cincuenta y siete

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El domingo había sido el último día que había visto a Seokjin, estábamos a Miércoles y el trabajo nos estaba consumiendo todo nuestro tiempo.
Solo nos habíamos juntado para almorzar, ya que él venía con su auto hasta mi trabajo para comer cerca de allí y luego volvía al suyo propio.

Lo extrañaba demasiado y ni siquiera había podido quedarme en su casa porque yo mismo había estado con demasiados pendientes que no me habían dejado descansar ni el martes—que era un día libre para mi—lo bueno había sido que había adelantado lo más que había podido para tomarme jueves e irme hoy ya a dormir a su apartamento.

No lo soltaba como amigos con beneficios, no lo soltaría ahora como novio. Lo bueno había sido que los mensajes no se habían hecho esperar entre nosotros, lo malo era que Seokjin estaba en esa posición tan provocativa, no pararía hasta que yo hiciera de él lo que se me viniera en ganas.

Esas habían sido sus exactas palabras el domingo en pleno almuerzo que casi me habían provocado ahogarme con el vino.

— ¿En qué piensas, Tae? —mi compañero Brandon entraba a interrumpir mis pensamientos.

—Niño yankee, no molestes —mencionaba frente a mi computadora y encima del teclado revisando otros papeles—. Tengo mucho trabajo —respondía en un puchero—. Odio mi trabajo.

Brandon se reía y añadia—. Literalmente estudiaste para dedicarte al marketing digital

— ¡Eso no me prohíbe odiarlo! -respondía irritado—. Desearía volver a mí viejo puesto

—Ya no te quejes, muchos querían el puesto de Digital manager —respondía jugando con una bola de goma que quitaba el estrés.

—El aumento fue genial y me endulzaron con los días libres a la semana —exclamaba casi a punto de tirar los papeles de mi escritorio—. Hace dos días que no tengo sexo con mi novio y apenas si le vi la cara. A la mierda los días libres

— ¡Ja! esos días son para que hagas lo mismo que haces aquí, pero menos estresado —respondía burlón—. Y no exageres ¿Dos días? qué dramático

—Eso porque no tienes idea de la que se carga mi novio entre las piernas —respondía socarron.

Brandon no era homofóbico, pero era muy chistoso ver cómo se removía con cierta incomodidad.

— ¡A mí no me gustan las pollas! —respondía con tono peleador.

—Ah, pero si te gustan los culos y la tuya propia qué traes colgando ¿No? —mencionaba divertido.

—Estás tergiversando el amor hacia mi propia polla —decía derrotado en la discusión—. ¿Por qué me molestas así?

—Ay, eres un llorón. Lo hago para que te vayas de mi oficina —le mostraba mi pulgar arriba y le regalaba una sonrisa cuadrada.

—De acuerdo me iré... Aunque debo añadir —mencionaba volteandose—. No sabía que tú eras el que recibía —lo decía de manera burlona.

Me ponía en pie y acortando la distancia me paraba en frente y exclamaba—. Y no te das una idea de cuánto me encanta recibir, el placer es increíble, puedes correrte sin necesidad de tocarte —con mis manos en mis bolsillos levanté mis cejas reiteradas veces.

— ¿En serio? —contestaba curioso.

Ponía una mano en su hombro y añadía—. Niño Yankee, la estimulación anal no tiene que ser algo de homosexuales, puedes practicarlo con tu chica

—Una pregunta más —añadía curioso—. ¿Siempre fuiste de recibir? porque en serio me dabas la vibra de activo.

Golpeaba su brazo y éste lloriqueaba—. Soy versátil

—Oh ¿Tu novio es el amigo que solía ser hetero, no?

—Porque mierda hablé contigo de eso —murmuraba maldiciendome.

