Capítulo catorce

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Anocheció.

Blue, White y Lorelei cenaban tranquilamente en su hogar, protegidas claro de los cazadores y otros peligros que la noche siempre albergaba. Las jóvenes brujas terminaron de cenar a paso veloz: cualquiera diría que estaban compitiendo. Luego de esto, ambas observaron a su maestra, quien se encontraba mirando un punto vacío de la habitación, sin siquiera haber dado el primer bocado a su comida. No fue hasta que la de cabello ondulado movió su mano en frente de la pelirroja que esta reaccionó.

— ¿Maestra? —Preguntó Blue.

—... ¿Qué? — Dijo Lorelei un poco desorientada — chicas... ¿pasa algo?

— ¿Se encuentra bien? — dijo esta vez White.

— Yo... sí, ¿Por qué la pregunta?

— Se ve un poco... pensativa.

— Será porque tengo muchas cosas que hacer ¿no creen? — Las dos jóvenes parecían sorprendidas por el tono cortante y a la vez inconformes con la respuesta— mi clase es muy difícil de controlar a veces y esos chicos me tienen demasiado cansada. Por eso es que estoy así y nada más —mostró su mejor sonrisa y a ellas no les quedó más que aceptar— bueno, ¿Por qué no van a practicar sus hechizos y de ahí a dormir? ya mañana les esperará una nueva clase que sé les va a gustar.

— ¡Claro! — Afirmó White sonriente mientras subía las escaleras— ¡Ya era hora de aprender nuevos hechizos! —fue a su habitación y se encerró, seguramente para practicar hasta caer dormida.

— Pues yo también me voy ya, maestra —indicó Blue— esperaré ansiosa esa nueva clase.

— Recuerda que estás castigada —la castaña se quedó en pie dudando, pensaba que eso solo fue por decir en aquella discusión pasada— que hayas salido con White solo fue para que se conozcan mejor, pero ahora va en serio —dicho eso empezó a comer lentamente.

— Entendido... pero igual no pensaba salir. —dijo y subió también.

Ya arriba lo primero que hizo fue lanzarse a su cama. Estaba nerviosa por lo que volvería a hacer. Escarparse para saber de una vez aquella verdad. Sintió la preocupación de Blastoise y le pidió queq se calmara ya que ella le prometió que volverían, eso era seguro...aunque...

— Aunque si es un cazador es muy probable que me ataque y.... me mate... —la idea de no ir se le cruzó por la mente— ¡no es un cazador, he dicho! Él es muy bueno conmigo... fue mi primer amigo en ese instituto y no lo creo capaz de... Yellow me apoyaría ¿cierto? Ella pensaría igual que yo, que él no es un cazador. —"Red mató a Yellow" volvió a cruzarse por su mente como ya acostumbraba desde hace ya algún tiempo— Hoy sabré la verdad...hoy se lo preguntaré... eso ya está decidido.

Lorelei seguía en la mesa pensativa. Aún la conversación con Agatha seguía en su mente y, aunque quisiera, no podía dejar de pensar en ello.

Ella guardaba sus últimas cosas en su bolso. Esos chicos de su aula eran muy insoportables a menudo, pero ella debía mantener la calma y tratarlos con paciencia aunque deseaba a veces congelarlos con algunos de sus hechizos hielo.

— ¿Puedo pasar?

— Si no le molesta que me retire en unos minutos, Agatha.

La mujer de avanzada edad caminó con tranquilidad hasta ponerse en frente de la pelirroja. Lorelei sintió un escalofrío al verla, sabía que aquello que pensaba decirle tendría relación con Yellow y el cazador a quien fue incapaz de matar.

— Nunca me dijiste si mataste al asesino de tu alumna.

— ¿Eso importa?

— Mucho; "cazador encontrado, cazador asesinado" ¿Recuerdas?

— Sí.

— ¿Entonces lo mataste?

— No

— ¿No?

— No, no pude... porque... —¿Cómo explicarle que el amigo de Yellow y Blue, el mismo al que le advirtieron a la castaña de que pudiera ser un cazador, es el asesino?— Escapó cuando intentaba curar a Yellow.

