Capítulo nueve

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La noche había caído, Blue estaba en su habitación revisando una y otra vez el reloj de su teléfono celular. Yellow ya tenía un buen tiempo de haber partido, y no había rastros de ella. La castaña sintió el impulso de irla a buscar, pero algo la detenía, inclusive pedía que su profesora llegara pronto para poder decirle que fuese en busca de la rubia. La de ojos azules no tenía mucha magia para hacerle frente a un cazador pero su maestra ya era otro asunto.

La pequeña de ojos ámbar corría por las oscuras calles mientras escuchaba los pasos de su depredador. La brujita jamás imaginó que aquel sujeto invocaría al mismo tipo de Pokémon que ella, y lo peor era que la invocación de aquel cazador era superior a la de ella. Su mente estaba nublada, el miedo la invadía y no la dejaba pensar con claridad. Su agresor estaba dándole alcance mientras le daba una orden a su criatura para que lanzara un ataque eléctrico. Incluso con la visión borrosa, el cazador era capaz de seguirla y atacar.

— ¡Estás acabada! —Advirtió mientras su roedor lanzaba un gran rayo hacia la pequeña.

Yellow se giró al instante mientras murmuraba algunas palabras un tanto extrañas, para que luego una barrera apareciera frente a ella y absorbiera el ataque eléctrico. La rubia rápidamente siguió corriendo, faltaba mucho para llegar a la mansión, la única forma para poder llegar, posiblemente era tomando un pequeño atajo que recorría todo el parque de la ciudad, eso haría que fuese a salir en frente de su apacible hogar, de su guarida.

Las calles solitarias y lo único que se escuchaba en un parque eran los jadeos de aquella joven quien corría por su vida. Se adentró en una zona boscosa con la intención de confundir un poco a su asechador.

— Aquí estaré a salvo —murmuró mientras se escondía detrás de un árbol e intentaba recuperar el aliento.

Una fría hoja entró en contacto con su brazo. Aquel cazador iba armado y había atravesado el gran tronco de aquel árbol con la intención de atravesar aquel pequeño cuerpo, al parecer ya no estaba el extraño roedor con él. Los ojos de la jovencita mostraban temor puro pero rápidamente y como si fuese cosa de instinto, se echó a correr nuevamente.

— Sí que me siento agotada —murmuró cierta mujer de largo cabello rojizo mientras iba entrando a la mansión— a veces esto de ser profesora y tutora de un par de brujas no es cosa sencilla.

— ¡Señorita Lorelei! —Dijo rápidamente la castaña quien había ido a recibirla— ¡Yellow se fue desde hace ya más de una hora y no ha regresado!

— ¡¿Qué estás diciendo?!

La mujer ni siquiera esperó a que la de ojos azules le pudiese responder ya que salió nuevamente de la mansión para ir en busca de su segunda alumna. La mujer estaba en plena calle mientras comenzaba a concentrarse, parecía como si estuviese buscando algo con el simple pensamiento hasta que dirigió su mirada a la zona boscosa del parque que estaba a unas cuadras frente a ella.

Yellow ya no podía más, sus hechizos no eran lo suficientemente buenos para frenar a aquella bestia que solo deseaba aniquilarla, sabía que sus minutos estaban contados y solo pensaba en que Blue sufriría mucho si ella llegaba a faltar. Un suspiro fue escuchado y una sonrisa de resignación adornó aquel hermoso rostro. Ya la joven no tenía fuerzas para correr y aun le faltaba un poco para poder trepar aquel muro que daba a la calle y solo correr un poco más para poder llegar a su hogar.

La joven solo dio dos pasos cuando su agresor le salió al paso. La oscuridad de la noche era un impedimento para que ella pudiese siquiera verlo y lo peor fue que una extensa nube tapó los pocos rayos de la luna que iluminaban con dificultad la zona, todo era completa oscuridad.

— ¿Por qué haces esto? —Preguntó la de ojos ámbar.

— Ustedes son una amenaza, ustedes acaban con la vida de las personas —respondió con frialdad aquel individuo aunque por alguna razón a Yellow aquel tono de voz le resultaba familiar. Aún así pensó que se debía al cansancio y lo cerca que estaba de la muerte que se ponía a escuchar voces conocidas.

— Los que son una amenaza son ustedes —respondió con decisión— acaban con nuestras compañeras sin siquiera saber si realmente son malas o qué… ustedes no nos dan una oportunidad para mostrarles que no somos seres malignos…

— Por favor… —respondió aquel sujeto quien aun en la oscuridad podía saber dónde estaba la joven— no me dejaré engañar por tus juegos tontos…

El sujeto se lanzó al ataque, la joven usó un hechizo que produjo una gran descarga eléctrica pero eso no frenó para nada a aquel ser quien sostenía una gran espada.

Lorelei había llegado al lugar donde acababa el rastro de su alumna y jamás creyó que vería tal escena. Su querida Yellow tirada en el suelo, para ser más precisos, en un gran charco de líquido rojizo. Frente a ella yacía un sujeto con una gran espada quien parecía que iba a dar el golpe de gracia. El cazador frenó en seco al sentir como todo a su alrededor comenzaba a tornarse frío, inclusive el césped y los árboles empezaban a congelarse.

