Capítulo cinco

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La noche había llegado al instituto. Los pasillos solitarios y el silencio que invadía el lugar eran aterradores. De repente, un fuerte viento comenzó a sacudir las ramas de los árboles que habían en todo el lugar para que a través de las ventanas del salón donde Blue recibía clases, pasara una sombra a increíble velocidad, siendo esta perseguida por otra.

De entre cada salón se podían apreciar sombras que iban de un lado a otro, mientras en el interior de las instalaciones comenzaron a escucharse pasos que alejaron por completo el lúgubre silencio. Un joven quien llevaba el uniforme de ese lugar, caminaba sigilosamente mientras observaba cada salón de forma muy detenida.

— Debe de haber algún motivo por el cual esté infestado de invocaciones fantasmas —pensaba de forma serena aquel sujeto de ojos rojizos.

Se sobresaltó al escuchar un fuerte golpe que terminó quebrando uno de los vidrios de aquel amplio lugar. El misterioso sujeto corrió al lugar del cual provenía el sonido. Al llegar, notó que no había rastro de nada, así que simplemente suspiró y dijo en voz baja:

— Por eso no me gusta que me acompañe.

A las afueras del instituto, se podía apreciar otra sombra que se movía a increíble velocidad, era como si estuviese siguiendo a alguien, y así era. En el cielo se apreciaban dos siluetas que no dejaban de luchar. Una tenía la apariencia de una gran ave, mientras el segundo parecía tener la apariencia de un “ser muy extraño” y difícil de explicar.

— Ese Gengar es muy escurridizo —habló aquel sujeto que poseía un cabello castaño y mirada seria— Vamos Pidgeot, no creo que se te sea complicado vencerlo —se dirigió en esta ocasión a la gran ave.

El ave golpeó fuertemente a la criatura que respondía al nombre de Gengar con sus grandes alas. La extraña sombra recibió de lleno el ataque pero rápidamente contrarrestó lanzando muchas bolas de energía oscura, ataques que esquivaba de forma increíble aquella ave.

Nuevamente en el interior del lugar aquel chico observaba los trozos de vidrio que estaban esparcidos en el piso, haciendo que no se diera cuenta que muchas sombras se comenzaban a alzar del suelo. Un ser gaseoso con aterradora sonrisa y sombrías manos estaba a punto de atacarlo, pero él muy ágilmente y aun dándole la espalda, pudo esquivar el ataque.

— Bueno, creo que la idea de atacar sigilosamente se acaba de ir —sonrió con una gran confianza— a las sombras se les aleja con algo de luz.

Palabras confusas para esos seres de distintas apariencias, aunque luego tuvieron mucho sentido ya que frente al chico se formó un gran brillo mientras una especie de “rata amarilla” aparecía frente a él como por arte de magia. Las mejillas del ratón comenzaron a generar ligeras descargas eléctricas para que luego se lanzara al ataque.

Pidgeot cayó al suelo muy debilitado, ya que su oponente tenía talla de ser alguien muy fuerte. El compañero del ave gruñó ligeramente para luego hacer que esta se desvaneciera.

— Creo que por no salir muy seguido a cazar es que me comienzo a oxidar —se recriminó mientras comenzaba a masajearse el cuerpo— ¡Oye! ¡Baja aquí! —Le gritó a la criatura que aun seguía levitando— sabemos muy bien que en estas instalaciones hay una bruja y ustedes son la prueba misma de ello. Así que dime donde se esconde y no tendré porque aniquilarte.

Esa forma de hablar, más la sonrisa burlona, fueron más que suficiente para que el fantasma se dirigiera con gran furia hacía donde estaba aquel sujeto. La criatura lanzó una bola de energía oscura, seguido de otra y otra más; pero para su sorpresa, aquel sujeto esquivaba los ataques de forma muy sencilla mientras poco a poco se acercaba hacia donde este se encontraba.
Gengar, así como se hacía llamar aquel fantasma quedó hasta en shock al sentir como un “humano” estaba ya frente a él mientras juntaba sus dos manos y las dejaba caer como si fuesen un martillo sobre su cabeza. El fantasma se tambaleó y quedó muy adolorido y lleno de dudas. Él sabía que ningún humano podía tocarlo, si prácticamente era un ser intangible, pero ese sujeto lo había podido golpear como si nada.

— Es cierto que ustedes son más fuertes que cualquier humano —comenzó a hablar el sujeto que poseía cabello de color castaño mientras le daba un segundo golpe el pleno rostro a aquel fantasma— pero nosotros los cazadores, tenemos nuestros métodos para poder luchar de igual a igual contra ustedes, sino fuese así… créeme que las brujas desde hace mucho tiempo que nos hubiesen aniquilado —con aquella confesión, el de ojos esmeraldas le dio otro potente golpe al fantasma derribándolo completamente.

Desde afuera de las instalaciones se veían muchos destellos y ruido como si estuviesen combatiendo en el lugar, y así era. El extraño ratón de cola similar a un rayo atacaba a diestra y siniestra a todos los fantasmas que aparecían, era como si no le importara que lo superaran en número. El chico de ojos rojizos y cabello azabache solo analizaba la situación, sin darse cuenta que un fantasma aparecía detrás de él.