— Pero al menos viste su rostro ¿Es de aquí? —Pregunta la mayor de las dos.

— Estaba curando a Yellow, no podía dejarla así y no, no me dio tiempo de verle el rostro.

— Ese cazador debió morir, ¡todos y cada uno de ellos deben morir! —Lorelei observó sorprendida la furia que ahora se reflejaba en los ojos de Agatha— Espero no estés mintiendo, Lorelei, aun si eres una excelente bruja, las entidades superiores no perdonarían que protegieses a un cazador. Además, podría ser que el cazador ataque otra vez y otra persona cercana a ti sufra. —dicho eso, se retiró.

— Cerca de mí... pudiera ser... ¿Blue? —Murmuró antes de caer dormida por el cansancio en aquella fría mesa.

Eran alrededor de la una de la mañana cuando Blue miró desde el segundo piso hacia la sala para divisar a Lorelei y ejecutar su plan para salir de casa. Vio a su Maestra dormida y le partía el corazón notarla tan cansada, menos alegre. Aunque las dos no hablaron mucho del tema, la muerte de Yellow las había dañado y quizá llevaría mucho tiempo el salir de ese mar de tristeza. Regresó a su habitación y trajo consigo una manta azul que le puso encima a Lorelei. Sonrió y se fue, prometiéndole a la pelirroja mentalmente volver lo más pronto posible. Volvió a subir a su habitación, abrió la ventana e invocó un hechizo que formaba una especie de tobogán de agua de donde se tiró y cayó sin daño alguno. Caminó hacia el instituto. A cada paso que daba el miedo empezaba a aparecer en ella haciéndole agarrar su collar hasta que su mano comenzase a dolerle. No podía dar marcha atrás. Sin darse cuenta, llegó al instituto, en donde, como la anterior ocasión, tenía la puerta abierta.

— Hace falta un guardia aquí —murmuró con una ligera sonrisa.

White estaba alegre aquella noche. Al fin había aprendido un hechizo que encontró por casualidad en uno de los libros. Salió de su habitación a contarle todo a Blue, esperando que ella también se alegrara por la noticia.

— ¡Blue! ¡Créeme cuando te digo que...! — Vio la puerta de la habitación de la castaña semiabierta y decidió entrar a averiguar— ¿Blue? —Revisó todo el hogar hasta darse cuenta de que la joven bruja no se encontraba— ¿Dónde estás? —Llegó donde Lorelei, viendo la manta azul con el nombre de la castaña. La dejó así y salió también, rogando por encontrarla.— Me pagarás por salir a buscarte.

Blue estaba frente a aquel lugar. Dudó en entrar al instituto. "¿Ya estará ahí?" pensaba y, cuando se disponía a entrar, escuchó un ruido, alarmándose por ello. Miró a todo lugar hasta darse cuenta de que se trataba de una rama que se había caído de un árbol.

— Solo es una ramita... nada malo te va a pasar... aunque puede que un Pokémon fantasma te ataque o un mismísimo cazador lo haga... nada te va a pasar... Blasty, protégeme por favor —repetía una y otra vez hasta al fin entrar en el lugar.

White buscó en callejones, tiendas que aún estaban abiertas, parques... pero ni ratros de la especialista en tipo Agua. Se encontraba agotada; sin embargo, no se dio por vencida y continuó recorriendo la parte de la ciudad que sus piernas le permitían. Quizá su relación con Blue no había empezado bien, pero ya la consideraba una amiga en esta ciudad tan nueva para ella y no pensaba perderla.

— No creo que la encuentres por aquí, bruja.

Se sorprendió al escuchar la voz de Black. Apenas y ambos lograron estar frente al otro invocaron a su Emboar y Sawsbuck respectivamente. Esta dudaba en atacar, no estaba para problemas a esas horas de la noche.

— ¿Puedes dejar de perseguirme por favor?

