- Aumenta el isoflurano.

Habían muchas personas ahí, demasiadas, y sabía que tras el espejo en esa habitación habían más.

- Preparándose para la primera incisión.

La ligera bata que tenía encima había sido retirada, cada fibra de pelo en su piel se puso en punta de inmediato.

Qué vergüenza.

Tal y como dijeron, sintió algo frío, luego, calor.

- Primera incisión realizada.

- Los tejidos se ven completamente iguales a los de un humano común.

Estaba demasiado asustada, se sentía todo demasiado borroso, demasiado irreal, no sentía nada, apenas un ligero ardor de cuando en cuando.

- Se cortó un vaso, se procede a tomar una muestra de sangre y tejido en la zona -hey, sintió el calor de un líquido.

Qué asco.

Se sentía cada vez más hondo, más confundida.

Entonces se vio a sí misma en el mismo lugar de siempre, en medio de la nada, la antimateria a su alrededor, y las vio, era como ver a dos chicas iguales a ella justo en frente de en donde estaba, una la veía con frialdad y desdén, sus ojos rojos y con el aspecto de un reptil; la otra lloraba y parecía que lo había hecho durante mucho, quizás demasiado tiempo, su aspecto parecía mucho más demacrado y en cuanto la miró se volvió roja de la vergüenza de ser vista, cubriéndose el rostro con sus manos.

Qué asco.

Qué vergüenza.

Así que estás eran las voces cuyo eco siempre retumbaba en su cabeza.

- Se traen ahora los retiradores de músculos, se extrae el primer tendón.

Volvió a sentirlo, un tirón y luego el dolor, la ella que era humana cambió de forma, era Sie, con la misma apariencia de ese día.

Y luego recordó cuando destruyó lo que le quedaba de familia.

¿Me voy a morir?

Pones demasiado alto a la gente que no lo merece.

- Corte separado de la primera sección del metacarpo derecho.

Todos aquellos a quienes pones en tu más alta estima no son más que ilusiones tuyas, todos ellos son humanos, nunca podrán ser lo que tanto quieren.

No entendía sus palabras, entonces, de la nada, la ella que la miraba con ojos rojos cambió de forma.

Aquellos que estimas, ese amor de los humanos, te ha dejado ciega y solo ves lo que ellos quieren dejar ver.

Eran personas que conocía, todas ellas, pero no era como los conocía, ninguno lo era.

Ese no era la valiente Leona, llena de sangre y llorando sin expresión o sonido.

Ese no era su fuerte maestro, derrotado ante una de las seguidoras de Orochi y muerto.

Ese no era Iori Yagami, no ese que mataba a una mujer joven con sus propias manos y a la vez parecía gritar en locura y dolor.

Esos no eran sus superiores, muertos a manos de Leona.

No podían serlo.

Y esto no podía ser real.

Este es su futuro irrefutable.

No podía serlo.

- Se procede a la incisión del saco articular derecho.

No, eso no podía ser, tenía que ser una mentira, claro, esa debía ser su parte de Orochi, trataba de controlarla de nuevo, no iba a dejarlo, no iba a permitirlo, con esperanza miró hacia la ella que era humana, pero esta seguía llorando sin querer darle la cara.

Aquellos que pones en tu corazón, uno te destruyó, el otro, solo se hace ver fuerte porque ya una vez ha caído ante el poder de Orochi y te apuñaló por la espalda.

Sabía de quién hablaba, pero no podía ser.

No podía ser Kyo-san.

El mismo Kyo que ella conocía nunca podría haber caído a la tentación del poder de Orochi, ¿o sí? Se negaba a creerlo, la ella que era humana tomó otra forma, otra vez era Kyo, más joven de cuando lo conoció.

Se espantó al ver el fuego morado, esa mirada desquiciada y el aura a sus espaldas.

- Doctor, hay indicios de apnea, se niega a respirar.

- Estimula sus alveolos con el fármaco de la jeringa número 9 -retiró el líquido del saco articular, su mirada no expresaba nada- no la necesitamos viva, debemos recolectar todo lo que es rescatable para empezar un proceso mucho más certero de clonación.

No.

No. No.

No. No. ¡no, no, no, no! No podía ser.

¿Cuando dejaras de ser tan tonta?

Un escalofrío cruzó su cuerpo y se dio cuenta que esa no era su voz, entonces lo vio, la ella que es parte del Orochi.

La ella que también era parte de él.

¡Grant!

La ella que era humana dejó ir un sollozo desgarrador, abrazándose a sí misma al verla correr sin mirar atrás al hombre que le extendía los brazos con la misma cínica sonrisa de siempre, en cuanto lo tocó y lo envolvió en sus brazos, la ella que era humana desapareció entre un charco de sangre y un grito desgarrador.

- ¡Fallo cardíaco!

¡Estas aquí! ¡estás aquí!

Me haces doler la cabeza.

¡Grant!

Había empezado a llorar de pura alegría, aunque pensaba que ya no podía tener ningún otro sentimiento sincero nacer de ella por su cuenta; se aferró con todas sus fuerzas, con un gran temor de que alguien pudiera arrebatarle ese momento de alegría propia de las manos.

No sé dio cuenta que ese que se presentaba ante ella, no era al que tanto ansiaba; ebria de felicidad, ese era el mejor término cuando le devolvió el abrazo.