Brandon siempre se burlaba de lo enganchado que estaba con Seokjin, no éramos amigos, pero éramos buenos compañeros. Él sabía de mi enamoramiento hacia Seokjin y yo sabía que su novia había intentado insertar un dedo en su culo en algunos de sus encuentros. Por eso esta conversación encerraba bromas, pero él obtenía respuestas.

Brandon reía divertido—. Si eres versátil significa que a él también le gustó... Debería de hablar con él no contigo —me respondía burlón.

Yo había dejado de sonreír ante su comentario y él lo había notado.

—No te serviría hablar con él —mencionaba separándome y volviendo a mi escritorio.

—Oh, lo siento Tae —decía con honestidad—. No sabía que él no quería, yo solo creí-...

—Tranquilo, él si quiere —respondía tirándome frustrado en mi silla.

—Oh Espera ¿Tú no? —volvía a sentarse, otra vez.

Nuevamente ponía mis ojos en blanco—. Estás evitando ir a trabajar —añadía.

—Vamos, Taehyung —me tiraba una bolita hecha de papel.

—Él quiere —respondía y luego sonreía de manera tan soñadora exclamando—. Realmente quiere —repetía y tapaba mi rostro sintiendo mis mejillas enrojecer—. Mierda

— ¿Y si él quiere y claramente tú quieres, por qué no...? —hacía el famoso círculo con su pulgar y dedo índice, luego metía y sacaba su otro dedo inicial mientras chiflaba.

— ¡¿Por qué tienes que ser tan estupido y vulgar?! —mencionaba entre risas.

— ¿Por qué no quieres? recuerdo cuando decías que realmente querías agarrarlo y... —con ambas manos simulaba tomar unas caderas, apretaba sus dientes y hacía movimientos obsenos fingiendo embestidas.

—Detente, por favor —exclamaba quitándome los lentes ante su acto ridículo—. Tengo miedo de lastimarlo.

Brandon fruncía el ceño—. Es un hombre adulto, si te lo está pidiendo está consciente de las consecuencias

—No —negaba rápidamente—. Está conciente del dolor, luego del placer. Del climax, nuevamente el dolor... pero, realmente tengo miedo de lastimarlo

—Se curará —respondía.

—No quiero lastimarlo —confesaba fregando mis ojos con mi pulgar en uno y el índice en el otro.

— ¿Has lastimado a alguien? —preguntaba curioso.

—Cuando era más jóven —sonreía de lado—. Luego lo superé y pude tener sexo con más tranquilidad

—Eres un chico bueno —decía con tono amigable—. Es tu novio, solo debes ser cuidadoso y darle con calma —hacía ademanes de calmar aguas con sus manos.

—/¿Como eres con tu novia? —preguntaba de repente.

— ¿A qué te refieres? —preguntaba curioso.

—No te ofendas por lo que diré, pero ¿Es tu novia la mujer que más te ha llamado la atención y la que te hace desbordar de placer, de deseo? Y cuando estás con ella ¿Hasta tu propio sentido de la realidad se desvanece porque te pierdes en su rostro, en la forma en la que disfruta de como la tomas y solo quieres seguir, seguir, seguir.... Y seguir? —preguntaba con ímpetu y mis ojos abiertos de par en par.

Brandon tragaba saliva y apenas parpadeaba—. Es-... Tú-... Ok, ella me gusta, y salimos hace un tiempo, pero la forma en la que hablaste me hace sentir que no me gusta lo suficiente. Como si no hubiera comparación a la extraña devoción que parecieras tener con tu novio.

Me reía ante sus palabras—. Él me encanta y apenas lo tome no me voy a detener ¿Entiendes?. Lo deseo demasiado y eso me aterra —respondía largando todo el aire que parecía estancado en mi cuerpo.

Brandon se levantaba y miraba su reloj, por un momento me había parecido extraño que estuviera a punto de irse sin decir una última palabra, pero ahí estaba a punto de exclamar algo y me obligaba a alzar mis cejas expectante por sus palabras.