— Muy mala decisión Dusknoir —esas fueron las últimas palabras que el fantasma pudo escuchar ya que sintió como una hoja muy fría atravesaba su cuerpo y lo hacía desvanecerse en las sombras.

El extraño sujeto había hecho aparecer una especie de espada y todos los fantasmas al presenciar lo que le había ocurrido a su compañero, no tuvieron de otra más que huir de ese lugar.

— No es muy de mi agrado usar armas —balbuceó mientras aquella espada se desvanecía— me gusta más que “Pikachu” se haga cargo de esto.

— ¡Oye Red! —Gritó alguien desde las afueras del lugar.

El susodicho se sorprendió un poco y asomó su cabeza por aquella ventana que carecía ya de un vidrio.

— ¿Ya diste con el escondite de esa bruja? —Preguntó el de cabello castaño y ojos verdes.

— Lastimosamente solo encontré a más fantasmas ¿y tú tuviste mejor suerte Green? —Le respondió a su compañero.

— El Gengar prefirió desaparecer antes de delatar a su jefa. Estos fantasmas son fuertes y me comienza a cansar esto de andar buscando a una aguja en un pajar.

— ¿Qué sugieres que hagamos ahora?

— Ya se desvaneció el rastro de magia que había aquí, eso significa que los fantasmas se han retirado… hay que ir a casa y descansar un poco.

— Una cosa más —agregó Red antes de que su compañero se fuera.

— ¿Qué sucede?

— Ten más cuidado cuando luches contra algún Pokémon, por tu culpa es que esta ventana ya perdió el vidrio.

Green solo hizo una ligera mueca de disgusto para luego seguir su camino. Red sonrió con nerviosismo y decidió hacer que su extraño animal se desvaneciera. El de ojos rojizos se lanzó por la ventana para así poder darle alcance a su compañero.

A lo lejos, una sombra miraba con una extraña alegría a los dos seres irse.

— Así que mis sospechas eran correctas… en el instituto hay cazadores —habló una misteriosa voz mientras muchos fantasmas rodeaban a esa persona y se les veía muy apenados— no se preocupen, ustedes no tenían posibilidad contra cazadores de ese nivel… ahora que he confirmado mi teoría, solo falta saber la identidad de esos sujetos y así acabar yo misma con ellos.

La mañana había llegado y la alarma de cierta castaña comenzó a sonar. Blue se levantó muy somnolienta mientras soltaba un muy largo bostezo. Una mañana de preparativos muy cotidiana para ella, la misma caminata y se podría decir que todo había sido lo mismo, salvo al momento en que llegó al instituto.

Todos los alumnos comentaban sobre alguien que había entrado al lugar a robar. El vidrio de una ventana quebrado completamente, algunas partes de los muros estaban como “quemados”, mientras afuera del lugar se veían troncos de árboles daños y más. Estos hechos de cierta forma asustaron a Blue mientras Yellow solo veía y escuchaba atentamente todo lo que sucedía a su alrededor.

Lorelei por su lado, fue a hablar con Agatha quien parecía disfrutar de una taza de café. Aun con todo el alboroto, las clases se dieron con normalidad. Blue estaba observando por la ventana, sin prestarle atención a lo que el profesor estaba explicando.
— Estoy segura que todo ese desorden lo ocasionaron unos cazadores —la chica comenzó a observar a todos sus compañeros— eso significa que la señora Agatha tenía razón… aquí deben de haber algunos que están infiltrados... ¿pero quiénes pueden serlo? —Su mirada se detuvo en aquel azabache quien por alguna razón no dejaba de bostezar— se ve que está muy aburrido —comenzó a reírse levemente de su compañero— aunque, me gustaría estar en estos momentos detrás de él y estarlo molestando, mientras le golpeo ligeramente la espalda para que así deje de bostezar.

Por alguna razón, Red sintió como aquellos hermosos zafiros lo analizaban, así que dirigió rápidamente su mirada hacía Blue. Ambos se veían detenidamente, ninguno hacía algún movimiento. Hasta que a los segundos, la castaña reaccionó y por alguna razón sus mejillas se tornaron de un color rojizo mientras evadía rápidamente la mirada del azabache y comenzaba a ponerse muy nerviosa.

— ¡Diablos! ¿Por qué me acabo de sentir así? —pensó mientras sus piernas temblaban y mantenía la cabeza baja.

Red por su lado solo se limitó a sonreír al haber visto aquella reacción.

En primer lugar, disculpen la demora! He tenido una semana a full: exposiciones, trabajos, vida amorosa que se desmorona cada vez más (?) Y hoy, mi cumpleaños, me dijo "Ya tienes tiempo libre, es hora de publicar!" Porque mañana debo estudiar para mí semana de exámenes finales xD
Espero que les haya gustado el capítulo, votar y comentar se agradecen muchísimo :3

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