Aquel sujeto se comenzó a preocupar al sentir que sus piernas estaban siendo congeladas, intentó liberarse usando su espada pero en ese momento recibió un potente ataque de agua que lo arrojó contra un árbol dejándolo inconsciente.

Lorelei estaba furiosa, se había colocado frente a aquel joven mientras la inmensa nube daba paso nuevamente a algunos rayos lunares. Yellow aun con algo de dificultad pero podía darse cuenta de lo que ocurría a su alrededor, hasta se percató que su maestra estaba en el lugar.

— Maldito cazador… está sí que la vas a pagar —murmuró con odio la hermosa mujer mientras extendía su mano y hacia que el cuerpo de aquel sujeto comenzara a congelarse completamente.

Yellow intentó ponerse de pie pero la herida que tenía a un costado le impedía poder levantarse. Aunque se levantó lo suficiente como para poder ver el rostro de su agresor. Red, el joven de cabello azabache y ojos rojizos había sido el causante de la herida que ahora poseía la pequeña rubia.

— ¡Maestra deténgase! —Gritó con lo poco que le quedaba de fuerzas.

— No hables, ya sanaré tu herida, solo deja que acabe con él.

— ¡Es Red! —Dijo en esta ocasión— es el… es el compañero de clases de Blue… es su… amigo.

Lorelei se sobresaltó al escuchar tal noticia y un más al ver como la pequeña se desplomaba para volver a caer en su propio charco de sangre. La mujer dejó solo a aquel chico de ojos rojizos para ir a atender a su querida alumna.

— Vamos Yellow resiste —le decía mientras analizaba la herida que la joven tenía.

— Me siento realmente… realmente cansada… —murmuró con dificultad la rubia mientras sus parpados pesaban más y más— jamás había corrido como lo hice hoy y mis hechizos no son lo suficientemente… fuertes. Ni siquiera fui capaz de invocar a....

— Tranquila pequeña, ya solo dame unos minutos —la desesperación invadía a Lorelei al ver como su alumna poco a poco iba cediendo ante el agotamiento.

— Red es un cazador… esto debe ser un mal chiste… —la de ojos ámbar sonrió como intentando buscarle el lado gracioso a aquel asunto— si Blue se entera, se pondrá muy triste.

— No tiene porque enterarse —comentó la pelirroja mientras le cedía de su magia a la joven para que así la herida cerrara más rápidamente— acabaré con él ahora mismo, nadie lo sabrá y muchos creerán que simplemente se mudó.

La mujer se giró para poder apreciar mejor a aquel cazador pero se llevó la sorpresa de ver que este ya no estaba. La pelirroja hizo una mueca de disgusto para que luego siguiera atendiendo la profunda herida que tenía su alumna.

— No sabrá quienes somos pues aún mantengo mi hechizo activado — murmuró con dolor — Ahora estoy segura que no todos los cazadores son malos —balbuceó la joven mientras dirigía su mirada hacia el cielo.

— No digas tonterías, todos son de lo peor, ¡Él te quiso matar!

— Red es diferente, aunque lo conocí por poco tiempo pero… pero… es una buena persona… supongo que solo estaba… está siguiendo sus creencias… así como nosotras lo hacemos… al parecer… todo… es solo un mal entendido.

Aquellas palabras dejaron pensativa a la mujer. A Lorelei le habían enseñado que los cazadores eran seres atroces, que no merecían compasión alguna ya que eran los causantes de los asesinatos de muchas de sus compañeras, pero por un instante quiso creer en las palabras de la pequeña rubia.

— ¿Maestra?

— Dime…

— No le diga nada a Blue sobre Red… estoy segura que eso no lo tomará nada bien… y dígale que… me hubiese gustado… haber seguido a su lado por mucho tiempo… usted y ella son… mi única… familia….

— Eso se lo podrás decir tu misma —sonrió la mujer con algo de dificultad— ahora preocúpate por…

Lorelei se detuvo en seco al darse cuenta que la joven seguía con la mirada fija en el cielo, en aquel cielo estrellado pero ya no se movía, ya no respiraba, al parecer había perdido demasiada sangre o quien sabe lo que había en aquel profundo corte que evitó que su magia pudiese sanar su herida. La mujer comenzó a hablarle a su alumna pero no recibía respuesta alguna, poco a poco la desesperación invadió a Lorelei hasta que al final ya no pudo más y abrazó a la rubia mientras las lágrimas comenzaban a brotar a grandes cantidades.

— Por poco... Esa bruja era muy fuerte como para derrotarla yo solo —hablaba un muy herido y aturdido Red mientras recorría las calles de aquella ciudad— Todas las brujas son seres malignos y es mi obligación acabar con ellas.

El joven se perdió entre la oscuridad mientras seguía su recorrido hacia su pequeño hogar.

Aquí lo tienen, disfruten! c:

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