Me había señalado en silencio—. ¿Qué? —preguntaba con impaciencia.

—Si tú te sientes así con él y él era heterosexual hasta que te conoció, claramente tiene la misma devoción que tú tienes por él

—Si, supongo... —eso esperaba. Nunca olvidaré cuando Seon habían mencionado que yo lo daba vueltas como una media.

—Solo diré... —Brandon se dirigía a la puerta añadiendo suspenso a sus palabras—. Eres un egoísta.

Cerraba mi boca o pescaria una mosca—. ¿Bromeas? —replicaba.

—No, egoísta. Él quiere, se te está entregando en bandeja de plata, él quiere sentirse como tú te sientes. Experimentar ese deseo y tú lo estás privando de eso porque tienes miedo de "lastimarlo" cual semental salvaje —decía en un tono que casi cruzaba la burla, pero estaba hablando muy en serio—. Deja de ser tan marica y egoísta. Ya lo tienes contigo, ahora solo dale lo que te pide. Si tan bien te folla entonces merecido se tiene el mismo placer y yo, lo haré con mi chica —volvia a señalarme—. Eres un marica.

Se retiraba caminando con su mentón bien en alto, muy orgulloso de su reprendida hacia mí.

— ¡Sigo siendo tu supervisor! —respondía antes de que desapareciera del todo de mi oficina, pero volvía dejando ver su cabeza y añadía:

— ¡Un supervisor muy marica! —reprimía un insulto, de todas formas Brandon ya había desaparecido.

Me echaba en mi silla de nuevo dejando caer mi cabeza hacía atrás, necesitaba ver a Seokjin.

Quería renunciar, quería renunciar.

Bueno, no exactamente, solo me sentía saturado, una vez más me habían puesto como Jefe de Proyecto ya que Minho había fracasado en gran manera y ahora tenía que solucionar sus errores.

—Kim Seokjin, mi hombre favorito en ésta empresa —decía mi Jefe al entrar a mi oficina.

La verdad es que tenía una excelente relación con él, me había visto crecer, había comenzado como Junior haciendo de todo un poco para ganarme un lugar al finalizar mis estudios y lo había hecho.

Él sabía mejor que nadie mis sueños y proyectos, por eso cuando lo había visto necesario me había dado éste puesto y me había enviado a la ciudad de mis sueños, donde me había desempeñado muy bien.

Solo que le había fallado al volver a Corea.

—Señor Chanyeol ¿Qué hace por mi oficina?

—Te llegará un correo muy pronto, Jóven Kim —exclamaba paseando por mi oficina.

— ¿Minho rompió algo más? —preguntaba exhausto.

—No, tranquilo —ahora se paraba frente a mi, yo también estaba de pie ya que me había levantando apenas lo había visto entrar.

— ¿Debo alarmarme? —preguntaba incómodo.

—No lo creo, igual es un plan a futuro —hablaba sonriendo, era un hombre agradable y ahora estaba lleno de misterio—. Solo quiero asegurarme que cuando llegue el momento, si todo sale como lo planeado, usted vaya a decidir correctamente.

«¿Qué carajos está pasando

Sonreía incómodo, pero afirmaba—. No sé de qué se trate, pero cuando volví le prometí dar lo mejor de mi y cuando me devolvió el puesto le juré no decepcionarlo. Cumpliré mi palabra

—Gracias jóven Kim, que tenga buen día. Hoy puede irse más temprano —miraba mi escritorio con una pila de carpetas—. Separa los pendientes de los que son realmente urgente, hazme una lista y estaremos trabajando codo a codo, no te lleves todo el trabajo a casa.

Me hacía una reverencia que le devolvía al instante y hacía tal cual como me había dicho. Maldecia a Minho por tanto trabajo mal hecho y decisiones mal tomadas, pero era hora de demostrar que estaba en el puesto indicado.

