Capítulo doce

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Se encontraba en un lugar totalmente dominado por la oscuridad. A pesar de ello, no sentía temor e inseguridad por el mundo que ahora la rodeaba. Caminó y caminó sin rumbo fijo, gritando por si alguien se encontraba para ayudarla. Intentó también usar sus hechizos. Todos fallaron. Claro, ¿Cómo generar luz si sus hechizos son del tipo agua? Eso es para las brujas de electricidad...

— Pero ella nunca volverá a estar conmigo.

Después de esas palabras pudo notar una fuerte luz aparecer algunos metros más adelante. Llegó rápido hacia la luz. Jadeando del agotamiento y con mucho asombro, vio a su amiga de la infancia sonriéndole.

— ¿Yellow? ¿Cómo es posible…? —La rubia le devolvió la sonrisa y, sin decir nada más, se alejó directo a la brillante luz detrás de ella, para posteriormente desaparecer. — ¡No te vayas!, Yellow, ¡Espera!

Quiso seguirla pero a cada paso que daba la de ojos ámbar parecía que se alejaba más y más en aquel oscuro lugar. No encontraba un modo de acercarse más, pero tenía que haberlo ¿Cierto? No quería darse por vencida. Si es que aún tenía una posibilidad de volver a hablar con ella, abrazarla, decirle lo mucho que la quería... Si aún tenía una última oportunidad para todo eso, la aprovecharía al máximo.

— ¡No me dejes!

— ¿Huh?—Murmuró una voz— ¿Quién quieres que no te deje?

Abrió los ojos de golpe y notó a White mirándola con extrañeza; se dio cuenta también que estaba en su cama, su habitación.

Aquello solo había sido un sueño, un sueño muy confuso pero que al mismo tiempo, sentía que no sería el último.

¿Se lo decía a la bruja del tipo planta? Probablemente se reiría y diría algo como “Es solo un sueño, aparte de que la extrañas”. La mejor opción entonces fue no contarle nada, al menos, por ahora.

— No lo sé. Ni recuerdo por qué dije eso —dijo la castaña para levantarse y quedar sentada en su cama. — ¿Cuánto dormí?

— Después de contarte la historia decidiste tomar una siesta y, bueno, dormiste alrededor de una hora.

— Ya veo… —miró a la ventana, pudiendo notar que ya eran por lo menos las 6 de la tarde— Ojalá Red se encuentre bien…

— Humn... ¿Es tu pareja?

Quizá fuera producto de recién haber despertado, pues Blue no pareció comprender al instante aquella pregunta.

— ¿Pareja?... ¿A qué te refieres con…? —No tardó mucho en darse cuenta sobre a qué se refería la pregunta para que luego sus mejillas se tornaran de un color rojizo— ¡Cómo crees! Él y yo… él y yo solo somos… muy buenos… muy buenos amigos…

Por otra parte, Red caminaba por las calles de la ciudad en la que el desfile ya había terminado. Seguía lastimado y aun maldecía al ojiverde por haberle hecho salir, aunque y cuando lo negara, le agradecía eso ya que si no hubiese sido por él, Blue y su acompañante hubieran corrido grave peligro.

Pensaba regresar a casa cuando pasó por el hogar de su amiga. ¿Estará bien? Se preguntó y no dudó en dirigirse a la entrada principal y tocar para que le abrieran y confirmaran sus pensamientos.

— ¿Quién puede ser? —Se dijo Blue mientras ordenaba las prendas compradas en su armario.

— No lo sé, pero hay que averiguarlo.

El chico tocó por segunda vez, feliz de que alguien le abriera la puerta. Lorelei le vio inexpresiva para darse cuenta al instante de quien se trataba.

El asesino de Yellow.

— Buenas… noches. Soy Red y… ¿no la conozco? —Preguntó el azabache.

— No lo creo —dijo la mujer— ¿Qué se te ofrece?

— Quisiera saber si Blue se encontraba aquí.

La pelirroja optó por decirle que no. Deseaba tanto haberlo matado la vez que pudo, pero Yellow se lo había impedido. Sin embargo Yellow no estaba ahora. Su mano derecha, que tenía escondida detrás de la puerta, comenzó a rodearse de hielo hasta que se vio interrumpida con la llegada de White, quien apareció en ese momento. Blue iba tras de ella y, al ver al azabache, corrió hacia él.

— ¡Red! —De un brinco se abalanzó hacia el chico, contenta por verlo sano y salvo, aunque pudo notar algunas heridas que tenía.

— Y de ahí me dices que no tienen nada… —murmuró la segunda castaña para después reír divertida con aquella escena.

— Blue… ¿me podrías soltar…? Por favor… me estás ahogando…—La ojiazul lo abrazaba tan fuerte que el pobre muchacho no podía siquiera respirar sin dificultad.

— Oh… lo siento je, je. —Dijo Blue, sonrojándose un poco.

Lorelei no entendía que le veía su alumna a ese chico. Empero, no quería lastimarla: Blue tenía suficiente con la muerte de Yellow ahora como para darle otro golpe que podría sumergida en una tristeza interminable.

