Capítulo once

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Un joven de cabello castaño, playera gris, pantalón negro y zapatos deportivos de color rojo, caminaba por las calles de una ciudad mientras parecía escuchar música en su reproductor. De pronto dirigió su mirada hacia el cielo mientras murmuraba una y otra vez:

— Sé que estás aquí.

El fin de semana había llegado y Blue había decidido ir al centro comercial de la ciudad para despejar su mente, aunque jamás se esperó que su tutora le diera tal permiso luego de los últimos acontecimientos, sin embargo, luego de saber que su nueva compañera debía estar a su lado por órdenes de la pelirroja en todo momento no fue de su agrado. La joven de largo cabello castaño caminaba a unos cinco pasos delante de la segunda castaña, mientras que esta no dejaba de contemplar todo lo que la ciudad le ofrecía.

— ¿Cuántos hechizos conoces? —Se animó a preguntar.

— Ese tipo de conversación no se puede llevar en un lugar tan amplio como este —respondió la ojiazul quien no dejaba de caminar— ¿Qué pasaría si alguien nos escucha?

— Simplemente pensaría que estamos locas —agregó su acompañante mientras aligeraba el paso para ir a la par de Blue.

Llegaron al lugar y decidieron ir a todos los locales posibles, sin saber que en esa misma zona se encontraba aquel misterioso castaño. Una mirada muy serena y una expresión que delataba seriedad pura. Desde la tercera planta del centro comercial apreciaba y veía a todas las personas, parecían pequeñas hormigas al andar de un lado a otro. De pronto pudo divisar a las castañas quienes a simple vista parecían ser hermanas. Por alguna razón, el joven alzó una ceja al ver a esas chicas.

— Jamás olvidaría tu rostro… bruja.

Primero observando ropa, luego zapatos y de todo un poco estaban apreciando las hermosas jovencitas, sin darse cuenta que alguien las observaba a una distancia bastante considerable. De cierta forma, White se sentía a gusto al darse cuenta que su relación con Blue había mejorado mucho a diferencia del primer encuentro, mientras que la ojiazul por breves instantes recordaba a su muy querida amiga Yellow.

Habían pasado todo el día recorriendo aquel lugar de exagerado tamaño y ya se disponían a regresar a aquella gran mansión, además tenían que hacer las tareas que les habían asignado en clases. Por alguna razón, se dieron cuenta que el camino de regreso lo habían cerrado por causa de algún evento que se daría en la noche, así que no tuvieron de otra más que tomar un camino diferente.

Tenían que cruzar un amplio terreno baldío para así poder rodear aquella calle y poder proseguir con su camino. Ambas habían aligerado el paso ya que estar en una zona tan desértica no era muy agradable para ninguna de las chicas.

— Bonita la hora en que se nos ocurrió almorzar en el centro comercial —murmuró con desgano la joven White.

— ¡Tú fuiste la de la idea de quedarnos todo el día! —Le recordó su amiga— bueno, no hay porque quejarse, solo tenemos que aligerar el paso.

— Ya voy, ya voy —se quejó la segunda castaña.

Lo que tomó por sorpresa a ambas fue ver que de la nada eran rodeadas por un muro de fuego. Al instante se colocaron espalda con espalda sin bajar en ningún momento las bolsas “de sus compras”. White se mostraba un poco sorprendida mientras que Blue sentía miedo ya que ambas estaban seguras que un cazador era el causante de aquel fenómeno. La primera alumna de Lorelei comenzó a cuestionarse el cómo era posible de que alguien descubriera sus identidades, si ambas estaban usando aquellos collares que ocultaban la magia que producían.

— Al fin te encuentro bruja… tardé mucho tiempo en localizarte pero la espera valió la pena —resonó una misteriosa voz en todo el lugar para que el fuego que las rodeaba se dispersara.

Ambas se sorprendieron al ver que frente a ellas se encontraba el chico que las había estado acosando en las sombras. White parecía no creer lo que estaba presenciando, mientras que Blue estaba confundida, hasta parecía como si ambos se conocían desde hace tiempo.

— ¿Qué haces tú aquí? —Preguntó con miedo la del cabello castaño oscuro.

— Cada vez me queda más claro que ustedes son terribles monstruos… te hiciste pasar por una alumna común y corriente y cuando mis compañeros estaban en su recorrido nocturno, tú los tomaste por sorpresa atacándolos con tus invocaciones…

— ¡Ya te dije que yo no fui la que los mató! —Se defendió la joven.

— ¿De qué están hablando? —Preguntó la segunda ojiazul.

— Lo siento pero tú y tu amiguita morirán aquí mismo.

El joven se les comenzó a acercar lentamente, pero ninguna hacía algún intento por escapar, ya que sabían muy bien que él les daría alcance. Al final, White tomó la decisión de hacerle frente, estaba a punto de lanzarle un hechizo pero en ese instante alguien más acudió al lugar.

— ¿Eres tú, Blue?

— ¡Red! —Exclamó la ojiazul al ver que detrás del castaño se encontraba aquel joven de ojos rojizos y cabello negro— ¡Esto es muy peligroso, vete de aquí!

— Así que este chico te está molestando a ti y a… —el azabache se sorprendió al notar a White— ¿No está Yellow contigo? —Preguntó un tanto sorprendido.

El joven no recibió respuesta de parte de Blue, ya que ella solo se limitó a evadir la mirada de su compañero. El castaño ignoró al joven mientras se dirigía hacia las chicas. Red lo tomó del brazo con gran firmeza haciendo que este se molestara mucho y se soltara de golpe.

— No te metas entre mis presas y yo —le amenazó.

— Chicas váyanse —les aconsejó el azabache.