Aunque sintiera ganas de renunciar realmente me encantaba mi cargo, pero golpearía a Minho en cuanto lo viera. Las horas habían pasado y había enviado el email a mi Jefe detallando los urgentes que iria arreglando y él me respondía al instante que estaria al pendiente y ayudándome con el resto del equipo.

Había salido realmente exhausto, Tae me había mandado mensajes, pero le había comentado que tenía demasiado por hacer, que le hablaría al salir y allí estaba llegando a mi apartamento con una pila pequeña de papeles en una carpeta y mi maleta en mi otra mano.

Me costaba sacar la llave para abrir la puerta, pero del otro lado alguien lo hacía por mi.

— ¿Te ayudo? —mi chico de pelo azabache y piel acaramelada había llegado antes y yo no podía estar más sonriente al verlo.

El domingo le había obsequiado una llave extra—aunque no estaba seguro si el sábado su respuesta sería un Si—pero me había arriesgado de todas formas, como el primer regalo al comenzar esta nueva etapa juntos.

—Bebé —tiraba mi maletero a un lado para comenzar a besarlo como había querido estos días.

Solos nos habíamos visto en la hora del almuerzo y nos habíamos manoseado un poco en mi auto para calmar el deseo que desbordaba en ambos. Dejaba caer la carpeta y pateaba la puerta para cerrarla mientras mis manos buscaban sentir la piel de Taehyung bajo su camiseta blanca.

—Te extrañé tanto —exclamaba entre besos húmedos y mordidas delicadas apretando su cintura y presionando mi cuerpo contra el suyo. Él tenía sus manos  en mi nuca.

—También yo —respondía mientras yo mordía su mandíbula para abrirme paso a su cuello.

Había comenzado a besar y succionar con desesperación mientras Taehyung gemía bajito y su respiración se volvía cada vez más pesada.

—Hy-hyung... —enredaba sus dedos en mi pelo. Yo pegaba aún más nuestras pollas, que comenzaban a endurecerse con la sesión salvaje de besos que había comenzado.

Culpable de los cargos me declaraba.

Mientras más lo acariciaba, besaba, mordía y apretaba con mi cuerpo, él bajaba una mano a mi cadera para posicionarla en mi trasero y hacer más presión entre su erección y la mía.

Como si pudiera apretarlo más de lo que ya lo estaba haciendo.

—Quitate esto —dije tirando de su remera—. La próxima me esperas desnudo —ordenaba volviendo a su boca para morderlo con ganas.

Diablos, Seokjin no me había dejado ni decirle "hola" que ya estaba tan dominante encima de mí. Por dios, me encantaba cuando se ponía de esta forma, tan posesivo, tan hambriento y necesitado.

Igual que yo con él.

—Joder, Seokjin —seguía apretándome contra la pared. Me había demandado que la próxima estuviera completamente desnudo «Yes, Daddy» sus manos estaban por todos lados, joder me había puesto duro en segundos.

—Permíteme  —exclamaba con voz agitada levantando mi remera para comenzar a dejar lamidas por mi torso e ir bajando hasta llegar a mi entrepierna.

—Oye, oye —mencionaba separandolo con todo el dolor que estaba encerrado en mis pantalones—. Créeme que será el postre, pero tengo la cena lista en la cocina.

Él miraba con dirección al lugar indicado y dejaba caer su cabeza con un sonoro suspiro sintiéndose derrotado.

— ¿Serás el postre? —preguntaba aún agachado frente a mi naciente erección.

—Seré todo lo que tú quieras —respondía enredando mis manos en su cabello por la zona de la nuca.

Él entrecerraba sus ojos y se ponía en pie, llevaba una camisa de vestir negra y un pantalón del mismo color, se veía extremadamente ardiente y encima su frente al descubierto.

Al ponerse en pie se apoyaba en la pared quedando frente a mi con su respiración pesada, al igual que yo. Ambos enfrentados descansado la espalda sobre la zona dura y plana.