Sin darse cuenta que su cabello ya no era marrón, se hacía, gradualmente, cada vez más blanco.

- Presencia de movimiento en el miembro anterior izquierdo, signos estabilizados.

- Sube el nivel de isoflurano a 5.

No se dio cuenta de que este tenía un piel mucho más pálida y fría.

No se dio cuenta de que aquel que la abrazaba la empujaba hacia él.

¡Grant! ¡Grant!

Lloriqueando entre sus brazos, no tenía la menor idea de que estaba siendo absorbida por el cuerpo del más alto, la marca en su frente y pecho marcándose aún más.

No vuelvas a dejarme atrás, no lo hagas nunca más.

Las lágrimas caían y se mezclaban con la sangre, la persona que abrazaba bajó su cabeza, la miró con esos ojos de serpiente y una sonrisa.

[Haz vuelto a mí, aquel que es el de la nada y la materia, mi poder preciado]

Y entonces no sintió nada más al igual que ella había desaparecido de los brazos del mismo, completamente tomada por su cuerpo.

- ¡Shock neurológico!

- Rápido, tomen una muestra del cerebro mientras se mantenga la conexión entre neuronas.

Estaba caliente.

Era demasiado caliente.

Me duele, pero, a la vez, me siento tranquila.

- Muerte cerebral, confirmada.

-Marca la hora como la hora de muerte oficial, llama al equipo de recolección.

Uno de los asistentes de la operación tuvo que quedarse a limpiar y transportar, mirando al cadáver de la joven, menor que él, quizás por sus veintes, el brazo derecho había sido removido para la investigación, el hematoma de rara forma circular, parecida a un círculo lleno de lineas que parecía ser algún tipo de espectro.

Como si no tuvieran bastante con los monstruos que ya caminaban por ahí.

Me duele.

[Regresar siempre duele]

- ¿Qué? -por un mísero momento, creyó ver la pierna moverse de nuevo.

Me estoy quemando.

Ya no se sentía como ella, sentía que era alguien más; se sentía invadida, se sentía parte de algo.

[Pequeña serpiente marrón]

Ante sus palabras, se vio de esa manera.

Como una pequeña serpiente marrón, de ojos redondos y negros, mirando fijamente al hombre en frente de ella sin sentir el mínimo peligro al verlo acercar su mano hacia ella, en cuanto la tocó, el hombre se convirtió en una gran serpiente blanca, una serpiente de seis cabezas, una que no dudó en devorar a la más pequeña en apenas unos segundos con cada de una de sus bocas, desgarrando su carne para que cada una tuviera su parte.

[Voy a darte tus colmillos y tu veneno]

Sus cuerpos estaban juntos, cuando se dio cuenta, ya no era la "ella" que era antes, ahora eran "ellos", del largo cuerpo de la serpiente se mostró dolor, entonces, una nueva cabeza nacía, al principio de color marrón.

- ¡Doctor! El sujeto presenta pulso de nuevo.

La nueva cabeza chillaba, se movía de un lugar a otro, sus escamas cada vez más blancas, la palabra china que significaba "rey" en su frente poco a poco se borraba.

Me duele.

De la nueva cabeza, dos largos colmillos se abrieron paso a través de su carne, moldeando todo de nuevo, el poder desconocido quemó cada parte de su cuerpo.

- ¡! -el hombre no tuvo tiempo de hablar cuando el cadáver se levantó y lo agarró del cuello con su última mano; sus ojos rojos, el cabello blanco y la marca sobre su pecho eran ahora mucho más visibles, contrastando con la sangre que quedaba conforme más personas se cruzaban en su camino, todos murieron ante su paso.

Entonces llegó a su verdadero destino, usando el portal oscuro llegó al otro lado, tomó la muestra de sangre, mirándola con ojos vacíos, propios de un muerto, ya no caía sangre por la abertura del brazo faltante.

Porque los muestos no sangran.

- Nuestro señor -dos voces se escucharon a su espalda, apenas si movió un poco la cabeza para observarlas por sobre el hombro.

Vice y Mature estaban sobre sus rodillas, mirando al cuerpo mutilado con gran respeto.

- Deje ir ese cuerpo muerto, no sirve de nada ahora.

- Ha recuperado el poder de la nada y la materia, ahora puede ser libre.

- No obstante, usar a Iori Yagami será mucho más beneficioso, se evitará el que usted sea... -ambas callaron al escuchar el vidrio del tubo de muestras ser aplastado en la palma del cuerpo, clavando los pedazos afilados que traspasaron la misma mano.

La carne ajena no puede sentir nada, la carne muerta no debe sentir dolor, aún así, parece que quiere llorar.

- Humanos inmundos -la rubia está cerrando con fuerza su boca, sus dientes casi rechinan de la rabia- ¿quién les dio el valor de tratar de tomar más de la madre de la vida?

- Nosotros les enseñaremos -ambas desaparecieron en cuanto notaron que el cuerpo caía, sin ningún ápice de vida, el choque de la carne contra el suelo resuena- ¿qué importancia podría tener un cuerpo que solo es humano?

La marca en su pecho había desaparecido totalmente cuando los soldados de NESTS se presentaron en la zona.

Porque solo había sido una carcasa.