— ¿¡Estás loco!? —Gritó la joven White.

— Confíen en mí —después de dichas aquellas palabras le sonrió a las hermosas jovencitas.

Blue parecía muy preocupada por el bienestar de aquel joven, pero White solo hizo una mueca de disgusto para luego tomar firmemente del brazo a su amiga y llevársela del lugar.

— ¿Pero qué hay con Red? —Preguntaba con preocupación la ojiazul mientras corrían a toda prisa.

— Los cazadores no matan a “personas comunes”, lo único que hará será dejar inconsciente a tu amigo y luego irá tras nosotras, veamos esto como una oportunidad para poder perderlo —le respondió la castaña mientras salían del terreno baldío.

— ¿Por qué molestabas a Blue y a “su hermana”? —Preguntó el de ojos rojizos mientras veía detenidamente al castaño.

— No tengo porque responderte… —al decir aquellas palabras, un muro de fuego rodeó a ambos chicos.

— ¡Eres un cazador!

El castaño se lanzó contra el de cabello negro mientras intentaba golpearlo con sus puños. Red lo esquivaba mientras el calor en el interior del lugar era cada vez mayor. De pronto, el azabache pudo detener ambos golpes con sus palmas mientras ambos comenzaban forcejear.

— ¿Por qué un cazador ataca a dos chicas inocentes? —Dijo en voz alta el joven Red.

— No te conozco así que no tengo por qué darte explicaciones, en estos momentos lo único que me importa es lograr mi misión.

— Debes de ser un cazador que ha olvidado cual es nuestro objetivo —en un movimiento rápido, Red pudo hacer a un lado el puño izquierdo del castaño para así poder asestarle un golpe en su mejilla derecha.

— ¿Un cazador protegiendo a una bruja? —Se cuestionó el castaño al darse cuenta de la naturaleza del azabache— no… él solo está protegiendo a la otra chica… sí, eso debe de ser.

La barrera flameante se desvaneció haciendo que una gran cantidad de fuego se acumulara detrás de aquel extraño cazador para que luego tomara la forma de una especie de “jabalí gigante”. Red sin dudarlo hizo aparecer a aquella extraña rata de tonos amarillos, para que luego ambos le ordenaran a sus criaturas que se lanzaran al ataque.

Blue y White jadeaban del agotamiento mientras se habían dirigido a aquel parque que en esos momentos estaba invadido de muchas personas. Faltaba poco para llegar a la mansión y trataron de confundirse entre la multitud. Ya habían llegado a su hogar y ambas se sentían muy seguras, mientras que la de cabello castaño oscuro observaba de vez en cuando por la ventana para saber si aquel extraño chico las había perseguido.

— ¿Me dirás que fue lo que ocurrió allá? —Habló la ojiazul de una forma bastante autoritaria.

— Black…

— ¿Disculpa?

— Así se llama ese cazador. Al parecer Black cree que maté a sus compañeros.

— Ve más despacio por favor que no logro entender.

— En la anterior ciudad donde vivía, iba a un instituto particular y conocí a Black, bueno jamás hablamos directamente, solo nos conocíamos de vista. Un día me quedé hasta tarde buscando una tarea en la biblioteca y cuando reaccioné decidí regresar a casa.

Ambas decidieron subir al segundo piso mientras entraban a la habitación de Blue y comenzaban a guardar lo que habían comprado. Aun así, eso no fue impedimento para que White siguiera con su narración.

— Ya era demasiado tarde, ya que el cielo comenzaba a tornarse oscuro. Bueno, mientras me dirigía a la salida del campo, escuché mucho alboroto y fui a ver. Cuando llegué, noté a tres chicos ya sin vida y estoy segura que vi una sombra ocultarse bajo el suelo pero todo ocurrió demasiado rápido. Me acerqué para querer auxiliarlos pero ahí fue donde Black llegó y creyó que yo había sido la causante. No pude siquiera explicarle, sino que me escapé del miedo que tenía por lo que me había dicho. Con el tiempo descubrió mi identidad y yo me di cuenta de su naturaleza. Black me ha querido matar desde entonces, principalmente por eso es que me transfirieron a este lugar, para que yo esté a salvo.

— Pero ahora él te ha encontrado, tenemos que decirle a la profesora Lorelei.

— No le digas nada, apuesto que si andamos con cuidado, él creerá que me fui de la ciudad y también se irá.

— Pero…

— Por favor, si le dices, ella me va a cambiar de ciudad y no quiero… si apenas acabo de llegar —confesó la joven mientras se sentaba en la cama de Blue.

La castaña soltó un suspiro de completa resignación para luego asegurarle a White que no diría nada. Mientras eso ocurría, se podía ver como Red se perdía entre la multitud de personas que veían pasar un desfile. Gracias a ese alboroto, nadie se había percatado que el azabache tenía severos golpes en su cuerpo.

— Ve a dar una vuelta decía, te la pasarás muy bien y olvidarás tus problemas decía —se quejaba el de ojos rojizos— maldito Green, supongo que fue una buena idea que saliera a pasear ya que si no lo hubiera hecho, ese cazador hubiera lastimado a Blue —Red guardó silencio por unos segundos mientras se le mostraba muy serio— ¿Por qué un cazador las atacaría? ¿Y por qué Yellow no estaba con ellas? Creí que eran del tipo de chicas que no puede estar una sin la otra.

Por su lado, se apreciaba como Black se había ido a desplomar a un callejón oscuro mientras se le veía igual de lastimado que Black.

— Si ese maldito cazador no se hubiese entrometido yo hubiera podido… yo… —dichas esas últimas palabras el cazador llamado Black perdió el conocimiento.

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