Luego Seokjin bajaba la mano a su polla para acomodar el paquete que había quedado duro por la cercanía de recién.
Me encontraba relamiendo mis labios porque jamás había cortado contacto visual conmigo y tenía una mirada libidinosa que yo amaba en él.

Sonreía evitando mirarlo, pero fallaba miserablemente.

— ¿Qué? —preguntaba socarron.

—Te ves muy apuesto hoy —mencionaba mordiendome el labio.  Él asentía con su cabeza, sonriendo pacíficamente en forma de agradecimiento y ese ada había sido mi fin—. Joder.

Me iba directo hacia él tomándolo del cuello y pegandome con desesperación a su cuerpo y a su boca. Él respondía al instante recibiendo mi beso y abriéndome paso a mi lengua para sentir la suya y bailar en un beso lleno de ruidos húmedos.

Sus manos se habían ido a mi cintura bajando a mi trasero—ambas—haciendo más presión. Mi boca se separaba de la suya para atacar su cuello largo y exquisito.

Una de mis manos bajaba de su rostro dibujando caricias hasta llegar a su cadera, no lo pensaba y pateando sus pies con el mío lo abría de piernas y tomando una de las suyas la levantaba para posicionarme entre ellas y dar estocadas en falso mientras levantaba a Seokjin, solo un poco, del suelo.

—Kim Taehyung —ronroneaba en mi oreja tomando con fuerza mi nuca, había subido ambas manos y apoyandose en mis hombros levantaba la otra pierna y rodeaba mi cintura con sus piernas largas.

—Seokjin, joder —comenzaba a besarlo con desesperación mientras molía mi erección con la suya y daba embestidas en falso—. Ha-hay que cenar

—Tú me atacaste —suspiraba en mi oreja mordiendo mi lóbulo, sensación que golpeaba justo en mi parte inferior—. Tenerte atrapado entre mis piernas se siente tan rico.

Mierda, la voz grave de Seokjin me descolocaba, obligándome a hacer más presión entre mi miembro y el suyo, tenerlo levantado dificultaba el roce, pero si estuviéramos sin ropa, sería una forma perfecta de follarlo.

Otra embestida en falso que me robaba un extraño gemido ronco.

—Basta, basta —mencionaba alejando mi rostro y viéndolo directamente, pero peinando su cabello y acariciando su rostro—. En serio, hay que comer.

Él sonreía y se soltaba para bajarse de mi. No olvidaría fácilmente la forma en la que lo había tenido.

Me empujaba acomodando su ropa y levantando el maletero. Yo tomaba la carpeta que parecía tener cosas importantes, pero que por venir por mí no había dudado un segundo en arrojar.

—Gracias, bebé —exclamaba quitandola de mi mano. Adoraba ese apodo viniendo de él—. Huele exquisito, hacía mucho no me esperaban con la cena hecha o espera... —tocaba su barbilla pensativo—. Mi madre el año pasado cuando estuvo una semana aquí por acción de gracias

—Oh, tu madre es una excelente cocinera —mencionaba sirviendo la carne asada para cada uno.

Esto era increíblemente doméstico y no me ofendia en lo absoluto. Luego de tener todo servido y el vino el cual él se encargaba  de abrir, nos sentabamos a degustar la cena.

Seokjin había puesto un bocado grande en su boca mientras masticaba con su entrecejo fruncido y yo lo miraba expectante. Él era el mejor cocinero de ambos, pero yo me la rebuscaba bastante bien.

— ¿Te gusta? —preguntaba abriendo mis ojos.

—Está increíble —decía después de masticar—. Woah, te voy a aprovechar más seguido.

Me robaba un sonrisa y luego más relajado comenzaba a comer.

— ¿Trajiste trabajo a casa? —mencionaba señalando su carpeta.