Blue lo invitó a pasar a su hogar para ver si esas heridas se podían curar no sin antes pedirle permiso a Lorelei, quién aceptó sin mucha emoción y con tranquilidad; la casa y los collares hacían que ese cazador no se enterara de quienes eran ellas.

— ¿Tiene algo en contra de ese chico, maestra Lorelei? —Dijo la joven White, cosa que tomó por sorpresa a la de lentes.

— ¿Por qué lo preguntas, White?

— Lo digo por tu expresión. No pareces querer ver a Red ni en pintura ¿Piensas que puede ser un peligro? ¿Un cazador?

— ¿Por qué mejor no vas con ellos dentro y ayudas a Blue con ese chico?

— Si usted lo dice… — comenzó a caminar en dirección a la sala, no sin antes voltear a ver a su maestra — Descuide, por muy amigo que sea de Blue yo lo estaré vigilando por si algo sospechoso hace.

Al llegar con Red y Blue, está le pidió a White que buscara el botiquín. Mientras tanto, ella le ofreció un vaso de agua a Red y se pusieron a conversar.

— Que suerte que ese chico no te haya hecho nada, no sabes lo preocupada que estuve cuando te dejamos ahí —comenta la ojiazul sonriéndole al de ojos rojizos.

— Bueno, eh… gracias por preocuparte por mí. —dijo Red un poco nervioso ¿por qué? No lo sabía. — A propósito, si aquí vives tú, ¿Dónde está Yellow?

La sonrisa que la castaña tenía en esos momentos se desvaneció por completa al escuchar que el chico mencionara a su amiga. Se paró de su asiento y caminó unos pasos lejos de él. Al voltearse para verlo, el chico pudo notar que una lágrima quería salir de uno de los azules ojos de ella, y antes de que pudiera acercársele, la joven bruja murmuró:

— Yellow está muerta.

Otra vez la consciencia del cazador le hizo recordar a la bruja de los días anteriores… ¿Sería posible…? La voz de Yellow se le parecía mucho pero… pero no. Imposible, porque si ella hubiera sido una bruja entonces Blue...

Red estaba muy confundido ¿Cuál era la verdad?

— Blue  — le devolvió el vaso mientras se paraba —Yo… Me tengo que ir.

— Oh, pero el botiquín…

— Estaré bien. —dijo y se fue.

Blue se quedó de pie. Extrañada por su reacción.

— A de ser que la noticia le afectó mucho — dijo para sí misma frotándose sus ojos para que ninguna lágrima saliera a recordar a la rubia. — Ya hablaremos mejor mañana en el instituto.

— ¡Llegué con las medicinas! Momento… ¿Y el chico?

— Se marchó, creo que no debí contarle lo de Yellow.

White tiró el botiquín y abrazó a Blue, sabía que esa herida ocasionada por la muerte de su amiga no sanaría tan fácil pero haría lo imposible por ayudarla a superarlo.

— Recuerda que aún tenemos en mente eso de vengarnos del cazador. —Blue asintió y las dos continuaron abrazadas.

Black despertó de a pocos y lo primero que vio fue a un chico de cabellera castaña y ojos verdes observándolo en aquel callejón. No le importaba que lo observara, con tal de que ese joven se marchara lo más pronto posible.

— ¿Qué hace un chico como tú tirado en un callejón? —Preguntó el otro joven — Mira que va a empezar a llover, deberías buscar refugio, cazador.

Black se levantó rápidamente mientras se ponía en posición de ataque  e invocaba a Emboar al ver que ese chico sabía quién era él.

— ¿Cómo sabes quién soy?

— Creo que es fácil saberlo cuando entre sueños nombraste las palabras “brujas”, “cazadores” y “Pokémon” ¿Qué otra persona común y corriente las diría?

— ¿Tú también sabes de esto? Significa que eres un cazador también.

— Exacto —dijo el chico— Por cierto, me llamo Green. ¿Tú eres…?

— Black.

— Bien, Black. Creo que estoy en lo correcto al decir que no tienes donde quedarte ¿no es así? —Él asintió — Por ser ambos cazadores creo que debería ofrecerte, al menos por esta noche, mi casa, ¿Qué dices al respecto?

— Que acepto.

— De seguro a mi compañero le agradarás.

Los dos emprendieron el viaje hacia el hogar de Green. No se percataron que un Haunter los observaba entre la oscuridad.

El Pokémon fantasma se alejó de ese sitio y siguió su rumbo hacia el instituto de la ciudad, donde una dama de mayor edad lo esperaba con uno que otra criatura fantasma con ella.

— Sabía que esa chica haría que el cazador que me faltaba eliminar allá, apareciera —dijo ella— Oh, ¿Y dices también que el chico que estaba con él es el mismo que estuvo esa noche en el instituto cuando se rompió la ventana? Interesante información, muy pronto todos esos cazadores serán eliminados y nosotras, las brujas, seremos las dominantes aquí —sonrió, dispuesta a lo que planeaba hacer.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro