía ahora de que debía amarse a sí misma? No le entendía.

Tampoco es que pudiera hacerlo, no como otras personas podían.

- Esta bien, tienes que calmarte -se veía realmente afectado, miró a ambos lados de la calle en donde estaban, no veía bancos o sillas cerca para hacerlo reposar un momento, pensó, y luego llegó a lo único que se le ocurrió, llevarlo a un lugar más calmado sería lo mejor, sin mencionar que los miraban raro.

Qué vergüenza.

Sin decir mucho y tratando de sacar las miradas de la gente lejos de su cabeza abrió el portal oscuro, Kensou seguía teniendo ese debate interno y para cuando sus poderes le alertaron de aquella fuerza peligrosa, (...) ya estaba del otro lado, sosteniendo sus manos y guiando su camino hacia el interior de aquel portal.

- Es difícil respirar las primeras veces -le mencionó a la par que seguía guiándolo, en todo momento mirándolo directo a los ojos porque sabía que ese lugar daba miedo, por unos momentos Kensou miró bajo sus pies, no estaban caminando sobre nada y se veía un gran vacío debajo, sin mencionar que en cada rincón disperso de aquel lugar en penumbras habían entradas a diferentes lugares, una de ellas le llamó la atención en especial, era esa energía, la misma que se sentía en los inicios de los torneos del K.O.F. u estuvo por decirle algo a (...) pero ella ya lo había llevado con seguridad hasta otro extremo que reconocía como la habitación de una chica.

Y en cuanto vio el póster de los Power Rangers toda pregunta se aclaró.

- Este es mi cuarto en casa de mi maestro, perdón, mi padre -sus palabras solo le confirmaron sus sospechas, esta era, sin lugar a dudas, la primera vez que estaba en este "páramo desconocido".

Era su primera vez en el cuarto de una chica.

- Es el póster de tu generación favorito que te regalé esa vez en tu cumpleaños -el hecho de que lo recordase aún después de esos años le sacó una sonrisa sincera.

- Lo aprecio grandemente -lo inspeccionó un poco, desde el color rojizo debajo de su párpado o si su piel tenía turgencia, solo para estar segura, era la primera vez que llevaba a un humano neto en sus portales que no fuera esa chica, asustada de que pudo hacerle daño sin quererlo, pero estaba como siempre, también algo sorprendido por ser toqueteado de la nada.

- Me vas a dar cosquillas -se repente, un sudor frío le recorrió la espalda, esta era la casa de los nuevos padres de (...), no tenía ni idea de quien era la madre pero recordaba bastante bien a Goro Daimon, al igual que recordaba la fuerza de sus golpes, con rapidez miró hacia la puerta y notó que estaba cerrada.

- ¿Todo bien? -se extrañó al verlo tan apurado a abrir la puerta y mirar a ambos lados.

- ¿Dónde están tus padres? -su miedo aumentaba sin su consentimiento.

- Mamá está en la universidad, ella da sus clases, el maestro, ejem, mi padre -aun no se acostumbraba del todo al cambio- se llevó a Kogoro-chi con él hacia un encuentro amistoso con un colega.

- ¿Es así? -se relajó finalmente, aliviado de no haber dado una mala impresión, pero ese alivio volvió a darle vía libre a sus otras cuestiones- (...)-chan -ganó su atención y ella dejó de acomodar su poca decoración de último momento para enfocarse sólo en él- en ese lugar, en tu portal -fue específico, porque quería saberlo, quería estar seguro- al final de todo lo demás, ese lugar emanaba al poder de Orochi -ella retiró su mirada y la dirigió al suelo, a Kensou le dolió el verla así- ¿por qué es así?

Por un momento ella casi se lo dice, pero prefirió callarse, recordando las palabras de Grant para evitar meter la pata, porque sabía que Sie quizás no se había rendido con su loca idea de destruir a Grant, por ende, no quería meter más leña al fuego.

- No lo sé -volvió a mentirle, tratando de sonar convincente lo miró con una gran seriedad y habló calmadamente- sólo sé que no debo ir allí.

Y quería zanjar ese tema en ese momento, razón por la cual, con la excusa de preparar algo para comer, prácticamente salió huyendo de él.

Al menos, no mintió en cuanto al tema de que ella, bajo ninguna razón, debía ir a donde se notaba, a lo lejos, un gran ojo gigante de serpiente, siendo esa, una rápida entrada hacia el sello de Orochi, incluso, el atajo a través de este.