Él suspiraba pesadamente y añadía—. Arreglamos con mi Jefe trabajar lo más urgente. Una pila menos de que haceres. Creí que tú tendrías más trabajo también

—Oh, lo tengo, dejé mi mochila en tu habitación —exclamaba tomando un sorbo de vino—. Mañana no iré, pero trabajaré desde aquí ¿No te molesta, no?

—Oh ¿Te quedarás a dormir? —respondía con falso asombro—. Mientras te tenga aquí, haz lo que quieras, bebé.

Su "bebé" me erizaba los vellos de la nuca ¿Dejaría algún día de tener ese efecto en mi?. Probablemente no.

Luego de haber comido y hablar de cosas sin sentido, caía en la cuenta de lo que había dicho sobre su Madre y la visita de acción de gracias. Me había atragantado pensando en eso y Seokjin me miraba rápidamente con preocupación en su rostro.

— ¿Estás bien, Tae?   —se levantaba de su asiento para venir a golpearme la espalda.

—Está, está —respondía.

— ¿Qué te pasó? —preguntaba curioso.

—Me acordé de tu madre —dije bebiendo luego el poco de vino que quedaba en mi copa.

—Si, la conociste el año pasado —decía relajado.

Era cierto, habíamos almorzado los cuatro con él y su mamá, pero éramos amigos—bueno yo estaba encantando con él—pero había sido presentado como su amigo.

— ¿Ella vendrá este año? —preguntaba.

—Seguramente, faltan un par de meses. Aún no tocamos el tema —seguia comiendo hasta que levantaba su mirada para verme—. ¿Estás nervioso?

— ¿Qué pensará ella? —cuestionaba sin dar vueltas—. Eres su único hijo varón... Heterosexual.

Comenzaba a preguntarme cómo sería eso, Seokjin era mi primera relación seria, pero mi familia sabía que yo era gay, técnicamente éste ya había tenido novia. Por ende no era su primera relación, y Seokjin era—para toda su familia—jodidamente heterosexual.

¿Qué pensaría la señora Choi?.

—Mi madre es un amor. Quiere la felicidad para sus dos hijos —respondía tranquilo—. Y si llegará a molestarle, no me influye. Dolería, si. Pero eso no sería un impedimento

—Seokjin Hyung, no me gustaría que tu madre se aleje de ti por mi culpa

—Estás sacando conclusiones apresuradas —respondía mientras levantaba la mesa y yo lo hacía con él—. Aparte ya te conoce y le caiste bien

—Como un amigo —recalcaba. Por dios, me había frustrado en menos de diez minutos pensando en que podría arruinar la relación con su madre.

—Estás haciendo un puchero —decía posicionándose frente a mi y tomando mi mentón.

—Es que me preocupa —respondía poniéndo mis manos en sus hombros.

—No lo hagas, no te preocupes —quitaba el pelo que golpeaba en mis pestañas—. Necesito ducharme. Deja de pensar —depositaba un beso en mi frente y luego en mis labios.

—.¿Café? —preguntaba antes de que desapareciera.

—Sabes que si.

Me tomaba mi tiempo para quitarme el cansancio y estrés del día. Me había encantado encontrar a Taehyung aquí, no me aburriria de ésto.
Lo que si, me había dejado pensando en lo de mi madre, pero no me preocupaba. Él tenía razón, toda mi corta vida habia sido heterosexual, ya había presentando dos novias oficiales a mi madre y me había visto salir con otras.

Pero no estaba preocupado por lo que pensara de Taehyung, a decir verdad, en su momento mi madre había creído que engañaba a mi última novia con Seon y por eso mi relación estaba fallando.

Era una anécdota muy chistosa dos años atrás cuando lse lo había contado a Seon frente a mi madre que creía que éramos pareja.