— Lo siento, te perseguiré hasta matarte de una forma tan dolorosa como lo hiciste con mis amigos. —acto seguido su Pokémon soltó de su boca un fuerte Lanzallamas que Sawsbuck y White pudieron esquivar.

— No quiero pelear, solo busco a mi amiga. —Esta vez Black ordenó a ese jabalí gigante usar Derribo— ¡Swasbuck! —Sin decir nada más, el ciervo desapareció de sus vistas al usar Camuflaje— ¡Por favor detén esto!

— ¡Bien! Si quieres te lo digo, pero has que tu ciervo ese reaparezca.

Otra cosa que sorprendió a la de cabello ondulado. ¿Acaso él sabía la ubicación de Blue?

— ¿Cómo creerte? —Cuestionó ella.

— Porque conozco a Red, y según recuerdo le dijo al tal Green algo que te servirá de información sobre el paradero de tu amiga.

— ¿Red? ¿Qué tiene que ver él en todo esto? —Pensó y dijo— de acuerdo, por única vez confiaré en tu palabra. Swasbuck, ya sabes que hacer —el Pokémon apareció— ¿Y bien?

— Ahora deja de invocarlo y acércate.

— ¡Ni loca!

— Pobre de tu amiga entonces.

— Yo... está bien. —se acercó a Black dándose cuenta de que él también había hecho desaparecer a su Emboar.— ¿Y?

— Instituto. Se encontrarían exactamente en estos instantes.

Antes de que White asimilara todo, Black hizo aparecer unos cuchillos, hiriéndola en el brazo y apareciendo en la extremidad manchas rojas. Ella quiso escapar, pero él la retuvo, dispuesto a matarla.

— Es tu fin.

— No lo creo.

La bruja dijo un hechizo en idioma desconocido, el mismo que había aprendido esa misma noche. Black empezó a tener demasiado sueño pero, al mismo tiempo, se sintió paralizado.

— ¿¡Qué... qué has...!?

— Hechizo de paralización y somnífero... no son nada del otro mundo pero valió la pena aprenderlos —y así, la ojiazul se fue con el dolor de su brazo  mientras recitaba el hechizo de curación hacia el instituto en busca de la bruja de agua.

Blue se paró en la entrada de su clase de todos los días. Red ya se encontraba ahí, sentado en el asiento donde muchas veces ella lo observaba desde atrás. Ahora el azabache parecía perdido en sus memorias, ni de lejos se asemejaba al alegre y carismático Red que hacía que el corazón de la ojiazul se llenara de un cálido calor. Cuando ella dio un paso adelante, Red la observó con los rubíes que tenía por ojos. Ella, presa del miedo y la curiosidad, dio un paso atrás.

— Descuida — dijo él — No pienso hacerte daño.

— Ya estoy aquí — reafirmó Blue para sí —¿Qué querías decirme?

— Es... sobre Yellow.

— Creí que me entendías al decirte que no quiero hablar de ella.

— Es muy importante, Blue. Por favor... ¿Cómo murió? —La castaña permaneció callada, no soportaría decirle lo de las brujas y que él le revelara que era un cazador.— Muy bien, entonces tengo algo que decirte para ver si eso te ayuda en algo —ella sintió curiosidad a pesar de estar cien por ciento segura de saber lo que el azabache planeaba decirle— Desde hace tiempo que existen dos clases diferentes de humanos... y bueno, como explicarlo, yo soy de uno de ellos...

— ¿A qué te refieres? —Preguntó, obviando lo inevitable.

— La primera clase son seres despiadados y crueles, que gustan de hacer hechizos, ellas son las brujas y la segunda clase... son los que estamos destinados a erradicarlas... Blue, yo soy un... un cazador, cazador de brujas para ser exactos.

Un silencio sepulcral invadió esa sala. Ya estaba, todo claro: Red sí era un cazador, Red cazaba brujas, Red pudo matar a la amiga de White, Red pudo matar a...

Antes de que Blue intentara siquiera decir algo, Gengar, Banette y demás Pokémon fantasma invadieron el aula.

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