«Deberia contarle eso a Tae para que se quede tranquilo»

Deberia hablar sobre la extraña charla de mi jefe con él, pero tampoco sabía de qué iba eso así que no cargaría a Taehyung con algo más.
Al salir nos relajabamos con la taza de café, ambos habíamos conversado sobre el trabajo traído a casa y luego sobre el regalo de cumpleaños de Seon.

— ¿Lo compartirás conmigo, entonces? —preguntaba por mi regalo.

—Seguro —comenzaba a reir—. Sabes que Seon va a odiarnos por darle un solo regalo ¿Cierto?

—Si, pero estará feliz de saber que somos oficiales —me guiñaba un ojo con su respuesta.

Luego de finalizar el café, Taehyung seguía mirando unas cosas en su laptop. Se veía cansado y llevaba esos lentes que me encantaban.
Yo tenía mis propios papeles encima de mi regazo, pero no podía evitar soltarlos y empujar a Taehyung contra el respaldo del sillón para quitarle la laptop de encima.

— ¿Qué haces? —preguntaba confundido.

Sin previo aviso me subía a horcajadas encima de él, Taehyung era el que siempre lo hacía conmigo. Pero como había dicho antes, no desistiría y provocarlo se había vuelto muy entretenido.

Consiguiera o no mi objetivo.

—Me encantan tus lentes —mencionaba atrapando su boca en un beso suave dónde su lengua bailaba a la perfección con la mía.

Hacía un vaivén encima de su entrepierna sintiendo como comenzaba a ponerse duro. Tenía una efecto rápido en él, nuestras bocas seguían comiéndose entre sí y saboreandose a más no poder.

—Seokjin —suspiraba entre sus labios y los míos. Apretando mi cintura intentando detenerme—. Joder ¿Lo haces a propósito, cierto?

Mordía su labio y comenzaba a bajar hacía su cuello, dejando pequeñas lamidas y chupetones. Él comenzaba a dar embestidas en falso hacia arriba, mientras hacía más presión bajando mi cuerpo y así sentir todo mi peso encima de él.

—Joder —gruñia levantándose conmigo encima.

—Mierda, no sabía que tenías esa fuerza —exclamaba tomándolo con fuerza.

Seria un grave problema si me soltaba y me daba el culo contra el piso, él se reía victorioso y se abría paso a mi habitación.
Me depositaba con cierta dificultad en la cama ya que teníamos casi la misma estatura. Yo era pesado y mis piernas demasiado largas.

—La próxima me acuesto solo —exclamaba mientras él se había tirado encima de mi y comenzaba a besar mi cuello dejando mordidas.

Haciendo caso omiso a mis palabras comenzaba a quitarme la ropa, primero la remera y volvía a besarme acariciando mi torso y arañando suavemente luego se separaba quitándose la suya.

Rápidamente me abalanzaba a besar su abdomen arañando sus costillas y él entrelazaba sus dedos en mi cabello, luego volvía a mi boca, pero hacía un baile descarado con su lengua. No pretendía unir sus labios con los míos simplemente quería dejar a la vista el baile salvaje de éstas y me encendía peor saber que era una imagen extremadamente fuerte para ojos ajenos, pero perfecta para mi.

Suavemente me daba un empujón.

—Rudo —exclamaba sonriendo.

—Tus pantalones me molestan  —comenzaba a bajarlos, pero se llevaría una sorpresa—. Hyung, no lleva ropa interior —se relamía descaradamente sus labios y mordido el inferior.

Luego se quitaba el suyo con bóxer incluído y ualá, desnudos en menos de diez minutos.  Taehyung se deshacía de los lentes los cuales aún no se había quitado y los dejaba en mi mesa de luz. De la misma abría el cajón y tomaba la botella de lubricante que tenia menos de la mitad.

La había comprado hacía dos semanas, Taehyung la observaba y luego posaba sus ojos café en mi. Sentía el calor de toda la habitación amontonarse en mis mejillas.

—Hyung ¿ Que estuvo haciendo? —preguntaba con ese tono de voz más grave.

Me acomodaba en la cama de forma más relajada y sin dejarme intimidar respondía—. Divirtiéndome sin tí.

Taehyung negaba y mordía su labio otra vez, luego derramaba un poco en su mano y me separaba las piernas para posicionarse en medio.
Mi corazón bombeada demasiado fuerte, tenía cierto temor de que Taehyung lo escuchará dentro de mi pecho.

Suavemente comenzaba a besar mi abdomen rozando en el proceso mi erección que pedía su atención—en realidad todo mi cuerpo rogaba por su atención—él iba subiendo, dibujando con su lengua, relamiendo. Mordiendo suavemente, y pasaba de manera lenta y perezosa una lengua por mi pezón, eso era nuevo entre nosotros—no era nuevo para mí, solo nuevo entre nosotros dos—me robaba una jadeó ahogado, cuando lo tenía a esa altura me disponía a enredar mis dedos en su pelo negro azabache, que lo tuviera más largo era tentador para tirarselo sin importar en qué posición nos encontraramos.

—Permíteme —mencionaba, mordiendo mi labio y soltandolo con un sonido similar a un chasquido. Luego levantando uno de mis brazos por encima de mi cabeza, continuaba besándome de forma hambrienta y cuando envolví su pelvis con una de mis piernas se daba cuenta que tipo de atención estaba deseando.

Él estaba consciente y parecía tener ganas hacerme sufrir y apenas dejaba que nuestros miembros se rozaran, pero luego bajaba su mano—la que tenía el lubricante—y rodeaba todo mi falo con una dulce y tortuosa presión, luego comenzaba a masturbarme.

De arriba abajo, de forma lenta y sin dejar de verme mientras mordía su propio labio. Con mi mano libre acariciaba su mejilla y entre jadeos ahogados exclamaba—. Te lastimaras si sigues mordiendote así.

Luego sonreía de lado y sin aviso previo atacaba mi boca y la forma de masturbarme se había hecho más fuerte y rápida.

—Ah... J-joder —mencionaba ahogado entre sus besos y los pequeños espasmos de mi cuerpo—. Más rápido —pedía entre sus labios, enmarañando mis dedos en su cabello. Inconcientemente lo había tirado un poco hacia atrás, haciendo notar que se lo estaba ordenando.

—Auch... De acuerdo —respondía con mirada lasciva y comenzaba a masturbarme más rápido. Con movimientos verticales, luego haciendo círculos con más presión, haciéndome volar del placer que estaba sintiendo.

—Ay, bebé. Por  dios, me voy a correr —mencionaba arqueando mi cintura.

—Aún no —ordenaba soltándome—. ¿Qué estuviste haciendo sin mi? —preguntaba tomándome de la nuca para besarme de un chupón y finalmente pegar su erección a la mía haciendo un vaivén lento, pero dejando caer casi todo su peso en esa zona.

Me estaba robando el aliento y me había sonrojado de nuevo con su pregunta.

—Lo que tú no quieres hacerme —respondía desafiandolo.

Me mordía más fuerte y más presión añadía entre nosotros—. Hyung, Hyung —decía ronco, pegado a mi boca.

Su vaivén había parado y me estaba mirando tan lascivo, tan dominante.

La mano que no tenía lubricante la acercaba a mí rostro y me acariciaba el mentón, sus dedos subían a mis labios y los acariciaba con parsimonia.
Estaba tan ido viéndolos que por un momento me sentía perdido. Él solo continuaba acariciándolos hasta que finalmente y de manera suave abría mi boca intentado introducir el dedo índice y el dedo medio, ordenando—. Chupalos, yo me encargaré de darte esa diversión esta noche.


Acá estoy, perdón la tardanza, sepan disculpar. Avísenme qué piensan del cap, adoro leerlas aunque a veces no conteste.

No estoy muy feliz con el manip así que por eso hice collage.

Con amor Niñita Nany 💜

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